Llegado nuestro último día de viaje, nos dispusimos a recoger todo nuestro equipaje y salir hacia el pueblo de Grazalema. Aunque pueda ser evidente al ser carreteras de montañas, es recomendable que personas propensas a marearse en coche tomen alguna medicación (biodramina) para sobrellevar las curvas continuas de la sierra. Al llegar a Grazalema, nos informamos de los senderos que hay en la zona. Entre todos los posibles, nos decidimos por el sendero del Río Majaceite. Este sendero discurre pegado al río que le da nombre y que forma pequeñas cascadas en su descenso. El camino esta protegido por los árboles, lo que hace que esté a la sombra durante la mayor parte del tiempo (algo que se agradece en verano).
En nuestro caso, decidimos iniciar el sendero desde Benamahoma con dirección a El Bosque:


Dado que íbamos justos de tiempo, solo vimos la mitad del recorrido. Aun así, fue una experiencia agradable y que nos dejó con ganas de repetir:






Para terminar nuestras vacaciones paramos en el pueblo de Bornos, en la que visitamos el Palacio de los Ribera y sus jardines:





Y con esto, se acabó nuestra travesía por los pueblos blancos. Esta ruta tiene muchos pueblos que visitar y muchos senderos que recorrer. Es un destino genial para asiduos del senderismo ya que hay muchas posibilidades para hacer y descubrir.