![]() ![]() 45 días viajando por Perú, Bolivia, Chile y Argentina. ✏️ Blogs of America South
Un recorrido increible por estas maravillosas tierras disfrutando de sus paisajes y sus gentes. Abiertos a resolver las dudas que podáis tener si tenéis previsto viajar por la zona.Author: Perdi2porelmundo Input Date: ⭐ Points: 4.5 (2 Votes) Index for Blog: 45 días viajando por Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
Journeys 7 to 9, Total 12
![]() No tenemos mucho tiempo para escribir, porque hemos llegado a Santiago y Valparaíso, donde nos esperaban Lara, John y su estupenda familia. No paramos, estamos pateando por aquí todo lo que podemos, así que solo queda tiempo para alimentar estas páginas con una selección de fotos y unas pocas palabras. Traspasando la frontera de Bolivia, llegamos a Chile en pleno desierto de Atacama, a la localidad de San Pedro. Este es un destino imprescindible para todo mochilero que se precie, y una localidad fronteriza realmente interesante. ![]() ![]() ![]() En sus alrededores, el Valle de la Luna es de los sitios más recomendables. ![]() ![]() ![]() ![]() De San Pedro de Atacama, en bus hasta Calama, y tras una noche en esta capital, vuelo directo hasta Santiago. Como todo el mundo sabe, capital de Chile. ![]() ![]() ![]() ![]() Santiago y Valparaíso son dos localidades cercanas. Pero Valparaíso tiene puerto, y Santiago no. Valparaíso es Ciudad Patrimonio de la Humanidad y Santiago no. Pero Valparaíso no es la capital, y Santiago, sí. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Viña del Mar está junto a Valparaíso, y no hay separación entre ambos. Sede del famoso festival de Viña del Mar que, coincidencias de la vida, se está celebrando justo en los días que nosotros estamos pasando por aquí. ![]() En los alrededores de Valparaíso, tanto hacia el norte como hacia el sur, hay hermosos pueblos y playas. Muchas zonas bastante urbanizadas, pero por fortuna, también quedan muchos lugares sin explotar, prácticamente vírgenes. ![]() ![]() Mañana jueves emprendemos un largo viaje hacia el sur. En torno a 1000 kilómetros de carretera Panamericana que nos llevará hasta Osorno. Allí estableceremos nuestro campamento base durante una semana para visitar las maravillas que nos esperan en la zona: lagos, volcanes, montañas, mar, y una posible incursión hacia la vecina Argentina. Journeys 7 to 9, Total 12
![]() Dejamos atrás Valparaíso y continuamos nuestra ruta hacia el sur. El camino es largo, ya que hay 1200 kilómetros hasta llegar a Osorno, nuestro siguiente destino, y centro de operaciones a lo largo de la siguiente semana. Compartimos el camino con Lara, John y su madre, Alicia. De hecho, ella puso el vehículo y ambos hicieron de estupendos guías. De esta forma, el camino no se hizo pesado, y pudimos hacer varias paradas. Entre ellas, los magníficos saltos del río Laja, donde John además, aprovechó para darse un refrescante baño. ![]() Osorno está en la Región de los Lagos, y aquí el paisaje cambia radicalmente con respecto al norte del país. Todo es verde y húmedo, como si estuviésemos en el norte de España. La temperatura también es más suave, y a pesar de ser verano, no suele pasar mucho de los veinte grados. En Osorno, Alicia también tuvo la gentileza de alojarnos en su casa de campo donde, además de dormir y comer, aprovechamos para celebrar el cumpleaños de John. Ellos pusieron el lugar, y nosotros las ganas de comer, que nunca nos faltan. También compartimos unos buenos momentos con sus hermanos, Jose y Loreto. E inolvidables los perros, Charlie y Sofie. ¡ Gracias, familia, por vuestro acogimiento ! ![]() En Osorno alquilamos un coche, y la primera excursión la hicimos a Valdivia, ciudad situada en el magnífico estuario que forman los ríos Cruces y Valdivia, antes de desembocar en el Pacífico. Ciudad muy viva y animada, cuenta además con una pequeña colonia de leones marinos que habitan prácticamente en medio de la calle, y rodeados de personas. Uno se puede acercar hasta casi tocarlos, pero no conviene confiarse demasiado porque a más de uno le han lanzado un buen mordisco. Realmente imponen, son enormes. ![]() Siguiendo el curso del río, se llega hasta su desembocadura, en un lugar llamado Niebla. No se llama así por estar habitualmente brumosa, sino porque se apellidaba así el que la fundó. Allí hay un fuerte que defendía las posiciones españolas de los ataques de los corsarios holandeses e ingleses. Siguiendo la línea de la costa, se llega a hermosos rincones, como puede verse a continuación. ![]() ![]() Como tenemos mucha suerte, nuestra visita a Valdivia coincidió con una festividad que celebran una vez al año, llamada “Noche valdiviana”. Consiste en una procesión de barcos engalanados con luces, que desfilan por el tramo del río que atraviesa la ciudad. Una gran multitud de gente se congrega en las orillas del río para contemplar este espectáculo y los posteriores fuegos artificales. A estos últimos no nos quedamos, porque nuestro sentido práctico nos llevó a evitar lo que estábamos seguros que sucedería: un atasco de narices. ![]() Este lugar es único por la gran concentración que hay de volcanes y de lagos. Grandes volcanes, algunos de ellos aún devastadoramente activos, salpican el paisaje alrededor de inmensos lagos de nombres tan llamativos como el Llanquihue, Rupanco, Puyehue o Ranco. ![]() Se está creando una buena infraestructura de carreteras bien señalizadas y asfaltadas bajo la denominación de “Ruta Interlagos”. Esto suena a Interlaken, y hay que decir que, salvo por el paisaje, aquí todo es muy alemán, debido al gran número de habitantes de origen centroeuropeo. ![]() Estos lagos tienen tanta agua que al desaguar forman ríos por los que el agua discurre con gran fuerza y velocidad. Este es el caso del río Petrohué cuya fuerza no fue capaz de parar ni un río de lava que se interpuso en su camino. ![]() Cerca del lago Ranco, y para cruzar el río Bueno, aún existe un trasbordador que lleva los coches de una orilla a la otra, y de cuatro en cuatro. Sus dos fornidos operarios se encargan de moverlo, tirando de una cuerda y sin más motor que el de sus músculos. Esta reliquia del pasado desaparecerá en cuanto abran el puente que acaban de construir a su lado. ![]() Chile es largo y estrecho, así que en cuanto viajas un poco hacia el este, te metes en Argentina. Eso es lo que hemos hecho nosotros: atravesar los Andes para seguir viendo lagos, solo que esta vez, del país vecino. ![]() Si los lagos del lado chileno son bonitos, los del lado argentino no se quedan atrás. La ruta hasta San Martín de los Andes, es espectacular, con una sucesión de lagos de diferentes formas y colores, y a lo largo de sucesivos valles, escondidos entre montañas. ![]() ![]() San Carlos de Bariloche, como ciudad no es nada del otro mundo. El centro conserva también un aire a estación invernal alpina, pero su desarrollo urbanístico ha sido caótico y está rodeado de suburbios con infraviviendas que aquí, curiosamente, llaman “villas”. Eso sí, el entorno natural es espectacular, repitiéndose la constante de la región de agua y montañas. En invierno esto se convierte en una apreciada estación de esquí, y en verano un paraíso para los senderistas y amantes de la naturaleza. ![]() ![]() ![]() Mañana volvemos a Chile, devolvemos el coche de alquiler, y en autobús bajaremos hasta Puerto Montt y la isla de Chiloé. Aunque parezca mentira, todavía se puede viajar mucho más al sur, y eso es lo que vamos a seguir haciendo durante los próximos días. Journeys 7 to 9, Total 12
![]() En nuestro último día de alquiler de coche, salimos pronto de Argentina para no pasarnos en la hora de devolución. Lo que más demora no es el recorrido, 250 km. poco transitados, sino los trámites de la frontera. En la frontera argentina, el funcionario de turno nos sorprendió preguntándonos….¡si en Madrid conocíamos a Joan Manuel Serrat!. Vamos, como si a un cristiano le preguntan si sabe quien es Jesucristo. La cuestión es que el hombre quería demostrarle a un compañero que en Madrid también se conoce a Serrat. Menos mal que tuvimos este chascarrillo, porque los trámites en ambas partes de la frontera son muy tediosos. Sobre todo en la parte chilena, que te revisan hasta las maletas y el coche. El caso es que llegamos a Osorno con el tiempo justo para devolver el coche y tomar un autobús con destino a Puerto Montt, donde también llegamos con el tiempo justo para tomar otro autobús con destino a Castro, en la Isla Grande de Chiloé. Aunque hay un puente proyectado, de momento todo el tráfico de entrada y salida de la isla hay que hacerlo embarcando vehículos, personas, animales y cosas en ferries o transbordadores. ![]() La isla es bastante grande, y se extiende hacia el sur más de doscientos kilómetros. Nosotros nos quedamos en Castro, su capital, que está más o menos en el centro. Entre otras cosas, la isla es famosa por sus iglesias, todas hechas de madera, incluido el interior, cosa que las diferencia de las iglesias que estamos acostumbrados a ver, siempre hechas de piedra pura y dura. La madera le da una calidez poco habitual en las iglesias católicas. ![]() Llegamos a Castro sin reserva para dormir, y gracias a la voluntad de Lara, que aún continuaba con nosotros, encontramos un pequeño hostal con unas buenas vistas y regido por una vieja hippie y sus alocadas compañeras. Lástima que solo fuese una noche, pero dormimos en un sitio limpio, agradable y a buen precio. También todo construido de madera, por cierto. ![]() La foto anterior es de la Colonia Suiza, en Bariloche, pero nos gusta mucho y se nos olvidó ponerla en la entrada anterior. Así que nunca es tarde si la foto es buena. Y además, echamos mucho de menos a Lara, que tras acompañarnos también a Castro y Puerto Montt, se ha vuelto a su hogar provisional en Valparaíso. La seña de identidad más llamativa de toda esta zona, son los palafitos. En su día eran casas de pescadores, todas sostenidas sobre grandes pilares de madera que tienen que renovar cada diez o quince años. Aprovechaban la subida de las mareas para tener los barcos pesqueros a la puerta de sus casas. Ahora, en su mayoría, son establecimientos turísticos: pequeños hoteles, restaurantes o tiendas de artesanía. ![]() ![]() En el pequeño puerto de Castro, aprovechamos para dar un paseo en una pequeña lancha desde la que no solo se obtiene una buena vista de la ciudad, sino que también se puede ir a visitar a algunos leones marinos que te reciben sin inmutarse. Solo nos faltaba ponernos a jugar con ellos, con unas anillas y unas pelotas. ![]() Una cosa que llama la atención en todo lo que llevamos visto desde el comienzo de nuestro viaje, es la cantidad de perros callejeros que hay por todas partes, campando a sus anchas, y cuidados y alimentados por la gente. Con tanto perro en la calle, no es de extrañar que los gatos se queden en casa. ![]() De vuelta a Puerto Montt, el autobús que hace el trayecto también es un tanto pintoresco. No deja de subir y bajar gente, y siempre va lleno, no solo con los asientos ocupados, sino también con el pasillo atiborrado de gente viajando de pie. Más que un autobús de larga distancia (se tardan casi cuatro horas de Castro a Puerto Montt), parece un autobús municipal en hora punta. Afortunadamente, nosotros teníamos billete con su asiento correspondiente, y contemplamos todo el trasiego con el culo bien acomodado. Cuando llegamos a Puerto Montt ya se había hecho de noche, y tomamos un taxi pirata para que nos llevase al alojamiento que teníamos reservado. Sabíamos que estaba en un cerro, pero cuando empezó a subir por calles sinuosas y de aspecto sospechoso, los tres nos asustamos un poco pensando dónde nos meteríamos. Afortunadamente, es una zona antigua, un poco abandonada, pero donde poco a poco van abriendo nuevos establecimientos hoteleros, como las cabañas donde estamos alojados. De noche todos los gatos son pardos, y al día siguiente nos dimos cuenta de que el sitio no estaba tan mal. ![]() Puerto Montt es la capital y la ciudad más grande de toda esta zona, pero es bastante comercial y no tiene demasiado interés turístico. Tan solo un largo paseo marítimo que conecta el centro de la ciudad con el puerto comercial y el antiguo puerto pesquero de Angelmó, bastante más pintoresco que el resto de la ciudad. ![]() ![]() Casi enfrente de nuestra cabaña, en una curva, están las “Animitas”. Las animitas son una especie de altares que se ponen en los puntos de las carreteras donde ha habido fallecidos. Los familiares los decoran, ponen velas, flores e imágenes y piden favores para que estas animitas les ayuden en sus vidas. No está claro por qué aquí hay tantas animitas juntas. Según nos explicó un taxista, podrían ser víctimas de un accidente de autobús donde murió mucha gente, aunque también podrían ser originalmente una sola familia a la que se fueron añadiendo nuevos muertos. Ya no está claro si es un punto negro o una atracción turística, pero curioso desde luego, lo es. ![]() La carretera Panamericana, que es la espina dorsal de América, desde México hasta Chile, acaba de repente en este semáforo. A la derecha, solo hay islas y mar, y a la izquierda, comienza la llamada “Carretera Austral”, inacabada, con trozos asfaltados y trozos de ripio, que intenta llegar lo más al sur posible. ![]() Desde Puerto Montt, teníamos reservado un trayecto de tres días en barco que debía llevarnos mucho más al sur, a Puerto Natales. Dicho barco debía zarpar el viernes pasado, pero cuando quedaban pocos días, empezamos a recibir correos electrónicos de la naviera avisando de sucesivos aplazamientos debidos al mal tiempo reinante. Así que del viernes, lo atrasaron al sábado, luego al domingo, y actualmente al lunes. Esperamos poder zarpar definitivamente en esta fecha. Así que ahora toca navegar, y que podamos ver cosas interesantes si el tiempo y las olas no lo impiden. Journeys 7 to 9, Total 12
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