Junto a la iglesia de Palau-Sator encontramos un camino muy tranquilo y bien señalizado que nos llevará hasta Peratallada. Son unos 2 kilómetros de distancia.
Es un precioso pueblo de pasado medieval, que sigue conservando su esencia. No se puede entrar en coche al pueblo pero fuera hay aparcamientos (parece que en verano o festivos son de pago). Aunque apenas si tiene 200 habitantes y es pequeño, suele estar repleto de gente. Y digo suele porque no siempre es así. Nuestra visita, en plena ola de coronavirus, hacía que calles a menudo más transitadas que las Rambles de Barcelona estuvieran vacías.
El topónimo Petra Scissa o Petra Tallada está documentado, al parecer, desde el siglo X. También existió un linaje de los Peratallada, de la más alta alcurnia de la zona. En el 1.062 se hace mención en un documento a Bernardi de Patra Taliada, en 1065 aparece el Castro de Petra Taliata. El 1088 encontramos escrito Petrataliata, el 1111 Petra Taliata, en 1112 Petra talado, el 1128 Petra Incisa y Patra Taiat, en 1143 Petra tayada, en 1169 y 1173 Petra incisa, en 1202 y 1.222 Petricissa, etc ....Muchas denominaciones pero todas muy similares.
Uno de los edificios a destacar es la iglesia de san Esteban, románica del siglo XII-XIII aunque reformada en el XIV-XV. La portada es sencilla. Apenas tiene una puerta de arco de medio punto y un rosetón. Destaca, quizás, esa especie de enorme espadaña que la corona (veo que algunos sitios dicen que son torres abiertas). En el interior alberga el sepulcro de Gilabert de Cruïlles (fue gobernador de Valencia en el siglo XIV). Lo pudimos ver un poco desde fuera porque la entrada no estaba permitida.

Hay documentos del año 1065 que mencionan la existencia de un castillo pero algunos hallazgos permiten suponer que ya había una construcción tiempo atrás.
Lo que vemos actualmente es fruto de restauraciones y añadidos a lo largo de los siglos. Después de ser residencia de los Crulles-Peratallada, quedó en estado de abandono hasta que se vendió. Los actuales propietarios son los condes de Torroella de Montgrí, quienes en los años 60 del siglo pasado emprendieron la restauración necesaria para verlo actualmente en tan buen estado.
Es muy sencillo diferenciar las dos partes constructivas, el castillo fortificado por un lado y el palacio por otro.
El castillo es la parte más antigua del conjunto y está fortificado. Se construyó directamente sobre roca natural. Lo que más destaca es la Torre del homenaje, uno de los símbolos de Peratallada. Se adapta perfectamente al terreno irregular en el que se asienta y está almenada.
Está situada en lo alto de un enorme basamento de roca natural, cortado artificialmente para darle verticalidad. El montículo rocoso, que se eleva 4 o 5 metros sobre el terreno, tiene dos lados rectilíneos y los otros forman curvas desiguales. Encima despega la Torre del Homenaje, verdadero emblema del núcleo. El muro que rodea la torre se adapta a la forma irregular de la colina y conserva algunas almenas.
La parte inferior del muro está formada por unos enormes sillares de roca (piedras gigantes para los profanos). Se cree que podrían proceder de una construcción de época bajo-romana o visigótica.
Las paredes de los fosos están cortadas casi verticalmente, pero no son muy lisas y en las paredes arenosas se observan las huellas de los golpes de pico, en forma de zigzag.
El castillo data de los siglos XI-XII aunque con reformas posteriores.

Aunque cuenta la leyenda que los agujeros que vemos los hicieron los moros con la cabeza al no poder asaltar la fortaleza, lo cierto es que son las marcas que dejaban los andamios. Podemos ver ejemplos similares en muchas construcciones medievales.
Por otro lado encontramos el palacio, cuya fachada principal se abre a una plaza. El palacio, de estilo gótico, es de propiedad privada y está prohibido el acceso.

No podemos dejar de admirar la Plaza mayor también denominada Plaça de les Voltes por estar porticada. Aunque ahora solo lo está por uno de los lados, parece que antiguamente lo estuvo en su totalidad.
En la Plaça Esquiladors esquina carrer d'en Vas hay un bonito arco de medio punto. Atravesándolo llegamos a la Torre Oest. Es de planta cuadrada y bóveda de arista. Parece ser que es la única de las torres de Peratallada que se ha conservado tal y como era en la Edad Media. Las otras fueron reconstruidas, quedando solo de original la base, o se integraron en las casas.
Encontramos también una Torre de les hores, llamada así, igual que en Palau-Sator y otros casos, por albergar el reloj público. Está coronada por unos arcos cruzados. Tenía unos andamios en la parte alta que afeaban un poco su aspecto.

Finalmente podemos hablar de la Torre Norte, de 10 metros de altura, o de una única torre cilíndrica.

El Portal de la Virgen era uno de los principales accesos al pueblo. Actualmente, el acceso es a través de un puente de piedra que se construyó en 1666 pero se cree que antiguamente había un puente levadizo. Debe su nombre a una antigua imagen de la Virgen que se encontraba en la hornacina que hay a lo alto del arco, por la parte interior.

Esta puerta de acceso es la mejor conservada del conjunto fortificado que rodea el núcleo del pueblo, formado por torres y murallas y además de la puerta y la muralla. Aún se puede contemplar el enorme foso que protegía la villa de los ataques de enemigos.
Después cruzar el Portal de la Virgen se accede a la Calle de la Roca en la que, como su nombre indica, se puede ver cómo la roca sobre la que está asentado el pueblo ha sido cortada para dar forma a las calles. De ahí se supone que proviene el nombre de Peratallada (piedra tallada).
Como ya comenté en otro diario, en Peratallada abundan los restaurantes (muchos de ellos en la Plaça de les Voltes), cafeterías y demás. Nadie saldrá defraudado con la visita a este hermoso pueblo.