Este año no fue demasiado difícil escoger destino de viaje. El año pasado dudábamos entre Japón y Sri Lanka y nos decidimos por Japón. Así que este verano no había mucho que decidir: Sri Lanka seguro.
Además, queríamos un viaje tranquilo, que nos permitiera descansar (el viaje a Japón nos dejó agotados: hay tanto que ver que no queda tiempo para el descanso).
Primero, había que escoger fechas. En agosto seguro, no nos queda otra. Pero quisimos hacer coincidir nuestra estancia en Kandy con el Esala Perahera y fue el gran acierto del viaje.
El itinerario final fue el siguiente:
Colombo 1 noche
Kandy 2 noches
Anuradhapura 3 noches
Habarana 4 noches
Castelreagh 3 noches
Tissamaharama 2 noches
Galle 1 noche
Bentota 5 noches
A viaje hecho, creo que añadiría una noche en Kandy y quitaría una de Anuradhapura (aunque no nos fue mal tener tres, porque estuve un día enferma, con fiebre alta y me tuve que quedar en la cama una tarde entera) y añadiría también algo más de tiempo en Galle. El recorrido nos permitió tomarnos las cosas con mucha calma (que era lo que yo necesitaba) y descansar muchas tardes a partir de las 5.
El vuelo lo hicimos con Qatar Airways, que era la que mejor opción de horarios nos daba. 1 hora y 40 minutos de escala en Doha fueron suficientes para nosotros: salir del avión, pasar el control de pasaportes, fumarnos un cigarrito (que experiencia la sala de fumadores del aeropuerto de Doha!), llegar a la puerta de embarque y subir al avión. La maleta no tuvo tiempo (y eso que nuestra maleta no fuma!) de llegar al nuevo avión y, en Colombo nos dijeron que llegaría en el vuelo siguiente y nos la harían llegar al hotel (cosa que cumplieron con toda corrección).
Colombo no nos interesaba demasiado. Una vez llegados al aeropuerto, hicimos la reclamación de la maleta, cambiamos moneda (hay que guardar el papel del cambio de moneda, porque si te sobran rupias y quieres volver a cambiarlas a euros, hay que enseñarlo) y alucinamos un rato con las tiendas (duty free, supongo) DE ELECTRODOMÉSTICOS del aeropuerto. Neveras, lavadoras, cocinas, ventiladores… En fin…
Nos instalamos en la guesthouse Lake Lodge(yo más bien diría que es un pequeño hotel de diseño), buscamos un tuk tuk y, con desprecio total por nuestra seguridad y nuestra vida, nos fuimos a nuestro único objetivo en Colombo: la tienda Barefoot, una explosión de color y alegría, donde me compré un bolso precioso que había visto en la página web. Tomamos algo en el bar y nos fuimos a ver la playa y a dar una vueltecita por la ciudad.
Cenamos en el hotel nuestro primer rice & curry y, por la mañana, comenzamos realmente nuestro viaje: salimos hacia Kandy.