Febrero 2016. Moscú y San Petersburgo ✏️ Blogs de Rusia

Llegamos a la aeropuerto sobre las 8 para facturar con tranquilidad. Lo primero que me sorprendió es ue, a pesar de ser un vuelo de Vueling, y que S7 había despegado horas antes con el mismo recorrido, el 90% (o más) de los que iban en el vuelo eran rusos. Nada más pasar el control de seguridad (rápido porque solo habían dos vuelos por despegar) dos mujeres mayores nos preguntan si pueden ir con nosotros hasta el embarque porque tienen miedo de perderse. Entendí sus ruegos cuando me di cuenta ue nuestra puerta de embarque era la última del otro extremo del aeropuerto.
En el avión, compartimos fila con Tatiana, una mujer rusa mayor que lleva 20 años viviendo en españa. Empezó dando cuatro consejos básicos, y acabamos hablando las 5 horas del vuelo!! Luego se ofreció a acompañarnos para el pasaporte y hasta Moscú!.
Nada más aterrizar el avión, me quede un poco chafado con Vueling, hemos aterrizado, gracias por volar con vueling y que os den. No se, esperaba la famosa tarjeta de inmigración que nos la facilitarán o, al menos, que nos dijeran lo que teníamos que hacer. Menos mal que Tatiana nos acomoaño en todo momento y se encargó de descifrarnos los sonidos extraños que escuchábamos. Una vez recorrido el laberíntico aeropuerto, pasado el control de pasaportes (donde, con la mirada,te analizan de arriba a abajo varias veces), vamos a por la maleta y a por el aroexpress. Voy a sacar los famosos 200€ en un cajero y, oh sorpresa, el cajero no me da más de 6000 rublos!!. Al cambio actual, la mejor manera de no liarse con los rublos, es volver a las pesetas. Multiplicas los rublos por dos, y eso es lo que vale en pesetas!!.
Una cosa que me sorprendió fue la exagerada seguridad. Controles para entrar al aeropuerto, pero controles con escáner corporal. Llegamos a la estación y paso por arco de seguridad. De ahí al tren que, no siendo lo moderno que esperaba,es cómodo. Eso sí, para entrar a cada vagón hay una puerta corredora que no es automática. Aquí viene tu primera odisea, abre la puerta a la derecha, la otra la izquierda,pilla tu maleta, entra mientras con el culo aguantas una puerta y con la maleta la otra (no tiene un retardo, conforme la sueltas, se cierra).
Llegamos a Moscú y nos vamos a desayunar a la estación invitando a Tatiana. Ella se pone de palique con todo el mundo y nosotros nos vamos a fumar y le decimos que nos vigile las cosas. Fuera fumando sorprende que todo el mundo fuma junto a la basura para hasta tirar allí la ceniza, no ves ni una colilla!. Cuando volvemos Tatiana nos echa la bronca "por confiados", por dejar todas las cosas con un desconocido, que no lo hagamos más.
Llega la hora que ella se marcha y nos quedamos solos. Teníamos que esperar algo más de una hora hasta que nos dieran el apartamento, así que lo pasamos en la estación, observando a la gente hasta la hora de entrar. Nos armamos de valor y vamos al apartamento que está al cruzar la avenida. Sencillo en España, complicado en Rusia. No hay semáforo, pero descubrimos un paso subterráneo. Llegamos al apartamento, se marchan y nos quedamos. Nos sorprende la calefacción, es un "ente" que tú no controlas y que, si hace mucho calor, compensas abriendo la ventana. Después de investigar un poco nos acostamos un poco.
A las 4 de la tarde decimos ponernos en marcha, para el primer día, decidimos ir a la Pkaza Roja. Vamos al metro y compramos un abono de 20 viajes, nos entendemos con ella señalándole con el dedo los viajes y dándole el dinero justo, nos devuelve una parte del dinero y le decimos que no, que 20 viajes, 20, nos enseña que el abono es de 20 viajes y nos vamos, me doy cuenta que le había dado dinero de más y que por eso nos devolvía una parte. En el metro nos sorprende lo profunda que es la estación y que, la teoría es muy bonita pero, el verte cara a cara con letreros solo en ruso no es tan fácil. Tras ver el plano de ,a pared varías veces, vemos que tren es y que, tan solo, la plaza roja está a dos paradas....eso sí, dos paradas de Moscú.
Llegamos a la plaza roja y, antes de salir, recorremos los pasillos del metro con sus tiendas. En la calle, en la misma plaza roja (es inmensa), vemos en el centro una especie de mercadillo: una pista de patinaje, un tío vivo, puestos de comida, de recuerdos, grupos tradicionales tocando en un escenario...todo mientras está nevando, espectacular!!! Nos hacemos las típicas fotos en San Basilio y, del frío que teníamos, decidimos tomar algo en algún sitio caliente. Nos metemos en un centro comercial que, resulta, es el GUM, el centro comercial más antiguo del mundo (data de finales del XIX) y, dicen, el más lujosos del mundo.
Entramos por el pasillo donde están todas las joyerías, pero joyerías que asusta el precio solo viendo como abren la puerta para que entres. Tienda Apple (como en cualquier sitio) junto a tienda de Samsung, Sony y LG (esto ya no lo tenía yo tan controlando). Tiendas de ropa y calzado de renombre. Veo otra tienda que me sorprende porque no sabía ni que existían, tienda de technogym (una marca de maquinaria para gimnasios...y aclaró "para gimnasios" que no es lo mismo que "para casa"). Cuando pensaba que había visto todo veo, en medio del centro comercial, un concesionario BMW!!! Ves unos zapatos, en el escaparate de al lado unas gafas, y en el de al lado, un BMW!
Salimos del centro comercial y comemos algo en "el mercadillo" y pedimos una especie de le apuntó de pollo y otro de cordero......el de cordero sabía a Cordero, a mí no me gusta el cordero (me lo como si no hay más remedio pero, si puedo, lo evitó) y con este no he podido del sabor fuerte a Cordero que tenía!!. Luego vemos un grupo tradicional tocando música popular rusa y todo el mundo bailando y pasándolo bien. Cuando han acabado los tradicionales, ha salido otro grupo que llevaba como unos cabezudos y, lo mismo, poco a poco la gente se animaba para ponerse a bailar. Me ha sorprendido las ganas de fiesta que tienen aquí, solo les falta que los empujen un poquito.
Como estábamos un poco reventados ya de tanto tú te, nos pillamos el metro y nos vamos al apartamento. Cuando llegamos aquí, pasamos antes por un supermercado para comprar algo para tener en la nevera y comer. Muchas veces, compras a ciegas, otras te sorprendes de los precios (lo que aquí es caro, allí barato y lo que allí es barato, aquí caro) y, por probar, hemos comprado unas Lay rosas con sabor a cangrejo!! No están nada mal.
Primeras conclusiones de Moscú. La gente es amable, hace por entenderse aunque el idioma es una barrera importante. Segunda, el frío es muy llevadero, en la calle ya sabes lo que hay, y "fuera de la calle" también, lo digo porque hemos estado comentando que, en España, cuando hace frío, te metes a una casa que está a 40 grados, a un comercio que está a 15, el salón de la casa te achicharras pero en el dormitorio te quedas helado,,,,aquí no, es todo como más uniforme.
Y después de este tocho, voy a ver si me aclaro para subir las primeras fotos.

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Para el primer día completo en Moscú, salimos del apartamento con muy buenas intenciones, pero hicimos la "pardillada del viaje". Queríamos ir a ala calle Arbat y pillamos el metro hasta Arbatskaya. Una vez en la estación salimos pero, como no nos ubicábamos, decidimos ir a una catedral cercana que vimos (catedral de cristal salvador) que era espectacular. Desde la parada de metro hasta la catedral, paramos para ver varias estatuas impresionantes pero con desconocimiento total de quienes eran. En la catedral, nos dijeron que no se podía entrar en ese momento así que aprovechamos para ver los alrededores y cruzar al otro lado del río y hacernos fotos. Por qué digo que hicimos la pardillada?, porque entre llegar hasta Arbatskaya, salir del metro (por la salida que no era), intentar descifrar donde estábamos (los planos son para cobardes, debimos pensar) llegar hasta la catedral, bordearla y hacernos 4 fotos...se nos fueron, perfectamente, 3 horas. Aquí todo es grande, todo. Te desvías para ver "eso tan bonito" que está a la vuelta de la esquina y se te van 20 min solo en llegar.
Después de las grandes visitas del día, acudimos hasta el bolhoi que habíamos quedado con Anna, la de bewelcome. Nada más llegar, nada más sentarnos en un banco (estábamos reventados) aparece Anna, nos presentamos.......y otra vez a andar!. Fuimos a comer algo, comida típica ya, hasta que esperábamos a su marido que llegara. Estuvimos en un mu mu, donde probamos algo de comida típica (la sopa de remolacha esta espectacular). Después fuimos a comprar una tarjeta para mi móvil y esperamos que llegara Jesús, el marido de Anna. una ve los cuatro estuvimos dando una vuelta por el centro de Moscú, viendo los jardines de Alejandro y, de casualidad un cambio de guardia (espectacular, no por el cambio en si, espectacular por todo lo que representa, 3 soldados, las 24 horas, llueve, nieve, haga frío o haga calor), el cambio es cada hora, y esto empezó en 1965....la de soldados que habrán hecho guardia ahí!!.
Después ya nos fuimos al metro y ellos a su casa y nosotros a nuestro apartamento.
Resumen del día!! Aquí no puedes venir con el planteamiento de viaje de cualquier otra ciudad europea, si improvisas, estas muerto. No puedes salir en plan "pillamos el metro y a ver lo que vemos" porque, solo 3 paradas de metro, es media hora; salir por la salida equivocada, son 20 min perdidos; y el bordear la manzana, otros 10.
El metro es de otro mundo, por una parte todo está en ruso, hay planos tb en inglés, pero el cartel que te dice que anden es y hacia dónde va ese metro...ruso. Dependiendo la estacion, desde que entras por la puerta hasta que llegas al andén, pueden pasar más de 5 min perfectamente. Luego, la salida, está en varias calles separadas (también se utiliza mucho el metro como paso subterráneo). Eso sí, la frecuencia es espectacular, llegue a cronometras 36 seg desde que un tren sale del andén y entra el siguiente.

Por cierto, como carajos subo fotos?? Jeje

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Este, en teoría, era nuestro primer "día bueno" en Moscú. Antes de pillar el metro cambiamos dinero, al lado de la estación de metro, y nos sablaron como 300 rublos de comisión sin avisar. Cuando le reclamas, te dice que la cantidad que pone en el cartel es para mucho dinero. Nos vamos en el metro al centro y, cuando llegamos, nos vamos a ver las galerías Tretiakov. Para varias, no salimos por la salida del metro correcta. Allí, el metro, tiene salida a varias calles, y salimos por la que no era. Total, una media hora perdida debido a que no están cerca las salidas, precisamente. Una vez que nos ubicamos vamos a las galerías observando bien toda la zona, que merece la pena. Somos de Alicante, la nieve sólo la vemos por la tele, así que estábamos, también, disfrutando del paisaje nevado.
UNa vez dentro de las galerías las entradas se compran en una máquina que sólo estaba en ruso. El conserje se dio cuenta, se acercó y nos ayudó con las entradas (sin tener ni idea de inglés). Con las entradas en la mano entramos y decidimos pillar audioguia que había en español. Nos explica, con gestos, como se utiliza, pagamos, dejamos la fianza, y para dentro. Pero el portero nos dice que ni chaqutas ni mochilas, así que nos toca visitar uno de los lugares que mejor conocimos en nuestra estancia, el guardarropa. Hay que decir que todos los guardarropas son gratuitos, no te ponen pegas y, cuando recoges las chaquetas, hasta te ayudan a ponértela!!.
Entramos en la galería y empezamos a maravillarnos con las obras expuestas y las explicaciones en el audioguía. Como anécdota, nos sorprendió que, según la audioguia (parecía la voz de Pablo Iglesias, y no es coña), casi ninguna obra gustó nada más terminarla, incluso hay varias que no están terminadas porque, el autor, al escuchar que no gustaban, las terminó de mala manera o no las llegó a terminar. Eso nos pasó con varias obras que escuchamos la explicación, no sé si fue casualidad o es que, en aquella época, eran muy "exquisitos".
Cuando miramos el reloj eran ya las 6 de la tarde, así que aceleramos un poco la visita y nos marchamos porque, era mi cumpleaaños, y teníamos reservado para cenar. A la salida estaba nevando y, la caminata hasta el metro, se hizo más fácil (Moscú esta siempre helado, por lo que patinas mucho andando, cuando nieva dejas de patinar pero es como andar por la playa).
LLegamos al apartamento, nos arreglamos, y nos vamos a cenar al "City Space Bar" que lo teníamos al lado del apartamento. Llegamos a la puerta del hotel y, el conserje, nos acompaña hasta el ascensor y nos deja a cargo de un chico que también subía (resulta que era el DJ que pinchaba esa noche). Al llegar arriba, nos reciben dos chicas que, muy amablemente, nos recogen las chaquetas y nos acompañan hasta la puerta dónde nos recibe otra chica que nos lleva hasta la mesa......flipaaaante!! nada más sentarte ves todo Moscú nocturno!!!.
Nos dejan la carta, pedimos para cenar (una curiosidad que nos dimos cuenta es que, en Rusia, no toman nota de la comida, simplemente se lo dices, ellos la memorizan y ya está). Creo que pedimos una ensalada y dos platos principales para compartir. Al traer la comida traen la ensalada y un plato principal, cuando le pedimos el otro nos dicen que pensaban que el segundo plato que traían era para compartir, nos lo traen y sin mayor problemas.
Después de cenar y tomar el postre pedimos dos cokcteles con vodka y luego un tercero mientras seguíamos flipando con las vistas. Al traer la cuenta, pago con tarjeta y, en euros, según el extracto de mi tarjeta, fueron 118€. No es nada barato, es un poco caro, pero merece la pena por el lugar.

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