25 de agosto de 2023. Hoy vamos a pasar el día en el barco Polaris de la compañía Havila, para ir desde Tromsø hasta Svolvær (islas Lofoten). La naviera Havila cubre la ruta Bergen-Kirkenes, recorriendo todo el litoral noruego desde el sur hasta el norte, y vuelta.
Esta ruta la llevaba en exclusividad la famosa Hurtigruten desde 1893 hasta hace un par de años, cuando perdió el monopolio y tuvo que empezar a compartir el negocio con Havila. Actualmente, unos días opera Hurtigruten y otros Havila.

Durante el recorrido sur-norte y viceversa, los barcos van parando en multitud de puertos; en muchos de ellos no más de diez minutos, porque en realidad esta línea es una especie de “correo” o “autobús” para dotar de comunicaciones a la población que vive en la costa. Sin embargo, casi desde su origen, la ruta se empezó a poner de moda en plan “crucero de placer”, y cada vez con más demanda, debido a la belleza de los parajes por los que navega. Se puede hacer el recorrido entero Bergen-Kirkenes, o bien Kirkenes-Bergen, o ida y vuelta completa, pero también se puede contratar sólo un tramo entre dos puertos intermedios, como ha sido nuestro caso.
Como ya he comentado, en la actualidad circulan unos días los barcos de Hurtigruten y otros los de Havila. Para el día que nosotros embarcábamos operaba Havila, concretamente el barco Havila Polaris, así que hice las reservas en su web: www.havilavoyages.com/ ...rt-to-port
De lo que no tenía ni idea cuando hice la reserva allá por abril, era de que en esos momentos el Havila Polaris aún no existía, porque todavía estaba en construcción en astilleros de Turquía. El barco fue botado a mediados de agosto y conducido hasta Noruega para iniciar su periplo exactamente con el viaje en el que íbamos a embarcar nosotros. Es decir, ¡estrenamos el barco! Esto no lo supimos hasta que embarcamos. Todo en el barco estaba impecable e impoluto. ¡Hasta olía a nuevo!



El recorrido entre Tromsø y Svolvær, nuestro puerto de destino en las islas Lofoten, discurre por preciosos paisajes de montañas escarpadas que surgen del agua y multitud de islotes. Es un crucero de relax que nada tiene que ver con los típicos cruceros de barcos grandes y masificados. Esta ruta es para relajarse y disfrutar del paisaje. Se puede bajar del barco en cada puerto a dar una vuelta y volver a subir, siempre teniendo en cuenta la duración de la escala.




Lo mejor de estrenar barco es el recibimiento que nos hacen en cada puerto en que arribamos. Para estas localidades, muchas de ellas muy pequeñitas, es todo un acontecimiento que un barco nuevo llegue a su puerto. Nos reciben con banderas, con orquestas… hasta llevan a los niños del cole a ver el barco nuevo. En algunos puertos ofrecen al capitán una condecoración, que él baja gustoso a recoger.



La verdad es que es todo bastante emocionante.
En el puerto de Stokmarknes la parada es de una hora y bajamos a ver un poco el pueblecito. En el mismo puerto hay un museo de Hurtigruten, pero a estas horas ya está cerrado.



Ya casi llegando a Svolvær pasamos por la zona más bonita, la de fiordos más estrechos. El capitán nos muestra su maestría adentrándose en el estrechísimo Trollfjord, un fiordo donde parece que vamos a rozar con el casco del barco en las montañas.



A las 18:30 llegamos puntuales a Svolvær con un tiempo maravilloso y unos cielos muy azules. La previsión es de que no llueva en las siguientes jornadas, así que esperamos tener unos días preciosos en las Islas Lofoten.
Desembarcamos y recorremos a pie con nuestros equipajes los 200 metros que separan el puerto de nuestro hotel.
El hotel es el Scandic Vestfjord Lofoten. ¡Otro Scandic, y ya van tres! Sí, porque descubrí que registrándome en su web me hacían un 10% de descuento y con cada reserva acumulaba puntos para canjear por noches extra en ocasiones posteriores. Con las tres reservas de este viaje ya he acumulado puntos para una noche extra en algunos de sus hoteles, jejejeee.

Svolvær es la localidad más grande de las Lofoten y donde vive la mayor parte de la población de las islas. Aún así, nos parece un pueblo pequeñito. Damos una vuelta por el entorno del puerto, donde empezamos a ver ya las típicas casitas de madera roja sobre pilotes que vamos a encontrar de continuo por todas partes en las islas.


Buscamos un sitio donde cenar y acabamos en un local llamado Fellini Lofoten As, que tiene pizzas, burritos, ensaladas y un poco de todo. Nos sale por 555 NOK cenar los tres con jarra de agua (unos 48 €) y todo está bastante bueno. Un acierto.
Y ya a dormir al hotel. Mañana recogeremos aquí en Svolvær el coche de alquiler que nos va a acompañar los próximos cuatro días a lo largo de las islas Lofoten.