Slàinte!! Una semana por Escocia en Familia - 2014 ✏️ Blogs de Reino Unido

En este diario pretendo describir el viaje a Escocia que dos familias de Sevilla y Huelva empezamos a planificar en Marzo de 2014; en total seríamos cuatro adultos, tres niñas, un niño y un bebé, pero tengo que decir que para tal empresa ya contábamos con cierto rodaje en lo que a viajar con niños se refiere, que básicamente se adquiere a través de un profundo ejercicio de paciencia. La imaginación también juega un papel importante, ya que si "aliñamos" el paisaje de castillos y lagos con alguna historia de fantasmas, magos, monstruos y errantes damas de blanco, todo será más llevadero.

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El 17 de Agosto volamos desde Faro para llegar puntualmente a Edimburgo las 21:40 hora local; los vuelos nos habían costado cinco meses atrás 900€ + 890€ (cuatro adultos, cinco niños y un bebé), con la controvertida Ryanair.

Una vez en la terminal, buscamos la parada del autobús 100 (lothianbuses.com/services/airlink) y en menos de veinte minutos nos bajábamos en Haymarket para buscar el alojamiento de nuestros dos primeros días, el Staycity Serviced Apartments. El precio rozaba lo abusivo, con la eterna excusa del Fringe y del Edinburgh International Festival, pero la verdad es que su calidad y ubicación son muy buenas. Esa primera noche tuvimos que recurrir a las pizzas de un Take Away, ya que no había nada abierto a distancia razonable (ah! los horarios de Reino Unido, siempre complicados para el viajero español !)

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(Princes Gardens)

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En el primer día de nuestro viaje nos regalamos un desayuno contundente en Loudon´s , muy cerca del apartamento, para después empezar la ruta que habíamos previsto.

La sombra de Harry Potter y J.K. Rowling es alargada, así que no pudimos obviar la visita al cementerio Greyfriars y a The Elephant House, que se declara "lugar donde se creó Harry Potter"; al parecer era allí donde la millonaria autora inglesa gestó la primera novela de la conocida saga Potteriana.

Que su equipo de fútbol (Heart of Midlothian) y su estación de tren (Waverley) tengan el nombre de sendas novelas de Sir Walter Scott da una idea del espíritu literario de esta ciudad, en la que el viajero-lector también puede seguir las huellas de Robert Louis Stevenson o Arthur Conan Doyle; pocas ciudades ostentan el privilegio de ser cuna, que no escenario, de tres personajes tan universales como Sherlock Holmes, John Silver el Largo y Harry Potter.


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(Pub junto a Cementario Greyfriars)



Después de rendir honores al simpático Greyfriars Bobby (www.edimburgo.com/greyfriars-bobby), y con la idea de acabar la jornada visitando el Castillo de Edimburgo, paseamos por la Royal Mile hasta el Childhood´s Museum (Museo de la Infancia, www.museumofchildhood.org.uk/home/), donde nuestros hijos pudieron conocer todo tipo de juguetes clásicos y de época. A la hora de comer fuimos a The Standing Order, en George Street, una oficina bancaria reconvertida en pub. Tienen salones family-friendly y los precios son razonables pese a ser una zona muy exclusiva.

Nuestra sobremesa fue un paseo por Princes Gardens, cuidados exquisitamente, y la árdua subida al castillo.

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(Bagpiper junto al Monumento a Walter Scott)

Esta imponente fortaleza cuyo origen se remonta al siglo XII domina toda la ciudad desde el macizo volcánico sobre el que se asienta.

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Las siniestras mazmorras y los desafiantes cañones fueron una verdadera atracción para los niños, y el contexto histórico y las panorámicas de Edimburgo también son un buen motivo para esta visita (con la que estrenamos nuestro Explorer Pass familiar de 3 días, www.historic-scotland.gov.uk/ ...k/explorer).

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(Tronera en el Castillo de Edimburgo)

Ya buscando el camino de vuelta, tomamos un café en Grassmarket y disfrutamos de alguna que otra actuación como esta

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Esa noche tocaba self-catering en el apartamento, así que una emocionante visita al Tesco de Fountainbridge fue la última parada de nuestra primera jornada escocesa.

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El martes 19 empezaba nuestro particular reto escocés, conducir por la izquierda unos 750 kilómetros en 5 días. El año anterior habíamos estado en Irlanda y recurrimos a excursiones organizadas y al tren en lugar de a la autonomía que proporciona un coche, pero las distancias en Escocia exigen que el viajero esté dispuesto a "re-educarse" en sus destrezas de conducción.

Habíamos reservado dos turismos en Arnold Clark, a través de Celtic Legend; con el seguro a todo riesgo y los correspondientes elevadores, baby-seats, etc. , el precio fue de 300 libras cada uno. Una vez hecho el check-out en el apartamento, nos recogió un empleado de ese rent-a-car y nos llevó a la oficina de Seafield Road; la conversación con este empleado no tuvo desperdicio, ya que supuso un curso intensivo de Política Escocesa justo un mes antes del referendum sobre la independencia de esta parte del Reino Unido. Por cierto, él era partidario del no pese a reconocerse fuertemente nacionalista, ya que no veía claro que la población activa escocesa pudiera sostener al total de 5,3 millones de habitantes y sus servicios públicos correspondientes.


Digresiones políticas aparte, desde dicha oficina volvimos a bordo de un Mondeo y un Mercedes Clase A, ambos diesel, y después de recoger a nuestras familias, pusimos rumbo a Saint Andrews no sin antes cruzar el Firth of Forth (Estuario del Forth), donde por fin vimos el icónico Forth Rail Bridge, orgullo de la ingeniería escocesa desde 1890 (www.networkrail.co.uk/ ...th-bridge/).


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(vista "parcial" de Forth Bridge)

De Saint Andrews se pueden destacar muchas cosas, pero la más escuchada en nuestro grupo era que en su Universidad "nació el amor" entre los duques de Cambridge , William Arthur Philip Louis Mountbatten-Windsor y Kate Middleton. Yo, que evito la pedagogía en los viajes, guardaba silencio porque en tal contexto no veía claro hablar de su extraordinario conjunto monumental (catedral y castillo), de la playa en la que se grabó la famosa escena inicial de Carros de Fuego (www.youtube.com/watch?v=L-7Vu7cqB20) o del Old Course, el más antiguo campo de golf del mundo.

Ironías aparte, lo cierto es que después de un rico pero caro Fish and Chips en Cromars, nuestro paseo por esos lugares fue un auténtico deleite.


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(Catedral de Saint Andrews)

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(Castillo de Saint Andrews)


Ya entrada la tarde comenzó nuestro viaje a Stonehaven, a través de Dundee y la cómoda A90; así evitábamos una ruta costera más espectacular pero más susceptible de causar mareos y otros efectos colaterales entre los pasajeros más jóvenes

Este que escribe es un apasionado de las leyendas artúricas y demás gestas medievales, e incondicional seguidor de fenómenos como Juego de Tronos, Excalibur o El Señor de los Anillos; dicho esto, se entenderá que defina Dunnottar Castle como uno de los momentos cumbre de este viaje. De cualquier modo, los ecos de desembarcos vikingos y de incontables asedios a esta fortaleza natural, los frágiles reflejos del ocaso y el sonido del mar hubieran impresionado a cualquier observador:


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(Dunnottar Castle, Stonehaven)


Al caer el sol, emprendimos la última parte del trayecto hasta nuestro alojamiento frente al puerto de Aberdeen, un deplorable y lamentable engaño de Booking.com llamado City Wharf Apartments cuyo nombre, como dijo Gandalf, "no volveré a pronunciar aquí".

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