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Aquí uno nuevo en el foro y recién llegado de Rumanía.
Este era un país al que le tenía un interés particular. Por muchas razones, ese misticismo, esa naturaleza, esa cultura europea pero a la vez oriental, su pasado reciente. Todo lo que ha sufrido este pueblo. El país me ha sorprendido para bien en belleza natural y monumental. Hemos visitado Bucarest, Sinaia, Brasov y Bran. Los castillos, espectaculares. Brasov preciosa, animadísima incluso con nieve, centro histórico bello aunque reducido. Bucarest, una mezcla brutal de ese viejo París al que realmente sigue recordando, y las cicatrices del comunismo, unas contradicciones super curiosas e interesantísimas, en una ciudad que merece más atención y necesita también, unos cuantos o muchos arreglos.
Pero por lo que escribo es por lo menos bueno, y que me disculpen los ciudadanos rumanos. No quiero que se me malinterprete. Me considero una persona educada. Intento ser amigable, agradecido, aprender cuatro palabrillas que siempre es bien de recibir de un extranjero. Trabajo en atención al cliente y sé, o creo saber, lo que corresponde recibir de un cliente, y lo que me corresponde "entregar" a mi como profesional.
En ese sentido, he regresado de Rumanía decepcionadísimo, desanimadísimo y cabizbajo por el trato general recibido. Si me molesto en escribir este mensaje es porque, siempre según mi experiencia, lo que me ha sucedido no ha sido un caso aislado, sino algo preocupantemente generalizado. Y me cuestiono si hay algo que he podido hacer mal dadas las experiencias de otros viajeros que destacan la hospitalidad rumana como un highlight. No sé si el sector servicios de Rumanía representa a la ciudadanía general. En las calles, los rumanos se ven familiares, sociales, alegres. En bares, restaurantes, tiendas, la gente no llega ni al nivel básico de educación. Ni una mínima sonrisa, a veces ni hola ni adiós ni gracias. Expresiones todo el rato de mala onda que honestamente, frenan cualquier intento de interacción. Hemos llegado a comprar artículos sin intercambiar palabras con la persona que los vendía. Te pide con un gesto que le acerques el producto, si te ve con la tarjeta en la mano ya ni hace falta que te pregunte la forma de pago, te acerca el terminal, te cobra, y adiós. Adiós por referirme a fin de la interacción. Porque en muchos casos ni eso.
Las caras son siempre de lo que viene a ser mal carácter. Que te hace dudar si has dicho o hecho algo ofensivo (dentro del escaso margen que pueda haber para ello al pedir un producto)
En muchos restaurantes el personal espera sentado mirando el móvil, con cara de pocos amigos. Si llegas el primero al lugar, parece que le estés molestando. Con desgana te atiende, te sirve, y vuelve a su lugar.
No pido que la gente con la que interactúo en estos sectores sea mi amiga, pero a mi, sinceramente, las formas que tienen me parecen directamente de mala educación. Ser serio es una cosa, ser tímido es otra. Pero ésto?
Es que todavía me pregunto que he podido hacer mal para que mis experiencias en, que se yo, un 90% con personas dedicadas al sector servicios hayan sido tan nefastas.
Me ha parecido un país hostil.
Si la gente de a pie es diferente, es otra cosa. Pero cuando eres turista, principalmente tu vía de contacto con el país es a través de estas personas que trabajan en estos lugares. Con este trato recibido no me apetece repetir viaje a Rumanía y en el sector servicios ya se sabe, la clave es fidelizar al cliente. Me ha parecido un país que necesita mejorar mucho este aspecto si en algún momento quiere ser un destino turístico competitivo.
A mi si me preguntan si recomiendo viajar a Rumanía... Me costaría responder. Es bello, eso no lo niega nadie. A mi me pesa mi experiencia, y es la primera vez en mi vida de viajero que me pasa, habiendo viajado por casi toda Europa y el Magreb. Me duele decirlo. Este país me apasionaba, y he salido escaldado.
A alguien más le ha pasado lo que a mi? Quizás estoy llevándomelo demasiado a lo personal?
Es que veo a gente como a Policia7, que le han sorprendido "sus gentes" y bueno, a mi también me han sorprendido, pero en otro sentido. Y no comprendo como puede haber opiniones tan radicalmente opuestas sobre lo mismo.
Gracias a tod@s.
Espero que los rumanos que me puedan leer no se ofendan. Solo quiero comprender lo que me ha sucedido.
Acabo de llegar de Rumanía y coincido contigo absolutamente en todo. Ha sido un tour organizado con tiempos libres y no imaginaba el talante grosero del personal de restauración en particular, aunque hasta para sacar una entrada a un museo recibí el mismo trato. No hablo de seriedad, hablo de mala educación. Jamás he visto ese nivel de falta de profesionalidad en Europa ni fuera de Europa.
Mi experiencia en Rumanía es una mezcla, por un lado en alojamiento pequeños nos encontramos von gente muy agradable, por contra en restaurantes más turísticos de Bucarest el personal llegó incluso a ser casi desagradable,
17 días por Rumanía por libre y gente encantadora , amable y sonriente, no encontré a nadie de mal humor, ni mucho menos grosero o de mala educación.
Un país que merece ser visitado, no solo por lo bonito que es, sino la amabilidad de su gente.
Pues me alegro, quizá yo tuve mala suerte. Estoy segura de que no todo el mundo de un país es grosero como no todo el mundo es super amable. Lo que sí es cierto es que 37 personas que íbamos en el grupo opinamos lo mismo. En honor a la verdad, tengo que decir que un chico dueño de un bar fue encantador y nos ayudó en un contratiempo. Había pasado media vida en Sevilla, sería por eso???88 Bueno, bromas aparte, son experiencias distintas que así suceden.
Evidentemente, no todo el mundo es igual, y en todos los lugares hay personas de todo tipo.
Pero en general yo solo tuve experiencia positivas.
Quizás en grupos organizados, que seguramente les deben pagar 4 chavos no están tan contentos.
En mi caso, tanto en alojamiento,como en restaurantes todo fue amabilidad .
Sí, quizá lleves razón. Pero no entiendo que traten mal a un cliente si este es respetuoso y educado. En ese caso la amabilidad de la gente va en función de lo que se les pague. De todas formas no siempre íbamos en grupo, sacando una entrada a una sinagoga recibí el mismo trato. Bueno, ptra vez será, gracias por compartir tu experiencia.
Casi siempre el trato hacia el cliente de ese personal depende directamente de sus condiciones de trabajo, y muchas veces la situación cambia totalmente dentro de un destino según cambian las reglas del mercado, o sea las que imponen los pocos que ponen la pasta en el negocio. Esto se ha visto y comentado mucho en Praga, donde el personal turístico se mostraba borde y trapacero, incluso agresivo para conseguir propinas.
Yo en Rumanía me encontré un poco de todo, pero mucho más personal amable y profesional que lo contrario. Donde sí me sorprendió el carácter de la gente en general era en Bulgaria, muy secos y pasotas en su gran mayoría. Pero ya digo que todo es relativo y cambiante, hay que procurar no darle demasiada importancia.
Casi siempre el trato hacia el cliente de ese personal depende directamente de sus condiciones de trabajo, y muchas veces la situación cambia totalmente dentro de un destino según cambian las reglas del mercado, o sea las que imponen los pocos que ponen la pasta en el negocio. Esto se ha visto y comentado mucho en Praga, donde el personal turístico se mostraba borde y trapacero, incluso agresivo para conseguir propinas.
Yo en Rumanía me encontré un poco de todo, pero mucho más personal amable y profesional que lo contrario. Donde sí me sorprendió el carácter de la gente en general era en Bulgaria, muy secos y pasotas en su gran mayoría. Pero ya digo que todo es relativo y cambiante, hay que procurar no darle demasiada importancia.
Cierto, las condiciones de trabajo son muy importantes. Pero mi experiencia en otros países ha sido totalmente opuesta e igualmente era un tour organizado con el mismo operador. La guía, una señora de modales exquisitos, nos contó que habían sufrido mucho por los avates políticos y de ahí la tristeza que reflejaban las caras de la gente. No entendí bien a qué se refería. Como bien dices, no hay que darle importancia, el país tiene su encanto y cada experiencia forma parte del viaje. Gracias por tu aportación.
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