3: Delhi [Día 2 y 3] ✏️ Diarios de Viajes de Sub Continente Indio

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A pesar de mi aturdimiento por el cambio horario y del cansancio acumulado después de tantas horas de vuelo, consigo despertarme temprano para aprovechar mi primer día. Tengo muchas ganas de empezar a patear la ciudad y descubrir que se cuece en la capital de la India.

Y después de salir del hotel averiguo que lo que se cuece en la calle es mucha gente, mucha polución, mucho ruido, mucho tráfico, mucho movimiento, muchas miradas, muchos trileros que quieren hacerse mis amigos. La calle que conocí esa misma madrugada está irreconocible por la mañana.

Después de desayunar algo en un local, empiezo a patear las calles para reconocer el lugar. Mi intención es evitar coger taxis para hacerme una idea real de las proporciones de la ciudad. Doy una vuelta por la zona del Paharganj, la estación de tren y luego me encamino en dirección al fuerte rojo dando un paseo. Me llama la atención el montón de gente que hay alrededor mío, y ni un solo turista. Después de un buen rato andando me paro un rato para intentar ubicarme y comprobar si estoy en el buen camino. Una persona se acerca a mi y a pesar que me resisto a que me acompañe, él insiste. Después de todo, no resultó ser un trilero. Me di cuanta que hablaba un perfecto inglés y sabía demasiadas cosas de España. Estuvo viviendo una temporada larga en Zurich. Mira por donde. En un rato me puso al día de la situación. Efectivamente me había desviado bastante del camino al Fuerte Rojo, y me aconsejó encarecidamente que no fuera andando, ya que el camino que me quedaba no era fácil de seguir sin perderse de nuevo, ni era seguro. Me resultó convincente y me dejé aconsejar. Cambié mis planes y decidí ir a visitar Canought place en Rickshaw y hacer primero una visita al centro de información turística con la esperanza de que allí pudieran ayudarme a organizar mi visita por Delhi. Había llegado a Delhi sin preparar nada de este sitio y no tenía ni idea por donde empezar. De todos los Rickshaws que cogí este fue el más barato. Me costó 20 rupias por un trayecto de 15 minutos! El resto de rickshaws por más que negocié y negocié lo más bajo que conseguí por trayectos infinitamente más cortos fue 3 o 4 veces ese precio.

El rickshaw me dejó en lo que se supone que era la oficina de turismo. Aunque tenía más parecido con una agencia de viajes. Acabaron haciéndome ellos más preguntas que yo. La única información útil que conseguí sobre Delhi fue un mapa. No me ayudaron en nada. De esta oficina me fui a otra, y de ésta a otra, y de todas ellas salí echando pestes cansadito de decirles que no estaba interesado ni en tours por la India, ni en coches con chofer, ni en contratar un guía para la ciudad. Todos querían venderme algo. Todos parecían realmente ofendidos cuando les decía que mi destino del viaje era el Himalaya en Nepal. Ya me di cuenta que Indios y Nepalíes tienen sus rencillas. Alguno llegó a decirme que para que había venido a la India. En fin.

Decidí tomarme el día con calma y me di una vuelta tranquilamente por la Canought place y alrededores, recorrí algún parque, comí en el Sagar Ratna y contemplé pasar a la gente y poco más. Fui consciente que la ciudad es demasiado grande para recorrerla a pie, y que los transportes públicos no funcionan excesivamente bien. Ese día el Metro se averió entre dos paradas, justo antes de Canought place, y la gente tuvo que abandonar el metro a pie precipitadamente andando por los túneles. El día después leí en el periódico que hubo incluso algún herido en la avalancha. A la polución debido al tráfico densísimo que hay, había que añadir además la nube de mierda que llevaba varios días instalada en Delhi proveniente de una explosión y el posterior incendio que duró 8 días en una refinería en Jaipur a 200 km de Delhi. Esa es la India que conocí el primer día.

A última hora de la tarde entre en varias agencias para preguntar precios de lo que me costaría contratar por un día entero un coche con chofer para recorrer los principales monumentos en Delhi. No era mi idea inicial pero si quería aprovechar el día siguiente tenía que hacerlo así. Pagué 800 Rp. El trayecto incluía parada en algunos de los muchos monumentos de Delhi: el Fuerte Rojo; La mezquita de Jama Masjid, la más grande de la India

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Birla Mandir; el Raj Ghat donde descansan en paz las cenizas de Mahatma Gandhi;

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la residencia del primer ministro de la India y la del presidente, edificios de interesante arquitectura, aunque solo puedan contemplarse desde la verja exterior; el museo memorial de Gandhi; la Puerta de la India; Humayun´s Tomb; Safdarjans’s Tombs; Lotus temple; Ghandi Smriti, donde hay un memorial y un museo de la vida de Gandhi; y el Qutr Minar.

El primer día no saqué ni la cámara de fotos, pero el segundo día ya me repuse y empecé a sacar la cámara de paseo. Al fin y al cabo la idea de coger un coche no fue nada mala. Me dio tiempo a ver buena parte de todos los sitios que quería ver, y alguno más. Curiosamente el Templo de Loto estaba cerrado ese domingo. Cosa extraña que un templo cierre en domingo, no? Prescindí de entrar al templo de Akshardham (http://www.swaminarayan.org/ ). La cola de entrada era tan enorme que me eché atrás. Ni en la Expo92 de Sevilla vi colas tan increíbles. Una pena porque desde fuera el lugar parece muy interesante. Tenía que dejar algunos lugares para la próxima vez, y uno será este sitio.

De todos los monumentos que visité el que más me impresionó fue el Qutub Minar. Es verdaderamente digno de ver.

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El chofer no hablaba mucho ni muy bien inglés pero le ponía voluntad. Para almorzar me llevó a un restaurante cerca del parking del Ghat Raj muy barato y riquísimo. Hacen un Masala Dosa espectacular por 35 Rp.

En el Fuerte Rojo y en Akshardham realizaban espectáculos nocturnos con música y luces. No pude asistir a pesar que me recomendaron no perdérmelos. Para la próxima también.

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