![]() ![]() MADEIRA, Senderismo por sus Levadas y algo más ✏️ Blogs de Portugal
Recorrido por la bonita isla de Madeira disfrutando de sus levadas y veredas con algo de turismo al inicio y final de las rutas. Visita a la capital, FunchalAutor: Alejandria Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (15 Votos) Índice del Diario: MADEIRA, Senderismo por sus Levadas y algo más
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Etapas 4 a 6, total 8
3 de Julio.- Cámara de Lobos. Ruta: desde Lombo do Mouro a Encumeada. Cabo Girao
De primeras nos llegamos a visitar el pueblo de Cámara de Lobos, tempranito, apenas si tiene visitantes, pero a la media hora siguiente ya se encuentra lleno de furgonetas y autobuses de turismo. Este pueblo, conocido, entre otras cosas, por la estancia en el mismo de Winston Churchill y el origen de la “poncha”, tiene unas bonitas vistas del Cabo Girao, un pequeño puerto repleto de barcas de colores y una par de iglesias que merecen una visita. El pueblo estaba en fiestas porque sus calles se encontraban engalanadas con guirnaldas de colores y, por si alguien tenía alguna duda, varios carteles con la indicación de “Festas do Verano”. En lo que yo creo que es una de las principales calles de acceso al pueblo, después de ver el puerto, se encuentra una primera iglesia que pasa desapercibida porque se encuentra encajonada entre viviendas y con la misma altura que estas. Nosotros entramos a verla por indicación de Samuel, si no, hubiéramos pasado de largo. Es la más antigua de la población, hay una placa en el suelo que la data de 1580. Un techo de madera pintada con escenas bíblicas, todo bonito y reluciente. Las paredes se encuentran cubiertas casi al completo por una serie de cuadros con escenas de la vida de la Virgen en la parte más alta, en un segundo nivel más bajo escenas de la vida de un fraile que me parecía ser San Antonio (lo mismo es otro y yo le he puesto este nombre).Un zócalo de azulejos en tonos amarillos, un suelo antiguo de los llamados hidráulicos y un retablo dorado bastante vistoso. Seguimos deambulando por el pueblo y llegamos hasta su iglesia matriz, más grande y moderna que la anterior, pero también vistosa y bonita. En ella hay una placa en la que indica que ha sido visitada por la imagen de la Virgen de Fátima Peregrina y corroborando lo escrito, dentro, en un lateral, la imagen de esta virgen junto con los tres niños a los que se apareció. En este paseo observamos varios corros de personas, unos sentados alrededor de una mesa jugando a las cartas y otros muchos rodeándolos y contemplando la partida, y este hecho se repetía en más de una ocasión. No sé si sería algún campeonato por estar en fiestas. ![]() ![]() ![]() Después de esta visita nos encaminamos con dirección a Encumeada por una carretera que va ascendiendo paulatinamente hasta llegar a un restaurante que tiene el mismo nombre, Encumeada, en dónde nos detenemos a realizar nuestra parada técnica. Nos encontramos a 1007 m. de altitud. El paisaje que hemos visto en esta subida es espectacular. Vistas del valle que hemos ido dejando abajo y de frente las grandes y escarpadas montañas, casi de forma triangular, cubiertas de vegetación y detrás de ellas se alcanzan a ver los picos más altos de Madeira, los cuales hemos ido viendo a retazos, según la inclinación de las muchas curvas de la carretera y la situación de la niebla que ha ido invadiendo poco a poco estos picos. En Encumeada las vistas estaban ya parcialmente cubiertas por esta niebla que nos iba envolviendo. Frente al restaurante Encumeada, cruzando la carretera, hay un cartel indicador de la ruta que vamos a realizar, PR 17, denominada Caminho do Pinaculo e Folhadal, pero nosotros la terminaremos en este punto ya que no la vamos a iniciar por aquí. ![]() ![]() Finalizada nuestra paradita volvemos a subirnos a las furgonetas dirigiéndonos por la carretera que indica Lombo do Mouro. Durante poco rato, como unos 2 km. Nos dejan en un arcén ancho, no se le puede llamar mirador, en el que cruzando una levada hay un punto panorámico estupendo de todas estas formaciones montañosas y de los picos más altos de Madeira, ahora ya con la niebla más abajo y mejores vistas. Al fondo la costa norte y el valle de Sao Vicente que se vislumbra parcialmente. Aunque esta especie de mirador no tiene indicaciones debe de ser conocido porque había gente contemplando las vistas y no tenían pinta de ir a caminar como nosotros. ![]() ![]() ![]() Retrocedemos andando unos metros por la carretera y a nuestra izquierda (sería a la derecha en la dirección que han venido los vehículos) enseguida tenemos el inicio de la ruta con su cartel indicativo correspondiente. La senda comienza al lado de una levada con trazado de cemento reciente. Hay restos de retamas y vegetación quemada de un anterior incendio de 2012, pero da gusto ver que la vegetación se está regenerando rápidamente. Ahora disfrutamos ya de un sol radiante, la niebla se ha instalado mucho más abajo. Vamos cruzando varias cascadas pequeñas, muy altas, que caen como lluvia fina y a veces en chorros potentes que tenemos que ir sorteando para no mojarnos por completo, no siempre con éxito, pero no nos importa, es hasta divertido. Por aquí en la vegetación va predominando los siempre presentes helechos, el brezo en matorral y también en forma de árbol, la retama en plena floración y gran cantidad de las vistosas flores de Madeira. Al poco van apareciendo árboles de arándanos y tejos, la vegetación se vuelve más exuberante y ya sin rastros del anterior incendio. ![]() ![]() ![]() ![]() Nos enfrentamos a una dura subida por escalones marcados, de distinta altura y anchura, hasta coronar el punto más alto de la ruta, a 1620 m., una especie de planicie repleto de retamas muy floridas mezcladas con algunos brezos. ![]() ![]() Seguimos camino llaneando, encontrándonos con un desvío indicado a Bica da Cana, que en medio kilómetro te lleva a un mirador de los picos del macizo central de Madeira, y un lugar estupendo para tomar un pic-nic que mucha gente suele frecuentar, y que, me imagino, tendrá fácil acceso desde Paul da Serra, pero que no hacemos porque a la altura que estamos se divisan muy bien estos picos, Ruivo, Das Torres y el Areeiro, fácilmente identificable por su caseta metálica en la cumbre. En este llaneo nos acompaña la levada que luego abandonamos porque el sendero gira a la derecha y comienza a descender. ![]() ![]() Los tramos que hemos recorrido nos han encantado pero ahora nos adentramos en un bosque exuberante de brezos, tejos, alguna que otra laurisilva, y grandes cantidades de plantas con flores, las conocidas orquídas, los senecios, la menta, los geranios, macizos de margaritas blancas, fresas salvajes y otras muchas florecillas no identificadas, que nos van embelesando y transportando a otra dimensión. En todo nuestro recorrido vamos encontrando rincones a cual más precioso, como de ensueño, a ratos el bosque se abre y el sol atraviesa la floresta haciéndola brillar, a ratos el bosque se vuelve más umbrío por la exuberancia de vegetación conformando un bosque de cuento de hadas. ![]() ![]() ![]() Acometemos grandes tramos de bajada a través de barranqueras con muchas piedras que hay que ir sorteando con cuidado. Cuando llegamos a un tramo en llano nos detenemos para tomarnos el bocadillo. Estamos al lado de una levada sin agua, se encuentra en desuso, y debajo de un túnel de vegetación, como un pasadizo cubierto de árboles a los lados. En este paraje el bocadillo nos sabe como exquisito manjar. Proseguimos camino afrontando otra gran bajada a través de escalones, la mayoría reforzados con maderos para sostener el terreno. Hoy nadie cuenta los escalones pero de seguro que han sido unos 900 o 1000. Pese a que el bosque que nos rodea es completamente verde, el suelo que vamos pisando se encuentra mullido y tapizado con hojas secas de los árboles, da la impresión como si recorrieras un sendero en otoño. ![]() ![]() Conforme vamos disminuyendo altura nos encontramos con más ejemplares de la familia de laurisilvas y cuando volvemos a encontrarnos con la levada después de una pequeña subida por escalones similares a los de la bajada, van apareciendo grandes cantidades de plantas de agapanto (aquí la mayoría sin florecer) y algunas hortensias. La levada ahora reencontrada es bastante más ancha y lleva mucha agua, tiene incluso truchas que van por las aguas a gran velocidad. ![]() ![]() ![]() ![]() Hoy tenemos que cruzar dos grandes túneles. El primero se nos hace eterno, tiene 800 m. pero parece más largo. El paso es muy estrecho, sólo cabe una persona, avanzamos en fila india con la gran levada rugiendo a nuestra derecha, agua en el suelo y cayendo del techo, tanto al inicio del túnel como al final del mismo. Suerte que no nos hemos encontrado a nadie de frente atravesando el túnel. El segundo túnel mide 600 m. con el paso algo más ancho pero con los techos más bajos. Como final nos queda un tramo de 1,4 km. que va al filo de la levada rodeada de agapantos, aquí ya más florecidos, y hortensias, hasta llegar a nuestro destino a Encumeada. En este tramo algunos, literalmente, se ponen a correr, tienen una prisa enorme, no vaya a acabarse la cerveza en el bar Encumeada. En este bar tenemos también la ocasión de probar la “poncha”, un licor que lleva zumo de limón, miel y aguardiente de caña. El que nos tomamos también llevaba zumo de naranja. ![]() ![]() ![]() Haciendo los estiramientos delante del bar y cara a las vistas que desde allí se contemplan, observo el valle cubierto de nubes, aquí por arriba tenemos sol. Me da por pensar que parece que nos encontramos por encima del mundo normal, de su rutina, de sus problemas, cercanos al cielo (es un decir) permanecemos un rato evadiéndonos de todos nuestros problemas que hemos dejado allá abajo, sepultados por las nubes. De vuelta pasamos a visitar el Cabo Girao, rodeado de eucaliptos de alto porte y árboles de mimosa. Pero hay mucha niebla que nos impide ver las vistas que desde aquí se contemplan. Ni siquiera nos da miedo el tramo voladizo de cristal del mirador porque apenas si vemos algo allá al fondo del acantilado. ![]() (Esta foto es de internet. Son algunas de las vistas que teníamos que haber visto desde Cabo Girao) Nota: Aunque no se piense hacer la ruta de andar es aconsejable subir a Encumeada para disfrutar de estupendas vistas. Ni que decir tiene que hay que visitar el pueblo de Cámara de Lobos y el Cabo Girao Etapas 4 a 6, total 8
4 de Julio.- RIBEIRO FRIO. EL BALCON DE RIBEIRO FRIO (BALCOES). LEVADA DO FURADO
Lo primero que hacemos hoy es visitar Ribeiro Frio y su piscifactoría. Aquí se llega por la carretera que une Funchal con Santana. Ribeiro Frio es un criadero de truchas estatal. Nos sorprende que es pequeña, varios estanques redondos y rectangulares con las truchas de distinto tamaño, nada nuevo. Lo destacable es el entorno en que se encuentra. Rodeado de mucha vegetación frondosa y bien cuidada y con muchas flores, a cual más vistosa. ![]() ![]() Nuestra parada técnica la hacemos en el bar Faiçal, a pocos metros en coche de la piscifactoría. Y desde aquí comenzamos nuestra ruta de hoy. Tomamos un atajo por una larga escalinata, situada junto al bar, que desemboca en el PR 11, Balcoes. En realidad esta ruta es un paseo, en llano, de 3 km. (ida y vuelta) acompañados de la levada del mismo nombre y que conduce a un balcón colgado sobre el valle de Faja de Nogueira con unas vistas sorprendentes de los picos más altos del macizo central de Madeira. Pero hoy la niebla va a ser nuestra compañera inseparable y las vistas que vemos son casi nulas y los picos apenas si se dejan ver. Las nubes van subiendo desde el valle y no parece que vayan a dejar de hacerlo, así que nos volvemos por el mismo camino rápidamente. Por este sendero circula bastante gente y hay hasta vendedores de distintas cosas, plantas de agapantos, recuerdos y, lo que más nos sorprende, una señora que vende gorros de lana gruesa, estilo andino, ¡en pleno verano!. Finalizamos este primer recorrido en dónde realmente comienza esta levada, a unos pocos metros del restaurante de Ribeiro Frio. ![]() (Esta foto no es mía. Esto es lo que se puede ver en el mirador de Balcoes. Mis fotos tienen las montañas cubiertas de nubes) Nuestro siguiente recorrido comienza nada más cruzar la carretera en el punto anterior, ya tenemos la indicación de esta ruta: PR 10, Ribeiro Frio a Portela acompañados en parte del camino por la Levada do Furado. ![]() Se cruza un riachuelo mediante un puente y seguimos por un ancho camino hasta encontrarnos con la levada que discurre ahora a nuestra derecha. A partir de aquí el camino se estrecha y es la tónica general de la ruta de hoy, a veces incluso nos enfrentamos a pasos muy estrechos y aéreos, de 30 o 40 cm. que se encuentran lógicamente protegidos por cables metálicos. Nos adentramos en bosque denso y húmedo de laurisilva y al principio observamos en la rocas y paredes por las que discurre la levada huellas visibles de humedad y agua, musgos, líquenes, pequeños helechos, pero no están empapados en agua, diríamos que algo secos, parece que el agua ahora no circula en abundancia por estos tramos, quizá sea porque estamos ya en verano. Conforme avanzamos el agua en las paredes de la levada va aumentando, ya chorrea por los musgos y líquenes pero sin llegar a formar las cascadas a las que estamos acostumbrados de las rutas de días anteriores, alguna que otra cascada pequeñita de vez en cuando.... ![]() ![]() ![]() La niebla lo impregna casi todo, va dejando humedad en el ambiente, a ratos parece que lloviznara... las hojas de las plantas brillan por las gotas de agua..... Pero a pesar de este ambiente no tenemos ni pizca de frio. Lo que nos impide la niebla es precisamente ver las vistas sobre las montañas pero también impide ver los precipicios que tenemos a nuestra izquierda que se adivinan de gran altura. Y la misma confiere al camino también un aspecto fantasmagórico, de cuento de gnomos y elfos, todo ello con su encanto particular. ![]() ![]() ![]() Antes de llegar a los túneles atravesamos unas cuantas barranqueras en las que la levada hace una curva y el camino se aleja de la misma para evitar la acción de sendas cascadas que no vemos muy caudalosas pero cuyo efecto anterior se nota en el lecho de las mismas, la erosión del agua, la vegetación colgante que lo tienen todo pintado de verde...., formando rincones pintorescos y muy atrayentes. ![]() ![]() Nos tomamos nuestro bocadillo en mitad de la levada, no pasa mucha gente, tan sólo nos hemos encontrado a una pareja de excursionistas extranjeros y envueltos en niebla. Al poco de reanudar nuestro camino llegamos al túnel del Cabeço Furado. Es este un túnel natural formado por altas paredes rocosas recubiertas de musgo verde, paredes que han formado una gran brecha a modo de cañón con aspecto bastante atractivo. A partir de aquí una serie de cortos túneles esculpidos en la roca, muy bonitos, se van cruzando en nuestro camino. No necesitamos iluminación artificial. ![]() ![]() Llegados a la Casa Forestal de Lamaceiros, hay un ancho camino que conduce a Portela pero nosotros proseguimos siguiendo la dirección de la levada, por un camino más estrecho pero más bonito. Camino que a partir de aquí sólo baja por unos escalones continuos, reforzados por troncos de madera. Son 2,7 km. de bajada. El área recreativa de Lamaceiros es un entorno precioso, muy cuidado, con mesas y asientos de madera para pic-nic, rodeados de una vegetación exuberante en la que destacan unos cedros japoneses de alto porte y unas rosaledas de color y olor extraordinarios. ![]() ![]() Cuando queda poco para llegar a Portela, a la ribera de la levada, como ya es habitual en las otras levadas que hemos recorrido, van abundando los macizos de agapantos y hortensias. Por supuesto, aunque haya niebla, nos tomamos nuestra cerveza en el bar de Portela y regresamos directamente al hotel porque hoy cenamos más temprano ya que mañana nos toca madrugón. ![]() ![]() ![]() Nota: Es aconsejable visitar Ribeiro Frio por el entorno en que se encuentra la piscifactoría y andar los 3 km. del Balcón de Ribeiro Frío, si hay suerte y no hay niebla, las vistas son espectaculares. Y esta es una ruta fácil y corta. Yo también recomendaría la visita a Lamaceiros, es un lugar que me encantó. Etapas 4 a 6, total 8
5 de Julio. PICO AREEIRO – CURRAL DAS FREIRAS. MIRADOR DE EIRA DO SERRADO.
Hoy nos hemos levantado a las 4:30. El restaurante nos lo abren para nosotros a las 5:00, para que podamos desayunar, pero poquita cosa, unos bollitos de pan del día anterior y algo de jamón york y queso, café del malo y zumo sintético. A las 5:30 partimos dirección Monte, luego Ribeiro Frio y por último vemos la desviación a Pico Areeiro. Es noche cerrada. La luna se encuentra en cuarto menguante perfilada entre la silueta oscura de dos montañas. Atravesamos la niebla que luego vamos dejando abajo. Pico Areeiro, 1818 m. de altitud. Cuando llegamos la silueta de las montañas comienza a dibujarse y hay una pequeña claridad en el horizonte. Sopla un viento bastante frio. Nos abrigamos y con el frontal y linterna comenzamos a caminar por la senda marcada en las rocas a base de escalones. Bajamos, y en unos 15 minutos llegamos al mirador de Minho de Manta. La claridad es mayor, ya van tomando forma y volumen los picos y montañas que nos rodean y se distinguen muchas flores amarillas (las maravillas de Madeira) colgadas en los precipicios al igual que una planta de florido tajinaste que crece temeraria en el precipicio que cuelga del mirador. ![]() ![]() De frente se encuentra el Valle de la Ribeira da Faja da Nogueira, pero lo que vislumbramos es un mar de nubes blancas y espesas entre las montañas con un resplandor en el horizonte que cada vez es mayor. En este mar de nubes va apareciendo una lengüeta de color rojo que se va haciendo más grande hasta que nos damos cuenta que es el sol que se va alzando poco a poco por entre las nubes, de color rojo brillante hasta completar toda su esfera por encima de estas nubes. Esperábamos verlo aparecer por la línea del horizonte y no como una aparición lenta y fascinante entre las nubes. El milagro de cada mañana había vuelto a suceder, pero nosotros lo estábamos contemplando en este momento, en vivo y en directo, el amanecer más lindo y mágico que yo recuerdo, y he visto ya unos cuantos. ![]() ![]() Pronto el sol se vuelve amarillo y ya sus rayos nos van deslumbrando impidiendo mirarlo directamente. Estos rayos se van proyectando sobre algunos laterales de las montañas que nos circundan resaltando su perfil y colorido. ¡Un nuevo día comienza! Y hoy justamente nos va a pillar cruzando los picos más altos del macizo central de Madeira. Vamos saliendo del estado semi-catatónico en el que este prodigio nos había sumido y nos ponemos en marcha de nuevo. Las escalinatas en la piedra continúan, de distinto espesor, de más o menos altura, subiendo, bajando, rodeados de estos picos increíbles, con tramos aéreos reforzados con vallas de cable metálico, con precipicios de vértigo a los lados de la ruta. ![]() ![]() Llegamos al primer túnel, el denominado Túnel del Pico del Gato. Después del túnel el camino se bifurca y nosotros vamos por el de la derecha, el que rodea el pico das Torres. En este pico destacan varios salientes de piedra que el tiempo y la erosión han ido dando formas distintas. ![]() ![]() ![]() ![]() No creí que a esta altura hubiera tanta vegetación. A las flores amarillas llamadas maravillas de Madeira y los tajinaste, ya mencionados, hay que añadir otros tipos de florecillas y matorrales de brezo y retama de gran esplendor y lozanía. Se trata de plantas nuevas que están brotando y cogiendo madurez. En algunas laderas troncos de brezos adultos, secos y carbonizados por el incendio de 2010. Las plantas jóvenes son producto de una nueva reproducción que realizan esparciendo semillas desde un helicóptero. ![]() ![]() Después de un cartel que indica “fonte” (¿?) vamos subiendo una media hora hasta el collado del Pico Das Torres. Bajamos y atravesamos otro túnel siguiendo el camino a la derecha a la salida del mismo. Otro subidón de también media hora hasta el cruce con el camino que viene desde Achada do Teixeira y la subida sigue hasta el refugio del Pico Ruivo. En el refugio hay restos de una hoguera reciente, seguramente han pasado aquí la noche las únicas tres personas que nos hemos encontrado en el camino, dirección contraria a la nuestra, con el olor del humo pegado a sus ropas. En el refugio se puede hacer acopio de agua y tomarse algún refresco o café (con la leche en polvo) en una especie de bar que hay allí. ![]() ![]() Desde aquí a la cima del Pico Ruivo, 1862 m., hay tan sólo unos minutos de subida. La cima está marcada por un vértice geodésico y hay un estupendo mirador de los otros picos, el Areeiro y das Torres, del valle de Curral das Freiras. ![]() ![]() ![]() ![]() Desandamos algo el camino hasta el cruce siguiendo dirección Encumeada. Ahora nos toca bajar un gran trecho y después volver a subir hasta el pico das Torrinhas, pero no en una subida directa sino en varios sube y baja que nos van desgastando las piernas. Pero todo el trayecto con un paisaje que hace rato que nos tiene embelesados. Cuando bajamos del Pico das Torrinhas nos encontramos con un nuevo cruce con letreros indicativos de las distintas direcciones, pero apenas si leemos lo que ponen ya que se encuentran carbonizados por el incendio de 2010. Aquí abandonamos la vereda de Encumeada que parece enfilar la subida a otro pico y nos desviamos por el ramal izquierdo que desciende a Curral das Freiras. Desde aquí ya vemos los anejos de este pueblo, aunque no el pueblo en sí mismo pues se encuentra tapado por una montaña. ![]() ![]() ![]() Conforme bajamos la vegetación se hace cada vez más abundante y con nuevas variedades sin abandonar el brezo y la retama que aquí son más frondosos. Llegamos a un bosque de eucaliptos que atravesamos en dura bajada, con muchos zigzag resbaladizos por las hojas caídas de estos eucaliptos y otras ramas secas de los mismos. Esta bajada se nos va haciendo pesada, estamos salvando un desnivel considerable, algo más de 1000 metros. Y por fin llegamos a las primeras viviendas de las afueras del pueblo de Curral das Freiras dónde nos espera la furgoneta. ![]() ![]() ![]() ![]() En este punto, en un pequeño bar, sin nombre, nos tomamos unas cervezas fresquitas al increíble precio de 1€. Al dueño le alegramos el día porque, el que menos, se bebió un par de cervezas. Y es que la bajada además de pesada había sido calurosa. Después paramos un rato para ver el pueblo. Curral das Freiras (Valle de las Monjas) es una freiguesía de Cámara de Lobos. Está situado en un lugar privilegiado, en un valle profundo rodeado por altas montañas, alguna de las cuales nosotros hemos bajado anteriormente, con un paisaje de gran belleza. En realidad es un enorme cráter de un volcán ya extinguido. Todo en el pueblo se encuentra orientado al turismo, hay multitud de comercios de todo tipo de recuerdos entre los que destacan los productos de la castaña, (el pastel de castaña está riquísimo) y los licores de castaña y guindas. Precisamente en el último trayecto de nuestro recorrido, ya cercanos al pueblo, nos cruzamos con varios árboles de guindo. Justamente por el lugar que ocupa el pueblo las vistas panorámicas sobre el mismo son impresionantes y lugares de visita obligada. Tal es el caso del mirador de Eira do Serrado, uno de los miradores más bonitos de la isla, que ofrece vistas tanto del pueblo como de las montañas que lo rodean. Reconocemos entre estas vistas a la derecha los picos recorridos en nuestra ruta de hoy así como la gran superficie del bosque de eucaliptos del tramo final. De frente los molinos y parajes de la meseta de Paul da Serra. Algo cansados pero muy contentos volvemos al hotel. ![]() ![]() Esta noche tenemos nuestra última cena concertada y en común en el restaurante que viene siendo habitual en nuestras noches anteriores y que ya mencioné al inicio, el Ilha Bella. Hemos cenado en las noches anteriores muy bien, haciendo un amplio recorrido por la gastronomía de la isla: atún, “pez espada” de aquí, carne con vino y ajos, lapas grelhadas, gambas, bacalao asado, espetada de carne, dorada asada (parecida a nuestro Jurel), patatas muy ricas, tanto asadas como fritas y las patatas dulces, otra especie de patata, deliciosas,…. Nota: Esta ruta que hicimos es más difícil pero al pico Areeiro se puede llegar en coche y desde aquí al mirador Minho da Manta sólo hay unos 15 minutos andando. El mirador de Eira do Serrado es una de las visitas imprescindibles de Madeira Etapas 4 a 6, total 8
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