Croacia de norte a sur, Eslovenia, Bosnia–Herzegovina y Montenegro. ✏️ Blogs de Croacia

Hoy tenemos en la agenda el pequeño país de Montenegro.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Conducimos unos 93 kilómetros hasta llegar a Kotor (otro patrimonio más de la UNESCO). La ciudad se ubica en el fondo de una pequeña bahía o ría de la Costa Dálmata. La ría o bahía tiene una forma muy cerrada dado que es lo que permanece de parte del semi derrumbado cráter de un antiguo volcán. Esto explica que toda la ciudad esté circundada por elevados acantilados. La ciudad está además rodeada por una impresionante muralla.
La bahía, que en ocasiones es llamada «el fiordo más meridional de Europa», es en realidad el cañón sumergido del desaparecido río Bokelj, que antiguamente corría desde lo alto de las mesetas montañosas del monte Orjen. Constituye una importante atracción turística de Montenegro.
Históricamente, fue refugio de barcos y flotas desde la antigüedad. La República de Venecia la fortificó en función anti-turca y continuó como base naval del Imperio Austrohúngaro hasta 1919 cuando se incorporó a Montenegro.
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Dejamos el coche en un parking exterior al lado del puerto. Comenzamos a callejear por las estrechas y bonitas calles empedradas a pesar de que el día era un poco lluvioso .Por la mañana estuvimos prácticamente solos recorriendo las murallas de piedra de la ciudad que tienen más de cuatro kilómetros. Parte de la colina está sobre ellas.
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Kotor.
Para acceder a Kotor hay tres puertas que atraviesan estas murallas, la Puerta del Mar, acceso principal a la ciudad, la Puerta Norte (o del río) y la Puerta Sur (o Puerta Gurdic).
Otros lugares visitados fueron:
Plaza Oruzja o plaza de armas. Es la plaza más importante de la ciudad. Aquí se encuentra la Torre del Reloj y a sus pies está el pilar de la vergüenza, lugar en el que se castigaba a las personas acusadas con el fin de que todos los ciudadanos supieran su delito. En la plaza también se ve el teatro francés, el antiguo arsenal y el Palacio del Duque.
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Catedral de San Trifón. La basílica está dedicada al patrón de la ciudad. Tras un terremoto sucedido en 1667 sufrió numerosos daños e intentaron reconstruirla pero, por desgracia, se quedaron sin fondos y una de sus torres quedó inacabada. San Trifón, un santo muy venerado por la iglesia ortodoxa, fue mártir defendiendo la fe. La ciudad llegó a poseer una reliquia del santo del siglo III, su cabeza, cuando un buque mercante en el año 890 la entregó a la ciudad.
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Plaza de San Lucas. Aquí se encuentra la iglesia ortodoxa del mismo nombre que fue la única iglesia que no sufrió excesivos daños en los dos grandes terremotos que sacudieron la ciudad (1667 y 1979). Tiene la curiosidad de que hasta el siglo XVII fue católica y, por ello, en su interior se pueden contemplar dos altares (uno católico y otro ortodoxo). En la misma plaza también está de la iglesia en honor de San Nicolás, en cuya fachada ondea una gran bandera de la Iglesia Ortodoxa Serbia y el palacio Drago.

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Palacio de los Beskuca. El palacio familiar de la familia Beskuca está situado al lado de la plaza de la harina, es el palacio de una familia de bien que hizo fortuna con el comercio naval. Además, casualmente, tiene una historia curiosa, y es que Beskuca significa “sin casa” y según la leyenda, se dice que un antepasado de la familia al verse con dinero y para contradecir a su apellido se propuso comprar cien casas. Y no solo eso, sino que además cambió su apellido por Stokuca, que precisamente significa “cien casas”. El apellido lo cambió, pero nunca llegó a conseguir tantas propiedades como se propuso. Años más tarde sus descendientes decidieron volver al apellido original.
Iglesia Colegiata de Santa María. Esta iglesia del siglo XII está situada en la plaza del mismo nombre, muy cerca de la puerta norte de la ciudad. En esta iglesia de Santa María o de la beata Hosanna, se puede ver un sarcófago de cristal con la momia de esta beata. Las manos de la momia son visibles sobre el pecho y el resto del cuerpo está cubierto con un hábito de la monja y la cara con una máscara. Esta monja beata es patrona de Kotor.
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Nos habíamos planteado subir a la Fortaleza San Juan en Kotor pero viendo la distancia a la que se encontraba, que además habíamos leído que era una subida dura (1.426 escalones) y que el camino no está en las mejores condiciones, nos conformamos haciéndole fotos desde abajo.
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Ya se hizo la hora de comer y salimos de las murallas y nos dirigimos al puerto. Elegimos el restaurant Galion al azar y luego resultó ser el mejor restaurante de la ciudad. Está situado en una de las zonas más cotizadas de Montenegro con vistas impresionantes a la bahía de Kotor, difíciles de superar. Tiene una excelente terraza mirando al mar y encima literalmente del agua, con grandes cristaleras desde las cuales vimos llegar un crucero cargadito de españoles. Nos mostraron el pescado para elegir que pieza nos gustaba más.
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Al día siguiente vimos el mismo crucero, (me fije en el nombre, el Zenith) en Dubrovnik. Menos mal que ya habíamos terminado la visita porque aquello parecía el metro en hora punta.
La comida buenísima, no fue barato pero mereció la pena.
Volvimos a Dubrovnik,y recorrimos de nuevo el centro histórico.

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Salimos temprano pues hasta Pula en la península de Istria teníamos unos 737 kilómetros por delante.
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Llegamos sobre las 3 de la tarde. Naturalmente, tomamos la autopista. Dejamos las cosas y salimos a la carrera para visitar la ciudad.

Su monumento estrella es el Anfiteatro de Pula (Pula Arena), uno de los más grandes y mejor preservados del planeta. Construido entre el 27 a.C y el 68 d.C, es el sexto anfiteatro más grande del mundo. El eje mayor de su elipse mide más de 132 metros, con más de 72 arcos, sus muros se levantan por encima de los 32 metros y podía albergar hasta 20.000 personas. Los espectadores podían ver los combates de gladiadores que se celebraron allí hasta el siglo V. Posteriormente, fue mercado y después cantera, e incluso estuvo a punto de ser trasladado a Venecia en el siglo XVI. Por suerte, un senador veneciano, intercedió a favor de que el Anfiteatro se quedara dónde estaba. En la Edad Media fue empleado para torneos medievales y ferias de caballeros y hoy es la sede del llamado Festival de Verano en el que cada año se celebran óperas, festivales ecuestres, grandes conciertos…
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Desde el Anfiteatro, bajando por la Calle Istarska hasta el casco viejo de Pula se ven, a la izquierda, la Puerta de Hércules (siglo I) que es el monumento romano más antiguo de la ciudad, los restos de las murallas y las Puertas Gemelas (Puerta Gemina), llamadas así por los dos arcos a través de los cuales se entraba a la ciudad vieja, y que fueron construidas entre los siglos II y III. Las puertas gemelas conducen hoy al museo arqueológico y al Castillo. Al final de la calle está la Porta Aurea o Arco de Sergio (Arco dei Sergi) Este arco del triunfo, con preciosos detalles de estilo corintio, fue levantado hacia el 27 a.C en honor a varios miembros de la familia Sergia y sirvió como puerta de entrada a la ciudad hasta su expansión más allá de las murallas en el s.XIX. Este arco da paso a la Calle Sergijevca, antesala del Foro y muy transitada.
En el Foro está el Templo de Augusto, en muy buen estado de conservación. El templo, del s.I, está dedicado a la diosa Roma y al Emperador Augusto, y es lo único que continúa en pie del antiguo Foro Romano, aunque en realidad tuvo que ser reconstruido tras la II Guerra Mundial.
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El Foro sigue siendo hoy la plaza principal de Pula. Se sitúa a los pies de la colina central, en la parte occidental de la ciudad cerca del mar. La costa donde el foro fue construido en el siglo I a.C. tuvo que ser rellenada para ampliar el área. El foro era el núcleo de la vida de la ciudad, de su centro religioso, administrativo, legislativo y comercial. En la parte norte se construyeron dos templos gemelos y uno central dedicados a Júpiter, Juno y a Minerva. Solamente el templo de Augusto ha llegado a nuestros días mientras que del segundo templo solamente queda la pared trasera, sobre la que siglos más tarde se construiría el Palacio Comunal en el s. XIII. Nuevos restos del foro se han ido descubriendo durante la construcción de edificios nuevos.
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Aunque lo más conocido de Pula son sus monumentos de la época romana, también hay otros más recientes de gran belleza e interés, como el Convento Franciscano, del siglo XIV, el Castillo, del siglo XVII, la Catedral de Santo Tomás, del siglo IV, de confesión católica o la Iglesia de San Nicolás, del siglo VI, de confesión ortodoxa, la Catedral de la Asunción (s.V).
Iglesia y Monasterio de San Francisco, en la cuesta de la colina entre el foro y la calle circular superior. Este complejo monástico dedicado a San Francisco de Asís fue construido en el siglo XIV, sobre las ruinas de un templo anterior. La iglesia fue construida en 1314 en estilo románico tardío, es decir con ornamentos góticos dentro de un edificio firme y simple como era propio de la orden franciscana.
Catedral de la Asunción de la Virgen María (1640). Está ubicada en la calle principal de la ciudad, en lo que fue la vieja Vía Flavia que unía el Anfiteatro al foro. Fue construida sobre las viejas catacumbas en la que los cristianos se refugiaban durante la época de su persecución (hasta el s. IV). A partir del siglo V adquirió su forma actual. Hoy los restos más antiguos que se conservan de esta primera basílica paleocristiana se pueden ver en el exterior pues la parte más inferior de la pared posterior pertenece a este período. Delante de la iglesia se construyó un baptisterio, cruciforme, en el siglo V que fue destruido en 1885. A principio del siglo XVI se le añade una nueva fachada renacentista, y delante de la iglesia, un campanario en segunda mitad del siglo XVII (1671-1707) utilizando los bloques del anfiteatro.
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Iglesia Ortodoxa de San Nicolás. Construida en la segunda mitad del siglo VI, inspirándose en los patrones provenientes de Rávena. La iglesia fue dedicada a la Virgen Maria bendecida, pero después de su reconstrucción (alrededor de 1200) y fue asignada a la comunidad ortodoxa griega en Pula, formada por inmigrantes venidos de Chipre. Hoy pertenece a la iglesia ortodoxa de Serbia.

Capilla de Santa María Formosa es una de las dos capillas construidas en el siglo VI como parte de una abadía benedictina demolida en el s. XVI. El suelo y las paredes fueron adornados con mosaicos, algunos de los cuales se conservan en el museo arqueológico de Istria. Debido a sus dimensiones, al método de construcción y al buen estado de conservación, la capilla representa una obra maestra arquitectónica extraordinaria de su tiempo. Tras los bombardeos de la II Guerra Mundial, aparecieron vestigios de viviendas de época romana decoradas con mosaicos bajo los bloques de viviendas situadas alrededor de la Capilla de Santa María Formosa. Uno de los más impresionantes es el mosaico que representa el Castigo de Dirce. La escena representa a Amphion y Zethus atando a Dirce a un toro bravo a causa de la crueldad que la envidiosa Dirce había tenido con su madre. El mosaico, de 12x6 metros, decoraba el suelo de la estancia principal de una mansión romana del siglo III d.C. Esta obra de arte ha sido conservada en su ubicación original, encontrándose a dos metros bajo el nivel del suelo de nuestra época.

Castillo. Se alza en la colina más alta de Pula, a una altitud de 32.4 metros sobre el mar y la arena de las colinas. Esta fortaleza, construida por los venecianos en forma de estrella con cuatro bastiones en 1630, tenía la finalidad de proteger la ciudad y su puerto, por la gran influencia que este enclave tenía en el comercio marítimo en el Adriático norte. El castillo alberga hoy el museo histórico de Istria.

Las ruinas de un pequeño Teatro Romano se encuentran en las cuestas del noreste de la colina central de la ciudad, bajo el castillo. Además del anfiteatro, Pula llegó a tener dos teatros durante el período romano. El más grande, que no se ha conservado, estaba situado fuera de la ciudad, en las cuestas de la colina de Zaro (Monte Zaro), al sur de las murallas de la ciudad. El otro teatro conocido como el teatro romano pequeño estaba situado intramuros. Se han reconstruido restos de la escena, la orquesta semicircular y la sección destinada para las audiencias.

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Hoy es nuestro último día de vacaciones pero lo aprovechamos al máximo visitando Rovinj, a 36 kilómetros de Pula, y más tarde, ya en Italia, Trieste.
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Rovinj.
Estaba ubicada en una isla y así permaneció hasta 1763, año en que fue unida al continente al rellenar el canal que los separaba. Es una ciudad pequeña, con poco más de 14.000 habitantes y ambiente de pueblo pesquero tradicional. Dedicamos un par de horas a pasear tranquilamente, realizando la visita más básica. Es de esos lugares que son más bien para pasear que para visitar.
Entramos por el Arco Balbi y comenzamos la visita del casco antiguo (Stari Grad) que se extiende desde Ulica Carera (aquí hay bastantes restaurantes y tiendas de souvenirs) hasta la Basílica de Santa Eufemia, en lo más alto de la pequeña colina que constituye la zona vieja (lo que en su día debió ser la isla donde se asentaba la población).
Subimos por una de las callejuelas adoquinadas, por encima de las casas, apuntando hacia el cielo, veíamos el campanario de 60 metros de la Iglesia de Santa Eufemia, el más alto de toda Istria. Esta iglesia barroca, del siglo XVIII, guarda los restos de la Santa y se ha convertido en un lugar de peregrinación. El sarcófago, del siglo IV o V, es de gran valor. Lo mejor de llegar hasta allí, fueron las fantásticas vistas sobre el Adriático y las pequeñas islas cercanas.
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El puerto de Rovinj, está lleno de barquitas de pescadores Desde el muelle obtuvimos una magnífica vista de todo el conjunto de la ciudad.
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De aquí partimos hacia Trieste (Italia) a unos 102 kilómetros.

Trieste.
Cuando llegamos, estaba lloviznando y hacía bastante viento, resumiendo un día muy negativo. Para colmo, cuando aparcamos el coche y mi marido iba a cerrarlo se quedó en blackout y no funcionaba nada del sistema eléctrico. Así que pensando que vaya mala suerte al final del viaje, llamamos al seguro, para que enviase una grúa. Entonces pensé que ya que estaba allí al menos podía aprovechar para hacer unas fotos, y al salir y cerrar la puerta, ¡milagro! volvió a funcionar. Era un problema con un cable de la batería un poco flojo…. Llamamos de nuevo y anulamos la grúa.
Nuestra visita empezó donde habíamos aparcado el coche, en la Plaza de la Borsa zona comercial y de bancos, donde destaca el Palacio de la Borsa cerca se encuentra la Plaza Unidad de Italia, Piazza Unità d’Italia una gran plaza rodeada de palacios monumentales del siglo XIX, el Palacio Comunal, el Palacio Modello, Casa Stratti, el Palacio del Gobierno, Palacio Pitteri y el Palacio del Lloyd Triestino. La plaza conmemora la unidad de Italia.
Cuenta con hermosas vistas al mar pues se asoma al golfo de Trieste. Se trata de la plaza europea más extensa con vistas directas al mar. Únicamente una carretera, sin edificios de por medio, la separa el mar adriático.

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Plaza Goldoni. De esta plaza salen unas de las escaleras hacia San Giusto.
Canal Grande. Es un canal de estilo veneciano, a su alrededor hay numerosos restaurantes y terrazas. En el primer puente se puede ver una estatua dedicada al escritor irlandés James Joyce que vivió algunos años en esta bella ciudad.
El teatro romano. Se encuentra cerca de la plaza Unità d’Italia. Construido entre el año 33 y el 32 a.C por el emperador Octavio, fue sacado a la luz en 1938. Se hallaron 10 de las estatuas que adornaron el proscenio. Se ven los restos de la cávea semicircular con cuatro órdenes de gradas y la escena rectangular.
El castillo de San Giusto. Se empezó a construir en el siglo XV en lo alto del monte de San Giusto donde se encontraba la ciudad medieval. Desde el castillo disfrutarás de las vistas más hermosas de Trieste y del mar adriático.
Catedral de San Giusto. Situada junto al castillo, fue construida en el siglo XIV. Se puede visitar la torre campanario.
Faro della Vittoria. Monumento conmemorativo al triunfo italiano en la primera guerra mundial. Fue inaugurado en 1927 y tiene 68 metros de alto.



El castillo de Miramare, sobre un peñasco junto al mar, fue construido para el archiduque Maximiliano de Hasburgo y su esposa Carlota.
Los antiguos cafés de Trieste. Estos cafés se inspiraron en los de Venecia, pero la influencia de Austria hizo que tomaran el aspecto de los cafés de Viena. Los más famosos son el Café San Marcos, Café Tomaseo, Café Torinese, Café de los Espejos, Café Estrella Polar o Café Tergesteo.
Trieste ofrece lugares interesantes para visitar aunque no pudimos ir a todos por falta de tiempo. Se nos hizo la hora de comer y entramos en una trattoria, donde entablamos conversación con los dueños que eran muy simpáticos y amables y además la comida buena. Al final se nos arregló el día ¡!!!
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Ya por la tarde iniciamos el regreso hacia Múnich, teníamos por delante 497 kilómetros hasta casa.

Hasta aquí nuestra aventura.

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