Ayer llegamos muy tarde. Tan tarde que en el B&B ya habían entregado nuestra habitación a otros. Por suerte, tenían una disponible y pudimos dormir a nuestras anchas, porque era una habitación familiar.
Después de desayunar toca devolver el coche. Por suerte, una de las empleadas, que es cubana y está contentísima de poder hablar en español, nos indica cómo llegar a la agencia.
Ahora empezamos a disfrutar de la ciudad.
Galway es la capital del condado del mismo nombre y la tercera ciudad del país, después de Dublín y Cork. La ciudad se levanta en la desembocadura del río Corrib, que divide la ciudad en dos partes. El centro de la ciudad se halla en la orilla este y en el lado oeste se levantan los edificios de la Universidad y el antiguo barrio pesquero de Claddagh.
En el siglo XIII, los anglonormandos crearon Galway a partir del castillo y del puerto. En 1230, durante la invasión normanda de Connacht, Galway fue asediada y capturada por Richard Mor de Burgh, un invasor anglonormando que intentaría tomar el castillo defendido por el clan local de los O'Flaherty. Tras dos años de asedios, consiguió su objetivo.
Desde 1232, acosada por las tribus irlandesas que habitaban en el territorio de Connemara, Galway creció amurallada y fiel a los ingleses. En la Puerta Oeste de la ciudad, que daba al territorio habitado por nativos estaba escrito “de la furia de los O’Flaherty líbrenos el Señor” y, por lo visto, no era ninguna broma.
Durante el siglo XIII, de la mano de los dirigentes normandos, unas cuantas familias de comerciantes prosperaron gracias al comercio con Europa, sobre todo con España. Estas familias influyentes pasaron a dominar, no solo el comercio, sino también el escenario político y social de la ciudad. Son las que se conocen como las 14 Tribus de Galway, de ahí su apodo de “ciudad de las 14 tribus”. Las 14 Tribus de Galway estaba formada por las familias de: Athy, Blake, Bodkin, Browne, D'Arcy, Deane, Ffont, Ffrench, Joyce, Kirwan, Lynch, Martin, Morris y Skerritt.
Cromwell puso fin a esta época dorada al saquear la ciudad en 1652 y el rey Guillermo III completó la tarea en 1691. Galway no se recuperó hasta la eclosión económica de la época de 1990.
Llegamos a las calles comerciales que se encuentran em el lado este del río. En William St hasta llegar al cruce con Abbeygate St, donde se encuentra el Lynch’s Castle. Es una bonita torre fortificada de la saga Lynch que data del año 1320. Destacan las gárgolas de la cornisa y las decoraciones de las ventanas y el pórtico. Se puede pasar al interior y ver la sala de entrada con chimenea de piedra labrada y una exposición fotográfica del edificio. Actualmente es la sede de AIB Bank.
Seguro que eso de Lynch os suena de algo. Pues sí, un miembro de esa familia, el alcalde James Lynch es el ejecutor de la “justicia en Lynch”. Se supone que, al no encontrar un verdugo para ejecutar a su propio hijo, que había asesinado a un estudiante español por mirar a su novia, efectuó la ejecución él mismo. De este hecho se deriva el verbo “linchar”.
Un poco más adelante encontramos St. Nicholas Collegiate Church, del siglo XIV y reformada en los siglos XV y XVI. Se dice que Cristóbal Colon estuvo aquí en 1477, tal vez interesado en los viajes de San Brendan, monje irlandés que navegó a América en el siglo VI. Lo que sí es seguro es que, al igual que otras muchas iglesias de Irlanda, está dedicada a San Nicolás, patrón de los marineros.
Seguimos paseando por calles del centro, por el barrio latino, con sus tiendas, cafés, pubs,.. Nos vamos acercando hasta el río hasta llegar a la Spanish Parade. En el otro lado de la explanada se sitúa el Spanish Arch, edificio de dos arcos donde se cree que hubo un fuerte que marcaba el fin de las murallas. Por debajo de él pasaban los navíos que transportaban mercancías desde España. Recibe este nombre por las relaciones comerciales que había con España, especialmente por la importación de vino y brandy.
En esta zona del puerto se desembarcaban las mercancías que llegaban del continente, como se puede ver por las lonjas y almacenes de Merchants Road.
Después del Spanish Arch hay una hilera de casitas de colores típicas del barrio de pescadores, The long walk.
En esta zona está la oficina de turismo y decidimos entrar para contratar una excursión por Connemara para el día siguiente. No todos los tours son iguales y debemos decidirnos por alguno de los que nos ha recomendado. Nos compramos un sandwich y un agua y vamos comiendo mientras nos decidimos.
Mientras estábamos en ello, se nos acercó un personaje, ofreciéndonos un recorrido por la mitad de precio que ofertan en la oficina de turismo. Nosotros, muy legalistas (y mal pensados) declinamos la oferta. Finalmente nos decidimos por una empresa llamada O’Neachtain, que está en oferta: todo el día 7,50 €: una ganga.
Subimos por la orilla del río, desde el Wolfe Toone Bridge pasando por el O’Brien Bridge hasta llegar al Salmon Weir Bridge, donde se puede ver gente pescando que aprovecha los saltos y las esclusas del río. Según he leído, en época de salmones, se les puede ver saltando antes de lanzarse río arriba para desovar.
Cruzando el río por este puente nos encontramos con la St. Nicholas Cathedral. Es un edificio enorme de piedra gris con una cúpula de cobre verde, construido entre 1957 y 1965 sobre el lugar en el que se encontraba la antigua cárcel del condado. La gente de Galway la conoce por el apodo del “Taj Mahal”, porque fue mandada construir por el obispo de Galway, Michael, que en irlandés suena de forma similar a Mahal, para ser enterrado en ella.
Tenemos la opción de ir hacia la Universidad, pero finalmente nos decidimos por seguir la orilla del río por este lado. Nuestro objetivo es ver llegar hasta los muelles para tener enfrente las casitas de colores de los pescadores
Ya nos solo nos queda pasear, disfrutando de esta ciudad y de su ambiente. Entramos en un pub donde hay música en vivo a tomarnos una pinta… ¡Qué más se puede pedir!
Bueno, nos queda otra cosa: comprar la cena, en el Dunnes Store, un clásico en este viaje, porque encontramos de todo a un precio razonable. Muy cerca, a medio camino entre el super y Eyre Square está el Corbett Court Shopping Centre, un lugar muy agradable para tomar un café y disfrutar de las obras de arte que cuelgan en sus muros, y sobre todo, para disfrutar algunos tramos de la muralla normanda.
Y ahora sí que nos vamos a “casita”.