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Etapa 7: Edimburgo
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Visitas en Edimburgo
El primer día en Edimburgo teníamos muy claro lo que había que hacer, ¡¡¡ VER EL CASTILLO !!! Además no teníamos otra opción puesto que era el último día que podíamos utilizar la Explorer Pass. Por lo tanto, nos levantamos a eso de las 8:30 h, desayunamos de nuestras provisiones en los apartementos en los que estabamos alojados y salimos hacia el castillo el cual tan solo estaba a unos 10 minutos andando. Llegamos y ya había ciertas colas para sacar la entrada pero nada comparable con las colas que veríamos al salir de nuestra visita. Como llevabamos la Explorer pass, nos la sellaron rápido y no tuvimos que hacer cola, cogimos unas audioguías (no recuerdo si estaban incluidas o tuvimos que pagar algo) y ¡Hala a ver el castillito!. Solo deciros que hay dos formas de ver el castillo, tragandose toda la historia de la audioguia (que tiene ciento y pico explicaciones) o verlo rapidito sin prestarle mucha atención a las explicaciones. Yo opté por una opción intermedia por no parecer muy inculto y porque en realidad me encantan las historias de castillos....pero había ciertas cosas que no las escuchaba porque si no te puede llevar la visita 3 horitas fácilmente.
Que puedo deciros del castillo que no hayais oido o leido. Simplemente una ciudad por si mismo, incleible y espectacular. Es grandísimo y lleno de historia y fantasmas. Pero yo antes del viaje estaba como alucinado porque iba a visitar este monumento y como os dije antes es castillo que más me ha gustado fué el de Eliean Donan, pero esto va en gustos.
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Panorámica de la plaza interior del Castillo de Edimburgo
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Vistas desde el castillo de Edimburgo
Desde el castillo hay unas vistas increibles de la ciudad y si vais en Agostro comprobareis como según entrais al castillo, en la plaza anterior a la puerta de entrada, hay puestas unas gradas que son para ver el Military Tatoo, un espectaculo militar de bandas que se celebra todos los años cada noche y que resulta espectacular.
Al salir del castillo empieza la famosa Royal Mile, una calle que va desde el castillo hasta el Palacio de Holyrood, antigua residencia de la reina de Escocia y donde se aloja la reina de Inglaterra cuando visita Edimburgo. Esta calle que tiene una milla de distancia (¡Qué originales!) es la calle más espectacular y bonita que he visto en mi vida. Está llena de edificios antiguos, con iglesias, museos, tiendas, etc. y en estas fechas se celebra el mayor espectaculo cultural del mundo (o al menos eso dicen). Cuentan que todo empezó cuando se antiguamente se celebraba un gran festival de teatro en la ciudad y al cual solo accedia la gente con mayor poder economico. De esta manera surgió un festival callejero paralelo para todo aquel que no pudiese pagarse una entrada. Así surgió el Fringe Festival de teatro. El Fringe es básicamente una mezcla de espectaculos callejeros que realizan sus actuaciones todos los días de Agosto en la Royal Mile. Vayas a donde vayas y mires a donde mires hay gente disfrazada haciendo parodias o músicos tocando, malabares, espectáculos de todo tipo....esto hace que la calle esté totalmente llena de bullicio, vida, esplendor, alegría, etc. Puedes tardar una hora o dos en cruzar la calle pues siempre hay algo interesante donde parate a mirar y reire. Simplemente increible la vida que tiene esta ciudad. Me encantó.
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La Royal Mile
Un espcetáculo de la Royal Mile y de paso una boda Escocesa
Bajamos la Royal Mile com mil quinientos ojos, mirandolo todo, entrando a las tiendas, nos empapamos de la música Escocesa presente en todas partes y en general disfrutamos de un paseo genial. Después nos desviamos un poco para ir a la oficina de turismo y recoger un poco más de información. Al salir de esta oficina nos sentamos para disfrutar de las vistas del casco antiguo y ver el chupinazo del cañon del castillo que dispara todos los días a la 1 del mediodía. Si las vistas de la ciudad desde el castillo son espectaculares, la vista del Old Quarter desde la parte nueva de la ciuad no tiene desperdicio, es simplemente indescriptible.
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Panoramica del Barrio Antiguo
A continuación nos dirigimos otra vez a la Royal Mile y continuamos hacia el palacio de Holyrood, cuando llegamos le echamos unas cuantas fotos pero no entramos pues estabamos un poco cansados de ver palacios y castillos. En realidad dicen que merece la pena pasar pero ya no nos quedaban muchas fuerzas. El palacio es muy bonito y tiene su historia.
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Palacio de Holyrood
Comimos en un restaurante de por allí cerca y luego nos metimos en una tetería de la Royal Mile que nos encantó. Creo recordar que se llamaba Clarinda´s pero no me hagais mucho caso. Todo tenía su típico estilo britanico, sus mesitas con mantelería, las teteras, tartas y dulces para elegir...Era como trasladarse a la era Victoriana. Y además no fué nada caro. Os lo recomiendo a todos. El sitio está al final de la Royal Mile, cerca del palacio. Una gozada.
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Tomando un típico Té Británico
Seguimos paseando y de tiendas para acabar en GrassMarket, una plaza muy chula con muchos pubs con música en directo y donde se pueden tomar unas buenas pintas y comer algo. En esta plaza se hacían ejecuciones públicas y tiene mucho movimiento. Ese día no hicimos mucho más y cada vez se notaba más que el viaje estaba acabando con nosotros. Cenamos y nos fuimos pronto a acostar.
Día 8: Edimburgo
Al día siguiente, después de desayunar, nos dirigimos rápidamente hacia la oficina oficial del Military Tattoo. Cuando preparaba el viaje, había intentado comprar las entradas por internet, pero me llevé el chasco de que estaban ya todas vendidas ¡¡ DESDE DICIEMBRE DEL AÑO ANTERIOR !! No me lo podía creer. Pero el día anterior nos dijeron que a veces les sobran algunas entradas y las venden a primera hora (Algo parecido a lo que nos pasó con el tren en Fort William). Sin embargo, cuando llegamos a la oficina y preguntamos nos dijeron que lo sentian pero que no les quedaban entradas. ¡¡NUESTRO GOZO EN UN POZO !!
Sin embargo, la diosa fortuna estaba otra vez de nuestro lado. Según salimos vemos a una mujer muy bien trajeada que nos pregunta en inglés si queremos entradas. ¡¡Uy yuy yuy!! ¡¡Esto me huele a reventa y de la buena!! (Pensé yo que soy muy mal pensado). ¡¡ Pero no!! Resulta que la chica esta era una guía de un viaje que venía de Austria y habían adquirido un buen número de entradas para la excursión. Resulta que al final les habían sobrado unas cuantas y la organización no quería quedarse con ellas y por eso estaba vendiendolas allí mismo. Resulta que nos la dejó por el mismo precio de la entrada, ¡si! ¡si! que pagamos lo mismo que ponía en la entrada, 21 libras y para esa misma noche. Además no os podeis imaginar que sitio, uno de los mejores.
Total que supercontentos nos fuimos a ver la parte moderna de la ciudad y empezamos a ver edificios de tipo victoriano y pasamos cerca de los Queen Gardens, aunque no pasamos. Agotados por el paseo, comimos en un Mc.Donals y por la tarde subimos a la colina de Caton Hill. Este sitio tiene muy buenas vistas y algun edificio tipo monumento conmemorativo parecido al Partenon. No está mal, pero el sitio no está muy cuidado lleno de maleza y pajitos.
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Vistas desde Caton Hill
A la vuelta vimos el monumento a Robert Burns, uno de los escritores y poetas más importantes y conocidos que ha dado esta tierra y de los cuales sus gentes están muy orgullosos. De hecho creo que la tetería en la que estuvimos Clarinda´s hace referencia a una amada del poeta....(quién sabe???)
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Monumento a Robert Buns
Pero yo lo que quería es que llegara ya la hora de irnos al Military Tattoo. Así que nos fuimos a duchar y a ponernos guapos...¡¡ ja ja mis ganas !!. Y después otra vez para el castillo. No os podeis ni imaginar el despliegue que requiere un festival de estos, policía, acomodadores, voluntarios, etc. La calle era un verdadero hervidero de gente que subía colina arriba para ver el espectáculo. Nos acomodamos y la verdad es que las butacas eran un poco estrechas para un tio tan grande como yo...pero bueno...impacientes....¡Allá va! ¡empieza el espectáculo!.
Empiezan a tocar fanfarrias, gaitas, y una música muy ceremonial cuando de repente, saltan unos fuegos artificiales del castillo y aparecen haciendo una superpasada por encima, dos cazas del ejercito del aire escoces...y la gente estalla de emoción y alegria....¡¡IMPRESIONANTE!!. Después de esto empieza el espectaculo..por la puerta del castillo empiezan a aparecer no se cuantos gaiteros de los distintos clanes de escocia con su indumentaria típica y tocando la gaita y formando diferentes figuras. Todo muy estético y bonito.
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Gaiteros en el Military Tattoo
El show duró una hora y media más o menos y fué alucinante, cada actuación te dejaba con la boca abierta....bandas de tambores, guerreros africanos, las fuerzas armadas norteamericanas, etc. Mi mujer que pensaba que esto iba a ser como las bandas de tambores y cornetas de mi pueblo se quedó alucinada. La verdad es que es una cosa que no os podeis perder. Además todo este espectáculo en un marco incomparable y con el Castillo de Edimburgo de fondo donde se proyectaban imagenes y había un espectaculo de luz y sonido con una traca final de fuegos artificiales. ¡¡ Ahhh Qué noche más bonita !!
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Una vista del Castillo de noche desde las gradas
Al acabar, estabamos tan extasiados que teníamos que celebarlo y nos fuimos a tomar unas pintas a un pub superchulo. Era nuestra última noche en Escocia y había que tomarse una buena cerveza por este magnifico pais.
Día 9: Edimburgo y viaje de vuelta a Madrid
Nos levantamos con una sensación un poco de tristeza porque nuestro viaje tocaba a su fín. Pero todavía teníamos una mañana para hacer algo pues nuestro avión salía por la tarde. Así que cogimos un autobús y nos fuimos al puerto para ver el buque Britannia. Este barco es con el que la familia real realizaba sus viajes cuando iba de crucero a numerosos sitios y está plagado de fotos de la Reina Isabel, el Principe Charles y Laidy Di y demás miembros de la familia real.
La visita está curiosa si no tienes otra cosa que hacer, pero te cobran una pasta por entrar y luego pues es un barco que si, tiene cosas chulas pero eso...pues bueno. Lo más curioso es ver como vivía la tripulación y todas las comodidades adaptadas a un barco. El Britannia se encuentra al lado de un centro comercial que es donde comimos y justo después nos fuimos a recoger las maletas y para el aeropuerto. Nuestro impresionante viaje había terminado.
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Buque Britannia
Bueno, solo me queda deciros que hay muchas más cosas que ver en edimburgo que nosotros no hicimos porque estabamos agotados y por tiempo. No pudimos ver por ejemplo el Mary´s King close o ir a ver la estatua del perrito en un hotel que es muy típica y aparece en muchas postales. Quizá lo mejor para ver Edimburgo sea ir un fin de semana largo o un puente y tener mucha energía y ganas de ver cosas.
De nuestro viaje, en un principio, estaba alucinado por la oportunidad de conocer Edimburgo pero al final creo que me quedo más con la parte del viaje en la que recorrimos el pais. Por un lado me encantan los Road trips y tener la libertad de ir a un sitio u otro según te apetezca. Por otro lado Escocia tiene tantos contrastes y la gente es tan amable que se siente más la esencia del pais visitando ciudades más pequeñas en diferentes partes como pueden ser los Trocharss, las Highlands o las islas.
Me hubiera gustado pasar por el centro del pais cuando volvíamos de ver las destilerias y parar en Pitchlory, pues dicen que es muy bonita esa zona. Pero decidimos llegar hasta la costa a ver St. Andrews y no me arrepiento (esto fué cabezoneria de mi amigo Juanjo). Por otro lado tengo la sensación de que no he visto ni la mitad de cosas que este pais puede ofrecernos. Me encantaría llegar a las islas Orcadas o a las Shetlands y tener la sensación de estar perdido en tierras muy lejanas donde solo hay mar y sopla el viento, al menos por un día o una noche. Y también me hubiera gustado subir más arriba de Inverness en las Highlands...pero bueno, que se le va a hacer...no se puede tener todo y así es un viaje que dejo pendiente para repetir en el futuro.
Espero que os haya gustado, por mi parte me he emocionado mucho recordando tantas aventuras.
Bye Bye !!!!
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