Vaya año llevamos con los aeropuertos. Incendio eléctrico y retraso en el de Amsterdan, volcán y cancelación en el del Bali, y ahora esto… (aviso que lo que viene ahora es un tubo, por lo que se puede pasar directamente a la siguiente etapa).
Nuestro plan de vuelo era Madrid-Adis Abeba (con parada técnica en Roma), Adis Abeba-Johannesburgo, Johannesburgo-Nelspruit. La cosa empezó como un retraso más. En los paneles de Madrid el primer vuelo anunciaba un retraso de hora y media. No hay problema, tenemos dos horas y media de escala, andaremos un poquito justos pero en principio no hay por qué preocuparse. Lo malo es que cuando quedaba un cuarto de hora el retraso aumentó a las dos horas y cuarto. Como en el mostrador de embarque había una hoja en la que ponía que si el retraso superaba las dos horas, reclamásemos, automáticamente fuimos a pedir la hoja de reclamaciones. La chica que nos atendió nos dijo que esas eran las previsiones de Aena, pero que las de la compañía eran distintas, en ningún caso superiores a las dos horas. Le comenté que íbamos a ir justos, y nos dijo que no nos preocupásemos, que si el retraso era pequeño, el siguiente vuelo nos esperaría (ja!).
Total, que finalmente nos embarcaron cuando el retraso era menor de dos horas, pero nos tuvieron en el avión otra media hora. La parada técnica en Roma era una escala para coger viajeros. Aquí viví la surrealista situación en que la azafata, de malos modos, me obligó a desabrocharme el cinto mientras estábamos parados. Como si estuviera prohibido tenerlo abrochado. El mundo al revés. Azafatas yo no he visto más bordes en la vida. Aquí acumulamos otra media hora de retraso, esperando a dos pasajeros que no se presentaron.
En resumen, que perdimos el enlace a Johannesburgo, por veinte minutos. Eso de que esperan, mentira. Total, que nos dirigimos al mostrador para reclamar. Les dije que yo quería volar a Nelspruit y me contestan que ok, que los mismos vuelos que he perdido hoy, los cojo mañana, y que me ponen un hotel. Pero a otras personas que venían en el vuelo, también con destino a Johannesburgo les reubican en el acto. Coño, si me mandan a Johannesburgo, yo también, que ya me buscaré yo allí la vida para llegar a Nelspruit, con coche de alquiler o como sea… Así que le digo al tío de los billetes que me los cambie. Pero es que antes me has dicho que a Nelspruit. Ya, pero ahora te digo otra cosa. Hasta en tres ocasiones les pedí que me dieran un formulario de reclamación sin que me hicieran el menor caso, y al final tuve que salir corriendo, porque perdíamos el vuelo. Pregunté qué pasaría con nuestro equipaje, porque la salida era inminente, y me contesta que del equipaje no me preocupe (ja!). Fue entrar nosotros en control de equipaje y cerrar la puerta. Nos recolocaron en un vuelo a Dar es Salaam, donde estuvimos un par de horas, y donde ya nos dimos cuenta que el equipaje no volaba con nosotros. Un trabajador del aeropuerto nos pidió que le acompañásemos para identificar nuestras maletas, para hacer el transfer, y vimos que no estaban. Ya de Dar, a Johannesburgo, donde fuimos directamente a poner la reclamación por el equipaje. Me dijeron que la maleta me la mandaban donde yo fuera a estar, pero sería Maputo, y no me quería arriesgar a que en la frontera se distrajeran, así que decidimos quedarnos a dormir allí y recogerlas en mano directamente al día siguiente. Con el wifi busqué un hotel, el Europrime Hotel, con servicio de transporte gratuito y después de comprar útiles básicos de subsistencia, nos fuimos al merecido descanso.
Al día siguiente, a primera hora, nos acercamos al mostrador de Ethiopian, que el día anterior estaba cerrado, les explicamos el tema (una hora explicando el tema), conseguí que me dieran el vuelo a Nelspruit, pero no me daban los billetes en ese momento. Me dijeron que esperaban a que tuviera yo las maletas, no fuera a ser, que por el motivo que fuese, no llegasen y me dieran los billetes pa na, pero que en el momento que las tuviera, lo dejaban todo preparado y solamente era imprimirlo. Pues bueno, después de estar zascandileando por el aeropuerto, mirando dónde había que ir a recoger los equipajes, se hace la hora de ir a por ellos. El encargado no estaba muy por la labor de ir pronto, por no estar esperando sin hacer nada. Prefería estar sin hacer nada en su despacho. Y aquí ya tuvimos un poco de suerte. De las siete personas a las que recolocaron en nuestro vuelo y que perdieron el equipaje, solamente llegaron tres, el de Adela, el de otra persona y el mío. Corriendo, porque de nuevo no andábamos bien de tiempo, vamos al mostrador a por los billetes. Nos quedaba media hora para que cerrasen la facturación a Nelspruit. La chica empieza a teclear, a teclear, a teclear, y yo pensando, qué cojones está haciendo, que encima tenemos que cambiar de terminal. A los veinte minutos me dice, toma, el billete, y yo, pues venga, gracias. Ah, no, espera, que solamente es uno, ahora tengo que hacer el otro. Aquí ya monté en cólera. Yo creo que se debió enterar toda la terminal. No se enfade, señor, que no gana usted nada. Que no me enfade!! … y estallé. No voy a repetir todo lo que dije.
Este es el motivo por el que nunca más volveré a volar con Ethiopian. No por los problemas, que cualquiera puede tener, retrasos, pérdidas de equipaje, sino por la gestión que se hace para resolver estos problemas, y sobre todo, por las continuas mentiras y el mal trato, tanto por parte de las azafatas como por parte del personal de tierra.
Finalmente corriendo, arrastrando las maletas, llegamos a facturación un minuto después de que cerrasen, pero las chicas, viendo la cara descompuesta que llevaba, nos dejaron facturar.
De este modo llegamos a Nelspruit 24 horas más tarde de lo previsto. El día anterior desde el mostrador de Hertz de Johannesburgo les pedí que avisaran al del Nelspruit que íbamos a llegar un día más tarde. Así que allí estaba nuestro coche esperando. Marchamos directos a cruzar la frontera, donde, tal y como yo temía, me timaron. Pero claro, era de noche cerrada, tarde, y yo no tenía fuerzas ni ganas de discutir. Así que unos “amigos” me cobraron 365 Rand por gastos de importación de vehículo, que no hay que pagar… Son unos 28€ al cambio, tampoco es mucha la pérdida, pero me engañaron. Eso sí, me gestionaron los trámites rapidísimo.
Y ya después de todas estas peripecias llegamos a Maputo, todo el viaje conduciendo de noche. Agotados decidimos quedarnos a descansar para coger el día siguiente con plenas fuerzas. Resumiendo, tampoco fue tanta la pérdida, una noche de hotel que me tocó pagar a mayores y un día que no estuvimos en Maputo, y que luego tampoco echamos tanto de menos. Lo peor fueron el estrés y los nervios.
Hay quien puede decir que Maputo es sucia, que no tiene nada que ver, y posiblemente tenga razón. Pero no obstante tiene su encanto, basado en la vida que hay en sus calles, en el caos circulatorio, la mezcla de edificios coloniales con otros de época soviética y ahora más modernos. Todo esto mientras es de día. Cuando cae la noche la cosa cambiar, y da algo de miedito.
Nuestro alojamiento, Residencial Palmeiras, estaba muy bien situado. Lo primero que hicimos fue cambiar dinero, para a continuación dirigirnos ya a la pomada. En nuestra misma calle, un poco más adelante, se encontraba la Igreja Catedral, pero a estas horas estaba cerrada.
Un poquito más adelante, la estatua de Samora Machel, el líder de la independencia de Mozambique.
Y justo a la vuelta de la esquina, el Centro Cultural Franco-Mozambicano (www.ccfmoz.com/), un edificio de estilo colonial, muy chulo, donde hay exposiciones, conciertos…
A continuación se encuentra la famosa Casa de Ferro, diseñada por Eiffel.
Ya solo nos quedaba, para terminar el periplo turístico, acercarnos a la estación de tren, dicen que también diseñada por Eiffel.
Se nos pasó acercarnos a la fortaleza, de época portuguesa, que estaba justo al lado. Había leído sobre la inseguridad en Maputo, pero he de decir que a pesar de estar un poco obsesionado con este tema no percibí nada raro. Claro, que solamente estuve por calles bastante concurridas.
Desde aquí nos acercamos a Casa Elefante, una tienda de capulanas, el vestido tradicional, con una gran variedad y a buenos precios. Eso sí, el precio fijo, y a pesar de llevarnos varias, la vieja no nos quiso hacer descuento.
Todo esto está por la misma zona. Nuestro siguiente destino estaba un poco más lejos. Se trataba de la Feira de Artesanato, situada en el Parque dos Continuadores. Allí dedicamos bastante tiempo, a curiosear y comprar regalos, y a comer allí mismo, aunque el restaurante fue un poco caro para lo que me dieron.
Como ya estábamos cansados nos acercamos al hotel a reposar un rato, mientras se hacía de noche. A Adela no le interesó visitar el Museo de Historia Natural, donde se encuentra la colección de fetos de elefante más grande del mundo.
A la hora de cenar ya sí que no me atreví a ir andando. Recomendaciones del dueño de la residencia: no llevar objetos de valor visibles, ni collares, ni relojes, ni mochilas o bolsos, caminar por calles iluminadas (como si esto fuera posible), pero tampoco tiene por qué pasar nada… Así que por un módico precio llamamos a un taxista para que nos acercara al restaurante. Y menos mal, porque las calles daban miedito. Estaban totalmente desiertas, ni un alma. Todo el bullicio, gentío y animación del día habían desaparecido como por ensalmo. El sitio elegido no podía ser otro que el famoso Piri Piri, que tan gratos recuerdos me aportaba. Solo me tomé un plato esta vez… La cena estuvo bastante bien. Probé la salsa piri piri, de donde toma el nombre el restaurante, y puedo asegurar que pica que no veas. Una pequeña muestra en las patatas fritas, y estuvieron picando toda la cena. Habíamos quedado con nuestro taxista en que nos pasara a recoger a una hora, y cuando terminamos allí estaba puntual, esperando. De aquí al alojamiento, que el día de Maputo ya había terminado.
Al final, después de tantos trastornos para llegar a Maputo, resulta que no echamos de menos el no haber estado allí. Un día más nos hubiera dado lo mismo, así que lo único que nos quedaba era rematar las compras de las capulanas, cambiar algo de dinero, que estaba bastante bien la tasa de cambio (a 44), llenar de gasolina el coche y salir pitando para Tofo, que nos esperaba una buena paliza.
Al final fueron 9 horas y media de viaje, para hacer 500 km, parando media hora a comer en Xai Xai, que estaba a mitad de camino. De nuevo volvimos a ver bastantes controles de policía, pero en esta ocasión solamente nos pararon dos veces, nos pidieron los papeles y nos dejaron seguir sin más. Adopté el arriesgado truco de cuando veía un control a lo lejos, me pegaba lo que podía al coche que iba delante, para que no se me cruzara el policía a hacerme parar. Dicho truco me dio resultado. Y sin más, llegamos a Tofo, a Casa na Praia, que había cambiado de dueños pero seguía como la otra vez. De aquí a cenar al Tofo Tofo, un buen restaurante local que ya conocíamos de la otra vez. Sin tiempo para más, a dormir, que al día siguiente toca madrugar para el buceo.
Un placer leer otro diario tuyo, ya nos falta menos para ir, así que toda información se agradece.
Te dejo las estrellas bien merecidas, y para compensar un poco el caos de la aerolínea, puff que agobio!!!
Hola, al final irás a Mozambique? no encontramos mucha info y nos gustaría pasar unos días buceando después del Kruger pero tampoco sabemos como cruzar la frontera por tierra, os agradecemos la ayuda... Aunque está casi descartado y creo que iremos a bucea a la zona de Sudáfrica de Sodwana bay y Umkomaas
@Thisistravels, muevo tu pregunta y la respuesta a este hilo más adecuado.
Para cruzar a Mozambique hace falta un permiso que te proporciona la compañía de alquiler de coches. No se si es a eso a lo que te refieres. Hace poco lo consulté y era bajo petición.
@Thisistravels, muevo tu pregunta y la respuesta a este hilo más adecuado.
Para cruzar a Mozambique hace falta un permiso que te proporciona la compañía de alquiler de coches. No se si es a eso a lo que te refieres. Hace poco lo consulté y era bajo petición.
Un saludo.
Hola! gracias a los dos, al final haremos Namibia via Johannesburgo, encontramos vuelos a buen precio!