Después de un intenso día y un merecido descanso, decidimos no madrugar demasiado. Hemos quedado en Oiartzun para desayunar con nuestros amigos y no hay prisa. Sobre las once comenzamos la jornada ante un sol de justicia y unas temperaturas muy veraniegas y nada habituales aquí en esta época del año. Nos dirigimos a Zarautz por la AP-8 dirección Bilbao. El peaje no llega a los dos euros y son unos 25 quilómetros que pasan enseguida. Una vez en Zarautz, cogemos la carretera de la costa, la N-634 en la misma dirección.
Las vistas desde esta carretera son espectaculares. Hay un paseo para caminar que va bordeando la costa, así como diversos miradores desde donde se puede observar tanto la kilométrica playa de Zarautz por un lado, como el “Ratón” de Guetaria o Monte de San Antón que debe su nombre a su divertida forma de roedor por el otro. Además encontramos infinidad de rompeolas que nos enseñan la violenta belleza del mar cantábrico en todo su esplendor
. Las vistas desde esta carretera son espectaculares. Hay un paseo para caminar que va bordeando la costa, así como diversos miradores desde donde se puede observar tanto la kilométrica playa de Zarautz por un lado, como el “Ratón” de Guetaria o Monte de San Antón que debe su nombre a su divertida forma de roedor por el otro. Además encontramos infinidad de rompeolas que nos enseñan la violenta belleza del mar cantábrico en todo su esplendor
Tras un corto trayecto de pocos kilómetros llegamos a Guetaria, sin duda uno de los pueblos costeros con más encanto de Guipúzcoa. Pasamos junto al puerto donde se alza la isla de San Antón que veíamos desde la carretera y por el centro del pueblo. Vemos el monumento a Juan Sebastián Elcano, natural de esta localidad, que llegó a Sanlúcar de Barrameda el 6 de Septiembre de 1522 junto a otros 17 supervivientes tras dar la vuelta al mundo durante tres años. Esta llegada es escenificada en Getaria cada cuatro años (toca en 2018). Otro personaje ilustre nacido en Getaria es el famoso diseñador de alta costura Cristóbal Balenciaga.
Casi sin darnos cuenta llegamos a Zumaia, localidad situada a 35 quilómetros de San Sebastián. Es un bonito pueblo pesquero con su paseo marítimo y su puerto. Pero el principal atractivo de esta localidad radica en la parte alta del pueblo, donde se aprecia la Hermita de San Telmo en una estampa de extrema belleza, con los “Flysch de Zumaia” de fondo. Se llama Flysch (“deslizarse” en alemán) a las gigantescas “milhojas” de rocas sedimentarias que se han quedado en posición vertical obteniendo una forma muy característica parecida a la espalda de un dinosaurio. El paisaje de los acantilados es cautivador, sobretodo al mezclarse con los verdes montes que les rodean, aunque aún sería más espectacular si hubiésemos encontrado la marea totalmente baja, momento en que se puede pasear sobre ellos y parece que te encuentras en un lejano planeta. Como curiosidad, se puede apreciar una capa muy fina de una arcilla de color oscuro que corresponde con la sedimentación del polvo generado con la explosión del meteorito que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años.
Casi sin darnos cuenta llegamos a Zumaia, localidad situada a 35 quilómetros de San Sebastián. Es un bonito pueblo pesquero con su paseo marítimo y su puerto. Pero el principal atractivo de esta localidad radica en la parte alta del pueblo, donde se aprecia la Hermita de San Telmo en una estampa de extrema belleza, con los “Flysch de Zumaia” de fondo. Se llama Flysch (“deslizarse” en alemán) a las gigantescas “milhojas” de rocas sedimentarias que se han quedado en posición vertical obteniendo una forma muy característica parecida a la espalda de un dinosaurio. El paisaje de los acantilados es cautivador, sobretodo al mezclarse con los verdes montes que les rodean, aunque aún sería más espectacular si hubiésemos encontrado la marea totalmente baja, momento en que se puede pasear sobre ellos y parece que te encuentras en un lejano planeta. Como curiosidad, se puede apreciar una capa muy fina de una arcilla de color oscuro que corresponde con la sedimentación del polvo generado con la explosión del meteorito que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años.
En cuanto a la Hermita, no pudimos vistar su interior pues se encontraba cerrada. Adquirió mucha fama al ser escenario de la película “Ocho apellidos vascos” y está profundamente ligada al mundo de los pescadores. La verdad es que había tanta gente que a veces costaba hacerse paso para llegar al final del acantilado, que se encuentra a unos 500 metros de la hermita.
[align=justify]Tras un bonito paseo por el lugar, volvemos por donde hemos venido por la carretera hasta Zarautz. Llegamos sobre las 14:30, hora del almuerzo. Tras dejar el coche en un aparcamiento subterráneo , nos disponemos a comer. La parte inicial del paseo marítimo está plagado de restaurantes, con lo que no tenemos problema para encontrar mesa. Escogemos el Restaurante Charly, que ofrece un variado menú del día por 13,50€. Buena comida, personal muy amable y servicio bastante rápido.
Satisfechos, iniciamos el recorrido por el extenso paseo marítimo de Zarautz. Se trata de la playa más larga del País Vasco con 2500 metros de longitud y se la conoce como “La reina de las Playas”.Está repleta de surfistas que aprovechan el magnífico día y la bravura de las aguas del cantábrico. El paseo marítimo se encuentra salpicado de esculturas, zonas de juego infantil y terraza y flanqueado por palacetes y casas burguesas del S. XIX.
[align=justify]Tras un bonito paseo por el lugar, volvemos por donde hemos venido por la carretera hasta Zarautz. Llegamos sobre las 14:30, hora del almuerzo. Tras dejar el coche en un aparcamiento subterráneo , nos disponemos a comer. La parte inicial del paseo marítimo está plagado de restaurantes, con lo que no tenemos problema para encontrar mesa. Escogemos el Restaurante Charly, que ofrece un variado menú del día por 13,50€. Buena comida, personal muy amable y servicio bastante rápido.
Satisfechos, iniciamos el recorrido por el extenso paseo marítimo de Zarautz. Se trata de la playa más larga del País Vasco con 2500 metros de longitud y se la conoce como “La reina de las Playas”.Está repleta de surfistas que aprovechan el magnífico día y la bravura de las aguas del cantábrico. El paseo marítimo se encuentra salpicado de esculturas, zonas de juego infantil y terraza y flanqueado por palacetes y casas burguesas del S. XIX.
Llegando al final del paseo nos encontramos con el famoso restaurante de Carlos Arguiñano donde aprovechamos para tomar un café antes de abandonar el lugar.
Sobre las 5 de la tarde llegamos a nuestro siguiente destino de la jornada: Hondarribia. Sin duda se trata de uno los pueblos más bonitos del País Vasco y en nuestra opinión es una de las vistas imprescindibles si se viene a San Sebastián. Tras dejar el coche aparcado junto al paseo marítimo, decidimos recorrer una parte de este. Se observa una bonita vista de Hendaya, ya en Francia justo enfrente, al otro lado de la tranquila bahía. Aquí no hay olas, sólo calma. Llegando al final del paseo vemos una curiosa zona rocosa con algunos trazos de similitud con los Flysch de Zumaia, donde los niños aprovechan para jugar un rato.
Siguiendo el paseo nos dirigimos hacia el Barrio de La Marina, el barrio de pescadores. Se trata de la estampa más típica del pueblo, una zona repleta de la típicas casas vascas con un colorido fuera de lo común y llenas de flores en los balcones y ventanas. Aprovechamos para tomar un refresco en este animado lugar, mientras no nos cansamos de hacer una foto tras otra.
Comienza a irse el Sol y no queremos abandonar este lugar sin apreciar el casco viejo , que se encuentra en la parte alta de la ciudad , rodeado de una espléndida muralla. Entrando por la Puerta de Santa María, subimos en dirección a la Iglesia y a la Plaza de Armas por una de las calles más bonitas de Hondarribia, la Calle Mayor o Kale Nagusia. Una vez finalizamos la subida, llegamos a la plaza de Armas, donde se encuentra el antiguo castillo medieval (S.XIII) que posteriormente amplió Carlos V y actualmente está habilitado como parador nacional. La cafetería, de entrada libre, posee un techo espectacular repleto de tapices de Rubens donde se explica la historia de Aquiles. Desde esta plaza se observa una panorámica muy bonita de la parte baja de la ciudad y de Hendaya, al otro lado de la Bahía
.Muy cercana a este lugar se encuentra la Iglesia de Santa María de la Asunción y del Manzano, de estilo gótico y construída entre los siglos XV y XVI. No pudimos entrar porque estaba cerrada. Son las 19:30 y está anocheciendo con lo que decidimos volver al apartamento a cambiarnos, esta noche cenamos con un compañero de Silvia que vive en San Sebastián
Hemos quedado en la Plaza de Catalunya de San Sebastián, el barrio de Gross, desde donde nos dirigimos a uno de los locales de Pintxos de moda en la ciudad, con un buen número de premios nacionales e internacionales: El Bergara. El local está repleto pero hace honor a su reputación. Ni habíamos probado ni probaríamos en los días posteriores unos pintxos de esa calidad. Genial. Sin duda lo recomendamos porque vale la pena; presentación muy cuidada, ingredientes de calidad y una mezcla de sabores que no deja indiferente a nadie. Tras la primera parte de la cena, nos adentramos de nuevo en el barrio viejo que ayer visitamos durante la tarde. Nuestro nuevo guía nos ofreció otra visión de la ciudad , incluso nos llevó a visitar una de sus conocidas sociedades gastronómicas.[/b]
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Cambia un poco el panorama aunque continúa repleto de turistas. Acabamos la noche en Casa Tiburcio, otro bar de Pintxos bastante conocido aunque nada que ver con el Bergara. Sobre las 23:30 estamos ya en el apartamento. Mañana nos despedimos de San Sebastián.