HAYATI Escribió:
Aunque no tengo conocimiento alguno sobre la legislación marroquí aplicable, me permito dar mi opinión: el problema (y gordo) lo tendrías si el coche se hubiera estropeado en Marruecos, porque tendrías que sacarlo del país, sí que sí, en el plazo de seis meses. Como bien adivinas, lo que quieren evitar es que vendas el coche en Marruecos. Lo importante, a mi juicio, es que a ellos les consta (o les debería constar) la última salida del vehículo, por lo que tienen constancia de que no está en Marruecos. En este foro he conocido del problema que tuvo un forero porque en Marruecos no registraron correctamente la última salida de su vehículo cuando estuvo allí, y al entrar en el país por avión tuvo el lío montado con la policía marroquí en el aeropuerto por ese motivo. Pero en tu caso, yo estaría tranquilo. Y para asegurarte lo mejor es que hables con el consulado marroquí y les expongas el tema a ver qué te dicen. Para matar nuestra curiosidad, cuéntanos cómo termina el tema. ¡¡Suerte!!
Por lo menos no soy el único
Yo el lío lo tuve a la salida, y en dos aeropuertos distintos (Marrakech y Fez). Parece ser que el tonto de turno no registró de forma correcta la salida del coche que alquilé hace unos años en Melilla y con el que crucé a Marruecos. Gracias a eso tuve dos "agradables" charlas con sendos jefes aduaneros... A pocos minutos del embarque. En Marrakech, más o menos bien, pero en Fez me tuve que emplear a fondo para convencer al tipo de que no era un contrabandista de automóviles. Poco faltó para que me quedase en tierra y tuviese que volver a España en patera o escondido en algún camión
Juan, supongo que con la baja de Tráfico (que la facilitan los desguaces de forma gratuita) os puede valer, ya que es un documento oficial en el que consta los datos del vehículo y la fecha, y así podéis demostrar que el coche no se quedó en Marruecos si registraron mal la salida (que imagino serán casos aislados como el mío o el de ese forero) o si necesitáis cerrar el trámite de los seis meses. Suerte con la burrocracía