Semana Santa en Rusia (Moscú y San Petersburgo) ✏️ Blogs de Rusia3 días en Moscú y 3 en San Petersburgo (Semana Santa 2018)Autor: Lídia.yeca Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (2 Votos) Índice del Diario: Semana Santa en Rusia (Moscú y San Petersburgo)
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¿Cómo ir de Moscú a San Petersburgo?
Para ir de Moscú a San Petersburgo (o viceversa) se puede ir en avión, o bien de manera bastante económica en tren. El trayecto durante el día tarda unas 4 horas, pero hay trenes nocturnos con literas (que se alargan hasta 8 horas más o menos) que pueden ser una buena opción para aprovechar al máximo el tiempo y economizar alojamiento. Luego te cuento todos los detalles del tren nocturno que une Moscú y San Petersburgo. ¿Necesito visado para ir a Rusia? Sí, y además conseguir el visado no es ni fácil ni barato. Pero no todo son malas noticias en el blog (link en la última etapa) te lo cuento todo todo para que puedas hacerlo de la manera más sencilla y económica. Clima Nuestro viaje fue en Semana Santa de 2018 (del 24 al 31 de Marzo) y mirando las previsiones los días antes íbamos bastante acojonadas por el frío, pero al final no fue para tanto. Las temperaturas oscilaban de los -5º a los 5º aproximadamente y aunque estaba todo nevado nos hizo unos días muy buenos, muy soleados. Nevó un día y aunque hacia fresquete, con un buen abrigo no lo pasamos nada mal. Sí notamos que en San Petersburgo las temperaturas son más bajas. Si lleváis buena ropa de invierno no tenéis porque tener ningún problema. Precios Nuestro viaje fue muy low cost y no nos gastamos mucho (podéis ver el desglose de nuestros gastos en el blog, link en la última etapa del diario). Podéis dormir barato en hostels con habitaciones compartidas y los transportes (por ejemplo el metro) también está muy bien de precio. Para cambiar dinero hay muchas casas de cambio, aunque en los bancos el cambio era ligeramente mejor. En el momento de nuestra visita (marzo 2018) 1€ equivalía a unos 70 rublos. Cambiad el mínimo imprescindible en el aeropuerto. Comida No muy buena. Ese sería el titular, cuesta encontrar sitios con buena relación calidad-precio. Hay muchos locales de comida fast food, tanto de estilo americano como Burger King, KFC, etc. como a lo ruso de cadenas de comida rápida y self-service que si bien son baratos, la calidad no es muy alta. Encontré bastantes similitudes en algunos platos rusos con los que había probado en Moldavia como sopas (la Borsch de remolacha la más típica) y pastas rellenas tipo ravioli como los Palmeni o Varenaki. Típico ruso también es la carne Strogonoff, los blinis o el kifir. Pero para comer bien comida rusa hay que rascarse más el bolsillo (conclusión: comimos mal). Comiendo platos típicos rusos en un restaurante de Moscú Fuera de la gastronomía rusa, se puede comer relativamente bien y barato en restaurantes chinos, italianos y sobretodo georgianos, los que están ahora de moda, muy recomendables. Alojamiento Hay muy variado, desde hostales cutres a hoteles de lujo. En Moscú nos alojamos en un hostel cerca del centro que se llama Hostel Lime por 1060 rublos por persona tres noches en habitación compartida. Si tenéis intención de utilizar el hostel para dormir y poco más está bien, pero si queréis hacer “más vida” allí no os lo recomiendo porque la cocina es muy pequeña y no hay más espacios comunes. Hay que tener en cuenta que los alojamientos no siempre están bien indicados (y en cirílico, así que igual no te enteras). En San Petersburgo nos alojamos en un hostel cerca del centro que se llama Hostel Port On Nevsky, en la misma avenida principal, a unos 15 minutos a pie del Hermitage. Estaba bien, era cómodo y relativamente económico. Dos noches en habitación compartida nos costaron 1114 rublos por persona. Comunicarse con la gente Pues no está nada fácil…en general el nivel de inglés no es muy alto por lo que, si bien te puedes ir entendiendo con señas y para cosas fáciles, tener conversaciones más o menos largas y profundas se hace complicado. Eso dificulta poder conocer de manera no superficial aspectos culturales, históricos, políticos, sociales en poco tiempo y como turista. Además todo está escrito en alfabeto cirílico como es obvio, nada fácil de entender. ¿Cómo ir del aeropuerto Internacional de Moscú-Domodédovo al centro de la ciudad o viceversa? Opción 1: en taxi. Esta es la opción fácil que hicimos a la ida ya que nuestro avión llegaba a las 3 de la mañana a Moscú y no teníamos demasiada alternativa. Al llegar, hay todo de gente ofreciendo taxi, pero la verdad es que nosotras lo habíamos reservado mediante una aplicación que se llama “kiwitaxi” tipo uber, dónde acordamos la hora y lugar de encuentro así como el precio y evitamos sorpresas. Nos costó 36€ entre las 3. Opción 2: en transporte público. Se puede ir en metro desde el centro hasta la estación Domodedovskaia (línea verde) en una media hora y de allí coger el bus 308 hasta el aeropuerto que tarda unos 25 minutos. El bus vale 120 rublos por persona. Moverse por Moscú Lo mejor para moverse por la ciudad es el metro. Además de muy bonito (es un lugar para visitar sin duda, aquí te cuento más sobre el tour que te puedes marcar en el metro), los trenes pasan con mucha frecuencia y además es barato. Un billete sencillo cuesta 55 rublos, pero hay un abono de 3 días por 415 de viajes ilimitados (también hay para más días). Moverse por San Petersburgo La parte del centro se puede recorrer a pie, pero también hay otras atracciones dignas de ver que se encuentran un poco más alejadas. En ese caso se puede llegar fácilmente en metro. El metro de San Petersburgo no es tan espectacular como el de Moscú, pero también es muy profundo a causa de la humedad de la ciudad y es bastante práctico. Un billete (token) cuesta 45 rublos. . Etapas 1 a 3, total 9
Para empezar con buen pie en Moscú hacemos un free tour. Siempre que puedo me gusta hacer estas cosas, especialmente al principio porque te ayuda a situarte. Los free tours son una manera muy interesante de abordar un primer contacto con la ciudad, ubicarte, que te expliquen anécdotas, curiosidades y cuestiones relacionadas con la historia. Funcionan por propinas así que dependen de vuestro poder adquisitivo y en función de lo que os haya gustado.
El free tour que hacemos empieza a las 10:30 cada día a los pies de la escultura de Marshal Zhukov (comandante del ejército rojo considerado como un héroe de la segunda Guerra Mundial) justo detrás de la Plaza Roja. El tour dura unas dos horas y es muy completo. Moscú es la ciudad más grande de Europa, la segunda más poblada, después de Estambul, con más de 12 millones de habitantes y actual capital de Rusia. No siempre fue así, ya que durante un tiempo lo fue San Petersburgo, pero su localización geográfica era perfecta para el comercio y siempre fue un territorio codiciado. Es así como ya en época medieval se construyó una muralla defensiva que cerraba el núcleo histórico de Moscú, en el lugar dónde hoy se levanta el Kremlin. Con los años la ciudad fue creciendo y con ella las murallas, hasta crear 8 círculos distintos. Entramos a la Plaza Roja por una de sus puertas, la Puerta de los Leones (tiene muchos nombres más, pero este se debe a unos leones que habían vivido allí durante la época zarista y que eran un gran reclamo para los rusos nada acostumbrados a estos animales. Originariamente el nombre de la plaza venia por la traducción literal de “roja” que significaba “bella”. Sin embargo, en época comunista el color adquirió otro matiz. No hay duda que la plaza es hermosa, de los lugares más fascinantes que he visto. Delante de la puerta hay también una señalización del km0 de Rusia y la tradición manda lanzar una moneda mientras se pide un deseo. Si la moneda cae en el círculo, el deseo se cumple. El método no es muy científico y menos aún si tenemos en cuenta que el verdadero km0 se encuentra bastante alejado de allí… Todos los edificios que vemos en la plaza son espectaculares. Nada más entrar hay el Museo de Historia del Estado (no entré), un precioso edificio rojo. En la misma plaza se alza imponente el Kremlin (que visitamos al día siguiente) y sus más de dos kilómetros de murallas, sus torres y una veintena de edificios en su interior. Delante del Kremlin encontramos el Mausoleo de Lenin (que también visitaremos otro día), una cripta de forma piramidal que se integra en la plaza. En su interior está la momia del líder revolucionario que se puede visitar gratuitamente. Al otro lado de la plaza se encuentra la preciosa Catedral de la Virgen del Kazán, una bonita iglesia que fue destruida durante la URSS, pero que se reconstruyó más adelante. Al lado hay el enorme GUM (Almacén General del Estado), el primer centro comercial de la URSS. Su (re)apertura (ya había sido centro comercial con anterioridad antes de ser convertido a oficinas gubernamentales) fue un gran acontecimiento y a día de hoy sigue siendo una meca del “shopping”. Me resulta muy gracioso cuando se critican las restricciones al consumo que había durante la época soviética (qué y cuánto comprar, por ejemplo para comprarte un coche la guía nos contó que podías tardar hasta un año). Menos mal que ahora en libertad puedo comprar lo que quiera cuando quiera. Por ejemplo en el GUM puedes comprar libremente todos los artículos de GUCCI que quieras. No me compré ninguno, pero porque no tengo dinero, pero gracias a dios la libertad la mantengo. Supuestamente el centro comercial mantiene cierta “onda” soviética en la decoración, la música de fondo (claramente no en las marcas de las tiendas), las heladerías… Luego vamos a ver la gran atracción de Moscú e imagen emblemática de la ciudad: la Catedral de San Basilio. Y no es para menos. Es una preciosidad. Los detalles coloridos, las cúpulas, una maravilla… No entramos aunque existe la posibilidad. Detrás de la Catedral vemos el río Moscova, desde dónde se tienen unas preciosas vistas de toda la plaza Roja. También se tienen unas vistas magnificas de uno de los edificios que forma parte del proyecto, 7 hermanos, 7 edificios enormes de arquitectura soviética proyectados en la época de Stalin. Luego vamos a una de las calles comerciales más importantes de Moscú, la calle Nikolskaia, dónde además de muchas tiendas de souvenirs o restaurantes hay también la primera universidad no religiosa de Rusia. Otro día, fuimos a verla de noche y no tiene desperdicio. De esta calle sale la Varvarka, la calle más corta de Moscú. Al cruzarla nos encontramos con la antigua sede del KGB, ahora sede actual del sistema de inteligencia ruso. Al lado hay una tienda de juguetes dónde se puede subir hasta la terraza y tener buenas vistas de la ciudad. A pocos metros nos encontramos la plaza del Teatro, dónde destaca el famoso Teatro Bolshói, dónde se pueden ver obras de ballet y ópera (hay que reservar las entradas con mucha antelación. Aquí los podéis hacer). Delante del teatro hay otra famosa plaza, la Plaza de la Revolución, dónde se alza una espectacular escultura de Marx que sale directamente del bloque de granito, dónde se puede leer el célebre lema “Proletarios de todos los países, uníos”. Pobre Marx si levantara la cabeza se encontraría que le han montado un teatrillo luminoso bastante hortera alrededor. La plaza se utiliza como escenario de manifestaciones o mítines que en otros tiempos fueron gloriosos. Allí hay una de las estaciones de metro, que lleva el mismo nombre, más importantes. El metro de Moscú es indudablemente otra de las atracciones que no te puedes perder. A pocos metros de allí, también se puede ver la Duma, sede legislativa rusa. Un poco más adelante, y bordeando el Kremlin, encontramos el monumento al soldado desconocido, en homenaje a todos los soviéticos que murieron en la Guerra Patria, que empieza el 1941 cuando el ejército nazi empieza a invadir territorio soviético y termina con la victoria del ejército rojo en 1945, finalizando la II Guerra Mundial. El monumento está custodiado por unos soldados que hacen cambio de guardia cada hora en punto. Si podéis es curioso de ver (más sobrio que el del Buckingham Palace, no esperéis gran cosa). También están allí homenajeadas las ciudades que más sufrieron la guerra, como Leningrado. A pesar de la revisión histórica y de la minusvaloración del papel que jugó la URSS en la victoria contra el nazismo, el orgullo del ejército rojo (también por temas nacionalistas tampoco hay que ser ingenuo) sigue presente a día de hoy en Rusia. Homanaje a Leningrado Aquí terminó el free tour por Moscú, totalmente recomendable. Cuando terminó el tour regresamos al río Moscova y paseamos por una de las pasarelas que ofrece unas vistas maravillosas, tanto de la plaza roja (nos hace un día estupendo, aunque ya sabéis que eso es cuestión de suerte) como de la otra banda del río. Allí podemos ver uno de los edificios que forma parte del proyecto de Stalin de los 7 hermanos, siete edificios megalíticos impresionantes. Inicialmente el proyecto eran 8 (ocho hermanas de hecho), pero uno no pudo ser construido por problemas en el subsuelo (Moscú es una ciudad con mucha humedad, por eso en parte el metro es tan profundo) que tenía que estar coronado por un inmenso Lenin. Posteriormente se hizo una piscina climatizada en el agujero que había dejado el fracasado proyecto que más adelante, con el desmorone de la URSS, se construyó una catedral, la del Cristo Salvador (muy nueva, del año 2000). Se dice que ese terreno esta maldito, porque las construcciones no suelen durar mucho. Veremos cuánto dura esta catedral… También se ve a lo lejos, otro de los edificios más impresionantes de los 7 hermanos, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el edificio más alto de Moscú. Paseando por allí, hay un par de iglesias ortodoxas muy bonitas. Las vistas con la nieve son preciosas. Comemos en un lugar de comida rusa económico, no malo del todo, pero tampoco espectacular, que está decorado al estilo soviético. Es una cadena que se llama “Bapehичhдя”, que encontrareis en bastantes sitios. Allí podéis probar platos típicos de la gastronomía rusa como la sopa Borsch, ensalada de remolacha o los palmenis. Después de comer nos fuimos a ver otro de los 7 hermanos, uno de los edificios que me impresionó más de Moscú, la Universidad Estatal de Moscú. Hay dos maneras de llegar. La primera es coger el metro y bajarse a la estación “Universitet” (línea 1) y andar unos 10-15 minutos. La otra es bajarse en la estación anterior, Vorob’yevy Gory, y subir andando unos 30 minutos la colina de los gorriones (antes Monte Lenin), un mirador desde dónde hay unas fantásticas vistas de Moscú. Se aprecia especialmente la parte moderna y financiera de la ciudad (a lo City de Londres). Vistas de Moscú desde la colina de los gorriones La universidad es una auténtica pasada, creo que el edificio más grande que he visto nunca. Forma parte del estilo soviético la arquitectura inmensa, monolítica y las avenidas grandes características de la ciudad. Que te guste o no es subjetivo evidentemente, pero indiferente no te deja. Aunque la mayoría de símbolos comunistas han sido eliminados de la vía pública, en algunos edificios todavía se pueden ver cosas, como aquí. Etapas 1 a 3, total 9
Hoy visitamos el Kremlin, otra de las visitas imprescindibles de Moscú. La verdad que no me esperaba que fuera tan grande, la visita te lleva toda la mañana mínimo, hay mucho que ver. Esta abierto de 10h a 17h cada día excepto los jueves.
Hay distintos tipos de entradas, y compramos la intermedia, de 500 rublos que te permite entrar a los edificios principales, a mí me pareció muy adecuada. Llegamos a la entrada y hay bastante cola para comprar el ticket, así que dos opciones: La compráis antes por internet en su página web. La compráis en las máquinas automáticas. Son muy fáciles de usar y no hay cola (la verdad que no entiendo por qué la gente hacia cola y no las compraba ahí). Entramos por la torre Kutafia y pasamos por delante del Palacio de los Placeres, una construcción del siglo XVII que originariamente ubicaba un teatro, de ahí el nombre. Justo delante está el Palacio Estatal del Kremlin, un edificio moderno que la verdad no pega mucho con el entorno. Durante la época soviética allí se habían celebrado congresos del partido Comunista así como reuniones del soviet supremo. Actualmente es el palacio de congresos. Entrando a mano derecha encontramos un conjunto de 6 iglesias y catedrales a cual más bonita. La primera es la Catedral de los 12 Apóstoles (que tiene un edificio anexo, el Palacio de los Patriarcas, dónde había una colección de objetos y mobiliario del siglo XII). La siguiente es la Catedral de la Asunción dónde están enterrados algunos de los patriarcas ortodoxos más importantes y es el lugar dónde se hacían las coronaciones de los zares. Esta es la más antigua (1479) y la más grande de la plaza. Si habéis comprado la entrada intermedia podréis entrar y apreciar como esta todo su interior cubierto de frescos. Delante hay una pequeña iglesia que se llama Iglesia del Despojo del Manto (del siglo XV) que se construyó en honor a una leyenda que dice que el manto de la virgen salvó Constantinopla de sus enemigos. Al otro lado de la plaza esta la Catedral del Arcángel San Miguel (siglo XVI) también con muchos frescos en su interior, muy bonita con sus cúpulas doradas. En su interior, además de muchos frescos, se encuentran varias tumbas de los zares como la del mismo Iván el Terrible. Justo delante esta la capilla utilizada por los zares, la Catedral de la Anunciación (s. XIV) que por cierto, el mismo Iván tenia vetado el acceso porque se había divorciado demasiadas veces. Por último, está el campanario de Iván, que era utilizado por el temible zar para los grandes anuncios. Justo detrás podemos ver la campana de la zarina, la campana más grande del mundo que data del 1735. La campana pesa unas 200 toneladas, casi nada, pero no fue repicada nunca porque a causa de un incendio se desplomó. Igual fortuna tuvo el Cañón más grande del mundo, que se puede ver al lado, de unas 40 toneladas de bronce que no llego a disparar nunca. Saliendo de la plaza de las Catedrales bajando a mano derecha se van bordeando las murallas con unas vistas preciosas de Moscú. Estaba todo nevado y era maravilloso. Al final está el palacio del Kremlin, inmensa residencia imperial durante la época de los zares, que costó en su momento la friolera de 11 millones de rublos, que era una auténtica barbaridad para la época. No se puede visitar ya que actualmente es utilizado para actos oficiales y para recibir las visitas de jefes de estado. Volvemos por dónde hemos entrado para ver el último gran edificio del Kremlin, el Senado (s. XVIII), residencia laboral del jefe de estado ruso. Lenin tenia allí unas oficinas que se pueden visitar. Al lado queda una plaza bastante grande donde hasta hace bien poquito se alzaba el edificio neoclásico parecido al Senado que acogía la secretaría del Soviet Supremo, órgano legislativo durante la URSS. En 2016 Putin ordenó demolerlo, otro ejemplo de la “desovietización” de la capital, eliminando símbolos y construcciones de la época soviética. A mí la verdad es que el Kremlin me impresionó y me parece imprescindible su visita. Al salir del Kremlin vamos a ver la Biblioteca Central de Rusia (antigua Biblioteca Lenin) que en su entrada tiene una estatua de Dostoyevski, autor clave de la literatura rusa. No encontramos ninguna sala grande dentro de la biblioteca, pero igualmente esta bien verla por dentro. Nos vamos dando un paseo hasta la Avenida Rabat que fue la primera calle peatonal de Moscú. Ahora es un sitio con muchas tiendas de souvenirs, algunas paradas de libros o cuadros en la calle y muchas cadenas de comida rápida. Comemos en una de estas, Momo, una especie de self-service bastante malillo (barato eso sí). Ya he dicho que en general, tampoco en San Petersburgo, no tuvimos grandes experiencias con la comida rusa… Después de comer nos reservamos para hacer un recorrido por el Metro de Moscú, que merece un capítulo aparte. La fama del metro de Moscú es bien conocida y popular. Está claro que no es un metro cualquiera y que, más allá de cumplir con la funcionalidad de ser un método bastante bueno de transporte por la ciudad, es también un sitio digno de ir a visitar como si de un museo se tratara. Además de un componente propagandístico, la idea que subyace es la de acercar el arte al pueblo, de deselitizarlo al máximo, y ¿qué hay menos elitista que el metro? De esta manera, el metro de Moscú es una auténtica obra de arte al alcance de todos. Las estaciones más espectaculares se concentran en la línea circular (línea 5 de color marrón) aunque hay algunas otras dispersas. Empezamos el recorrido en la estación Kievskaya. Esta estación conecta dos líneas, la 4 (azul oscuro) y la 5 (marrón) La parte más espectacular es la de 5, aunque la 4 tampoco se queda corta, con frescos de escenas cuotidianas. La parte de la línea marrón es mucho más vistosa con enormes mosaicos soviéticos por todas partes. Hacemos un par de paradas en la línea 4 y visitamos la Arbatskaya que tiene un rollete neoclásico. Luego hacemos otra parada más hasta la Ploscad Revolutsii (Plaza de la revolución) dónde está toda la estación llena de esculturas de bronce de la gente de la calle: desde estudiantes, trabajadores, soldados, etc. Es una característica propia del arte soviético la de representar a gente de a pie en las esculturas, cuadros, grabados, etc. Así, en lugar de reyes, aristócratas o burgueses los protagonistas del arte son los mismos trabajadores. Hay una tradición de tocar algunas partes de las esculturas (como el hocico del perro, el gallo, etc., lo veréis porque esta desgastado) que dan suerte para los exámenes, para el amor, etc. Nuestro tour sigue avanzando la línea azul hasta la estación Kurskaya, elegante pero más sobria. Hacemos cambio a la línea marrón para seguir el círculo. La primera parada donde bajamos es la Komsomolskaya (recordamos que el Komsomol era el nombre de la organización juvenil del Partido Comunista durante la URSS). Esta es una de las estaciones más espectaculares que me deja alucinada. Esta llena de mosaicos con motivos soviéticos y representaciones de Lenin. No os la podéis perder. La siguiente es Prospeckt Mira, más austera, pero también con simbología soviética. Estación de metro Prospeckt Mira En un par de estaciones más nos paramos en la Novoslobodskaya, una de las más bonitas, llena de vidrieras. La última parada es la Park Kultury que conecta la línea 5 y la 1 dónde también hay relieves de figuras cuotidianas. Aprovechamos para salir fuera y ver el parque, que tiene una entrada muy chula con un arco y relieves de Lenin. Además de bonito, el metro de Moscú es funcional. Pasa con muchísima frecuencia y te acerca a todos los puntos de interés de la ciudad, así que es una muy buena opción para moverse por Moscú. También está bien de precio. Un billete sencillo cuesta 55 rublos, pero hay un abono de 3 días por 415 de viajes ilimitados (también hay para más días). Para hacer este tour es recomendable evitar las horas punta, ya que a primera hora de la mañana y alrededor de las 19h de la tarde el metro se pone a reventar y la visita puede ser incómoda. Por la noche nos vamos a ver la Plaza Roja de noche y la verdad que imprescindible. Si de día es muy bonita, de noche esta toda iluminada sin escatimar. Volvemos la calle Nikolskaia que esta increíble, iluminadísimo. Para terminar el día compramos la cena en el súper y nos cocinamos en el hostel. Mañana nos espera un gran día que, si todo va bien, vamos a ver a Lenin. . Etapas 1 a 3, total 9
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