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Himal en nepalí quiere decir montaña. Pero montaña de verdad, de las que tienen nieve de forma permanente. A las otras las llaman colinas, a pesar de que tengan más de 1500m.
En la celebración de Tihar, Pradeep me comentó que estaba planificando una excursión a los himalayas con unos amigos, así que cuando me propuso ir con ellos no lo dudé. Las mejores experiencias suelen nacer de la improvisación.
Tardé todo el viernes en organizar los trabajos en la escuela de los días siguientes. Hice la mochila con lo básico y tomé el pequeño autobús a Damauli y allí, cuando cogí el minibús a Pokhara, ya caía la noche.
La ciudad ofrece toda la diversión que un universitario pueda buscar: comida barata, música en directo y alcohol, entre otras cosas. Un Nepal diferente, unas costumbres conocidas. Cambio de chip. Viaje atrás en el tiempo. En mi tiempo.
Nos levantamos pronto y nos dirigimos a la estación de autobuses. Allí acabamos de comprar lo necesario para el trek como comida, medicamentos, crema para el frío o ron. Pregunto por los permisos y me responden que no son necesarios, que nadie los reclama.
A la hora informada sale el autobús hacia Naya Pul. A nuestro lado un grupo de bachilleres hacen una excursión. Todos ellos hablan en inglés. Se lamentan de las pocas oportunidades que tienen en Nepal. Les comento que los cambios son graduales y lentos y desde mi punto de vista van por buen camino apostando por la educación. Van a Ghandruk, una excursión muy popular entre los nepalís.
Ya en Naya Pul empezamos a caminar y tras cruzar el puente sobre el río que recoge las aguas del valle que íbamos a remontar, nos para el oficial reclamando mi permiso. Si, mis rasgos europeos me delataban y a pesar de los insistentes argumentos de mis compañeros de viaje el inflexible funcionario me hizo abonar la entrada (2000NPR) y multa (2000NPR) de acceso al Área de conservación del Annapurna.
El primer día de ascenso se pasa de un paisaje rural con campos de arroz alrededor de pueblos de piedra con vistas al valle y las montañas, pastores con sus rebaños de cabras, mujeres acarreando pesadas cargas, niños jugando en los enormes columpios de bambú que se levantan por el dashein y otros excursionistas, mayoritariamente locales, con los que comentar la belleza del paisaje.
Ghandruk es un precioso pueblo de piedra en un pequeño llano desde donde se puede apreciar el magnífico paisaje de montaña en primer plano. Desayunar contemplando el magnético cambio de color de las cumbres nevadas es sencillamente mágico.
El segundo día de caminata hasta Ghorepani es algo más largo, por lo que conviene salir pronto venciendo la atracción que el panorama ejerce, o bien realizarlo en dos jornadas. El itinerario supone descender un nuevo valle para después remontarlo. Aquí el paisaje es boscoso y la presencia humana menos. Puedes cruzarte con algún pastor, algun pequeño templo y mucha vegetación. Cuando la caminata encuentra un claro desde donde ver las montañas, hay instalado un mirador o un albergue donde tomar un te o cafe, comer algo o simplemente descansar.
Al final de la jornada, una vez ascendido el valle, sobre unos 300m hay un chautari, una tarima de piedra desde donde se tiene unas extraordinarias vistas al Annapurna. Desde allí, sobre las nubes, se divisa toadas las montañas, con Ghorepani al fondo del valle y Poon Hill enfrente.
El tercer día empieza pronto. Conviene iniciar la marcha alrededor de las 5h. Pool Hill es uno de esos atractivos turísticos que todo el mundo quiere ver. Y con razón. Por eso se forman grandes tapones en el ascenso, ya que la belleza que se ve desde la cumbre convoca a todo tipo de personas, desde adolescentes mochileros a ancianos adinerados. Las escaleras son estrechas, por lo que son estos últimos quienes marcan la velocidad de ascenso. Tenedlo presente si creéis que vuestro estado de forma os permitirá subir en 15min. Os equivocaréis.
Una vez arriba hay un puesto que vende cafés y tés nepalíes. Una delicia que calma el frío mientras el espectacular escenario que se nos presenta enfrente empieza a dibujarse. Minuto a minuto, a medida que el sol va levantándose, la claridad va descubriendo los velos de penumbra, presentandonos la espectacularidad de los macizos del Annapurna y Dhaulagiri como quien ve un documental de alta definición en la sala de un cine.
Cuando los primeros rayos de sol hacen presencia, la gente empieza a aplaudir empezando por aquellos que están encaramados a una torre vigía. Es entonces cuando te das cuenta que no estás solo, que no estás perdido en la montaña, sino junto a unas quinientas personas más que también han querido vivir la experiencia. Y es que estos atractivos convocan a toda esta gente porque se trata de lugares de belleza universal como el Taj Mahal o el Perito Moreno. Lugares que merece la pena visitar.
El camino hasta Tatopani sigue siendo espectacular, deshaciendo el paisaje visto de la alta montaña a los valles domesticados por el hombre, de los riscos nevados a la piedra de las casas de pueblo y paisaje rural con arrozales al borde del precipicio. La última noche la pasamos en Tatopani, a tiempo para relajarnos en las aguas termales que dan nombre al pueblo. Porque Tatopani quiere decir Aguascalientes.
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