![]() ![]() Descubriendo Norteamérica/ Canada y USA ✏️ Blogs de America Norte
Un mes en solitario por el este de Canada y Estados Unidos.Autor: Alii91 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (6 Votos) Índice del Diario: Descubriendo Norteamérica/ Canada y USA
Total comentarios: 9 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 6, total 12
Después de una semana entera de clases de francés, por fin llega el fin de semana. Me despierto temprano el sábado, y empiezo a andar dirección al famoso Mount Royal, un monte que hay en mitad de la ciudad y que ofrece kilómetros y kilómetros de caminos preciosos y de actividades tanto en verano como en invierno, además de un mirador desde donde se obtienen vistas impresionantes de toda la ciudad.
La entrada al parque más cercana a mi casa era uno de los caminos más largos hacia la cima, unos 5 kilómetros. Nada más dar los primeros pasos me di cuenta de que no iba a ser tan fácil como parecía. No estoy acostumbrada a andar sobre la nieve y además mis deportivas no eran las más indicadas, así que nada mas empezar a andar empecé a escurrirme. Al cabo de unos minutos de impotencia descubrí una forma de conseguirlo: inclinarme hacia adelante y ayudarme con las manos para "trepar" las pequeñas cuestas del camino. No muy elegante ante la gente que pasaba por allí y me viera, pero efectivo. Pasadas las primeras cuestas el camino empezó a resultar más fácil y ya pude caminar tranquilamente observándolo todo a mi alrededor: niños tirándose con trineos por las cuestas; perros preciosos y felices corriendo por el monte, jugando con sus dueños y disfrutando de la nieve; gente haciendo footing en pantalones cortos mientras yo me helaba con veinte capas de ropa; un monton de gente ESQUIANDO por los caminos como si nada; y por supuesto montones de ardillas correteando y subiendo por los árboles. Todo absolútamente idílico. En particular lo de esquiar gratis y a lo largo de tantos kilómetros me dio muchísima envidia. Planeé volver otro día y alquilar esquís, pero enseguida deseché la idea, ya que no confio en mis habilidades como esquiadora lo suficiente como para lanzarme en una pista tan desigual y sin habilitar para el esqui, no puedo permitirme romperme una pierna estando de viaje. Continué mi camino, tomándomelo con calma. Hubo un momento que tuve que subir un montón de escaleras, y al llegar arriba me empezó a doler el pecho y sentía que me iba a desmayar. Como ya comenté en otra etapa me estoy recuperando de una bronquitis y ahora mismo mi capacidad pulmonar es reducida. Pero bueno, me senté durante una media hora a descansar y todo solucionado. Se me acercó un caniche gigante precioso, y eché de menos a mi perro. Aproximadamente a 1 kilómetro de llegar al "Mount Royal Chalet" me di cuenta de cuál había mi fallo del día: no traerme agua. Por suerte me topé con la "Smith House", y decidí entrar a ver si tenían cuartos de baño donde poder beber agua. La entrada era gratuita y dentro había una exposición fotográfica sobre Montreal, un bar, una tienda de souvenirs, fuentes de agua, unos aseos y una exposición geológica en el sótano. No leí la información de los carteles, no me interesaba mucho, pero aun así me quedé bastante rato mirándo las rocas y las fotografías. Era agradable, y además, estaba PRACTICAMENTE SOLA en la "Smith House". Es lo que me gusta de viajar en invierno, tienes el mundo entero para tí. Sigo caminando y llego por fín al "Mount Royal Chalet", donde está el mirador. Entro al "Chalet" y hago una turistada que detesto pero que era necesario: comprar souvenirs para mis abuelos y mis padres. Una postal y un pequeño cuaderno, 4 CAD en total jaja ¡qué suerte tienen de tenerme! Después me acerco al mirador, me quedo maravillada con las vistas, hago fotos, y me siento a descansar y a comerme mi sandwich. Se acerca un policía montado en una yegua que se llamaba Sandy, o algo parecido, según le dijo el policía a unos turistas que preguntaron. A la vuelta tenía pensado acercarme a los lagos, "Lacs aux Castors" una zona que tenía que ser preciosa, donde había una pista de patinaje sobre hielo al aire libre y donde alquilaban esquís y tal. Pero ya eran las 14h (salí de mi casa a las 10:30) y la nieve se derretía por la superficie, con lo cual escurría más. Me caí y me empapé los calcetines, así que fue el momento de volver a casa. He de decir que para ahorrar dinero, he decidido no usar metros ni autobuses durante mi estancia en Montreal, voy a todos los sitios andando, total tengo tiempo de sobra, así que en total andé unos 14 kilómetros. Salí de mi casa hacia las 10am y no regresé hasta las 16h. Durante este viaje estoy aprendiendo a pasar el tiempo sin hacer nada, sin preocuparme ni pensar en el tiempo, como descansar más de una hora en el mirador sin hacer nada más que pensar en mis cosas. Y me está encantando. En España seguramente habría estado mirando cosas en el móvil todo el rato y abría vuelvo a mi casa mucho más rápido. Volví a mi habitación cansadísima, me duché, descansé un rato, escribí la "segunda parte" de este diario, y me fui a cenar sushi a casa de mi amiga la "borrachina". Sin duda alguna este ha sido mi sitio favorito de Montreal, y una razón más que suficiente por sí sola para estar enamorada de esta ciudad. No sé si tendré tiempo de volver en los pocos días que me quedan, pero me encantaría. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Etapas 4 a 6, total 12
Mi última semana en Montreal la pasé disfrutando de cada segundo con mis nuevos amigos: recorrimos Chinatown en busca de gangas, salimos de fiesta, etc. El último día, al terminar las clases de francés, fuimos todos a comer a un restaurante como despedida, profesoras incluídas.
Turísticamente hablando, a parte de caminar por Chinatown o el barrio gay, solo hice dos cosas: -Visitar el museo de arte comtemporáneo. Era treméndamente raro, pero muy interesante. A parte de fotografías y esculturas había un montón de salas donde se proyectaban videos artísticos muy originales, por ejemplo había una sala con 4 pantallas y en todas ellas se mostraba la misma película pero desde minutos de reproducción diferentes. Es solo un ejemplo, pero me gustó mucho la experiencia y me ha hecho interesarme más por este tipo de museos, de hecho creo que ahora que estoy en Nueva York iré a visitar el MoMA. -Oratoire Saint-Joseph du Mont-Royal. El famoso oratorio, si alguna vez habéis visto algún reportaje sobre Montreal ("Mongeal" pronunciado con acento francés) habréis visto que es enorme, que todo el mundo alucina cuando ve que una iglesia tiene escaleras mecánicas por dentro, etc. A mi no me apetecía nada ir, con mi política de nada de metros ni buses me pillaba a más de 1 hora andando, además pensaba que costaba dinero entrar, y no le suelo ver ningún interés a las edificaciones religiosas. Pero estaba muy equivocada, e hice genial en pasar mi última tarde en la ciudad haciendo una visita en solitario a este lugar. Visto en directo, no os podéis imaginar lo grande que es, ¡es enorme! y hay que subir millones de escaleras para poder entrar, a primera vista parecen solo unos cuantos escalones, pero ¡ojo! hay que estar relativamente en forma para subir. Cuando por fín llegas arriba y entras, ves que hay mucho más que un oratorio: exposiciones, un museo, un jardín botánico (por desgracia solo abierto en verano) y un montón de escaleras mecánicas, sí, como en un centro comercial. Lo único que costaba dinero era el museo, así que no entré, pero lo que sí era gratuíto era una exposición muy "creepy" sobre un tal Frère André, un cura supongo. Había una urna de cristal que contenía su corazón (sí, tal cual), y unas salas donde se esceníficaba la vida de este señor, con muñecos de cera incluidos, donde todo el mobiliario, las sábanas, etc eran los originales del señor André cuando vivía. Ya dentro de lo que es el oratorio, mis expectativas se vieron mucho más que sobrepasadas. Era una sala enorme, con techos increíblemente altos, tanto que, ahí dentro rodeada por muros de piedra de ese tamaño, me dio hasta una sensación de vértigo. El lugar era inmenso y realmente bonito, con "vitrales"? (no sé ahora mismo si se dice así) increíbles, muchas salas, pasillos con montones de esculturas, etc. Fue una experiencia increíble estar allí, me quedé dentro mucho rato viviendo un momento zen, claro que para esto jugó un papel muy importante, otra vez, que no hubiera apenas más personas. Hay que viajar en invierno. El fallo del día vino cuando salí del Oratoire, quise volver en metro, y empecé a andar hacia él, pero me equivoqué de dirección. Acabé en un barrio no demasiado recomendable mientras anochecía, y presa del miedo, me monté en el primer bus que vi. No debí hacerlo, se dirigía a la otra punta de donde yo tenía que ir, así que me bajé, esta vez en un barrio peor aún. Al final tuve que coger después otro autobús que me llevó al centro y un metro desde allí. ![]() En general mis últimos días allí, fueron intensos, pero tristes, me daba mucha pena pensar que no volvería a ver a mis compañeros. He tenido mucha suerte de caer en esa clase porque el ambiente y compañerismo que había no se encuentra a menudo. Finalmente, el sábado a las 5 de la mañana, me desperté, me duché, preparé la mochila, y me fui medio triste medio inquieta a la estación de autobuses a comenzar la verdadera aventura, a partir de aquí ya sola completamente, sin el colchón de apoyo de una escuela de idiomas. *P.D. hice algunas fotos muy buenas del interior del oratorio con mi cámara digital, pero el cable lo tengo en España. Posiblemente subiré las fotos cuando vuelva. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Etapas 4 a 6, total 12
Llegué a la estación de autobuses de Toronto el sábado a las 13.15, muerta de hambre, de sed y de cansancio. Lo único que tenía era un billete de autobús para el domingo por la noche de Búffalo a Nueva York, pero no tenía ni hostal para esa noche, ni idea de cómo llegar hasta Buffalo.
El plan era dejar la mochila en una taquilla, sacarme un billete para Niagara Falls para esa noche, reservar una cama en un hostal de NF, y pasarme toda la tarde paseando por Toronto. Todo empezó a fallar, no funcionaba bien el wifi y no podía hacer la reserva del hostal, y la taquilla en la que metí el dinero para guardar la mochila se tragó las monedas pero no se cerró. Frustrada y cansada estuve a punto de renunciar al plan y montarme en el próximo autobús hacia NF, pero finalmente me saqué un billete para las 19:30, con lo que tenía 6 horas para enamorarme de la ciudad. Empiezo a andar sin rumbo por la calle y enseguida me encuentro con una plaza preciosa la cual se llama Nathan Phillips Square, y me quedo maravillada con el ambiente tan bueno que hay. Había una pista de patinaje sobre hielo gratuita, llena de familias, con niños ayudando a sus hermanos aún más pequeños a levantarse del hielo y patinar, y todo acompañado de una bonita música que salía del puesto de perritos y hamburguesas de al lado. No era la primera vez durante mi viaje que me daban envidia este tipo de cosas, me apetecía patinar a mí también, pero durante esos días me enfrentaba a un pequeño problema: me dolía el tobillo izquierdo. De hecho han pasado ya 5 días desde mi viaje a Toronto, y aún me duele de vez en cuando (espero no tener que escribir en próximas etapas que me lo he roto o torcido). Así que desecho la idea y sigo mi camino, eso sí, parándome cada par de minutos para descansar el tobillo. Camino por el centro durante un rato, entro a la estación de trenes para coger un city map, fotografío la CN Tower, y me voy a un centro comercial enorme que había junto a la plaza Nathan Phillips para comer en un Thai Express (mi nueva comida favorita) y comprar antiinflamatorios. Soy consciente de que estuve muy poco tiempo, pero Toronto me encantó. He leído incontables veces que Toronto es como NY pero sin encanto, pero para mí, es como NY pero mucho mejor, con más calidad de vida, más limpia, y con habitantes mil veces más agradables y educados. Es más, no sé por qué, estando en Toronto me dio por pensar que era el lugar ideal para criar a los hijos. Vuelvo a la estación, espero mucho rato, leo un poco, lloriqueo internamente acerca de mi pobre tobillo, y finalmente me voy a Niagara Falls. El hostal en el que me quería alojar está situado a 4 minutos andando de la estación, y según había leído solo se llena durante el verano, así que pensé que no habría problema en presentarme sin avisar y quedarme a dormir. Pasé un poco de miedo durante esos 4 minutos, eran las afueras y no había nadie por la calle. Llego al hostal, y resulta que es el lugar perfecto. Los de recepción super amables, una gran sala común donde los huéspedes socializaban y hablaban entre sí, desayuno incluído (y eso que en la web no ponía nada), habitaciones y baños limpios y camas relativamente cómodas. Y por menos de 30 dólares canadienses (20euros). Me alojé en una habitación compartida femenina de 6 camas, aunque solo estábamos 4 chicas. Coloco las sábanas, me pongo el pijama, y me duermo. Mañana será un día muy largo. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Etapas 4 a 6, total 12
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (6 Votos)
![]() Total comentarios: 9 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |