![]() ![]() Primera y no última vez en Nueva York ✏️ Blogs de USA
11 días exprimiendo la Gran ManzanaAutor: Luis_GTi Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (13 Votos) Índice del Diario: Primera y no última vez en Nueva York
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Etapas 4 a 6, total 12
Día 3: Jueves 15 de Agosto del 2013
Bronx, Garment District y Empire State Suena el despertador, son las 7:30. Tras luchar contra las sábanas de nuestra confortable cama nos damos una ducha rápida y salimos a la calle. Bueno en realidad no pisamos la calle, cogemos el metro directamente desde la recepción hasta la parada de 28 St. Nuestro sitio para desayunar hoy se encuentra a unas pocas manzanas, en 23rd St entre la 7ª y la 8ª avenida. Salimos del metro para volver a cruzar el Madison Square Park esta vez de día y poder echar alguna foto en condiciones. Nos encanta Manhattan en plena hora punta, toda la gente de camino al trabajo comprando su desayuno en el primer puesto callejero que encuentran, con los cascos de su iPhone siempre en los oídos…es el momento del día en el que la ciudad está más viva. No da la sensación de ser Agosto, esto no para nunca? Cabe destacar que ya hemos aprendido la lección por lo que salimos por la mañana con nuestra chaqueta puesta, las mínimas de 15º que tenemos para hoy hace que se agradezca. Quién dice que en Agosto el calor es insoportable? Entramos en el parque que nada tiene que ver a esta hora con lo que habíamos visto el día que llegamos. Solo nos cruzamos con gente paseando a sus perros y algunas ardillas así que nos quedamos un rato observándolos y echándole algunas fotos al fantástico Flatiron. Como el hambre empieza a apretar seguimos hacia el oeste por la 23rd St hasta el Doughnut Plant, un lugar donde probar donuts de increíbles sabores. Se encuentra justo debajo del famoso Chelsea Hotel. Como ya habíamos visto fotos y leído opiniones nos vamos directamente a por los que más nos llamaban la atención: el Peanut Butter and Jam, el Tres Leches y el Crème Brulee. De beber un batido de chocolate para Estefania y un tanque de café para mi (16$). El local no es muy grande pero conseguimos sentarnos en una mesita para tomarnos nuestro desayuno. Lo mas destacable son los simpáticos cojines en forma de rosquillas que tienen colgados en la pared y lo buenos que está todo lo que probamos con mención especial al de Crème Brulee! Con nuestras bebidas en la mano como unos neoyorquinos más subimos por Avenue of the Americas hasta Herald Square para coger el metro en 34 St - Herald Sq hasta Fordham Rd en el Bronx. De camino hacia el metro tenemos unas fantásticas vistas de lo que será nuestra ultima parada de hoy, el Empire State. Cogemos la linea D y nos sentamos tranquilamente durante una media hora para llegar a lo más profundo del Bronx. Según se va acercando nuestra parada el número de gente que va en el vagón disminuye conforme aumenta el numero de locos y homeless. La cara de Estefania expresa “donde c*** me estas metiendo???” aunque como es habitual, van a su bola y no se meten con nadie. También ayuda que no les entendamos mucho mas del “fuck” que incluyen en cada frase. Aquí hago un paréntesis para comentar lo complicado que ha sido cuadrar una ruta por el Bronx dada la poca información que hay. Seguro que nos perdimos muchas cosas interesantes pero también disfrutamos mucho viendo la parte menos turística de Nueva York. Salimos del metro y nada tiene que ver con lo que veíamos antes de entrar en él. Aquí no hay Macys o un Starbucks en cada esquina, aquí hay groceries, delys y talleres de coches. Esto es un barrio de los que puedes encontrarte en muchos sitios pero este tiene nombre propio, esto es el Bronx. Dentro de lo que cabe, estamos cerca de lo mas turístico de la zona, el jardín botánico, el zoo y el autentico Little Italy que es justamente lo que veníamos a ver. Éste se encuentra en la Arthur Ave así que seguimos por la por la 188th y 187th St hasta el cruce con ésta. Según nos acercamos el panorama cambia radicalmente, los comercios que antes habíamos visto ahora son cafeterías, restaurantes y mercados, todos italianos por supuesto. Dado que la calle tampoco es muy grande pronto llegamos a nuestro siguiente punto de interés en la zona, Madonia Brothers Bakery donde se supone que están los mejores cannolis de todo Nueva York. No me puedo ir de aquí sin probarlos así que entramos y cogemos cuatro para llevar. Nada más salir se encuentra el mercado de Arthur Ave. al que no dudamos en entrar. Justo tras pasar la puerta hay un señor tocando el piano para amenizar las compras aunque no haga mucha falta ya que el mercado es muy interesante. El primer puesto que nos encontramos es una tienda de puros donde los lían a la vista de los clientes. Decidimos comprar unos cuantos para el padre de Estefania como recuerdo. Tiempo después nos enteramos de que esos mismos puros los había fumado el mismísimo James Gandolfini cuando estuvo rodando en el restaurante Mario’s una escena de los Soprano. Después de una foto con Al Capone y de comprar unas camisetas del Bronx (aquí es donde me bloquearon la tarjeta los de ING…) seguimos visitando el precioso mercado lleno de embutidos, frutas, verduras, quesos y la cafetería que hay en el centro. Salimos de allí y buscamos un banco donde sentarnos a comer nuestros ansiados cannolis. No puedo decir que sean los mejores porque no he probado los demás pero estos están increíbles! Nos comemos tranquilamente uno cada uno y guardamos los restantes para luego. Son las 11:30 de la mañana y tenemos que llegar al estadio de los Yankees antes de las 13:00 para ver el partido así que toca empezar a andar hacia el sur. Como a la hora de trazar la ruta estábamos perdidísimos sobre por donde ir decidimos tomar el camino mas fácil y aparentemente mas cómodo que es bajar por Grand Concourse. Dejamos Arthur Ave. para coger la 184th St hasta Grand Concourse no sin antes parar en un grocery a coger algo de agua. Durante el resto del camino la gente nos mira (no es muy habitual ver turistas por allí) al igual que nosotros miramos para todos lados comentando lo que nos llama la atención. Por ello intentamos no sacar mucho la cámara para pasar lo mas desapercibidos posible. La calle esta bastante animada aunque hay zonas mas residenciales y otras mas comerciales. Son unos 4 km los que nos separan del estadio así que tampoco podemos entretenernos demasiado. Unas cuantas manzanas antes de llegar al estadio se puede empezar a respirar el ambiente prepartido pero cuando te vas acercando hay tanta gente que casi no se puede andar. Tras preguntar en el puesto de información que hay por la zona, logramos averiguar donde están las máquinas para canjear nuestras entradas y nos dirigimos a la puerta correspondiente. Llegamos tan justos que nos hemos perdido el himno! Bueno, como todo no puede ser nos sentamos en nuestros asientos para ver el partido. Nada mas acomodarnos nuestras caras se transforman en asombro total al ver que justo en la misma fila esta mi compañero del trabajo Mario! Cómo es posible que estemos sentados en la misma fila de asientos en un estadio en el que hay mas de 52.000 personas y a mas de 5.000km de casa! Yo sabía que él iba en la misma época que nosotros a la Gran Manzana y que coincidíamos algún día pero ahí se quedó la cosa al llevar planes distintos y no poder contactar una vez allí. Después de la sorpresa inicial nos ponemos al día de nuestras andanzas por la ciudad mientras vemos el partido y echamos algunas fotos. Es la hora de comer y el hambre empieza a apretar así que abandonamos nuestros asientos para dirigirnos a los puestos de comida de nuestra sección. Estefania se decide por unos nachos que apenas se veían debajo de una montaña de queso,guacamole,carne picada y pico de gallo; mientras que los demás nos vamos al Johnny Rockets. Elijo la Bacon Cheeseburguer con French Fries y un Mountain Dew que viene en un vaso muy chulo de los Yankees que nos llevamos de recuerdo (28$). Resulta estar muy buena, de hecho ninguna de las que allí comí me decepcionó, pero no fue de las mejores ni de lejos. Comemos tranquilamente viendo el partido hasta que a falta de una media hora dejamos nuestros asientos ya que queríamos pasar antes de irnos por la tienda del estadio. Después de echarnos unas risas con nuestro inglés casi nativo y de coger un helado que viene en un minicasco de los Yankees, entramos en la tienda de souvenirs. Compramos una bola para Nora, alguna camiseta y un llavero para Estefania para tener un recuerdo del estadio ya que si queríamos algo más podríamos ir a la tienda de Times Square y así no tener que ir cargados el resto del día. Realmente dan ganas de llevárselo todo pero aún queda mucho viaje y hay que cortarse un poco. Nos echamos las ultimas fotos chorras en el estadio y cogemos el metro con dirección a Manhattan. Ya en el metro nosotros nos bajaríamos en el mismo sitio que lo habíamos cogido esta mañana, Herald Square, mientras que Mario y Ana seguirían en él hasta el Downtown. Nos despedimos y continuamos nuestro camino hasta el gigante edificio de correos. En un principio pensaba que era un monumento pero después vimos que funciona a pleno rendimiento, con todos los vehículos de reparto en su interior. Entre los edificios el siempre presente ESB al que en pocas horas le meteremos mano. Después de esto toca cruzar la calle para ver aunque sea por fuera la Meca del baloncesto, el Madison Square Garden. Me hubiese encantado poder verlo por dentro con los Nicks jugando pero al ser agosto nos tendríamos que conformar con verlo así. A simple vista nos cuesta encontrar la entrada principal ya que parte del edificio esta en obras. Cuando la encontramos tampoco es que se pueda ver mucho, ni una tienda de los Knicks ni nada así que seguimos hasta Macy’s a quemar un poco la tarjeta. Entramos en la que a sido la tienda más grande del mundo durante muchos años para coger el descuento de extranjero. Cuando localizamos dónde lo entregan, un simpático hombre de color de 2x2 nos dice que necesitamos el pasaporte original, que con las fotocopias no vale. No tarda mucho en apiadarse de nosotros y darnos el descuento para que le dejemos en paz así que todos contentos! Vamos a la planta baja a comprar algunos cosméticos para Estefania mientras esquivamos las zonas que están en obras, porque aún dentro de las tiendas nos encontramos obras! Después de comprar algunos potingues y ver que el descuento no vale en esos productos nos subimos a la primera planta, zapatería, en la que Estefania se tira más de una hora dando vueltas y probándose. Se nos ha ido media tarde en Macy’s y solo hemos visto dos plantas! Con la hora justa para poder ver el atardecer desde el Empire salimos de allí por sus escaleras mecánicas de madera con dos pares de botas y algo de maquillaje para Estefania. Esta vez me toca salir a mí con las manos vacías. En un minuto estamos en la puerta, son las 20:10 y el sol se pone a las 20:30 así que nos ponemos a la cola. Que ilusos al pensar que íbamos a poder ver algo de luz desde desde arriba! La cola avanza despacio ya que mucha gente quiere subir al mismo tiempo por lo que nos toca esperar casi una hora. Llegamos a las 21:00 arriba, ni rastro de la puesta de sol pero eso no impide que nos quedemos de piedra con lo que tenemos a nuestros pies. Ni toda la gente que allí se concentra, ni el cansancio, ni absolutamente nada nos impide disfrutar de las increíbles vistas que tenemos. Tan embobados estamos que Estefania se golpea en el brazo con una argolla que había en la pared y le deja un bonito recuerdo en forma de moratón que le acompaña todo el viaje. Mientras jugamos a localizar sitios desde las alturas nos vamos moviendo por las cuatro caras del mirador a la vez que intentamos sacar alguna foto decente, cosa bastante complicada ya que hay poco sitio donde apoyar la cámara y la gente hace vibrar la barandilla Después de casi una hora en lo que fue el techo de la ciudad durante muchos años, decidimos regresar al hotel a dejar las bolsas y arreglarnos antes de ir a cenar. Por ésta y muchas mas cosas nos decidimos por un hotel céntrico. Subimos por Madison Ave. hasta Grand Central Terminal dónde saco una de mis fotos preferidas del viaje. Una vez en la habitación del hotel luchamos contra la pereza y el cansancio mientras nos damos una ducha para volver a bajar a la calle. Subimos por Lexington Ave. hasta la 55th St., trece manzanas que a esas horas de la noche se hacen bastante cuesta arriba pero que siempre merecen la pena ser recorridas. Hoy toca cenar en un sitio especial y al que le teníamos muchas ganas, P.J. Clarke’s! Algunos lo reconoceréis por ser el sitio en el que se pegan algunas fiestas los protagonistas de la serie Mad Men, otros por haber leído que tienen unas de las mejores hamburguesas de la ciudad y otros por ser el local donde coincidían gente tan dispar como Frank Sinatra, Elizabeth Taylor y Jackie Kennedy entre otros. Lo mejor de todo es que conserva su misma esencia desde 1884. Una vez dentro nos da la impresión de haber retrocedido en el tiempo,si no fuera por esa televisión plana donde están echando las mejores jugadas del partido del mediodía. Pasamos al salón donde se está mucho más tranquilo que en la barra y nos entregan las cartas. Nos atiende un camarero gordinflón la mar de simpático al que le pedimos dos hamburguesas “The Cadillac” y unos Onion Strings para compartir con dos Coca-Colas. No tardan mucho en servirnos dos hamburguesas gigantes y un plato de aros de cebolla que se eleva casi un palmo de la mesa y que no tienen nada que ver con ninguno de los que hayamos probado hasta ahora. Podría ser lo mas destacable de la cena pero no, el sabor de las hamburguesas nos deja sin palabras. Los aros de cebolla no se quedan atrás pero las hamburguesas nos eclipsan totalmente, desde luego están incluidas en mi TOP 3 de las mejores que probamos. Cuando conseguimos dejar los platos limpios, pagamos (60$) y antes de salir nos ponemos a hacer algunas fotos al local cuando de repente el portero se ofrece a sacarnos una a nosotros. Una vez fuera nos movemos hasta el metro de 51 St con la tripa bien llena. Hoy el día no terminaba después de cenar, hoy tocaba irse a tomar una copa al 230 Fifth así que nos bajamos en 28 St. Habíamos hablado con Mario y Ana para quedar a las 00:00 a tomar algo si les pillaba bien, así que les esperamos un rato por si aparecían. Al ver que no aparecían decidimos subir nosotros por lo que le enseñamos el DNI al chico de la puerta y nos dirigimos al ascensor en el que coincidimos con un grupo de italianos con ganas de mantener una conversación a pesar de que no les entendemos ni la mitad de las cosas que nos dicen. Al salir del ascensor nos despedimos de ellos y salimos a la terraza. El ambiente esta muy animado, mucha gente joven y poco turista. Conseguimos una pequeña mesa con unas vistas increíbles al Empire State y nos sentamos a esperar que nos atiendan. No hace nada de calor, acaban de encender las estufas y todas las mantas rojas que tienen para los clientes están ocupadas. Antes de pedir tienen como costumbre cogerte la tarjeta de crédito como fianza y viendo los precios de las botellas se hace comprensible. Como estamos cansados y nuestro presupuesto no nos da para coger una botella de Grey Goose nos pedimos un par de mojitos. La verdad es que está muy bueno y nos lo tomamos muy a gusto con las vistas que tenemos, si no fuera por el frío todo seria perfecto, unos 15/18º le calculo yo. Una pareja americana que tenemos al lado nos comenta que le parece muy mal que algunos chicos tengan mantas y haya chicas pasando frío pero es lo que hay! El cansancio se hace presente y aunque nos podríamos tirar horas allí, ya son más de la 1:00 por lo que decidimos pedir la cuenta (30$) e irnos para el hotel. Es una pena que las estufas estropeen las fotos pero preferimos disfrutar el momento y pasar un poco de ellas. De camino a la puerta nos encontramos bastante barullo porque había una chica tirada en el suelo que se debía de haber pasado con algo. Ya en la calle decidimos pasar de coger el metro y subir en taxi hasta el hotel. Es el día que más tarde nos acostamos y eso pasaría factura al día siguiente… Hicimos todo lo que teníamos previsto para hoy aunque deberíamos haber calculado mejor el tiempo en Macy’s y en la cola del Empire, por lo demás, todo perfecto. Etapas 4 a 6, total 12
Día 4: Viernes 16 de Agosto del 2013
Upper West Side y Central Park Abro un poco los ojos y entre las cortinas veo pasar un hilo de luz. Que raro que me haya despertado sin que sonase el despertador después de lo tarde que nos acostamos anoche y el cansancio que llevábamos… Me mosqueo un poco y miro el teléfono, NOS HEMOS DORMIDO!!! Son mas de las 9:00 cuando el despertador nos debería haber sonado a las 7:30, y digo debería porque anoche con el cansancio se me olvido ponerlo. Nos preparamos para salir mientras intento recalcular el plan de hoy y perder el menor tiempo posible ya que teníamos la reserva de las bicis a las 11:00. Decidimos suprimir el desayuno en Good Enough to Eat que era de los sitios que menos nos llamaba la atención y empezar el día directamente en el Museo de Historia Natural. Por el camino ya cogeríamos algo para llevar que al fin y al cabo es lo típico aquí! Salimos a la calle donde otro estupendo día de sol nos espera. Parece que hoy han subido algo las temperaturas por lo que las chaquetas nos sobran rápidamente. Enfilamos nuestra querida calle 42 para coger el metro en 42 St - Bryant Pk e ir directos hasta la 81 St - Museum of Natural History y ahí ya seguir nuestro plan. La estación está decorada con mosaicos y murales relacionado con la naturaleza ya que casi todo el mundo que se baja allí va a Central Park o al museo. Ya en la calle nos encontramos justo delante de él y como no, ya hay cola para entrar. Por desgracia no entraba dentro de nuestros planes visitarlo por dentro así que admiramos la increíble fachada y la escultura de Theodore Roosevelt. Bajamos por Central Park West esquivando obras y andamios para ver dos edificios de apartamentos muy famosos por el edificio en si y por sus inquilinos; San Remo y Dakota. Nos pasamos al otro lado de la calle para tener unas mejores vistas y de paso ir cotilleando Central Park. Cuando llegamos a la altura de la 65th St nos separamos del parque para visitar el Lincoln Center, el centro de artes escénicas de Nueva York. A esta hora no hay prácticamente nadie solo algunos turistas y nosotros por lo que nos dedicamos a dar una vuelta mientras nos imaginamos como tiene que ser eso una noche a la salida de un concierto, una opera o una obra de teatro con cientos de personas y todos los edificios iluminados. Increíblemente todavía no hemos desayunado así que buscamos un Starbucks para ver si son igual que los de España. De camino nos encontramos con una franquicia de P.J. Clarke’s (el original es en el que estuvimos anoche) y el Empire Hotel que les sonará mucho a los seguidores de la serie Gossip Girl. No nos cuesta mucho encontrar el Starbucks mas cercano, es más, está justo en ese mismo edificio. Entramos y mientras esperamos a que nos atiendan decidimos pedir lo mismo de siempre; Coffee Caramel Frappucino tamaño Venti acompañado de una cookie de chocolate para mi y un croissant para Estefania (16€). Guardo la cámara para poder ir desayunando tranquilamente y nos dirigimos a recoger las bicis en la 56th St con Avenue of the Americas. Cruzamos por Columbus Circle sin pararnos ya que lo veríamos mas tranquilamente por la tarde. También pasamos por Carnegie Hall aunque no podemos ver mucho mas que los andamios que lo tapan. Llegamos a la pequeña tienda de alquiler de bicis poco después de las once de la mañana y entregamos nuestra reserva. Parece ser que hay algún problema porque según ellos esa reserva es para dos bicis de niños o eso nos dicen aunque a mi me parece que no ponía nada de eso. El precio según la tarifa es de 65$ y nosotros habíamos pagado solo 32$. Pagamos 10$ mas y 4$ por un seguro de accidentes que cogemos a parte y problema solucionado. Pasamos a la zona de recogidas y nos dan un par de bicis de paseo con una cesta para llevar la mochila y una cadena. Salimos a la calle y nos dirigimos a la entrada mas cercana al parque que está a tres manzanas de allí. Vamos andando hasta por la acera para no tentar a la suerte y que Estefania pueda practicar un poco. Estamos preparados así que comenzamos nuestra ruta por Central Park justo donde termina Avenue of the Americas. Lo primero que hay que tener en cuenta es que las bicis solo pueden circular por los carriles adaptados a estas, teniendo que respetar semáforos, pasos de peatones y señales. Por lo demás no hay ningún misterio y pronto le cogemos el truco. Quizás el único problema sea el cúmulo de gente que se concentra en la primera zona del recorrido aunque en cuanto avanzas un poco la cosa mejora. Por el camino me dedico a llevar la bici con una mano y a sacar fotos con la otra, una temeridad que por suerte no terminó en accidente. Subimos del tirón hasta la zona norte del parque dónde hacemos nuestra primera parada, justo en la piscina publica que poca gente conoce. El recorrido no tiene ningún problema, todo es prácticamente llano menos la última zona que tiene una ligera pendiente. Seguimos por el camino principal ya mucho mas tranquilo hasta The Pool donde paramos a ver el estanque y a beber agua. Nos llama la atención que todas las fuentes del parque tienen un bebedero para perros al lado. A esta altura del parque ya casi no se ven turistas, solo gente haciendo deporte o descansando. También se nota la proximidad con Harlem en los grupos de latinos que hay en las entradas que dan al norte del parque. Después de descansar un poco y hacer unas cuantas fotos, seguimos nuestro recorrido. Un poco mas adelante volvemos a bajarnos de la bici para ver el embalse de Jacqueline Kennedy Onassis, el mas grande del parque. Como hoy no vamos a comer hasta que no devolvamos las bicis, salimos del parque a la altura de la calle 72nd para ir a tomar algo. A un par de manzanas se encuentra el famoso Gray’s Papaya y aunque no soy un amante de los perritos calientes no nos podíamos ir sin probarlos. Dejamos las bicis atadas a un poste justo en la entrada del parque para poder comer tranquilamente y nos fuimos para allá. El local es pequeñito y no hay mesas pero aún así hay bastante gente. Pedimos la oferta de dos perritos con cebolla y un zumo de papaya por 4,95$ y nos lo tomamos de vuelta al parque. La verdad es que están muy buenos, la salchicha parece una chistorra y lo hace más sabroso. El zumo también delicioso, a punto estamos de volver a por más! Una vez hemos terminado nuestra media mañana, vemos que las bicis siguen donde las habíamos dejado y volvemos a ponernos en marcha para ver Belvedere Castle y Turtle Pond que nos lo habíamos pasado. Por esta zona vuelve a haber bastante gente, sobre todo en el castillo. El lago llama la atención por estar prácticamente recubierto de un tipo de musgo del que solo asoman las cabezas de las tortugas que le dan su nombre. Buscamos el camino para llegar hasta la entrada al castillo donde hacemos algunas fotos y subimos por turnos hasta el mirador que hay arriba. Para llegar hasta ahí tienes que entrar y subir por unas escaleras tan estrechas que hay que ir de uno en uno y esperar a que no baje nadie para poder pasar. El tiempo se nos echa encima por lo que guardamos la cámara y terminamos de completar el recorrido por el parque habiendo visto todo lo que queríamos de la mitad norte. Otra vez en la zona mas baja del parque vemos que hay mas gente aún que por la mañana. Después de unos 15km abandonamos el parque temporalmente por la misma entrada que habíamos cruzado cuatro horas antes. Si quieres ver el parque tranquilamente no recomiendo alquilar menos de esas horas, nosotros sin haber perdido mucho tiempo solo podemos dar la vuelta al parque y ver mas a fondo la parte norte. Devolvemos nuestras bicis rápidamente y nos dirigimos al metro de la 59 St - Columbus Circle para llegar hasta 79 St ya que el hambre empieza a apretar. Una vez en el exterior caminamos un par de manzanas en dirección al Shake Shack de la 77th St con Columbus Ave pero antes de llegar nos llevamos una pequeña sorpresa. Un pequeño camión de Frigo esta repartiendo helados a la gente que pasa por la calle, pero no un helado cualquiera sino Winner Taco! Nuestro helado preferido de cuando éramos pequeños y que dejó de venderse en España hace muchos años. No podemos resistirnos a la amable señorita que nos ofrece un par y terminamos sentados en un banco de Columbus Ave comiéndonos un helado antes de comer… No por esto vamos a dejar de probar las afamadas hamburguesas de Shake Shack por lo que nada mas terminar nuestros Winner Taco entramos a comer. Son las 16:00 pero eso no quita para que el local esté a reventar. Tardamos unos 15 min en conseguir nuestra comida pero tampoco teníamos prisa. Mientras espero a que nos entreguen el pedido Estefania se encarga de conseguir una mesa en la terraza que da a la calle. Cuando mi avisador empieza a vibrar recojo mi bandeja y me sirvo las salsas en otra barra que hay justo al lado. Hemos pedido una Shack Stack, una SmokeShack doble, dos de patatas con queso y dos batidos, uno de vainilla y otro de chocolate por unos 35$. Todo está muy bueno pero lo mejor son los batidos y las patatas. No es que las hamburguesas estén malas, ni mucho menos, pero hasta ahora tenemos el nivel muy alto con las que hemos probado y tampoco ayuda el tener las expectativas tan altas ya que todo el mundo las ponía por las nubes. Comemos tranquilamente mirando a la calle hasta que estamos a punto de reventar. Aun así me llevo mi batido en la mano para seguir bebiendo por el camino. Pasamos al lado del museo de historia natural de camino a la entrada del parque. Lo que queda de tarde lo dedicaremos a la mitad sur de Central Park por lo que empezamos el recorrido por The Lake. Bordeamos todo el lago para cruzar los dos puentes, sobre todo por el Bow Bridge, mientras que nos quedamos haciendo fotos un rato y viendo las barcas. Una vez llegamos a la altura de calle 72nd St nos alejamos del lago para ir a ver Strawberry Fields, el memorial de John Lennon. Según nos acercamos sabemos que vamos por el camino correcto por la cantidad de gente que se concentra en la zona. A pesar de ello la zona esta bastante tranquila, lo cual aprovecha la gente para ganarse unos dólares dando masajes en el césped o tocando alguna de las canciones mas conocidas de los de Liverpool. Después de inmortalizar el momento dejamos la melancolía de ese lugar para dirigirnos a una de las zonas que mas ganas tenía de ver del parque, Bethesda Fountain. De camino paramos a hacer el cabra en una de las rocas graníticas que adornan todo el parque. Antes de bajar las escaleras que nos llevan a la fuente unos skaters nos entretienen con sus trucos. Pasamos a los únicos baños que vimos en todo el parque y que a su vez fueron los mas sucios de toda la ciudad. Por fin llegamos a la fuente mas famosa del parque y probablemente del mundo del cine. Nos sentamos en el borde a escuchar la música que en ese momento suena en la plaza y vemos como graban algún programa de TV justo al lado. Desde allí también se puede ver un restaurante al final del lago que nos habían recomendado para el brunch del domingo aunque nosotros ya habíamos decidido otro sitio. Tenemos que seguir nuestra ruta, aunque nos hubiésemos quedado allí mucho más tiempo preferimos poder ver todo lo que nos interesaba. Dejamos a Bethesda atrás para ir a ver la estatua de Alicia en el Pais de las Maravillas. De pequeños habremos visto la película cientos de veces así que no nos lo podemos perder. En principio no tiene perdida pero no sé como terminamos casi en la otra punta del parque por lo que estuvimos un buen rato dando vueltas. En algunas zonas del parque puede ser un poco complicado orientarse si no vas pendiente como fue nuestro caso. Cuanto por fin conseguimos llegar nos dimos cuenta de que habíamos pasado justo al lado y no lo habíamos visto. Mucho mas difícil que orientarse en el parque es hacer una foto a la estatua sin niños. Por suerte (y con paciencia) conseguimos sacar alguna foto decente aunque lo raro fue no ver a ningún niño estamparse contra el suelo mientras hacían escalada sobre las setas mágicas de Alicia. Camino a otra de las estatuas que queríamos ver pasamos por Conservatory Water, el pequeño estanque donde alquilan veleros a radio control. Hacemos bastante fotos para enseñárselas a mi padre, un enamorado del modelismo naval y continuamos hacia el sur por el mismo camino que esta mañana hemos recorrido con las bicis. Con bastantes menos problemas encontramos a la estatua de Balto. Si alguien no conoce la historia de este perro le recomiendo que lea sobre ella. Cuando llegamos un chico había subido con su Boxer a lo alto de la roca para hacerse una foto junto a él. Después de hacerme una foto yo también no queda mas remedio que continuar. La tarde se termina y nuestra visita a Central Park también. Nuestro último punto de interés es Sheep Medown, la pradera que cada fin de semana (siempre que el tiempo lo permita claro está) se llena de gente comiendo y jugando. Por el camino pasamos por el centro de información que a su vez también es tienda de regalos pero a esas horas ya ha cerrado. En la explanada todavía hay gente que alarga su día de picnic hasta ultima hora. A esta hora los turistas que pasean por el parque se transforman en trabajadores que acaban de terminar su jornada laboral y salen a hacer algo de deporte. Tampoco quedan bicis de paseo para alquilar, ahora solo hay bicis de miles de dólares que recorren los carriles a toda velocidad. Salimos del parque por Columbus Circle donde nos entretenemos comprando algunas láminas para enmarcar y buscando nuestra merienda. Desgraciadamente el puesto de Wafels & Dinges no está o no lo supimos encontrar aunque su web indicaba lo contrario. Desistimos rápidamente y entramos en Time Warner Center desde donde tendríamos unas buenas vistas de la plaza. El centro comercial no es muy grande pero merece la pena entrar por sus cristaleras y por la calidad de sus tiendas. En las dos últimas plantas hay varios restaurantes y bares pero no penséis que son baratos. Como Estefania está cansada se queda en una esquina escribiendo a sus padres mientras yo exploro el lugar y saco alguna foto. Cuando vuelvo a por ella un hombre de seguridad más grande que un armario le dice amablemente que no se puede sentar en el suelo porque da mala imagen. Con mas razón que un santo le pedimos disculpas y salimos del centro comercial. Nos hubiésemos quedado a tomar algo allí pero estamos asquerosos y cansados y solo nos apetece una ducha. Volvemos al metro de 59 St - Columbus Circle y bajamos hasta Times Sq - 42 St para ir caminando hasta el hotel. Son las 20:00, el cansancio se empieza a notar por mucho que hoy hayamos dormido alguna hora más y sobretodo después de una ducha. Consigo convencer a Estefania para vestirnos y salir a cenar. Cogemos el metro en el hotel hasta la parada de 77 St. Por fin encuentro lo que andaba buscando todos los días, ratas!!! No me iba a ir de Nueva York sin ver a las famosas ratas. Cabe decir que fue el único día que las ví por mas que me asomaba y claramente la culpa es de la gente que tira comida a las vías. Si el metro funciona a todas horas, cuando lo van a limpiar? A tres manzanas de la salida del metro se encuentra J.G. Melon, otro afamado restaurante que está en nuestra lista por tener una de las mejores hamburguesas de la ciudad. Sí, hoy comemos y cenamos hamburguesa. El local es bastante pequeño aunque cuenta con una amplia terraza. Dentro está a rebosar de gente, prácticamente no hay hueco ni en la barra. Nos dicen que por lo menos 20 minutos para poder sentarnos en una de las pocas mesas que tienen. Decidimos esperar, no tenemos plan B ni ganas de buscarlo así que esperamos en la barra mientras miramos la decoración del local que básicamente son melones y sandias por todos los lados. Cabe destacar la poca amabilidad del personal, algo no habitual en los demás sitios que hemos estado (quitando Corner Bistro), sólo conseguimos una sonrisa cuando Estefania le devolvió al encargado la tapa del boli que había perdido por el suelo y llevaba un rato buscando. Al cabo de un rato nos sientan en la mesa de la esquina y pedimos dos Cocacolas, dos Bacon Cheeseburguer y unas patatas fritas cortadas en rodajas. Las hamburguesas están buenísimas, son grandes y están bien hechas pero se quedan ligeramente por detrás de las que hemos probado otros días, digamos que están en un lugar medio-alto de nuestro TOP10. Nos llaman la atención las patatas, están riquísimas y nos gusta la forma original de como están cortadas. Cenamos tranquilamente y a eso de las 23:00 pedimos las cuenta (40$) y volvemos camino al metro. Como siempre a estas horas estamos tan cansados que no sabemos lo que hacemos así que nos metemos al metro por una de las entradas que sólo van en un sentido siendo este contrario al nuestro. Salimos y volvimos a entrar al metro por el sitio correcto pero las metrocard solo se pueden usar cada 20 minutos. No nos queda otra que hablar con el hombre que está en la estación que muy amablemente nos abre la puerta de emergencia para que podamos pasar. Una vez en el hotel, compramos una botella de Vitamin Water en el Market del hall y subimos hasta nuestra habitación. Descargamos las fotos en el portátil y caemos muertos en la cama. Quitando el desayuno en Good Enough to Eat y la merienda en Wafels & Dinges hemos completado el planning para hoy. Etapas 4 a 6, total 12
Día 5: Sábado 17 de Agosto del 2014
Brooklyn Bridge, Williamsburg y Coney Island Hoy si que si suena nuestro despertador puntualmente. Anoche ya me encargue de ponerlo para que sonase todos los días y no tener que estar pendiente puesto que está comprobado que a ultima hora del día estamos como zombies. Nos preparamos y salimos de la habitación no sin antes dejar la propina diaria a la señora encargada de la limpieza. En la calle otro día de sol radiante y buena temperatura nos espera. Hoy vamos a desayunar en Ess-a-Bagel por lo que subimos por 3rd Ave hasta la 51st St. Son las 8:00 y se nota mucho que es sábado, las calles están vacías por esta zona. Entramos en el local y se repite la misma tónica, hay tan poca gente que los chicos que nos atienden no paran de hablar con nosotros al ver que somos españoles. Después del cuestionario sobre el nivel de vida en España nos decidimos por un bagel de sésamo relleno de queso crema y mermelada de fresa para Estefania y un bagel de cebolla con queso crema y salmón para mi. Pedimos también un zumo para los dos (20$) y nos sentamos en una mesa a desayunar tranquilamente. Es entonces cuando empieza a entrar gente y a llenarse el local, parece ser que los sábados no se suele madrugar tanto. Casi todo el mundo pide para llevar y en grandes cantidades, se ve que les han mandado a por el desayuno de toda la familia. Con las pilas cargadas nos despedimos de nuestros amigos latinos y salimos a la calle para coger el metro que se encuentra en la misma manzana. Cogemos la linea 6 desde 51 St hasta Brooklyn Bridge - City Hall para cruzar el puente. Se sigue notando que es fin de semana, la poca gente que hay por la calle o están haciendo deporte, o son turistas o son vendedores de agua (coooold water ooooone dolaaar!!!). Dejando atrás el gran edificio municipal, nos dirigimos a Brooklyn siempre por el carril para peatones si no queremos ser atropellados. Como no podía ser de otra forma, el puente está en obras aunque nos consuela saber que lleva así varios años. A mitad de camino paramos a comprar una lámina hecha a lápiz y seguimos nuestro recorrido entre foto y foto. Cogemos la primera salida que hay para abandonar el puente sabiendo que esta noche haremos el recorrido a la inversa. Cruzamos Cadman Plaza Park buscando alguna fuente pero ninguna funciona así que nos toca comprar una botella al otro lado de la calle. Seguimos por Middagh St hasta una pasarela provisional que te lleva a Brooklyn Bridge Park, un parque bastante nuevo y cuidado en el que relajarse mientras contemplas el Downtown de Manhattan. A continuación se encuentra el mirador Brooklyn Heights Promenade desde donde se puede hacer la típica foto del skyline neoyorkino. Continuamos nuestro camino hacia el este para ver, aunque sea por fuera, el River Café al que queríamos haber ido si no hubiese estado todavía en obras. Recordemos que el huracán Sandy lo dejó completamente destruido y han tardado mas de un año en volver a abrir. También pasamos por las famosas pizzerías de Grimaldi’s y Juliana’s. Nos llama la atención una heladería con forma de faro que hay justo al lado pero a esa hora está cerrado, probaremos suerte a la vuelta. Pasamos por debajo del puente para llegar hasta Jacques Torres Chocolate, una tienda que ningún amante del preciado elemento debe perderse. No nos podemos resistir y terminamos comprando palomitas con chocolate y caramelo, Cheerios con chocolate y una caja de bombones (30$). Con la mochila de Estefania llena de cosas ya por la mañana, continuamos hasta la pequeña playa que hay entre los dos puentes. No hay mucho movimiento de gente a esta hora por lo que se está bastante tranquilo. Hoy parece que hace mas calor por lo que buscamos una fuente para refrescarnos. Solo hay una dentro del parque infantil así que no nos queda otra que usar esa aún sabiendo que está prohibido entrar en estos sitios si no vas acompañado de un niño. Después de jugar con una pareja de Bulldogs que hay en la entrada seguimos por Washington St para ver la típica imagen del Empire State enmarcado entre los arcos del Manhattan Bridge. Es hora de coger el bus hasta Williamsburg pero tenemos un problema. En nuestro cuaderno de mapas no sale la parada porque no me entraba y preferí no hacer un mapa solo para esto por lo que tenemos que buscarnos la vida. En Manhattan no habría problema porque todo es mas fácil pero en esta zona no, es sábado y no hay nadie a quien preguntar. Las calles terminan sin previo aviso y solo hay naves industriales. De casualidad encontramos un Starbucks en Jay St donde poder tirar de wifi para orientarnos y justo en frente hay una parada. Por suerte para ahí el B62 que nos llevaría a Williamsburg así que esperamos a que pase que como es fin de semana tarda bastante. Una vez ya dentro de bus verificamos que vamos en la dirección correcta y nos acomodamos. Al rato se nos acerca una mujer y nos da un folleto que amablemente cogemos. Resulta ser un testigo de Jehova, hay cosas que no cambian por muy lejos que viajes! Por el camino pasamos por el restaurante Peter Luger Steak House, uno de los mejores sitios de Nueva York para comer carne pero claro, pilla un poco a desmano. Nos bajamos en el centro del Williamsburg hipster: Bedford Av, donde más ambiente hay, junto a gran cantidad de tiendas, muchos bares y gente por la calle. Compramos un helado de yogur en 16 Handles para recorrer el barrio. Localizamos el sitio en el que en principio tenemos pensado comer y subimos hasta McCarren Park donde también hay bastante movimiento de gente jugando al béisbol, paseando al perro o simplemente tumbados en el césped. Volviendo a las calles industriales de la zona llegamos a Brooklyn Brewery, la fábrica en la que se hace la cerveza del mismo nombre. Es la única que queda en funcionamiento en la ciudad. Hacen visitas guiadas e incluso hay un bar dentro que se pone a tope. Una pena que a nosotros no nos mate la cerveza… Al final de la misma calle encontramos un muro con la publicidad del GTAV. En principio no tiene mucho interés si no fuera porque no es un vinilo pegado, esta pintado! Un par de de manzanas después se encuentra Smorgasburg, un “mercadillo gastronómico” al aire libre que resultó ser de los mejores descubrimientos del viaje. Cien puestos diferentes donde puedes encontrar comidas del mundo, bebidas, helados, nuevas creaciones como la hamburguesa de ramen y por si fuese poco puedes comerte todo eso con unas vistas increíbles. A la entrada nos regalaron un par de zumos de naranja que guardamos para después y empezamos a dar vueltas y a cotillearlo todo. Pensamos en quedarnos a comer por allí pero llegamos a la conclusión de que mejor ir a donde teníamos pensado para también descansar las piernas un poco. Pero esto no iba a quitar que probásemos algunas cosas que nos llamaron la atención. Yo me puse en la cola de las hamburguesas de ramen pero antes de que llegase mi turno se terminaron…ahora son famosas y yo me quedé sin probarlas! Con mas ganas de sentarnos a descansar un poco que de comer abandonamos Smorgasburg para volver a Bedford Ave. Nos dirigimos a The Meatball Shop donde comeremos hoy. Esperamos a que nos den una mesa porque a esa hora y siendo fin de semana está todo lleno. El local no es muy grande pero esta bien decorado. Nos traen las cartas en las que tu marcas lo que vas a pedir con un rotulador. Dentro de que es un restaurante especializado en albóndigas hay bastante variedad y se pueden personalizar mucho los platos. Nos decidimos por unos espaguetis con albóndigas y salsa de tomate para mi y unas albóndigas con salsa de parmesano y risotto para Estefania. De postre la especialidad son los sandwich helados así que pedimos uno para compartir de arándanos. Todo buenísimo, cantidad justa y muy bien de precio (37$). Antes de irnos le pregunto a la camarera si me puedo llevar el rotulador de recuerdo y me dice que sin problema. Siguiendo nuestro planning de hoy, esta tarde la vamos a dedicar a seguir descubriendo parte de Brooklyn, mas concretamente Brighton Beach y Coney Island. Nos ponemos en marcha y cogemos el metro que se encuentra en la misma manzana, Bedford Av con dirección a Union Sq - 14 St. Manda narices que tengamos que pasar por Manhattan para ir al sur de Brooklyn estando en Williamsburg pero es lo que hay. Hacemos transbordo y nos dirigimos hasta la parada de metro de Brighton Beach con el mismo nombre. El total del trayecto en metro es de poco menos de una hora pero se pasa bastante rápido al ir mirando la calle (o durmiendo como Estefania). Por primera vez nos bajamos del vagón en una estación al aire libre y bajamos las escaleras hasta la calle en vez de subirlas. Estamos en Little Odessa, un pequeño barrio donde sus habitantes son mayormente rusos y ucranianos y donde los carteles están en cirílico. Muchos restaurantes y tiendas con cosas que no tenemos ni idea de lo que son, si el Little Italy del Bronx parecía poco turístico esto lo es muchísimo menos. Damos un paseo por el barrio sin mas aspiración que pasear por sus calles y nos dirigimos al paseo marítimo. Ahí están los dos restaurantes mas orientados a turistas de la zona, el Volna y el Tatiana. Nos sentamos en un banco y nos quitamos las zapatillas, por una vez en el viaje tenemos la posibilidad de pasear por la playa y no la vamos a desaprovechar. Caminamos hasta la orilla y nos dirigimos a Coney Island. Hay bastante gente en la playa. Que sea sábado y estemos en agosto ayuda pero el agua esta increíblemente fría, aunque eso no parece importarles mucho a todos los valientes que hay dentro. Salimos de la playa un poco antes de llegar a Luna Park donde el ambiente festivo se respira a cada paso que damos. Muchas familias con niños se dirigen igual que nosotros a pasar la tarde al parque. La entrada es gratuita, solo se paga por montar en las atracciones. Si no fuese por mi pánico a este tipo de artilugios no hubiésemos dudado en montarnos en Cyclone, la montaña rusa más antigua del mundo y en la Wonder Wheel. Vemos que mucha gente lleva un plato de papel con un tipo de masa frita y azúcar glass por encima así que no tardamos en averiguar que era y comprarnos uno. Se llama Funnel Cake, algo muy típico en las ferias de allí. Mientras dejo a Estefania comiéndose su “pastel” entro en la tienda de souvenirs de Coney Island a comprar una camiseta de recuerdo. Seguimos por la parte trasera del parque hasta unos recreativos donde nos encontramos a Zoltar, pero Estefania había puesto su mira en otra cosa, una máquina que tenia Minions de peluche. Soltamos unos cuantos dólares pero nos vamos con las manos vacías y unos cuantos billetes menos. Salimos de allí y encontramos las Oreos rebozadas! Nos surge el mismo dilema de siempre; “Como nos vamos a ir sin probarlo???”. Así que nada, otra bomba calórica para el cuerpo que resulta estar igual de buena que de empalagosa, por si fuera poco vienen con mas azúcar glass por encima. Son las 18:30 así que debemos ir ya camino al metro si queremos llegar al puente de Brooklyn antes de que anochezca. No podemos irnos de Coney Island sin pasar por Nathans Famous! así que nos ponemos a la cola y pedimos un perrito con bacon y queso con una botella de agua (7,5$). Ahora sí, nos vamos camino al metro entre la multitud mientras nos comemos nuestro perrito. Está muy bueno pero el comerlo sin hambre hace que pierda un poco de gracia, aun así me pareció mejor el de Grays Papaya. Es momento de despedirse de Coney Island, dónde lo decadente se hace interesante. La verdad es que la zona da un poco de respeto en algunos momentos pero tal vez sea eso lo que hace que quiera volver, bueno eso y ver algún Warrior! Nos sentamos en el vagón y aprovechamos para descansar unos 45 minutos hasta nuestra próxima parada, York St. El tren va muy despacio así que aprovecho para ir pegado al cristal mientras veo las profundidades de Brooklyn. Salimos del metro con las pocas fuerzas que nos quedan con la intención de terminar el día haciendo el recorrido inverso al de esta mañana por lo que volvemos a la playita que hay entre los dos puentes. Aunque sea el mismo sitio nada tiene que ver, las luces de la ciudad hacen que parezca otra. Se nota que hay muchísima más gente que a primera hora. Y donde mas se nota es en la cola que hay en la heladería que habíamos visto esta mañana! Menos mal que estamos llenos de tanta guarrería y no nos fastidia tanto. Seguimos hasta Brooklyn Heigths Promenade donde mucha gente se reúne a sacar fotos y a ver el downtown iluminarse. Nos quedamos el tiempo justo para embobarnos con las luces y hacer alguna foto medio decente porque todavía nos queda volver a cruzar el puente. Conseguimos encontrar la entrada a éste de casualidad siguiendo a la gente porque con nuestra pésima orientación no encontramos la misma por la que habíamos pasado esta mañana. Volvemos sobre nuestros pasos pero con una imagen muy distinta, desde luego merece la pena cruzarlo dos veces aunque las fuerzas estén empezando a fallar. Aun así nos entretenemos a hacer algunas fotos antes de llegar a la isla. Cuando terminamos de cruzar nos encontramos con un puesto de Wafels&Dinges pero justo está cerrando. Nos cuesta un poco encontrar la parada de Fulton St pero al final conseguimos llegar a una de sus entradas. Como viene siendo habitual a estas horas, cogemos el metro en la dirección que no es y terminamos en Brooklyn… Otra vez nos toca cambiar de tren y ahora si llegamos hasta Times Square. Teníamos previsto ir a cenar hoy al Dallas BBQ pero entre el cansancio y las pocas ganas de comer que hay decidimos irnos directamente a dormir no sin antes dar un paseo por la zona. Seguimos por la 42nd St como todos los días hasta nuestro querido hotel. Son las 23:30, ya está bien por hoy. Quitando la cena en Dallas BBQ hemos cumplido el planning aunque ha sido una paliza considerable. Etapas 4 a 6, total 12
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