Desayunamos pronto en el hotel y caminamos 5 minutos hasta Scuba Eden, donde hemos quedado a las 07:30. Recogemos los wetsuits y aletas y vamos al embarcadero. En nuestro grupo, un solo chico va a realizar buceo y los demás, unos 9, snorkel.
Realizamos la primera parada en la Playa Manglesito. Primero paseamos por la playa mientras Ramiro nos da alguna explicación sobre el León Dormido.
Vemos tortugas verdes cerca de la orilla, cangrejos ermitaños, leones marinos, iguanas marinas, y la cáscara de un cangrejo que ha mudado.
Después tenemos cerca de una hora para realizar snorkel. Aunque el agua está un tanto turbia, vemos una raya bastante grande cerca de la orilla.
Volvemos al barco y no dirigimos a León Dormido o Kicker Rock, nuestro snorkel soñado durante meses. Se trata de una formación rocosa, con más de cien metros de altura fuera del agua. La roca está dividida en dos por la erosión, y la grieta que queda entre ambas rocas tiene una profundidad de 14 a 20 metros. Las paredes son totalmente verticales. Por la parte de fuera, la profundidad es de 140 metros en un lado, y de 250 en el opuesto.
Mientras Ramiro imparte los últimos consejos, el chico que va a bucear se tira al agua con el instructor. Le damos un tiempo para que baje mientras rodeamos la roca en lancha. Unos leones marinos pescan en manada donde nos vamos a tirar.
Todos al agua! Primero atravesamos una pequeña grieta más estrecha, situada en la parte inferior de la roca mayor. Menuda suerte hemos tenido, el agua está muy clara, hay muy poca corriente y tenemos visibilidad hasta los 20 metros del fondo de la grieta. De repente, vemos un tiburón en el fondo, y otro, hasta tres. Ramiro baja en apnea para grabarlos y se acerca a ellos muchísimo. Volvemos por donde hemos entrado. Los leones marinos nadan a nuestro alrededor y vemos cada vez más tiburones de galápagos y punta negras. Ramiro nos pregunta frecuentemente si nos encontramos bien, por si tenemos algún problema físico o con el equipo, todo ok. La lancha se encuentra cerca en todo momento, por si alguno se cansa o no quiere/puede seguir.
Rodeamos las rocas por la parte exterior y la caída de la roca hasta el fondo del mar es escalofriante. Tengo bastante vértigo, y la sensación que tengo es extraña, me acerco bastante a la parte de la roca. Conforme vamos avanzando, cada vez vemos más y más tiburones. Se mueven en bandos, y hay decenas de ellos nadando debajo de nosotros, increíble!
Nos adentramos en la grieta principal que separa ambas rocas y seguimos viendo tiburones en bandos debajo nuestro. Me doy cuenta que nos estamos quedando rezagados del grupo, y miro para atrás para ver si somos los últimos. Veo que no, que detrás nuestro viene un bando de tiburones martillo a pocos metros de nosotros y cerca de la superficie! Vaya susto! Pasan muy muy cerca, y uno de ellos se gira hacía nosotros, son enormes! Aviso a nuestro grupo que está delante, que se dirigen hacia ellos, pero cuando miramos para abajo vemos un bando de más de veinte tiburones...nos miramos y decimos a la vez: vamos hacia el grupo anda, jajaja! Cuando salimos de la grieta seguimos viendo bandos de tiburones, pero con Ramiro cerca estoy más tranquilo. Nadamos con un león marino, una tortuga verde, y como la gente se está muriendo de frío Ramiro nos comenta que vayamos subiendo al barco. Justo cuando vamos a subir, un enorme banco de túnidos pasa por debajo de nosotros, y una vez en el barco vemos un mola mola, una especie de pez luna gigante!
La verdad que nosotros hubiésemos seguido. Ramiro se da cuenta de ello, y nos dice que si queremos nos volvemos a tirar, pero le decimos que no hay problema! A la vuelta charlando con el, tuvo el detallazo de prestarnos los wetsuits y aletas, y nos recomendó ir a hacer snorkel al Cerro Tijeretas.
Comemos en el barco.
Tomamos un taxi en el muelle que nos lleva al centro de interpretación (1$), y de allí seguimos la carretera que pasa por debajo, desviándonos por el segundo sendero a la derecha. Llegamos a Punta Carola, una bonita playa llena de leones marinos en la arena. Queremos aprovechar las horas de sol para hacer snorkel y tomamos el camino de piedra que sale desde la mitad de Punta Carola. Se debe tomar el desvío a la izquierda hacia Tijeretas, ya que a la derecha te lleva al Centro de Interpretación. La estatua de Charles Darwin preside la bahía del Cerro Tijeteras, desde donde vemos con añoro el León Dormido.
El agua está congelada, y mucha gente que no lleva ni una camiseta de licra lo pasa mal, mil gracias Ramiro por los wetsuits y aletas! Es un sitio fenomenal para hacer snorkel por libre en Galápagos. La bahía es preciosa, el agua está muy clara y vemos bastantes pececillos.
Retrocedemos por el mismo camino hasta Punta Carola.
En un rama vemos al amigo de pico azul y patas rojas,
y nos quedamos disfrutando del espectacular atardecer en compañía de los leones marinos.
Cuando volvemos a Scuba Eden para entregar los wetsuits y aletas a Ramiro, mientras nos pasa las fotos y vídeos al usb, charlamos un buen rato con él. Nos cuenta que el nombre Galápagos, es debido a que la silla de montar en España se llamaba antiguamente Galápago. Los nombres de Santo de las diferentes islas, las decidió el cura español que las descubrió. Las dos únicas a las que no llegó, lo hizo Darwin, dando nombre a una de ellas y el de su mejor amigo, Wolf, a la otra. Ramiro tiene una foto de la segunda guerra mundial en la que se ve un volcán espectacular de Isabela. Nos pregunta cuando nos vamos mañana, y nos dice que nos presta los wetsuits y aletas para ir a primera hora a la Lobería, que nos da tiempo. Nuestro avión sale a las 11:15, pero nos miramos y adelante!
Vamos a cenar dos cuartos de pollo con bebidas (16,50€).
Realizamos la primera parada en la Playa Manglesito. Primero paseamos por la playa mientras Ramiro nos da alguna explicación sobre el León Dormido.
Vemos tortugas verdes cerca de la orilla, cangrejos ermitaños, leones marinos, iguanas marinas, y la cáscara de un cangrejo que ha mudado.
Después tenemos cerca de una hora para realizar snorkel. Aunque el agua está un tanto turbia, vemos una raya bastante grande cerca de la orilla.
Volvemos al barco y no dirigimos a León Dormido o Kicker Rock, nuestro snorkel soñado durante meses. Se trata de una formación rocosa, con más de cien metros de altura fuera del agua. La roca está dividida en dos por la erosión, y la grieta que queda entre ambas rocas tiene una profundidad de 14 a 20 metros. Las paredes son totalmente verticales. Por la parte de fuera, la profundidad es de 140 metros en un lado, y de 250 en el opuesto.
Mientras Ramiro imparte los últimos consejos, el chico que va a bucear se tira al agua con el instructor. Le damos un tiempo para que baje mientras rodeamos la roca en lancha. Unos leones marinos pescan en manada donde nos vamos a tirar.
Todos al agua! Primero atravesamos una pequeña grieta más estrecha, situada en la parte inferior de la roca mayor. Menuda suerte hemos tenido, el agua está muy clara, hay muy poca corriente y tenemos visibilidad hasta los 20 metros del fondo de la grieta. De repente, vemos un tiburón en el fondo, y otro, hasta tres. Ramiro baja en apnea para grabarlos y se acerca a ellos muchísimo. Volvemos por donde hemos entrado. Los leones marinos nadan a nuestro alrededor y vemos cada vez más tiburones de galápagos y punta negras. Ramiro nos pregunta frecuentemente si nos encontramos bien, por si tenemos algún problema físico o con el equipo, todo ok. La lancha se encuentra cerca en todo momento, por si alguno se cansa o no quiere/puede seguir.
Rodeamos las rocas por la parte exterior y la caída de la roca hasta el fondo del mar es escalofriante. Tengo bastante vértigo, y la sensación que tengo es extraña, me acerco bastante a la parte de la roca. Conforme vamos avanzando, cada vez vemos más y más tiburones. Se mueven en bandos, y hay decenas de ellos nadando debajo de nosotros, increíble!
Nos adentramos en la grieta principal que separa ambas rocas y seguimos viendo tiburones en bandos debajo nuestro. Me doy cuenta que nos estamos quedando rezagados del grupo, y miro para atrás para ver si somos los últimos. Veo que no, que detrás nuestro viene un bando de tiburones martillo a pocos metros de nosotros y cerca de la superficie! Vaya susto! Pasan muy muy cerca, y uno de ellos se gira hacía nosotros, son enormes! Aviso a nuestro grupo que está delante, que se dirigen hacia ellos, pero cuando miramos para abajo vemos un bando de más de veinte tiburones...nos miramos y decimos a la vez: vamos hacia el grupo anda, jajaja! Cuando salimos de la grieta seguimos viendo bandos de tiburones, pero con Ramiro cerca estoy más tranquilo. Nadamos con un león marino, una tortuga verde, y como la gente se está muriendo de frío Ramiro nos comenta que vayamos subiendo al barco. Justo cuando vamos a subir, un enorme banco de túnidos pasa por debajo de nosotros, y una vez en el barco vemos un mola mola, una especie de pez luna gigante!
La verdad que nosotros hubiésemos seguido. Ramiro se da cuenta de ello, y nos dice que si queremos nos volvemos a tirar, pero le decimos que no hay problema! A la vuelta charlando con el, tuvo el detallazo de prestarnos los wetsuits y aletas, y nos recomendó ir a hacer snorkel al Cerro Tijeretas.
Comemos en el barco.
Tomamos un taxi en el muelle que nos lleva al centro de interpretación (1$), y de allí seguimos la carretera que pasa por debajo, desviándonos por el segundo sendero a la derecha. Llegamos a Punta Carola, una bonita playa llena de leones marinos en la arena. Queremos aprovechar las horas de sol para hacer snorkel y tomamos el camino de piedra que sale desde la mitad de Punta Carola. Se debe tomar el desvío a la izquierda hacia Tijeretas, ya que a la derecha te lleva al Centro de Interpretación. La estatua de Charles Darwin preside la bahía del Cerro Tijeteras, desde donde vemos con añoro el León Dormido.
El agua está congelada, y mucha gente que no lleva ni una camiseta de licra lo pasa mal, mil gracias Ramiro por los wetsuits y aletas! Es un sitio fenomenal para hacer snorkel por libre en Galápagos. La bahía es preciosa, el agua está muy clara y vemos bastantes pececillos.
Retrocedemos por el mismo camino hasta Punta Carola.
En un rama vemos al amigo de pico azul y patas rojas,
y nos quedamos disfrutando del espectacular atardecer en compañía de los leones marinos.
Cuando volvemos a Scuba Eden para entregar los wetsuits y aletas a Ramiro, mientras nos pasa las fotos y vídeos al usb, charlamos un buen rato con él. Nos cuenta que el nombre Galápagos, es debido a que la silla de montar en España se llamaba antiguamente Galápago. Los nombres de Santo de las diferentes islas, las decidió el cura español que las descubrió. Las dos únicas a las que no llegó, lo hizo Darwin, dando nombre a una de ellas y el de su mejor amigo, Wolf, a la otra. Ramiro tiene una foto de la segunda guerra mundial en la que se ve un volcán espectacular de Isabela. Nos pregunta cuando nos vamos mañana, y nos dice que nos presta los wetsuits y aletas para ir a primera hora a la Lobería, que nos da tiempo. Nuestro avión sale a las 11:15, pero nos miramos y adelante!
Vamos a cenar dos cuartos de pollo con bebidas (16,50€).