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KOTOR Y RISAN
KOTOR Y RISAN
Mañanitas de Kotor (II)
Domingo, 27 de Octubre, 2019
Me desperté a eso de las 6.30 de la mañana y salí de inmediato a terminar lo que el otro día dejé pendiente: Subir a la fortaleza de Kotor. Yo pensaba que iba a ser el único chalado que un domingo de madrugada iba a tener la peregrina idea de subir hasta allá arriba, pero estaba muy equivocado: Desde el mismo comienzo del recorrido ví a algunas personas (no muchas, pero más de las que esperaba) que habían tenido la misma ocurrencia que yo.
a) Puerta de entrada a la subida a la fortaleza de Kotor.
b) Kotor, ciudad de gatos. Incluso hay un museo dedicado a ellos: Museo del Gato de Kotor
c)Escaleras y gatos en la subida a la fortaleza
b) Kotor, ciudad de gatos. Incluso hay un museo dedicado a ellos: Museo del Gato de Kotor
c)Escaleras y gatos en la subida a la fortaleza
Comencé a subir: Hay dos opciones: O escaleras, o camino pedregoso. Elegí las escaleras. A medida que subes, se va ampliando la vista sobre el pueblo y la bahía. Muy bonito. Primero ví la verja giratoria, junto a la cual se sitúa la taquilla que abre a las 8 de la mañana. Como eran las 7, estaba vacía y abierta. El ticket para subir a partir de las 8 cuesta 8 €.
Llegué a la primera etapa, que es la de la "Posición Roko" que se trata simplemente de una parada con una explanada. Continué y al cabo de un rato, más arriba, observé que junto al camino, cada 50 metros había un pequeño altarcillo hasta que llegamos a la segunda parada que es donde está la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios (siglo XV) que estaba cerrada. Delante de la iglesia hay bonitas vistas. Una chica americana me pidio que le hiciese alguna foto. No se cortaba un pelo a la hora de posar: Con los brazos hacia arriba, en un gesto de explosiva felicidad, semitumbada sobre el parapeto y ante la vista del pueblo... de perfil, con las manos extendiendo su melena... Asombroso. Ella se ofreció para sacarme alguna. Yo también iba a extender con la mano mi maravillosa melena, pero desistí porque entonces me acordé de que tengo la cabeza monda y lironda como la de Mortadelo
Vista de Kotor, la subida a la fortaleza y la Iglesia de los Remedios.
La foto ha sido sacada desde el pueblo de Muo, al otro lado de la bahía
Panorámica de Kotor. Foto sacada desde la Iglesia de los Remedios
La foto ha sido sacada desde el pueblo de Muo, al otro lado de la bahía
Continué la subida. Me adelantó un tipo haciendo footing. Saludé uno por uno a los muchos gatos que hay junto a la subida y llegué hasta la fortaleza misma desde donde, junto a la muralla, se puede divisar la vista que hay al otro lado de la montaña con un espectacular y zigzagueante camino que asciende por toda la ladera hasta más arriba de la fortaleza. Oía voces y con asombro comprobé que eran las de dos hombres que subían por el sinuoso sendero y que, a pesar de la distancia y por algún misterio de la acústica difícil de entender, yo podía escuchar con absoluta claridad su conversación... en serbo-croata. Así que me fue imposible cotillear
Vistas desde la Fortaleza de Kotor
Ya dentro de la fortaleza llegué a un punto que no me permitía seguir avanzando, aunque podía ver que había aún más fortaleza para visitar más arriba, no muy lejos. Un señor que también subía me dijo que me había equivocado de camino, que justo antes de entrar en el recinto había una bifurcación que te permite seguir hasta terminar todo el trayecto. Ví que eran ya más de las ocho, así que decidí bajar, pero no para continuar hasta arriba del todo por el otro camino. Ya había visto suficiente y tenía ganas de desayunar, así que bajé hasta el pueblo, fui a mi pensión, me di una ducha reparadora y una vez lavado, peinado (!) y acicalado salí -hecho un pincelito- para encaminarme a la Plaza de la Catedral y desayunar en el pub frente a ésta, donde me saludó mi amigo macedonio.
Cuando terminé de desayunar pude observar que la plaza y las callejuelas del pueblo se estaban abarrotando de turistas procedentes del mega-crucero atracado en el puerto, así que decidí que lo mejor era huir, cogiendo un bus de línea para ir al pueblo de Risan, situado al otro lado de la bahía.
- Risan -
Llegué al cabo de unos 20 minutos y nada más bajar del autobús vi que había una oficina de información turística. Pregunté por un mapa del pueblo y la zona e información sobre cosas que ver. El empleado me dio información de todo menos de lo que yo pedía. No tenían mapas de Risan. Y me dijo que lo más destacable eran los mosaicos romanos y la bahía.
Me fui en dirección a los mosaicos, atravesando un pequeño parque donde había dos iglesias - de San Pedro y San Pablo- situadas una junto a la otra y, aunque era domingo, cerradas. En medio del parque había tres bustos de héroes que lucharon por la liberación nacional de Yugoslavia.
Risan: Iglesias de San Pedro y San Pablo
Sava Ilic y Nikola Djurovic: Héroes que lucharon por la liberación de Yugoslavia. Ambos naturales de Risan y ambos muertos en el sitio de la aldea de Podi, asesinados por los italianos en Enero de 1943. Sus cuerpos fueron tomados y exhibidos en la Plaza de Herceg Novi (hoy llamada Plaza Nikola Djurovic)
Sava Ilic y Nikola Djurovic: Héroes que lucharon por la liberación de Yugoslavia. Ambos naturales de Risan y ambos muertos en el sitio de la aldea de Podi, asesinados por los italianos en Enero de 1943. Sus cuerpos fueron tomados y exhibidos en la Plaza de Herceg Novi (hoy llamada Plaza Nikola Djurovic)
Con la ayuda de Google Maps llegué a los mosaicos. La entrada cuesta 3 € y los tenía todos para mi porque no había nadie más que yo.
Risan es el asentamiento más antiguo de la Boka Kotorska. Hay menciones de su existencia en el siglo III a. C como una fortificación de los Ilirios. En el siglo II antes de Cristo cayó bajo el dominio de los romanos quienes vencieron a las huestes de la reina Teuta de los ilirios. A partir de entonces Roma controló la zona durante cinco siglos hasta la caída del Imperio Romano Occidental en el año 476.
Estos siete mosaicos se corresponden con el mismo número de habitaciones, pero los dos que se han descubierto más recientemente no están disponibles al estar en proceso de restauración. La casa recibe el nombre de "Villa de Hypnos" ya que el dios romano del sueño aparece en el centro de uno de los mosaicos, el cual tiene unos medallones de distintos colores e influencia norteafricana. En el centro aparece Hypnos tumbado.
La distribución de las habitaciones nos hace pensar que se trataban de salas de recepción y sus mosaicos decorados con motivos geométricos son en blanco y negro, excepto el de Hypnos. La villa tenía dos plantas, fue construída en el siglo II d.d.C y estuvo en funcionamiento hasta el siglo IV. Estaba situada en un cruce de caminos, uno de los cuales llevaba al puerto de Risan. Recientes estudios sugieren que quizá no se tratase de una casa o residencia privada si no mas bien de un hospicium o antiguo hotel combinado con una taberna que posiblemente ofreciera otros servicios que se dejan a la imaginación del lector.
Mosaicos de Risan
No son los más maravillosos mosaicos romanos que haya visto en mi vida precisamente, pero tienen su interés. Una vez terminada la visita, crucé de nuevo el parque y a través de una callejuela que sale de un lateral de la iglesia de San Pedro, llegué a una calle que cruzaba perpendicularmente, estrecha, larga, sinuosa y con un adoquinado que data desde tiempos de los Otomanos, trancurriendo hacia arriba. Tranquila y silenciosa (como el resto del pueblo) pero fotogénica y con mucho encanto. Es la calle Gabela (ulica Gabela).
Calle Gabela. Risan
Puertas y Gato. Calle Gabela. Risan
Bajé de nuevo hacia la bahía y en la plaza junto al mar, donde para el autobús, vi que había un restaurante baratillo llamado Hypnos con terraza fuera. Comí un tentempié con una Nisicko. También tomé café. En la mesa de al lado había una pareja de españoles y nos pusimos a hablar. Eran de Canarias. Venían de Dubrovnik pero les parecía tan agobiante por la cantidad inmensa de turistas que abarrotaban la ciudad que decidieron coger el coche y venirse al lado montenegrino a relajarse un poco antes de coger de nuevo su vehículo para ir hasta Mostar, donde tenían alojamiento reservado para esa noche. Les comenté que problablemente Mostar durante el día estaría también lleno de gente pero si pasan la noche allí posiblemente tendrán ocasión de recorrer la ciudad a primera hora de la mañana antes de que lleguen las hordas de turistas e instagrameros.
Nos despedimos y me dispuse a caminar los dos kilómetros que separan el centro de Risan con el Monasterio Banja, situado junto a la bahía. Al parecer hubo aquí unos baños romanos que han dado nombre al lugar pero que han desaparecido tras haber sido destrozados y desplomados en el mar a causa de un terremoto. Hay noticias de que había ya una iglesia aquí desde el siglo XVII, construída sobre una anterior de época medieval. La que hay aquí ahora es de 1720. Tiene bastantes reliquias, tesoros y una buena biblioteca que no pude admirar. Solo tuve acceso a la pequeña iglesia, junto a un cementerio. No me pareció que tenía nada en especial. No había nadie más en todo el recinto monástico, excepto un perrito que no paró de ladrarme durante toda mi estancia. Cuando me acercaba a él se echaba para atrás. Me tenía miedo. Una monja que estaba trabajando en uno de los patios oyó los ladridos y miró inquisitiva, toda vestida de negro desde la cabeza hasta los pies. Parecía una chiíta iraní. Viendo que ahí no había nada destacable, decidí marcharme. Habíamos cambiado la hora la noche anterior, adoptando el horario de invierno. Eran las 5 de la tarde e iba a tener el gustazo de ver anochecer en la bahía de Risan.
Pescando en la bahía
Hora azul en Risan
Boka Kotorska
Strp La Nuit (y no es broma: El pueblo se llama Strp, sin consonantes)
Risan La Nuit
Tras esperar unos 15 minutos en la parada, vino el autobús a Kotor, donde llegué alrededor de las ocho y pico. Fui a la pensión, preparé las cosas, recogí todo lo posible, hice la maleta y a eso de las 9 me fui a cenar una pizza para después regresar al Guest House a dormir. Al día siguiente tenía que madrugar. Mi vuelo despegaba a las 11 de la mañana.
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Pero tampoco es para tanto, un poco más atento y a los dos días empezar a conducir como ellos, y a correr.
Hay pirulas gordas y peligrosas, pero otras que si lo piensas son hasta lógicas, y las acabas haciendo también (allí, claro. Luego cuando vuelves hasta te da coraje no poder hacerlas aquí 
