Día 2: Miércoles 14 de Agosto del 2014
Tour de Contrastes, Greenwich Village y High Line
Son las 7:30 de la mañana cuando suena el despertador. Nos ponemos en pie rápidamente y nos damos una revitalizante ducha. Somos unas personas nuevas, nada que ver con los zombies que se acostaron anoche. No hay tiempo que perder, hoy tenemos por la mañana la excursión con Andrew con la suerte de que el punto de reunión es Grand Central Station, justo debajo de nuestro hotel y en frente de donde vamos a desayunar. Cogemos nuestras mochilas y nos dirigimos al Pershing Square Café que nos queda a escasos cien metros del hotel.
Nada mas salir a la calle la 42nd St nos recibe en plena hora punta; gente andando en todas direcciones, ruido de coches y camiones, olor a bollos calientes y café de los puestos callejeros…ahora es tal vez cuando empezamos a darnos cuenta de dónde estamos realmente. Esto es Nueva York en estado puro.
Entramos a desayunar y tras preguntarnos si queríamos algo para llevar o desayunar allí nos sientan en una pequeña mesa en el centro del local. Todo el bullicio de la calle no consigue entrar en esta cafetería. Está decorada con un rollo muy retro pero lo que mas nos gusta es que es un sitio auténtico, sin oleadas de turistas, donde parece venir a desayunar gente de la zona que no tiene mucha prisa.
Yo pido unas Brioche French Toast con un zumo de naranja y Estefania un tazón de muesli, yogur y frutas rojas con un cappuccino. Todo realmente delicioso pero cabe destacar mis french toast y el bacon tostado que lo acompaña.
Probablemente hayamos empezado con uno de los mejores y mas contundentes desayunos del viaje aunque no penséis que los demás días nos quedaremos con hambre! Pagamos uno 50$ propina incluida y cruzamos a la acera de enfrente para entrar en Grand Central Terminal.
Nos sorprende mucho la temperatura, estaremos a unos 18º cuando llevábamos la idea de que nos íbamos a asar como pollos.
Bajamos hasta la zona de Dinning Concourse y localizamos el sitio exacto dónde hemos quedado. Miramos a la gente que esta por allí hasta que vemos a una familia con pinta de estar esperando a alguien. En efecto, preguntamos si iban a la excursión de contrastes y nos confirman que ellos son el resto del grupo. Antes de que podamos entablar una conversación aparece nuestro guía Andrew, ya estamos todos! Nos saluda y después de una pequeña charla donde también nos explica como va a ser el tour, nos ponemos rumbo a nuestra primera parada, el estadio de los Yankees en el Bronx.
En esta parte del diario me saltaré algunos datos e intentaré ser menos detallado con el fin de no destripar la excursión a quien no la haya hecho aunque tengo constancia de que Andrew cambia bastante de recorrido.
Ya en el metro, nuestro guía nos enseña el funcionamiento de este. Sus trenes normales y express, como saber los cambios que se producen los fines de semana, las entradas que sólo van en una dirección… Sin darnos cuenta llegamos a nuestra parada y nada mas bajarnos nos encontramos con el nuevo estadio.
Andrew nos cuenta muchas curiosidades sobre el estadio y su equipo mientras se ofrece a sacarnos algunas fotos. Hace que sea muy ameno y distendido preguntando por tu viaje a la gran manzana, tus planes en ella y resolviendo cualquier duda que puedas tener o recomendarte sitios.
Seguimos caminando hasta los juzgados del Bronx donde después de aprender sobre su historia y la de otros edificios cercanos nos subimos al bus. En pocos minutos llegamos a la zona donde veremos graffitis y conoceremos algo mas sobre los creadores de estos. En concreto nos cuenta la historia de los Tats Cru.
Después de conocer mas sobre este grupo de grafiteros damos un agradable y fresco paseo con destino al casco antiguo. Durante el recorrido, nuestro incansable guía hace paradas donde nos cuenta la historia del barrio, los motivos de su decadencia, de cómo ha sido su rehabilitación y de cómo es actualmente. Todos esto nos lo va documentando y contrastando con la información que lleva en su inseparable carpeta. Vemos un colegio con rejas en prácticamente toda la fachada que nos indica que aunque no estamos en el gueto de los años 70 y 80 eso tampoco es el Upper East Side.
Llegamos a la zona mas antigua del sur del Bronx donde disfrutamos con las explicaciones de Andrew sobre la zona y la arquitectura “art deco”. Gracias a que volveremos mañana, nos vamos sin mucha pena y con un buen sabor de boca a nuestra próxima parada; Queens.
Ya en el metro hacemos transbordo para llegar a orillas del East River dónde hay unas increíbles vistas del Midtown neoyorquino. Antes de llegar al mirador, Andrew nos habla de lo diferentes que son las construcciones residenciales en esta zona y la tendencia que hay hacia el tipo europeo de edificio de apartamentos.
Por fin tenemos nuestra primera imagen de Manhattan desde fuera de ella y es impresionante. Da igual las veces que hayas visto fotos o vídeos de la zona porque no tiene nada que ver con estar allí. Disfrutamos un buen rato de las vistas, el cielo despejado y la magnifica temperatura mientras hacemos fotos y seguimos hablando con Andrew. Mientras tanto un chico retrata el skyline desde la barandilla del mirador, probablemente sea nuestra única compañía allí porque increíblemente estábamos solos.







Por exigencias del guión tenemos que hacer una parada técnica así que dejamos atrás esas maravillosas vistas para dirigirnos a un supermercado de productos orgánicos donde ademas tienen mesas para poder comer. Por el camino vemos algo que nos hacia bastante ilusión y que no volveríamos a ver en el resto del viaje; paseadores de perros. Andrew nos cuenta que seamos discretos con las fotos ya que no les suelen hacer mucha gracia y alguna vez se han mosqueado. Algo que odio profundamente es que me tengan que llamar la atención pero aun así logro sacar una foto sin que me vean.

Entramos al market y nos sorprende lo grande que es y sobre todo, que prácticamente nada de lo que hay ahí te lo vas a encontrar en casa. Es muy parecido al Whoole Foods Market, con productos orgánicos y mucha comida ya preparada. Así que no queda otra que separarnos y quedar en las mesas de la entrada cuando ya haya elegido cada uno lo suyo. Nosotros nos decidimos por un bocadillo “Italian Special” para compartir que lleva jamón york, salami curado, mozzarella, lechuga, tomate, pimientos asados y rúcula con un cafe de bote y un zumo (14$). A pesar del desayuno que nos habíamos metido, hemos hecho hueco de sobra al no parar de andar. Comemos todos nuestra media mañana mientras Andrew nos cuenta un poco mas de el. Se queda muy sorprendido al ver nuestro cuaderno de viaje al igual que nuestros compañeros de excursión y hacemos algunas coñas sobre ello. Aprovechando que estamos allí sentados tranquilamente pagamos la excursión (80$ mas propina) y vamos al baño para proseguir nuestro camino.


Volvemos a coger el metro y cruzamos de distrito para llegar a Brooklyn donde tendremos las dos ultimas paradas del tour. Nos bajamos en Williamsburg, mas concretamente en la zona de los judíos jasídicos donde recorreremos la zona mientras nuestro guía nos habla sobre su historia, la forma de vida de esta gente y el poder que tienen. A simple vista lo que más nos llama la atención (a parte de su apariencia física obviamente) son las atrocidades que construyen en las fachadas de los edificios para hacer terrazas donde había una ventana y después llenarlo todo de rejas. Yo ya conocía bastantes cosas de esta gente pero Andrew siempre consigue sorprenderte con alguna anécdota y curiosidad. Como ya tienen suficiente con que se les trate como la atracción de un circo y tengan que aguantar a cientos de turistas todos los días por sus calles, intentamos pasar lo más discretos posible por la zona y no hacer muchas fotos.




Esta zona todavía nos depara una ultima sorpresa. Ya de camino al metro pasamos por delante de la John Wayne Ellementary School donde Andrew se para a hablar con el guardia de seguridad que resulta ser conocido suyo. Al estar los niños de vacaciones nos invita a pasar para enseñarnos un poco la escuela. Vemos los murales que hay por los pasillos y nos alegramos de haber visto algo fuera de lo previsto. Con una anécdota más en nuestra excursión bajamos al metro para dirigirnos a nuestra ultima parada.
Llegamos a la que para mi, es la zona con mas encanto de Brooklyn. Es increíble como estando tan cerca cerca de todo allí podemos ir andando por la carretera sin que pase ningún coche o recorremos manzanas sin cruzarnos con nadie, tal vez por eso sea el lugar de residencia de los trabajadores mas pudientes del distrito financiero.
Nadie se espera que al final de la calle haya unas vistas así. Nos tiramos un buen rato sacando fotos del skyline mas conocido de Manhattan. Te da igual las veces que hayas visto esa imagen que no te quieres ir de allí, te podrías tirar horas viendo despegar y aterrizar helicópteros o maldiciendo las interminables obras del puente de Brooklyn. Por suerte unos días mas tarde repetiríamos la experiencia desde otros puntos de vista.
Con el buen sabor de boca que nos deja la ultima parte de la visita volvemos a hacer el mismo recorrido para coger el metro que nos llevará a Manhattan.
Nos bajamos en pleno centro de Greenwich Village, la zona a la que le dedicaremos la tarde pero antes toca despedirse del grupo y de Andrew. Nos damos los mails y quedamos en pasarnos las fotos en las que salimos todos. Andrew también se despide después de quedar a nuestra disposición por si tenemos alguna duda o problema en la ciudad.
Son las 15:30 cuando cada uno continúa su camino. Es hora de comer y nuestra próxima parada, Corner Bistro, se encuentra a pocos minutos de allí. Para ello tenemos que cruzar parte del Village, el Brooklyn Heights de Manhattan. Si antes impresionaba la tranquilidad al otro lado del río, aquí sorprende aun mas. Toda la zona es residencial, y los pocos comercios que te puedes encontrar son restaurantes y bares de copas con muy buena pinta. Desde luego que es la zona de moda con más encanto de la isla.
Seguimos hacia el norte por la W 4th St y llegamos al Corner Bistro, un local de aire bohemio (como el resto de la zona) donde dicen que hacen una de las mejores hamburguesas de la ciudad.





Nos sentamos dentro y nos atiende un chico bastante serio pero correcto en todo momento, no les debe hacer mucha gracia el horario que llevamos los españoles ya que solo hay otra mesa comiendo y da la casualidad de que también lo son. En la barra hay más gente comiendo mientras ven la ESPN o FOX Sport. La carta es muy corta así que nos decidimos rápido. Pedimos dos Bistro Burger, unas French Fries para compartir y una Coca-Cola. En este lugar tan auténtico no esperéis encontrar buenos detalles (los platos y cubiertos son de plástico!) pero esperad a probar las hamburguesas… Justo después del primer bocado nos miramos con cara de “pero que maravilla es esta!”, desde luego merecidos tienen todos los premios que les han dado. Al final del viaje la incluiré en el TOP 3 de las hamburguesas que probé. Pagamos (unos 30$) y tras un pequeño susto de Estefania en el baño (cuidado con los grifos) nos vamos en busca de nuestro postre al Chelsea Market que se encuentra a pocos metros de allí.


Llegamos sin tiempo aún de haber bajado la hamburguesa cuando nada más entrar nos asalta una guapa chica para invitarnos a pasar al restaurante de Giovanni Ranna. Ya habíamos oído hablar de ese sitio pero justo acabábamos de terminar de comer y lo que venimos buscando es el postre. Al final terminamos hablando de España con la chica que resulta ser venezolana.
El mercado sólo se encuentra en la planta baja del edificio pero es bastante grande, tanto que nos costó decidirnos sobre que tomar. Por suerte íbamos sin hambre así que no nos entretenemos mucho y entramos en Ronnybrook Milk Bar, una heladería con productos naturales donde nos cogemos un batido de chocolate y un cono de helado muy patriota (6.30$). Damos un paseo por allí mientras seguimos cotilleando las tiendas hasta que llega la hora de seguir con nuestro recorrido. Antes de irnos pasamos por Postman Books para comprar algunos regalos y una agenda para Estefania (que no ha estrenado por pena xD).




Nada mas salir de allí nos sentamos en un banco que hay enfrente de la Apple Store dónde Estefania aprovecha el wifi abierto para escribir a sus padres. Cruzamos el distrito mas cool del momento, Meatpacking District, para continuar bajando por Greenwich St. Cuando llegamos a la altura de la calle 11 nos desviamos para ver la fachada de la tienda de cupcakes mas famosa del mundo, Magnolia Bakery. Preferimos dejar pasar la oportunidad de probarlos, estamos bastante llenos y tenemos una sucursal debajo del hotel para otra ocasión.
Justo en el local contiguo se encuentra la tienda de perfumes Bond no. 9 en la que entramos a curiosear y ver si eran más asequibles que cuando los trajeron a Madrid. Estefania no se termina de decidir por lo que continuamos nuestro paseo por el Village.
La zona de Bleecker St está muy animada, con muchos turistas y con tiendas de alto nivel, nos parece ser la calle más comercial del barrio.
Seguimos bajando hasta Bedford St dónde se encuentra la fachada que representa el edificio de apartamentos de la serie Friends (con la fachada en obras…) y la casa mas estrecha de la ciudad.
Sin duda lo mejor de la zona es lo cuidado y limpio que se encuentra todo y la tranquilidad que se respira. Desde luego otro sitio donde no me importaría vivir (y a quien no!). Continuamos por el Village aunque según vamos al este la cosa se anima bastante. Llegamos a West 4th Street Courts, mas conocido como The Cage, una cancha de baloncesto callejera de dónde han salido grandes estrellas de la NBA. Tenemos la suerte de que justo se está jugando un torneo femenino patrocinado, como no, por Nike. Hay bastante público pero nos asomamos por algún hueco y nos quedamos un rato viéndolo, como no hay temporada de NBA nos tendremos que conformar con esto!


Justo al lado se encuentra Washington Square Park que a esa hora se encuentra también muy animado. Nada mas entrar al parque me dispongo a sacar una foto en la que salen unos cuantos homeless intentándose ganar la vida jugando al ajedrez cuando Estefania me avisa de que hay uno de ellos al que no le hace mucha gracia. Termino de hacer la foto (fijaos en la foto porque sale maldiciéndome) y prosigo mi camino entre las ardillas que habitan la zona pasando un poco del tema. En el centro de la plaza también hay mucha gente intentando sacarse un dinero pero de forma mas artística. Unos cantan o tocan instrumentos, otros hacen contorsionismo… mientras entretienen a la gente que pasa por allí. Nos sentamos un rato en la fuente antes de seguir nuestro camino hasta el High Line.





Salimos de la plaza rumbo al oeste para llegar hasta Washington St y subir hasta el principio del parque elevado. Por el camino no logramos resistirnos a entrar en una tienda de mascotas donde babeamos viendo como juegan los cachorros con los trabajadores de la tienda mientras buscamos algo que comprarle a nuestra Norita.
Son ya las 19:30 y parece que toda la gente se va a los encantadores locales de la zona a tomar algo y a cenar. Por el camino no encontramos mucho mas que bares y restaurantes llenos. Se ve que al ser una zona de moda también atrae a bastante gente de otras zonas.
Empezamos a subir las escaleras que nos dirigen a la entrada sur del High Line, la hora perfecta para ver el parque mientras el sol se pone por el río Hudson. Son dos kilómetros dónde la vista de la ciudad cambia completamente. En unas zonas pareces entrar dentro de los apartamentos que hay en los edificios de al lado, en otras ves los coches pasar por debajo de ti y las demás invitan a sentarse mientras ves a la gente pasar. Te pasas parte del recorrido viendo la zona donde llevamos toda la tarde desde un punto totalmente diferente así que aprovechamos para intentar sacar alguna foto decente. Como todo lo bueno se acaba llegamos al final esperando que para nuestro próximo viaje lo hayan ampliado un poco más.
En el planning teníamos puesto visitar Chelsea Piers si nos sobraba tiempo pero como bien pensamos, no era así por lo que se queda para otra ocasión.
Nos bajamos en la ultima salida que da a parar a la W 30th St que justo se encuentra a unas pocas manzanas de la famosa tienda de B&H. Mala suerte, cierran a las 19:00 así que tendremos que dejar la visita para otro día. Mi idea era comprarme un pequeño trípode para las fotos nocturnas pero no pudo ser.
Con el cansancio ya bastante presente cogemos el metro en la misma acera, 34 St - Penn Station hasta 7 av y en 5 minutos estamos en la cola para coger la cena.
Ese día habíamos decidido ir al carrito de The Halal Guys en la W 53rd St con la Avenue of the Americas a comernos un delicioso plato de Chicken Over Rice. Tenemos que esperar unos 15 minutos pero a pesar de que van súper deprisa no dan a basto a hacer la comida. Eso si, cuando llega tu turno tienes que ser muy rápido, se supone que ya tienes pensado lo que te vas a pedir y el dinero preparado así que no esperan a nadie! Con nuestro plato para compartir nos acercamos a la zona de las salsas donde un amable chico me pregunta si realmente estoy seguro de querer echarle la salsa que tengo en la mano porque había cogido la VERY HOT! Y efectivamente, yo quería la normal así que después de esta confusión le doy las gracias al chaval y nos servimos las salsas normales. Cogemos un hueco en la fuente que hay al lado y nos sentamos tranquilamente a comernos nuestra cena.
Esta delicioso y es algo que llevábamos tiempo queriendo probar. Estefania sabe que todas esas salsas y especias no le sientan demasiado bien así que coge un par de pinchadas y el resto me lo como yo.
Son las 22:30 cuando terminamos de cenar y decidimos bajar andando hasta el hotel para dar por finalizado nuestro primer día completo en Nueva York.
Caemos desmayados en la cama contentos por lo bien que lo habíamos pasado y con ganas de descansar y coger fuerzas ya que el viaje prácticamente acaba de empezar.
Quitando el Chelsea Piers y B&H hemos cumplido al 100% el planning que teníamos para hoy.