Como os comenté en la etapa anterior, nuestro centro de operaciones iba a ser Langreo, nos quedamos en casa de la hermana de Carmen y desde aquí nos fuimos de visita a distintos lugares de Asturias, era la primera vez que venía a esta maravillosa tierra y vine enamorada de todo, pero sobre todo de sus paisajes y animales, gocé lo que no está escrito. Hoy nos íbamos a visitar Cangas de Onís que se encuentra a 69km de Langreo. De camino paramos varias veces, imposible no hacerlo ante tal espectáculo que teníamos delante.

La primera parada la hacemos en una aldea donde vimos cabras y nos unimos con ellas, porque nosotras también somos tres cabras locas






En otro prado de enfrente nos encontramos con este bello ejemplar de burro, que animal más bonito, me parece super tierno y noble.

Una de las emociones más a flor de piel que te suscitará Asturias es la belleza sin límite de sus paisajes.


Su arquitectura moderna o tradicional, tampoco te dejará indiferente.



También vimos en nuestro camino esta original casa que tenía todo el jardín lleno de figuras, me recordó a El Bosque Encantando de San Martín de Valdeiglesias (ver etapa en este diario), se nota que aquí vive un jardinero, jajajajajaja.



Asturias y sus paisajes son un catálogo infinito para el placer vital. Montaña, valles, majadas, brañas, brumas y calimas, cumbres míticas, acantilados gigantes, bosques frondosos, aldeas de cuento, horizontes lejanos y vistas panorámicas, todo ello te seducirá, te enamorará y te cautivará.

Llegamos a un lugar más rural donde apenas hay cuatro casas y paramos para ver este bonito caballo. Al vernos se acercó a nosotras pero con una distancia de al menos un metro, yo le llamaba y no venía y me extrañaba hasta que en un momento dado, moví mi brazo y zassss, el latigazo de electricidad que me dio la valla fue cojonudo, casi me da algo, por eso no se acercaba el jodio, anda que avisa, jajajajajaja, pues me estuvo doliendo el brazo más de media hora y hasta por la noche todavía sentía la electricidad en mi cuerpo, vamos que no me electrocuté de chiripa. Desde entonces ya tengo más precaución cuando me acerco alguno y miro si hay electricidad.


Al lado también había gallinas disfrutando del entorno.

También paramos en este precioso pueblo que no recuerdo su nombre, lo pongo en esta etapa precisamente por eso y porque es precioso y merece ser visto. Si alguien lo reconoce que me diga el nombre y lo añado al diario de Asturias cuando lo haga





Ya veis que Asturias da para una escapada y para mil, son impresionantes sus paisajes pero sus pueblos no se quedan atrás, son de estampa.



Y después de tantas paradas, llegamos a Cangas de Onís, os pondré la etapa en el diario de ASTURIAS Y SUS PUEBLOS
