Último día en Mallorca. Hasta media mañana estuvimos descansando en nuestro paraíso particular, nos acercamos a Palma a recoger las ensaimades y regresamos a la rutina de cada día, pero con un recuerdo inolvidable.
Lógicamente nos levantamos temprano queríamos dejar todo lo más recogido posible para aprovechar al máximo este día.
Hasta las 20 horas no salía el vuelo así que debíamos planificar muy bien el día.
Dejamos en las maletas lo que ya no íbamos a necesitar más y preparamos un picnic algo especial para este día, fuimos a desayunar y a las 9 en punto ya estábamos sentados en la mesa esperando al camarero. Nos despedimos de todos los empleados del restaurante, estaban todos encantados de poder haber tenido unos clientes del país, incluso una camarera nos dijo que poder atendernos estos días y sin tener que hablar en ingles le alegraba el día. Un poco exagerado pero me imagino que estar todo el día atendiendo guiris y dirigirse a todos en ingles, al final del día debe de ser cansado.
Una vez terminado el desayuno, fuimos a recoger las bolsas de la playa y llenamos la nevera portátil. Tranquilamente nos dirigimos al camino que lleva a Cala Mitjana y esta vez aparcamos enfrente de la entrada a una finca, pues a partir de ese lugar el camino está mucho peor y había un pequeño rincón donde cabía sin molestar el Smart. Aunque debíamos caminar algo más, no repetíamos de aparcamiento. Luego resultó que fue todo un acierto, al regresar de la playa, donde aparcamos el día anterior, estaban cambiando la puerta de entrada a la finca y había un camión descargando la enorme puerta.
Esta vez al conocer el camino no se nos hizo tal largo llegar hasta la cala. Cuando llegamos todavía estaban los dos barcos del día anterior, habían pasado la noche allí, que envidia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Cuando llegamos ya había una pareja con un niño pequeño, resultó que era la misma que el día anterior nos encontramos por el camino y les preguntamos si faltaba mucho por llegar, también habían debido quedar enamorados del lugar y no les importaba la caminata con el niño a cuestas.
Estuvimos como el día anterior, leyendo mientras tomábamos el sol y haciendo snorkel, el paisaje marino era de alucine, entre las rocas, nos acercamos hasta los barcos y bajo el casco habían bancos de peces enormes, entre los bancos de poseidonias, por el fondo arenoso se veían los lenguados moverse entamente, por todas partes habían peces de todos los colores y todas las medidas.
A media mañana comenzaron a salir los habitantes de uno de los barcos, no paraban de salir hombres, contamos unos 14, supusimos que debían haber alquilado el barco y que estarían recorriendo la isla a su aire, parando donde les viniese de gusto, que gozada, habrá que probarlo algún día.
Antes de que nos pusiéramos a comer los dos barcos se fueron, primero uno y más tarde el otro, así que supusimos que no iban juntos. La pareja con el bebe, también se fue, por lo que a la hora de la comida nos quedamos completamente solos en el paraíso.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Mientras estábamos comiendo apareció por la entrada de la cala el Star Fish, hacía impresión un barco tan grande por este lugar tan pequeño.
Se trata de un barco que se dedica a pasear a los turistas por estas calas y por los puertos naturales del lugar. Paseando por la Marina de Cala d’Or el primer día vimos el muelle donde suben y bajan los pasajeros, pero como teníamos intención de acercarnos a Cabrera y después de no poder ir, nos quedó el gusanillo de pasear en barco bordeando esta costa. Quedará para otra visita.
Cuando ya se acercaban las 15 h decidimos dar por concluida la visita y nos encaminamos, con tristeza, en busca del coche para comenzar con el ritual del regreso a lo cotidiano.
Una vez empaquetado todo y revisando hasta el último rincón no nos dejáramos nada. (Exceptuando la sal, el aceite, el vinagre y alguna otra cosa que no era necesario traer), pero nos dejamos por devolver el mando a distancia del Tv, por el que habíamos dejado una fianza de 6 €. Fuimos a devolver las llaves y pagar la factura, agradecimos de corazón a la recepcionista el buen trato que nos habían dispensado y el habernos permitido usar la habitación hasta esa hora.
Le comentamos el descubrimiento de Cala Mitjana y nos comentó que nunca había estado, por lo difícil que es su acceso y fue ella la que nos comentó que la única forma de acceder a ella hasta hace poco solo era por mar, no hacía mucho tiempo que se había conseguido que los dueños permitieran habilitar un camino para llegar hasta la cala, tras unas denuncias y posterior juicio, con sus consiguientes apelaciones, etc. etc...Le hicimos coger el gusanillo de ir hasta allí con su novio y su moto.
Colocamos las maletas como pudimos en el mini maletero y enfilamos carretera dirección a Palma para recoger las ensaimadas, me di cuenta que íbamos más despacio de lo normal, recorriendo con la mirada cada rincón del camino, de cada pueblo que pasábamos y que nos acercaba más al fin del viaje, cuando llegamos a la autovía los km. fueron cayendo con mayor celeridad.
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Entramos a Palma por el Parc de Mar hasta llegar al Passeig des Born por el que subimos hasta Plaza Joan Carles I, giramos por Jaume III y aparqué en la esquina de Sta. Maria del Sepulcre, mi pareja bajó y fue a recoger las ensaimadas encargadas en Ca’n Joan de S’aigo. Que ganas tenía de dejar el coche con los 4 intermitentes y acompañarla, para podernos tomar el último helado de almendras y una ensaimada recién hecha. Pero el tráfico y la hora que era no lo permitía.
Para los interesados en traer ensaimades de primerísima calidad y a buen precio:
Ca’n Joan de S’aigo, casa fundada en el año 1700. C/ de Ca’n Sanç, 10; Tel.: 971 71 07 59.
Sucursal: C/ Baró Sta. Maria del Sepulcre, 5(frente El Corte Ingles de Jaume III); Tel 971 72 57 60
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Vino cargada con las ensaimadas las habían separado en dos paquetes de tres, para poderlas subir como equipaje de mano. Como detrás ya no cabían se las tuvo que poner encima de sus piernas, DIOSSSSS QUE OLOR. Todavía parece que las huela, no hay que decir que así que llegaron a su destino duraron bien poco. Los afortunados destinatarios así que las probaron, nos felicitaron por la elección, nunca habían comido una igual. Y eso que la de sobrasada ni la vieron, esta nos la comimos en casa esa misma noche para cenar, oooohhh que buena que estaba.
Bueno ya basta que estoy salivando. Después nos dirigimos al aeropuerto, quería llegar temprano para devolver el coche y presentar una reclamación por la tomadura de pelo del depósito de gasolina que nos cobraron Gold Car.
Dejamos el cochecito que se portó de maravilla y del que quedamos encantados.
Fuimos a devolver las llaves y les pedimos una hoja de reclamaciones, nos enviaron a la oficina del aeropuerto y allí fuimos a rellenarla. Que decir, lo les hizo ninguna gracia, se excusaban de que el precio era muy bueno, (no lo niego), pero una cosa es pagar un buen precio acordado y otra que te intenten estafar y así se lo dije. Espero que el Departament de Consum de Palma tome buena nota y los sancione.
Como todavía era temprano estuvimos paseando por las tiendas y pudimos comprobar los precios de los quesos, sobrasadas y ensaimadas, mucho más caros, que lo que nos costó a nosotros y la calidad dudo que se parezca a lo nuestro.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El vuelo salió con puntualidad , pudimos ver la costa mallorquina, la Serra de Tramuntana por última vez y despedirnos de ella con un:
HASTA LA PRÓXIMA VEZ MALLORCA.
El vuelo salió con puntualidad , pudimos ver la costa mallorquina, la Serra de Tramuntana por última vez y despedirnos de ella con un:
HASTA LA PRÓXIMA VEZ MALLORCA.
Y el avión se enlairó:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Playa del Arenal.
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Port d'Andratx.
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El pueblo de Sant Elm y la isla de Sa Dagonera.
Playa del Arenal.
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Port d'Andratx.
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El pueblo de Sant Elm y la isla de Sa Dagonera.