Nos perdemos el desayuno porque A las 5:00 nos espera el taxi que reservamos ayer desde el hostal para ir al muelle (4$). Control de equipaje y la lancha nos acerca a la barca (1$). A las 6:00 sale el barco de Isabela a Santa Cruz. El barco tiene más ventilación que a la ida, aunque también vamos como sardinas enlatadas. Se le estropea un motor y tardamos más de 3 horas en llegar a Santa Cruz. La lancha nos acerca al muelle (1$) y dejamos las maletas en la agencia de las fibras.
Como tenemos tiempo hasta que salga el barco de Santa Cruz a San Cristobal a las 14:00, aprovechamos para ir a Tortuga Bay, de la que tan bien nos han hablado. Nos registramos en la entrada, y tardamos una media hora en realizar el sendero hasta Tortuga Bay. Es una playa larga de arena fina, aunque debido a las olas y el viento la estampa que nos encontramos no es la postal que nos habían contado.
Continuamos otros 15 minutillos hasta llegar a Playa Mansa, una bahía con agua totalmente calmada. Nos damos un baño y volvemos.
En el muelle de Puerto Ayora comemos un par de almuerzos con birra (16,50$), recogemos las maletas y nos acercamos al control de equipaje con antelación de 45 minutos aprox. Esto nos sirve para coger sitio en la parte trasera del barco. La lancha nos acerca (0,50$) y en dos horas llegamos a Puerto Baquerizo Moreno, la capital de Galápagos.
Lo primero nos dirigimos a Scuba Eden, donde nos espera el gran Ramiro! Reservamos la excursión de mañana a Leon Dormido con él, y se fió de nosotros, dejándonos pagar a nuestra llegada (110$ por persona). Le alegró mucho ver a sus primeros clientes de la web! Nos sacó una foto y no entendíamos nada, jaja! Al parecer fuimos los primeros en contactar con ellos en su nueva web, tras ver comentarios en tripadvisor.
Ramiro no se podía haber portado mejor con nosotros! Tras probarnos los equipos de mañana, nos acerca en taxi al Hotel Paraiso Insular (102$ A/D las dos noches) que le viene de camino a su casa. El Hotel tiene una habitación muy amplia con aire acondicionado, y bonitas vistas desde sus ventanales, una enorme ducha, y nos regalan una botella de frizante italiano cuando llegamos.
Damos un paseo por la zona del puerto y es todo un espectáculo ver a los cientos de leones marinos. Machos alfa persiguiendo a cada hembra que llega del mar, cachorros que no encuentran a su madre en la noche y son rechazados por otras mamas, otras amamantando a sus pequeños...
Pasemos por toda la costa y nos encontramos con leones marinos en cada esquina, está plagado.
Cenamos unas riquisimas hamburguesas artesanales con bebidas (23$).
Como tenemos tiempo hasta que salga el barco de Santa Cruz a San Cristobal a las 14:00, aprovechamos para ir a Tortuga Bay, de la que tan bien nos han hablado. Nos registramos en la entrada, y tardamos una media hora en realizar el sendero hasta Tortuga Bay. Es una playa larga de arena fina, aunque debido a las olas y el viento la estampa que nos encontramos no es la postal que nos habían contado.
Continuamos otros 15 minutillos hasta llegar a Playa Mansa, una bahía con agua totalmente calmada. Nos damos un baño y volvemos.
En el muelle de Puerto Ayora comemos un par de almuerzos con birra (16,50$), recogemos las maletas y nos acercamos al control de equipaje con antelación de 45 minutos aprox. Esto nos sirve para coger sitio en la parte trasera del barco. La lancha nos acerca (0,50$) y en dos horas llegamos a Puerto Baquerizo Moreno, la capital de Galápagos.
Lo primero nos dirigimos a Scuba Eden, donde nos espera el gran Ramiro! Reservamos la excursión de mañana a Leon Dormido con él, y se fió de nosotros, dejándonos pagar a nuestra llegada (110$ por persona). Le alegró mucho ver a sus primeros clientes de la web! Nos sacó una foto y no entendíamos nada, jaja! Al parecer fuimos los primeros en contactar con ellos en su nueva web, tras ver comentarios en tripadvisor.
Ramiro no se podía haber portado mejor con nosotros! Tras probarnos los equipos de mañana, nos acerca en taxi al Hotel Paraiso Insular (102$ A/D las dos noches) que le viene de camino a su casa. El Hotel tiene una habitación muy amplia con aire acondicionado, y bonitas vistas desde sus ventanales, una enorme ducha, y nos regalan una botella de frizante italiano cuando llegamos.
Damos un paseo por la zona del puerto y es todo un espectáculo ver a los cientos de leones marinos. Machos alfa persiguiendo a cada hembra que llega del mar, cachorros que no encuentran a su madre en la noche y son rechazados por otras mamas, otras amamantando a sus pequeños...
Pasemos por toda la costa y nos encontramos con leones marinos en cada esquina, está plagado.
Cenamos unas riquisimas hamburguesas artesanales con bebidas (23$).