He decidido recuperar de mis recuerdos los 3 días que pasamos en la "decadente" ciudad de Oporto. Nuestro viaje empezó un miércoles de mayo con un tiempo espectacular. Llegamos al aeropuerto de Oporto, para trasladarnos a la ciudad usamos el tren. Para ello tienes que comprar una tarjeta llamada "andante" en la cual se recargan los billetes.
Posteriormente, cambiamos al metro para llegar a la estación de Aliados, que estaba cerca de nuestro hotel Exe Almada Porto. Tras pasear por la avenida de los Aliados con sus edificios modernistas de granito y mármol blanco, llegó la hora de comer y lo hicimos en Confeitaria Tamisa. Entre diario a la hora de comer está lleno pero el servicio es rápido. Tenía platos combinados a 4€. Nosotros tomamos una hamburguesa, que era congelada, con un pan muy rico. Y el plato estrella, el cachorro especial c/ovo, que realmente es un bocadillo de salchicha con salsa y huevo. Personalmente la salsa no me gusto mucho. El café bueno.

Tras comer, fuimos bajando hacia el río realizando fotos desde los miradores hacia Oporto y Vila Nova de Gaia, hasta que nos topamos con el majestuoso interior de la Iglesia de San Francisco. Famosa por sus retablos barrocos, hechos con madera brasilera y oro.

Al llegar al río hicimos una parada en Vinhas d'Alho, un sitio ideal para tomarse un aperitivo mientras disfrutas del Douro y Gaia. La copa de blanco de Oporto costaba entonces 3€.

Después fuimos hasta el Puente Don Luis I para cruzar el Duero. Desde Vila Nova de Gaia, disfrutamos de las mejores vistas de la ciudad de Oporto sentados en una de las terrazas. En esa zona se pueden ver los rabelos, los barcos tradicionales de Oporto que eran utilizados tradicionalmente para llevar las barricas de vino de Oporto desde los viñedos hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia.

Cenamos en el mesón Arco Iris, Nos pusieron 3 aperitivos y te advierten que sólo pagas lo que comes. Nos quedamos con el choriçao y el queso de cabra que estaba buenísimo. De segundo para compartir un bacalao Braga. Plato abundante y normalito. La atención muy buena.

De vuelta al hotel para dormir, un sugerente cartel nos hizo hacer una parada en el actualmente cerrado Fica na rua.
