1. Existe un medio de transporte gratuito para llegar a las islas Lofoten desde el continente noruego: los ferrys de la compañía Torghatten que cubren la línea Bodø-Moskenes y viceversa. Estos ferrys son absolutamente gratuitos para la gente de a pie con sus equipajes, hasta completar aforo. Basta con llegar con suficiente antelación al puerto de embarque y ponerte a la cola. Si no entras en uno, entrarás en el siguiente. En plena temporada de verano suele haber más gente, pero nosotros, a finales de agosto, hubiéramos entrado incluso llegando al puerto sin antelación ninguna porque no se completó el aforo de peatones. El ferry es muy grande.
De todas formas, si necesitas coger determinado horario sí o sí, y no te quieres arriesgar a quedarte sin plaza, existe la posibilidad de reservar con antelación por 225 NOK (19,60 €) por persona en la web de Torghatten: www.torghatten-nord.no/
Para cada ferry sacan un 50% de las plazas de peatones a pre-venta. El otro 50%, más las que no se hayan vendido en la pre-venta, quedan libres y gratuitas para la gente que va directamente a hacer cola al puerto.
Salen varios ferrys al día en cada sentido, pero hay que fijarse bien porque algunos van directos de Bodø a Moskenes y tardan tres horas y cuarto, pero otros se desvían un poco para hacer escalas intermedias en las islitas del sur, y estos tardan cinco horas.
En la misma web se compran los billetes para entrar al ferry con un vehículo. En este caso hay que pagar y reservar necesariamente. No vale llegar y ponerse a la cola de los coches sin haber reservado y pagado previamente.
2. Alquilar un coche en las islas Lofoten es muy caro. Además, nos costó mucho encontrar una compañía que nos permitiera recoger el coche en una población y devolverlo en otra. Alguna que lo permitía nos cobraba un suplemento desmesurado, del orden de 700 € más ¡Halaaaaaa!
3. Como conclusión de los dos puntos anteriores, una idea para visitar las Lofoten sin gastar demasiado dinero sería coger en Bodø el ferry gratuito de la compañía Torghatten hasta Moskenes, y una vez allí alquilar un coche con recogida y devolución en Moskenes, lo que evitaría suplementos de devolución en un lugar diferente (las islas Lofoten son pequeñas; hacer una ruta de ida y vuelta por ellas no supone un exceso inasumible de kilómetros). Y una vez de vuelta en Moskenes, regresaríamos a Bodø con el ferry gratuito.
4. Bodø va a ser Capital Europea de la Cultura en 2024 y se están programando muchos eventos, lo que tal vez haga a esta ciudad un lugar interesante para visitar el próximo año.
5. La mayoría de los supermercados de Noruega cierran a las 23:00, al menos los de las grandes cadenas que se ven por todas partes. Hay poquísima variedad de galletas. El lineal más grande de galletas que hemos visto en un supermercado noruego tendría una longitud de unos 90 cm.
6. No hace falta cambiar moneda. Se paga absolutamente todo con tarjeta.
7. Hemos visto auroras un 26 de agosto en las islas Lofoten, a pesar de que la temporada más propicia suele ser a partir de mediados de septiembre. Fueron pequeñitas, pero nos hicieron mucha ilusión igualmente.
8. Tromsø no tiene mucho que ver. Con un día completo da tiempo a verlo todo.
9. El tramo de navegación entre Tromsø y las islas Lofoten es muy bonito, pero comparado con los fiordos del sur de Noruega no es tan espectacular, porque las montañas que se elevan desde el mar no alcanzan tanta altura y por tanto no resultan tan impresionantes.
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