No es país para viejos, podríamos decir...
Una vez un tanto recuperados, o no, de la experiencia del Correcaminos retomamos el plan inicial de acercarnos a la atracción de Rápidos ACME y terminar de recuperarnos haciendo la cola de espera, que continúa siendo de 60 minutos. Accedemos a la zona de espera que se encuentra en un hangar de distribución de productos marca ACME.
[align=center]ZONA DE ACCESO A RÁPIDOS ACME EN PARQUE WARNER
Una vez un tanto recuperados, o no, de la experiencia del Correcaminos retomamos el plan inicial de acercarnos a la atracción de Rápidos ACME y terminar de recuperarnos haciendo la cola de espera, que continúa siendo de 60 minutos. Accedemos a la zona de espera que se encuentra en un hangar de distribución de productos marca ACME.

El gentío es enorme y la fila es de aúpa. Mientras vamos medio avanzando vamos preparando el kit antimojaduras: chubasquero para el cuerpo humano, bolsa de basura para la mochila y bolsa de cierre zip para el móvil y la cartera. En un momento dado la cosa se estanca y todo lo negativo se alinea: el mareo sigue sin irse, el ambiente es sofocante pese a los ventiladores que funcionan a todo trapo en el techo, el griterío del personal es cargante y ensordecedor y la música ambiente, una sucesión de jazz trompetero de los años treinta del pasado siglo, crea el caldo de cultivo necesario para parecer que estamos viviendo una pesadilla digna del Infierno de Dante. El cuñao me dice que si nos vamos y secundo la moción por lo que deshacemos la cola, que sigue sin moverse, y salimos al aire libre por fin.
Nos volvemos a derrumbar a la sombra y aprobamos por unanimidad que ya hemos dado lo que teníamos que dar, en cuanto a cacharrería se refiere, y que ya lo que queda de jornada nos vamos a dedicar a tomárnoslo con calma y a encadenar los espectáculos que faltan hasta la hora del cierre. El cuñao farfulla algo de una esclusa y hace mutis por el foro para darlo todo. A su regreso nos dirigimos al restaurante El Rancho en Old West Territory a estar al fresquito un rato y tomarnos una manzanilla reparadora mientras hacemos tiempo para la espera del comienzo del espectáculo "Steampunk Saloon".
Steampunk Saloon

¿De qué trata este espectáculo? Pues, sinceramente, no sabría decir y en quince minutos tampoco da margen a que se desarrolle un mínimo argumento. Hay algo así como viajes en el tiempo y tecnología del futuro aplicada al Salvaje Oeste. Además hay baile, hay cante, hay humor con el público.... En definitiva, es correcto y si te pilla por allí lo recomendaría pero venir ex profeso de otro sitio del parque no sé hasta qué punto lo aconsejaría.
Acabado el espectáculo, que se ve de pie o sentado en el suelo, a voluntad, nos encaminamos a la zona de los superhéroes, DC Superhéroes World, para ver el espectáculo de Batman. Según nos vamos acercando oímos los alaridos provenientes de la atracción Batman Gotham City Escape, la montaña rusa multisensorial única en Europa que reúne entre sus características alcanzar una altura de 45 metros, una velocidad que supera los 100 km/h y varias zonas cabeza abajo (igualito, igualito a la de Tom y Jerry...). Nos paramos a
ver las evoluciones de la lanzadora por los raíles de la atracción y comentamos al respecto:
Por 25 pesetas, razones, motivos y excusas para que no nos montemos en Batman Gotham City Escape:
Ni harto de vino.
Ni jarto farlopa.
Ve tú que a mí me da la risa.
A otro perro con ese hueso.
Si hay que ir se va pero ir pá ná, es tontería.
Ni por todo el oro del mundo.
¡Campana y se acabó...!
Continuará...[/align]