DÍA 6 - O GROVE y POIO. ✏️ Diarios de Viajes de España

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Para ser honestos he de decir que llegamos ayer por la tarde a O Grove. A última hora.
Podíamos haber paseado por el paseo marítimo o incluso subir al mirador pero la pateada por Vigo nos pasó factura y estábamos cansadísimos.

Cuando llegamos al hotel (del que ahora mismo no recuerdo el nombre pero lo busco y lo añadiré a la etapa en estas líneas), no pudimos hacer otra cosa que descansar un rato antes de cenar. Y eso fue lo peor que hicimos pues ya no hubo manera de volver a coger ritmo. Solo bajamos a cenar al restaurante de abajo, que por cierto era del mismo dueño del hotel y de ahí a la cama. A pesar de haber marisco pedimos chuletón y estaba al punto, espectacular. El cansancio pudo con nosotros y ni siquiera después de cenar nos planteamos dar un pequeño paseo. Tras el postre subimos a las bonitas y nuevas habitaciones. Teníamos terraza super grande con tumbonas y vistas a la playa a lo lejos. Y en nuestro gran cuarto de baño teníamos ducha y bañera de esas clásicas con patas metálicas inmensa, la cual a pesar de lo tarde que era no dudé en probar y me monté un baño de espuma que ni Cleopatra con su leche de burra.

Por la mañana bajamos a desayunar (desayuno incluído) al restaurante de abajo e hicimos el chek out. Sin entretenernos mucho partimos dirección a Poio. Hicimos una breve parada en una larguísima playa en O Grove que nos pilló de camino. Aparcamos en el parking y nos acercamos por una pasarela de madera. Qué playón!! con sus tumbonas y sombrillas de paja. Si lo llegamos a saber nos hubiéramos organizado de otra manera y habríamos sacado hueco para disfrutarla aunque fuese un ratito. Pero no teníamos mucho tiempo así que hicimos un par de fotos y continuamos camino. Hoy no podíamos llegar tarde al partido.

Del partido no voy a contar mucho pues nada tiene que ver con el viaje, pero no puedo evitar decir que pasamos a la final y fue un día inolvidable, de esos que salen muy de vez en cuando pero que son recuerdo para toda la vida.
Otra gran alegría y otra excusa para darnos otro festín gastronómico. Esta vez optamos por un restaurante en el mismo Poio que nos recomendaron los conserjes del campo de fútbol. El ASADOR O REMO. Estaba hasta la bandera y era martes. Pero por 12 euros el menú, con un primero y un segundo, pan, bebida, café y postre con razón. Y vaya comida!!!! imposible acabarse los platos. Muy ricos pero las raciones eran inmensas y ni con mucho apetito pudimos acabarnos los menús. Recomendadísimo si quieres comer bien y barato.

Había empezado a llover con bastante fuerza y optamos por buscar hotel para la que ahora sí, sería nuestra última noche en Galicia. No nos complicamos mucho y allí mismo en Poio encontramos el HOTEL PARIS, sencillo pero muy limpio. Nos dieron una habitación en el edificio principal, sin muchos lujos pero súper limpia y con una enorme televisión de plasma. Seguía lloviendo y aprovechamos para buscar vuelo de regreso para el día siguiente. No había nada. Los dos vuelos de Ryanair estaban completos y nos llevó casi toda la tarde encontrar otra opción asequible. Al final cogimos un vuelo a Valencia. De allí a Alicante, donde teníamos nuestro coche en el aeropuerto, nos llevaría un amigo. Un rollo y una vuelta innecesaria pero no podíamos hacer otra cosa.
Como no paraba de llover dimos por concluida nuestra actividad turística y pasamos el resto de la tarde viendo por la tele el partido grabado de los chicos tirados en las camas. Nuestras habitaciones tenían una cama doble y una individual. Con desayuno, unos 50 euros la noche. Super bien.

Para cenar cogimos el coche y nos acercamos a la ría, al restaurante Lourido. Como siempre ya era tarde pero nos atendieron sin problemas. Nos dieron una mesa junto a la ventana con vistas pero al ser de noche sólo se veían luces a lo lejos y la fábrica de biomasa de Ende echando humo por sus chimeneas. Tenían una terracita que durante el día tiene que estar muy bien. Tanto el servicio como la comida fueron correctos. Pedimos unas cigalas y estaban fresquísimas. Y los postres también muy ricos. Al salir dimos un paseo por la ría que aunque era de noche y las vistas no eran las mejores, el ambiente después de la lluvia era muy agradable y nos sirvió para recordar anécdotas de nuestro viaje.

Sin más volvimos al hotel y a dormir.

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