Después de visitar Cangas de Onís, venimos a uno de los lugares más impresionantes de Asturias y que hay que visitar al menos una vez en la vida, me refiero a Covadonga.

La tradición y la historia vinculan los orígenes del Reino de Asturias con Pelayo y Covadonga, escenario donde en los inicios del siglo VIII se produjeron una serie de episodios considerados como el primer movimiento de insumisión de la cristiandad norteña frente al poder musulmán asentado en la Península unos años antes. El valle de Cangas de Onís, los Picos de Europa y el Monte Auseva habrían sido testigos de la rebelión que eligió a Pelayo como líder, y que poco después protagonizará el legendario episodio bélico en las faldas de ese pequeño monte. Dejamos el coche aparcado junto al Restaurante La Reconquista que es gratuito y nos dirigimos con paso firme a ver a la Virgen situada en una cueva en lo alto de la montaña donde se encuentra custodiada por dos leones de piedra.

Junto a la carretera puedes ver esta pequeña cascada que viene del estanque que hay a los pies de La Santina.

Debajo de la gruta hay otra cascada con un pequeño estanque.

Esta gruta se convirtió en un templo mariano y en símbolo de la victoria de la fe, contribuyendo su situación agreste y remota a su singularidad. Todo ello vendría sancionado por la propia Corona, pues pronto se convertiría en un santuario de patronato real y receptor de prebendas. Desde entonces la Santa Cueva, custodiando la imagen de la Virgen intercesora de la victoria de Covadonga y los restos de los primeros reyes astures, se consolida como el corazón de un santuario que aúna la fe mariana, la naturaleza y la tradición histórica, al cuidado de una comunidad aquí instalada. Pronto se convierte en destino de peregrinación por parte de romeros de toda Asturias y de otros territorios. Subimos por la denominada Escalera de las Promesas con 101 escalones y llegamos a la gruta donde se puede contemplar la bella imagen de la Virgen de Covadonga.



Acabada la Guerra Civil, los destrozos provocados en la gruta permitieron el desmantelamiento del camarín y la construcción del entorno que hoy es visible en la gruta. Se construyó una pequeña capilla o sacristía siguiendo patrones del prerrománico asturiano y buscando una ornamentación sobria que convirtiera a la propia cueva en un verdadero templo natural, quedando un entorno inigualable. Tuvimos la suerte de ver a la Virgen muy bien porque estábamos solas en ese momento.




Continuamos por el pasadizo que hay junto a la gruta y realizado bajo la montaña.




El centenario de 1918 y la coronación canónica de la virgen fueron el momento idóneo para que se compusiera un himno que sirviese de seña de identidad musical al santuario y a la devoción mariana, así como de rememoración de los hechos históricos de Covadonga. En septiembre de 1918 sonó por primera vez en el santuario el "Bendita la Reina de nuestras montañas, que tiene por trono la cuna de España".

En el túnel se pueden ver Las Tres Cruces que tienen un sentido penitencial. Son lo que queda de un antiguo vía crucis, enclavadas en un hueco que sirve para dar luz a los peregrinos en el pasadizo santo y desde donde se puede ver la Basílica de Santa María.




Salida de la gruta si vienes por las Escalera de las Promesas o entrada a la gruta para ver La Santina, dependiendo por donde quieras acceder.

Una vez fuera se puede ver muy bien la Basílica aunque tiene mejores vistas desde la gruta. También te indica por donde entrar a la cueva y la Campana de 1900 con tres metros de altura y 4.000 kilos de peso. Fue ganadora del primer premio de la Expo de París.


Ahora nos vamos a ver el Museo del Real Sitio de Covadonga que a pesar de las constantes ruinas e incendios sigue conservando obras de gran valor. Está estructurado en diez apartados en los que se podrá conocer la historia del Santuario de Covadonga, desde los tiempos de D. Pelayo hasta la actualidad. La entrada es gratuita.

Se pueden ver pinturas, grabados, fotografías, tallas, ofrendas y objetos de orfebrería.




La corona de la Virgen de Covadonga y el Niño, son piezas de valiosa orfebrería, creadas en 1918, año de la coronación canónica de la Virgen. Están fabricadas con platino, oro, diamantes, rubíes, zafiros, rosas de Francia, brillantes y perlas. Estas piezas solo se utilizan en el día de Covadonga, el 8 de septiembre.

Aparte de las obras de orfebrería también se expone ropa litúrgica, como el pectoral de San Melchor de Quirós y el manto y vestido de seda blanca bordado, donados a la Virgen de Covadonga por la Reina Isabel II.






Majestuosa la Basílica de Santa María la Real de Covadonga. El día de consagración del Camarín de la cueva en 1874 el obispo de Oviedo, anunció a los fieles su intención de dotar al Santuario de un templo monumental. Aunque aún tardaría un par de años para poder ejecutarlo, se decidió levantar esta "Catedral de Covadonga" en el Cerro del Cueto, una pequeña elevación en el centro del valle y frente al Monte Auseva, que ofrece una espectacular perspectiva de la Santa Cueva y su entorno natural.


En 1877 comenzaron las obras con el desmonte del Cerro del Cueto, siendo el rey Alfonso XII el encargado de detonar el primero de los barrenos. Quince años después de aquel barreno el sueño de tantos fieles y peregrinos, de visitantes y viajeros de todas las épocas tomaba forma en medio de la frondosidad natural que siempre ha caracterizado este lugar en los Picos de Europa. Entramos a la Basílica donde apenas había 2/3 personas, el acceso también es gratuito.





La Basílica de Covadonga lleva más de un siglo siendo uno de los iconos históricos y espirituales del Real Sitio, y es un lugar con gran afluencia de viajeros dispuestos a descubrir todos los secretos de un lugar único en el mundo, sin duda es una visita recomendable.






Increíbles vistas desde la Basílica pero realmente no se que es este edificio amarillo, parece un seminario o algo parecido



Junto a la Basílica se encuentra la Estatua del Rey Don Pelayo quien inició la Reconquista en la zona de Covadonga. Sobre su figura está la Cruz de la Victoria, estandarte enarbolado durante la batalla de Covadonga. Hoy en día símbolo de los asturianos, representada en su bandera.


Volvemos hacia la gruta donde está la Escalera de las Promesas y la cascada para hacernos algunas fotos.



Entro donde está la Fuente de Los Siete Caños que se encuentra en la parte baja de la cueva, al lado de la laguna, tengo que ir despacio porque a consecuencia del agua está todo resbaladizo y me voy mojando con la cascada. La fuente tiene forma de copa de la cual salen siete chorros de agua que emana de la Cruz de La Victoria. La tradición dice " La Virgen de Covadonga tiene una fuente muy clara, la niña que de ella beba, dentro del año se casa", menos mal que no bebí porque no tengo más ganas de casarme





Nos vamos a dar un paseo por el Parque del Príncipe donde se encuentra el paseo fluvial. Precioso parque lleno de vegetación frondosa y puentes de madera, donde relajarte y disfrutar del entorno. Aquí se puede ver la primera cascada que os mostré al principio de la etapa.






Desde el parque se tiene unas preciosas vistas de la Basílica.

Aparte de los puentes de madera, también hay puentes de piedra como este recubierto de yedra. Ya nos empezó a llover un poco pero eso no impidió que siguiéramos disfrutando de nuestro paseo.


Pese a la lluvia seguimos el paseo a orillas del río Reinazo, la mayoría de la gente se queda en la zona de la Basílica y la Gruta, esta zona merece un paseo ya que el entorno es incomparable.




Aquí podéis apreciar la lluvia que nos caía pero seguimos el paseo con alegría y haciendo fotos, yendo bien equipadas no es impedimento








Y hasta aquí llega esta preciosa visita y como os dije al principio, un lugar que toda persona debería de conocer al menos una vez en la vida, por su historia, por su localización y por su santuario, aunque no seas creyente te encantará
