Pasamos una mala noche por el frío, truenos y la lluvia. Creo que no dormimos nada hasta las 06h. Menos mal que los sacos eran bastante buenos. Desayunamos un buen Colacao caliente, no podemos vivir sin ello, y fuímos al Lago di Braies. En el camino paramos en un pequeño lago que estaba cubierto de una neblina muy fina que hacía que nuestros ojos brillaran con alegría. Estábamos solos a eso de las 8h.

Después de esta paradita llegamos al lago di Braies


La laguna era la idealización de los lagos alpinos:rodeado de altas montañas y bosques, su superficie adquiere un color esmeralda cuando el sol incide sobre ella. Si el viento está en calma,al atardecer las aguas se convierten en un perfecto espejo en el que se reflejan con asombrosa fidelidad las montañas circundantes teñidas de color malva. A la orilla del lago se levanta un gran hotel que está aquí desde 1899 y se dice que en él reunía a sus grupos de meditación el guru budista de los Beatles.





Después del mediodía partimos en coche hacia Venecia. De 17ºC que estábamos pasamos a 34ºC en Mestre. Las vacaciones tomaron un giro radical. Habíamos pasado una semana de cuento en Dolomitas. Ahora pasaríamos a otra semana de calor.

Ya en el camping Fusina en Mestre cogimos un mobilhome para dos noches ( 35,36/día)

Pasamos toda la tarde en el camping de relax y decidiendo el planning para los siguientes días. Había internet WIFI (genial) y aprovechamos para pasar las fotos al portatil. Mientras hacíamos unos spagettis con el campingas una graciosa paloma dejó su sello en mi cabeza,jaj y limpiando,con la media cabeza toda de espuma y riendonos ,nos encontramos con unos vecinos de Guipuzcoa. Jaja, Qué carta de presentación! Se agradecía hablar en euskera en esos sitios.

Nos fuímos temprano a la cama ya que el día siguiente en Venecia prometía mucho.
