Comenzamos nuestro segundo día en San Francisco saliendo del hotel a desayunar. Como el Lori´s Dinner de la comida del día anterior que estaba cerca de nuestro hotel nos había gustado y vimos que hacían desayunos, decidimos ir allí. Nuestra idea era hacer un café o leche con cereales o algún croasán, pero mientras entramos vimos en la mesa de al lado tortitas. No íbamos a estar en USA y no hacer un desayuno con tortitas así que yo me las pedí con plátano y sirope y mi mujer con fresas y sirope. La verdad que estaban espectaculares.
Con el estómago bien lleno, comenzamos el día que iba a ser largo también. Lo primero que hicimos fue ir al centro de información de turismo a comprar dos Muni Pass de un día. El precio son 14$ cada una (para que nos quejemos de lo que vale el transporte urbano en España) y te permite realizar todos los viajes que quiera uno en el día en buses y tranvías. La verdad que cuando te montas en los buses ni la miran, y mucha gente se cuela.
Hasta el primer punto fuimos caminando. Bajamos por Market Street hasta el cruce con Polk Street donde giramos a la derecha. En el número 200 de esta calle se encuentra el City Hall o ayuntamiento de la ciudad, que es una réplica del Hôtel des Invalides de París.
FOTO: City Hall de San Francisco
En la misma manzana está la Opera House y el Herbal Theatre. Esta zona también está plagada de vagabundos por todas partes, pero es curioso que siendo sólo el segundo día allí, deja de parecerte tan extraño.
Allí cogimos la línea 5 de bus, que nos llevaría hasta Alamo Square, que se encuentra entre Fulton Street y Hayes Street en el barrio de Western Addition. Todo este barrio está lleno de casas de estilo victoriano, pero sin duda las más espectaculares son las Painted Ladies de Alamo Square. Están rodeando a un parque muy bonito, y tras ellas, aparecen al fondo todos los edificios del distrito financiero.
FOTO: Painted ladies en Alamo Square
Era media mañana y poníamos rumbo al Golden Gate Bridge. Para llegar desde Alamo Square teníamos que coger dos buses. Hay que decir que el bus en SFO va bastante rápido y puntual. Cogimos la línea 22 en Filmore Street y nos bajamos cuando llegó a Union Street. Allí caminamos tres minutos hasta Lombard Street y cogimos la línea 28, que es la que atraviesa todo el parque de Presidio y sube hasta la orilla norte del Golden Gate por la Highway 101. La primera visión del puente transmite una impresión de majestuosidad y grandeza. De esas que te quedas mirando pensando como el hombre ha podido construirlo.
El bus te deja en el mismo inicio del Golden Gate. Allí está el Fort Point, que es una zona de mirador desde donde se observa todo el puente. Para variar en SFO estaba nublado pero al menos no estaba la típica niebla que se pone en el puente todas las tardes y que cubre la visión de un extremo desde el otro. El clima de la ciudad es único, en tres días no nos pudimos quitar la chaqueta en ningún momento.
Desde Fort Point también se tiene la vista de toda la zona de Fisherman´s Wharf y de la isla de Alcatraz.
FOTO: Isla de Alcatraz vista desde el Golden Gate
Se aprecia porque era imposible escapar de esa cárcel, ya que aunque se consiguiera escabullirse de las rejas y muros, hay una buena distancia hasta tierra firme, y probablemente ni siquiera siendo un gran nadador se pudiese atravesar este tramo en la helada agua de la bahía de San Francisco.
Después de ver los murales y la maqueta que hay sobre la construcción del Golden Gate al principio del puente, comenzamos a cruzarlo a pie. Sólo se puede caminar o ir en bici por uno de los dos lados y tiene muchísimo tráfico, ya que es la entrada más importante a la ciudad.
Hacía mucho viento, así que avanzamos hasta la mitad aproximadamente de sus 2,7 km. Desde allí decidimos retornar, ya que al día siguiente ya sabía que lo cruzaríamos entero.
FOTO: Golden Gate Bridge desde Fort Point
Mucha gente de la que llega hasta el puente, lo hace en bicicletas alquiladas por una vía que hay que recorre todo el borde de la bahía desde el puente hasta el puerto. Como el siguiente punto al que íbamos a ir era Fisherman´s Wharf, se nos ocurrió hacerlo en bicicleta dando un paseo, ya que además si se hace en esta dirección es casi todo bajada. Sin embargo, no conseguimos encontrar ningún puesto de alquiler en el Golden Gate (no se si es que no hay o que no lo encontramos), pero como ya nos había picado el gusanillo de las bicicletas decidimos coger el bus y bajar con la línea 28 hasta la zona de Marina Green, donde si que encontramos un puesto de alquiler.
Equipados con nuestras bicis y cascos, dimos el paseo por toda la zona de Marina Green y Fort Mason hasta entrar en el puerto por el Pier 43 que es el último. Como ya era un poco tarde, nada mas llegar fuimos a comer en uno de los muchos restaurantes de esta zona. Todos ellos tienen una gran oferta de pescado, gambas y demás productos del mar. Comimos en uno en la zona del Pier 39. Yo decidí probar el típico Clam Chouder que es un pan redondo al que le han vaciado la miga, y le ponen dentro una crema de marisco espesa, y mi mujer se decantó por un plato de gambas con patatas. El Clam Chouder, la verdad que cuando te lo traen no tiene muy buen aspecto, pero está muy bueno, totalmente recomendable probarlo.
Habíamos dejado las bicis con un candado en una farola mientras comíamos, las recogimos y nos metimos dentro del Pier 39, a ver si estaban los leones marinos que duermen y descansan allí en algunas épocas del año. Nos enteramos que en verano es en la época que normalmente migran hacia otras zonas, pero curiosamente uno se había quedado y era el centro de atención de todo el Pier. Estaba de pie, como posando para las fotos. Estuvimos dando una vuelta por el Pier antes de ir a devolver las bicicletas al puesto de alquiler.
FOTO: León marino en el Pier 39
Eran las tres y media de la tarde, así que teníamos que decidir con qué completábamos el día. Nos decantamos por ir al Golden Gate Park. Es una enorme zona verde, como puede ser Central Park en Nueva York, sólo que todavía de mayor tamaño. Cogimos la línea de bus que nos llevó hasta Street, justo en la entrada central del parque.
FOTO: Mapa del Golden Gate Park
Estuvimos paseando por los distintos caminos y rutas. Hay que tener cuenta que la extensión del parque es de más de 4 km cuadrados, por lo que se podría estar un día entero dando vueltas por él. Esta lleno de gente haciendo deporte corriendo y en bicicleta. Dentro de él hay entretenimiento variopintos como puede ser el Japanese Tea Garden que es un bosque de estilo japonés, el molino holandés o el Bison Paddock; que es un recinto vallado en cuyo interior viven tranquilamente una pequeña manada de bisontes. Se hace muy curioso estar en un entorno en el que a pesar de las vallas parezca que los bisontes estén en libertad.
FOTO: Bisonte del Bison Paddock del Golden Gate Park
Después de pasear durante un par de horas, tocaba regresar al hotel, así que cogimos el bus y retornamos al Metropolis. Cenamos en un restaurante que había pegado a nuestro hotel, un plato que llevaba un poco de todo; arroz, huevo, carne, verduras con salsa... eso sí, todo muy picante. De ahí directos a nuestra habitación y a descansar.