Desayunamos pronto y vamos a buscar a los dos compañeros de viaje que se alojan en el Hotel Barceló, muy cerca de aquí. Tenemos que llegar pronto al Topkapi porque hemos leído que la visita al Harén tiene un cupo de entrada limitado y no nos lo queremos perder.
Por el camino hacia la punta del cuerno de oro encontramos maravillosas muestras del arte otomano.
Somos de los primeros en llegar y nos turnamos en la cola mientras el resto descansan a la sobra de este excepcional edificio porticado.
Esta fue la residencia del sultán desde la toma de Constantinopla hasta el siglo XIX.
Vamos a visitar primero el museo conocido cono el Tesoro donde está el diamante más caro del mundo o el puñal conocido como Topkapi, un arma blanca curvada y recubierta de diamantes en empuñadura y funda.
Ahora estamos en el Harén la parte más interesante de todos los edificios que conforman el Topkapi.
Esta era la residencia "familiar" del sultán y sus más de 500 esposas. Eran mujeres cultas, capaces de cantar, bailar, bordar y tener buena conversación para entretener al sultán. No todas yacían con él, solo las favoritas.
por todas partes hay fuentes y aguamaniles. Por el tamaño de éste podéis imaginar qué parte del cuerpo se lavaban aquí.
Continuamos viendo el salón del trono y la riqueza y el lujo que lo envuelve todo.
En el exterior grandes jardines con fuentes susurrantes rodena otros edificios, como este que alberga la famosa biblioteca de Sultanahmed.
Nos ha gustado la visita porque está todo muy bien conservado.
Regresamos hacia la zona de Sultanahmed para visitar el antiguo Hipódromo pero antes pasamos por la antigua estación de Orient Express
Este mítico tren unía la ciudad de París con Estambul, atravesando Europa con el mayor de los lujos desde 1883 hasta 1977 modificando su trayecto según las guerras y transportando ilustres personajes de la alta burguesía y aristocracia.
Todo un sueño de una época pasada y escenario de muchas novelas del siglo XX.
Hemos llegado a lo que queda del Hipódromo, solo tres obeliscos que fueron traídos expresamente desde Delfos, en Grecia, o Karnak, en Egipto para mostrar la grandeza del imperio bizantino.
El hipódromo era el centro de la vida social de Bizancio, la pasión que despertaban las carreras de caballos era tan grande que las facciones de seguidores (azules y verdes) llegaban a provocar graves disturbios por la violencia de las peleas de los seguidores.
Las placas de bronce que lo recubrían y los caballos fueron robados por los venecianos.
Después de comer un hojaldre salado relleno de queso vamos a cruzar el puente para visitar el barrio de Gálata, donde se instalaron los antiguos comerciantes genoveses.
Es la zona nueva de Estambul. Moderna y llena de comercios, restaurantes parece ser la preferida de los turistas europeos, aunque carece de la magia de la ciudad antigua.
Esta torre es un excelente mirador de la ciudad y su visita es recomendable (hay ascensor).
En tiempos de su construcción era el edificio más alto de la ciudad y formaba parte de la ciudadela construida por los genoveses.
Ha sido restaurada varias veces por ser un excelente punto de vigilancia, incluso se dice que desde aquí se podía levantar una cadena sumergida en el mar que bloqueaba el paso de las naves por el Bósforo en tiempos de guerra.
Regresamos a la ciudad vieja para visitar el Gran Bazar que tenemos muy cerca del hotel.
Es una turistada y te das cuenta nada más entrar porque todos somos "guiris". No obstante hay excelentes falsificaciones de ropa, especialmente calcetines y ropa de deporte. Sufrimos el acoso de los vendedores y mi marido acabó "picando" y se compró unos calcetines supuestamente de Hugo Boss.
Estamos cansados de tanto caminar y vamos a cenar pronto, cerca del puente de Gálata, donde salen los transbordadores hacia la parte turca.
Vuelve a hacer una excelente noche.