El país nos sorprendió para bien, sobre todo las zonas rurales. La mayoría de las carreteras están bien asfaltadas y recorren paisajes bucólicos que facilmente pueden ser considerados la Toscana italiana. Más aún, se nota que el país se preocupa de que los campos estén bien cuidados y recortados. Al final es un país agrícola y vinícola y recorrerlo en coche es un placer. Es cierto que aún hay algunas carreteras bacheadas pero con una velocidad moderada puedes conducir por ellas. Invito a alquilar un coche y conducir por el país, la verdad es que merece la pena.
Eso sí, vigilad muy bien el tema de la franquicia, porque es 100 para los moldavos y 300 para extranjeros. Tuvimos un incidente con un cambión en dirección contraria que danzaba piedrecita y nos dañó la luna, 300 euros que perdimos. Os recomiendo que investigeis bien entre compañías porque en la letrar pequeña del seguro y la pólica están los detalles.
Quitando este detalle, el viaje lo pudimos dividir en tres partes (cuatro si contamos Iasi, que es por donde entramos y pasamos el último día).
Transnistria: A ver, honestamente, si solo vais a ver belleza, es una ciudad que no la recomiendo. Pero es una experiencia. Visitamos Tiraspol y la fortaleza de Bender y nos pareció una experiencia peculiar. Para los que no sabéis que pasa en Transnistria (o Pridnestroviane como quieren ser llamados lo lugareños), es una región de mayoría étnica rusa que se autoproclaman país independiente dentro de Moldavia, más aún, tienen su propia divisa, matrícula en coches y control fronterizo. Honestamente, el control fue chupado, quizás sea el pasaporte (Curiosamente, me han contado problemas en el control gente con pasaporte Rumano y Polaco). El país es como estar en una Rusia profunda dentro de Europa. El brutalismo, la exaltación a la U.R.S.S. Y sentir el ambiente es interesante. Nos alojamos en un hostel (Like Home hostel) cuya decoración está basada en la U.R.S.S. Honestamente creo que es para atraer a los turista, no por otra cosa. Aunque el tío que nos atendió en recepción era particular. La fortaleza de Bender nos gustó, aunque simplona, tiene un parque agradable y sobre todo un hotel al lado agrdable para tomar un café (y si tienes que pasar por el baño). Por cierto, Tiraspol es muy barato, aunque por desgracia ya no utilizan las monedas de plástico, pero el uso del Rublo Transnitrio es manejable, más o menos es parecido al Lei Moldavo.
Los interludios (O paseo por Chisinau): A ver, la ciudad, per sé, no tiene nada, salvo que te guste el brutalismo soviético. Aunque cabe señalar que, quitando el barrio de alrededor de la estación de autobuses (o microbuses) del centro, la ciudad (y el país en generar) es muy limpia, apenas se ve basura y olores raros. El primer día que pasamos (llegamos por la mañana de Iasi y a la tarde/noche cogimos la matriuska para Tiraspol) nos pareció un poco feucha, pero también era un día grisáceo. En cambio, en segundo día, quizás con sol y la experiencia en Tiraspol, la vimos con otros ojos. Me parece una buena ciudad para hacer un Erasmus o vivir unos meses de intercambio. Además, tiene bastantes parques. El tercer día ya fue un poco más de pasada, dejamos el coche y compramos algunso souvenirs y para la estación de autobuses del sur para ir a Iasi.
Inciso sobre los autobuses: la mayoría de los... Leer más ...
El país nos sorprendió para bien, sobre todo las zonas rurales. La mayoría de las carreteras están bien asfaltadas y recorren paisajes bucólicos que facilmente pueden ser considerados la Toscana italiana. Más aún, se nota que el país se preocupa de que los campos estén bien cuidados y recortados. Al final es un país agrícola y vinícola y recorrerlo en coche es un placer. Es cierto que aún hay algunas carreteras bacheadas pero con una velocidad moderada puedes conducir por ellas. Invito a alquilar un coche y conducir por el país, la verdad es que merece la pena.
Eso sí, vigilad muy bien el tema de la franquicia, porque es 100 para los moldavos y 300 para extranjeros. Tuvimos un incidente con un cambión en dirección contraria que danzaba piedrecita y nos dañó la luna, 300 euros que perdimos. Os recomiendo que investigeis bien entre compañías porque en la letrar pequeña del seguro y la pólica están los detalles.
Quitando este detalle, el viaje lo pudimos dividir en tres partes (cuatro si contamos Iasi, que es por donde entramos y pasamos el último día).
Transnistria: A ver, honestamente, si solo vais a ver belleza, es una ciudad que no la recomiendo. Pero es una experiencia. Visitamos Tiraspol y la fortaleza de Bender y nos pareció una experiencia peculiar. Para los que no sabéis que pasa en Transnistria (o Pridnestroviane como quieren ser llamados lo lugareños), es una región de mayoría étnica rusa que se autoproclaman país independiente dentro de Moldavia, más aún, tienen su propia divisa, matrícula en coches y control fronterizo. Honestamente, el control fue chupado, quizás sea el pasaporte (Curiosamente, me han contado problemas en el control gente con pasaporte Rumano y Polaco). El país es como estar en una Rusia profunda dentro de Europa. El brutalismo, la exaltación a la U.R.S.S. Y sentir el ambiente es interesante. Nos alojamos en un hostel (Like Home hostel) cuya decoración está basada en la U.R.S.S. Honestamente creo que es para atraer a los turista, no por otra cosa. Aunque el tío que nos atendió en recepción era particular. La fortaleza de Bender nos gustó, aunque simplona, tiene un parque agradable y sobre todo un hotel al lado agrdable para tomar un café (y si tienes que pasar por el baño). Por cierto, Tiraspol es muy barato, aunque por desgracia ya no utilizan las monedas de plástico, pero el uso del Rublo Transnitrio es manejable, más o menos es parecido al Lei Moldavo.
Los interludios (O paseo por Chisinau): A ver, la ciudad, per sé, no tiene nada, salvo que te guste el brutalismo soviético. Aunque cabe señalar que, quitando el barrio de alrededor de la estación de autobuses (o microbuses) del centro, la ciudad (y el país en generar) es muy limpia, apenas se ve basura y olores raros. El primer día que pasamos (llegamos por la mañana de Iasi y a la tarde/noche cogimos la matriuska para Tiraspol) nos pareció un poco feucha, pero también era un día grisáceo. En cambio, en segundo día, quizás con sol y la experiencia en Tiraspol, la vimos con otros ojos. Me parece una buena ciudad para hacer un Erasmus o vivir unos meses de intercambio. Además, tiene bastantes parques. El tercer día ya fue un poco más de pasada, dejamos el coche y compramos algunso souvenirs y para la estación de autobuses del sur para ir a Iasi.
Inciso sobre los autobuses: la mayoría de los microbuses van a Gara nord... Leer más ...
El país nos sorprendió para bien, sobre todo las zonas rurales. La mayoría de las carreteras están bien asfaltadas y recorren paisajes bucólicos que facilmente pueden ser considerados la Toscana italiana. Más aún, se nota que el país se preocupa de que los campos estén bien cuidados y recortados. Al final es un país agrícola y vinícola y recorrerlo en coche es un placer. Es cierto que aún hay algunas carreteras bacheadas pero con una velocidad moderada puedes conducir por ellas. Invito a alquilar un coche y conducir por el país, la verdad es que merece la pena.
Eso sí, vigilad muy bien el tema de la franquicia, porque es 100 para los moldavos y 300 para extranjeros. Tuvimos un incidente con un cambión en dirección contraria que danzaba piedrecita y nos dañó la luna, 300 euros que perdimos. Os recomiendo que investigeis bien entre compañías porque en la letrar pequeña del seguro y la pólica están los detalles.
Quitando este detalle, el viaje lo pudimos dividir en tres partes (cuatro si contamos Iasi, que es por donde entramos y pasamos el último día).
Transnistria: A ver, honestamente, si solo vais a ver belleza, es una ciudad que no la recomiendo. Pero es una experiencia. Visitamos Tiraspol y la fortaleza de Bender y nos pareció una experiencia peculiar. Para los que no sabéis que pasa en Transnistria (o Pridnestroviane como quieren ser llamados lo lugareños), es una región de mayoría étnica rusa que se autoproclaman país independiente dentro de Moldavia, más aún, tienen su propia divisa, matrícula en coches y control fronterizo. Honestamente, el control fue chupado, quizás sea el pasaporte (Curiosamente, me han contado problemas en el control gente con pasaporte Rumano y Polaco). El país es como estar en una Rusia profunda dentro de Europa. El brutalismo, la exaltación a la U.R.S.S. Y sentir el ambiente es interesante. Nos alojamos en un hostel (Like Home hostel) cuya decoración está basada en la U.R.S.S. Honestamente creo que es para atraer a los turista, no por otra cosa. Aunque el tío que nos atendió en recepción era particular. La fortaleza de Bender nos gustó, aunque simplona, tiene un parque agradable y sobre todo un hotel al lado agrdable para tomar un café (y si tienes que pasar por el baño). Por cierto, Tiraspol es muy barato, aunque por desgracia ya no utilizan las monedas de plástico, pero el uso del Rublo Transnitrio es manejable, más o menos es parecido al Lei Moldavo.
Los interludios (O paseo por Chisinau): A ver, la ciudad, per sé, no tiene nada, salvo que te guste el brutalismo soviético. Aunque cabe señalar que, quitando el barrio de alrededor de la estación de autobuses (o microbuses) del centro, la ciudad (y el país en generar) es muy limpia, apenas se ve basura y olores raros. El primer día que pasamos (llegamos por la mañana de Iasi y a la tarde/noche cogimos la matriuska para Tiraspol) nos pareció un poco feucha, pero también era un día grisáceo. En cambio, en segundo día, quizás con sol y la experiencia en Tiraspol, la vimos con otros ojos. Me parece una buena ciudad para hacer un Erasmus o vivir unos meses de intercambio. Además, tiene bastantes parques. El tercer día ya fue un poco más de pasada, dejamos el coche y compramos algunso souvenirs y para la estación de autobuses del sur para ir a Iasi.
Inciso sobre los autobuses: la mayoría de los microbuses van a Gara nord (que es la del centro... Leer más ...
El país nos sorprendió para bien, sobre todo las zonas rurales. La mayoría de las carreteras están bien asfaltadas y recorren paisajes bucólicos que facilmente pueden ser considerados la Toscana italiana. Más aún, se nota que el país se preocupa de que los campos estén bien cuidados y recortados. Al final es un país agrícola y vinícola y recorrerlo en coche es un placer. Es cierto que aún hay algunas carreteras bacheadas pero con una velocidad moderada puedes conducir por ellas. Invito a alquilar un coche y conducir por el país, la verdad es que merece la pena.
Eso sí, vigilad muy bien el tema de la franquicia, porque es 100 para los moldavos y 300 para extranjeros. Tuvimos un incidente con un cambión en dirección contraria que danzaba piedrecita y nos dañó la luna, 300 euros que perdimos. Os recomiendo que investigeis bien entre compañías porque en la letrar pequeña del seguro y la pólica están los detalles.
Quitando este detalle, el viaje lo pudimos dividir en tres partes (cuatro si contamos Iasi, que es por donde entramos y pasamos el último día).
Transnistria: A ver, honestamente, si solo vais a ver belleza, es una ciudad que no la recomiendo. Pero es una experiencia. Visitamos Tiraspol y la fortaleza de Bender y nos pareció una experiencia peculiar. Para los que no sabéis que pasa en Transnistria (o Pridnestroviane como quieren ser llamados lo lugareños), es una región de mayoría étnica rusa que se autoproclaman país independiente dentro de Moldavia, más aún, tienen su propia divisa, matrícula en coches y control fronterizo. Honestamente, el control fue chupado, quizás sea el pasaporte (Curiosamente, me han contado problemas en el control gente con pasaporte Rumano y Polaco). El país es como estar en una Rusia profunda dentro de Europa. El brutalismo, la exaltación a la U.R.S.S. Y sentir el ambiente es interesante. Nos alojamos en un hostel (Like Home hostel) cuya decoración está basada en la U.R.S.S. Honestamente creo que es para atraer a los turista, no por otra cosa. Aunque el tío que nos atendió en recepción era particular. La fortaleza de Bender nos gustó, aunque simplona, tiene un parque agradable y sobre todo un hotel al lado agrdable para tomar un café (y si tienes que pasar por el baño). Por cierto, Tiraspol es muy barato, aunque por desgracia ya no utilizan las monedas de plástico, pero el uso del Rublo Transnitrio es manejable, más o menos es parecido al Lei Moldavo.
Los interludios (O paseo por Chisinau): A ver, la ciudad, per sé, no tiene nada, salvo que te guste el brutalismo soviético. Aunque cabe señalar que, quitando el barrio de alrededor de la estación de autobuses (o microbuses) del centro, la ciudad (y el país en generar) es muy limpia, apenas se ve basura y olores raros. El primer día que pasamos (llegamos por la mañana de Iasi y a la tarde/noche cogimos la matriuska para Tiraspol) nos pareció un poco feucha, pero también era un día grisáceo. En cambio, en segundo día, quizás con sol y la experiencia en Tiraspol, la vimos con otros ojos. Me parece una buena ciudad para hacer un Erasmus o vivir unos meses de intercambio. Además, tiene bastantes parques. El tercer día ya fue un poco más de pasada, dejamos el coche y compramos algunso souvenirs y para la estación de autobuses del sur para ir a Iasi.
Inciso sobre los autobuses: la mayoría de los microbuses van a Gara nord (que es la del centro de la ciduad) y los... Leer más ...
El país nos sorprendió para bien, sobre todo las zonas rurales. La mayoría de las carreteras están bien asfaltadas y recorren paisajes bucólicos que facilmente pueden ser considerados la Toscana italiana. Más aún, se nota que el país se preocupa de que los campos estén bien cuidados y recortados. Al final es un país agrícola y vinícola y recorrerlo en coche es un placer. Es cierto que aún hay algunas carreteras bacheadas pero con una velocidad moderada puedes conducir por ellas. Invito a alquilar un coche y conducir por el país, la verdad es que merece la pena.
Eso sí, vigilad muy bien el tema de la franquicia, porque es 100 para los moldavos y 300 para extranjeros. Tuvimos un incidente con un cambión en dirección contraria que danzaba piedrecita y nos dañó la luna, 300 euros que perdimos. Os recomiendo que investigeis bien entre compañías porque en la letrar pequeña del seguro y la pólica están los detalles.
Quitando este detalle, el viaje lo pudimos dividir en tres partes (cuatro si contamos Iasi, que es por donde entramos y pasamos el último día).
Transnistria: A ver, honestamente, si solo vais a ver belleza, es una ciudad que no la recomiendo. Pero es una experiencia. Visitamos Tiraspol y la fortaleza de Bender y nos pareció una experiencia peculiar. Para los que no sabéis que pasa en Transnistria (o Pridnestroviane como quieren ser llamados lo lugareños), es una región de mayoría étnica rusa que se autoproclaman país independiente dentro de Moldavia, más aún, tienen su propia divisa, matrícula en coches y control fronterizo. Honestamente, el control fue chupado, quizás sea el pasaporte (Curiosamente, me han contado problemas en el control gente con pasaporte Rumano y Polaco). El país es como estar en una Rusia profunda dentro de Europa. El brutalismo, la exaltación a la U.R.S.S. Y sentir el ambiente es interesante. Nos alojamos en un hostel (Like Home hostel) cuya decoración está basada en la U.R.S.S. Honestamente creo que es para atraer a los turista, no por otra cosa. Aunque el tío que nos atendió en recepción era particular. La fortaleza de Bender nos gustó, aunque simplona, tiene un parque agradable y sobre todo un hotel al lado agrdable para tomar un café (y si tienes que pasar por el baño). Por cierto, Tiraspol es muy barato, aunque por desgracia ya no utilizan las monedas de plástico, pero el uso del Rublo Transnitrio es manejable, más o menos es parecido al Lei Moldavo.
Los interludios (O paseo por Chisinau): A ver, la ciudad, per sé, no tiene nada, salvo que te guste el brutalismo soviético. Aunque cabe señalar que, quitando el barrio de alrededor de la estación de autobuses (o microbuses) del centro, la ciudad (y el país en generar) es muy limpia, apenas se ve basura y olores raros. El primer día que pasamos (llegamos por la mañana de Iasi y a la tarde/noche cogimos la matriuska para Tiraspol) nos pareció un poco feucha, pero también era un día grisáceo. En cambio, en segundo día, quizás con sol y la experiencia en Tiraspol, la vimos con otros ojos. Me parece una buena ciudad para hacer un Erasmus o vivir unos meses de intercambio. Además, tiene bastantes parques. El tercer día ya fue un poco más de pasada, dejamos el coche y compramos algunso souvenirs y para la estación de autobuses del sur para ir a Iasi.
Inciso sobre los autobuses: la mayoría de los microbuses van a Gara nord (que es la del centro de la ciduad) y los grandes al Gara sud que... Leer más ...
HOLA, voy a viajar en breve a Rumania y quería saber si alguien acaba de volver de Rumania y tiene moneda Rumana para poder cambiar y así tener ambos el cambio exacto y no perder dinero. Gracias.