![]() ![]() Rumbo al Mundo Maya ✏️ Blogs de Mexico
Viaje de 7 días por la península de Yucatán visitando playas, cenotes y zonas arqueológicas de los estados de Yucatán y Quintana Roo.Autor: Oberseo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.3 (8 Votos) Índice del Diario: Rumbo al Mundo Maya
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Etapas 7 a 9, total 13
Esta excursión la teníamos reservada desde España con Andrés de la Mora a un coste de 1150 pesos por persona (aproximadamente 55€). La misma incluía los traslados, las entradas y la comida.
El día que llegamos a Riviera Maya contactamos con Andrés por medio de WhatsApp y le indicamos nuestro número de habitación para que pudieran pasar a recogernos al lobby del hotel. Nos indicó que para este día nos recogerían a las 06:40, así que a esa hora nos plantamos en la entrada a esperar. Pasaban los minutos y allí no aparecía nadie. A la media hora nos envió un WhatsApp para decirnos que el transporte estaba llegando, ya que hubo un atraso en el anterior hotel. ¡Empezábamos bien … la primera excursión y salimos con 40 minutos de retraso!!! Luego supimos que el problema había sido que no le habían confirmado a una pareja el horario y cuando llegaron a recogerlos a su hotel aún estaban en cama … ¡Sin comentarios!! Nosotros éramos los últimos de un grupo de 16. Nuestro conductor (Pepe) nos indicó que iríamos a Chichén Itzá por autopista, y ya que teníamos 2 horas de viaje por delante, nos invitó a que si alguien quería ir al baño ese era el momento ya que después en el camino solo se podía ir al baño maya (las mujeres a la derecha de la carretera y los hombres a la izquierda). Como nadie necesitaba ir emprendimos el viaje. A mitad de camino recogeríamos al que iba a ser nuestro guía (Carlos). Durante el resto del trayecto nos explicó muchas cosas interesantes, sobre lo avanzado que era el calendario maya con respecto al gregoriano; de la importancia de las matemáticas de los mayas, que al igual que los árabes, desarrollaron el concepto de cero; y otras muchas anécdotas. La verdad es que el viaje se nos hizo muy ameno con sus explicaciones sobre los mayas y sobre alguna que otra curiosidad del México actual: según él, los cables que cruzaban de lado a lado la autopista era para que los monos pudieran cruzarla sin ser atropellados. No sé cuánto de cierto tiene esta historia, pero nos dijo jocosamente que él nunca había visto un mono colgado en ellos. ![]() Eran las 09:30 cuando entramos en el recinto del conjunto arquitectónico de Chichén Itzá. Los autobuses de los touroperadores aún no habían llegado por lo que pudimos disfrutar de la visita sin aglomeración de gente. Carlos nos acompañó por todo el recinto explicando la finalidad de cada uno de los edificios. Empezamos por el más importante de ellos: El Templo de Kukulkán, una de las 7 maravillas del mundo moderno. Según nos explicó Carlos, el templo tiene 91 escaleras en cada una de sus escalinatas, que sumados a otro escalón de acceso al templo hace un total de 365, uno por cada día del año. Otra peculiaridad de la pirámide es que si se aplaude a cierta distancia el ruido rebota en los escalones en forma de eco distorsionado que suena similar al canto de un Quetzal. Por desgracia, aunque coincidía que estábamos a 21 de septiembre, equinoccio de otoño, no pudimos ver uno de los efectos visuales más impresionantes del templo: Al atardecer de los equinoccios de primavera y otoño, se observa en la escalinata de la pirámide una proyección solar serpentina de tal modo que conforme avanza el tiempo parece descender del templo una serpiente y el último reducto de luz se proyecta en la cabeza de la serpiente emplumada que se encuentra en la base de la escalinata. Continuamos visitando el campo del juego de pelota, el más grande de todo Yucatán. Por lo visto, aunque los tamaños varían entre unos campos y otros, la relación de anchura y largo era constante en todos ellos ya que usaban el sol para calcular las distancias. El siguiente punto de nuestra visita fue al Cenote sagrado, lugar que los mayas usaban para realizar sacrificios. Esto despertó la codicia de Edward Herbert que compró la hacienda Chichén Itzá para después dragar el cenote, del que extrajo cantidad de objetos como esqueletos humanos y de animales, joyas y piezas arqueológicas elaboradas en jade y ónix. Luego proseguimos visitando el templo de los guerreros, el grupo de las mil columnas, el observatorio astronómico (también llamado caracol), la casa de las monjas, la Iglesia, la tumba del gran sacerdote, etc Aunque a lo largo del yacimiento había cientos de puestos de venta de artesanía, Carlos nos comentó que la gran mayoría (sino todos) trabajaban para 2 familias, antiguas propietarias de los terrenos, que tenían el monopolio sobre el mercado. Preguntándole al respecto nos reconoció que con motivo de la masificación de turistas y la alta demanda muchos de los productos a la venta no eran artesanales y algunos incluso eran Made in China. ![]() Eran las 11:30 y muy a nuestro pesar teníamos que partir hacia la segunda etapa de nuestra excursión. En la entrada se agolpaban multitud de turistas con intención de entrar, por lo que se puede decir que fue un acierto venir tan temprano ya que aquello era una locura de gente. Sobre las 12:00 llegamos al Cenote Ik Kil. No había mucha gente por lo que aprovechamos para comer algo en el restaurante anexo y luego disfrutamos de un relajante baño en el cenote. En las instalaciones hay duchas, baños y vestuarios. Por un módico precio de 30 pesos se puede alquilar un chaleco (lo cual es más que recomendable si se quiere disfrutar completamente del cenote) y por otros 30 el uso de una taquilla donde dejar las pertenecías. Es obligatorio ducharse antes de bajar para quitarse los químicos del cuerpo (cremas y anti mosquitos). Había bastante gente, pero se estaba bien. El cenote tiene una profundidad de 50 metros y en sus aguas habitan peces gato. *** Imagen borrada de Tinypic *** Cerca de las 14:00 salimos para nuestro siguiente destino, el yacimiento arqueológico de Ek Balam. Cuando llegamos empezaba a chispear un poco de lluvia. Por suerte nos habíamos traído unos chubasqueros de Decathlon, que nos vinieron de perlas para resguardarnos los pocos minutos que llovieron (las lluvias allí son intensas pero cortas). La entrada al yacimiento empieza en el falso arco maya. Tal como nos explicó Carlos, la razón de lo escarpado de la entrada era para obligar a la gente a inclinarse a modo de reverencia cuando entraba a la ciudad. Luego visitamos algunas estancias donde dormían las clases privilegiadas, la estela dedicada al gobernante de la ciudad, el juego de pelota y, finalmente, el edificio más importante del yacimiento: La Acrópolis. A los pies del mismo, Carlos nos explicó que en ella se encuentra la tumba de Ukit Kan Le´k Tok´, cuya fachada de friso de escayola se había conservado al ser tapiada por orden de su hijo, lo que la mantuvo intacta hasta su descubrimiento fortuito en las labores de restauración. Llegado este punto el dios Chuacc, el dios maya de la lluvia, tenía un cabreo monumental y se le escuchaba a lo lejos amenazar a modo de tormenta, así que nos apresuramos a subir la pirámide para disfrutar de las espléndidas vistas que hay desde lo alto de la misma. Eran las 16:00 y partíamos para nuestra última visita del día: la aldea maya. Carlos propuso poner algo de dinero para comprar unas chuches para los niños. Como nosotros ya traíamos de España lápices, piruletas y caramelos no pusimos dinero, pero si lo hizo el resto del grupo. Con lo recaudado salió a comprar a un supermercado local, de donde trajo caramelos para los niños y, para nosotros, un chupa acompañado de una bolsita con algo parecido en forma y sabor a pimienta picante. Según nos dijo eran los caramelos típicos y quería que lo probáramos. También repartió a cada uno una moneda de 50 centavos de recuerdo, pues dijo que casi estaban fuera de circulación. Carlos, que pertenecía a la comunidad que íbamos a visitar, nos dijo que debíamos estar alegres ya que lo que íbamos a hacer no se trataba de un acto de caridad, que lo viéramos como lo que realmente era: repartir caramelos entre los niños. Cierto es que el verlo así nos ayudó a disfrutar del momento. Los niños ya estaban esperándonos y mientras nos acercábamos vimos como se ponían todos en fila india para recibir los caramelos. Sorprendidos por lo disciplinados que eran Carlos nos aclaro que “si los tratamos como salvajes se comportarían como salvajes”. La experiencia fue muy gratificante (me vi reflejado en cada uno de los niños y rememoré la felicidad de aquellos momentos de mi infancia, cuando me afanaba por recoger los caramelos que tiraban los reyes magos desde sus carrozas). La verdad es que los niños nos dieron una lección de comportamiento y humildad, mostrando en todo momento su agradecimiento. Luego visitamos una casa de la comunidad, concretamente la de una tía de Carlos que estaba urdiendo hamacas cuando llegamos. Se trataba de dos estancias diáfanas de no más de 10m2 cada una, con techos de paja y en las que se realizan todas las actividades cotidianas. Eran las 17:00 y aún nos quedaban dos horas de camino de vuelta, así que nos despedimos de toda la gente de la comunidad y emprendimos el camino de regreso al hotel. Carlos respondió a varias preguntas que le hicimos sobre su vida en la comunidad. Según nos dijo él había vivido en grandes ciudades como México DF y Varsovia, y nunca había sido tan feliz como ahora, ya que el campo le daba todo lo que necesitaba. Ello le permitía, entre otras cosas, dejar de trabajar dos meses al año para ayudar desinteresadamente en campañas arqueológicas de la zona. Debo reconocer que al oírle decir esto me dieron ganas de dejarlo todo y venirme a vivir a Yucatán. Aún a día de hoy estoy tentado de hacerlo … Eran poco más de las 19:00 cuando llegamos al hotel, así que fuimos a la habitación a dejar las cosas y darnos una ducha. Luego cenamos y tomamos algo en el swimming pool bar. Curiosamente hoy tampoco teníamos fuerzas para quedarnos al espectáculo así que nos fuimos para la habitación a descansar. En resumen, se puede decir que el día fue de menos a más. A pesar del retraso a la hora de recogernos y el poco tiempo que estuvimos en Chichén Itzá disfrutamos mucho de este día. Con muchas experiencias únicas, algunas de ellas muy gratificantes. Etapas 7 a 9, total 13
Este día no teníamos planeada ninguna excursión, por lo que aprovechamos para acercarnos al Beach Club. Este se encuentra a poco más de 2 km del hotel, concretamente al lado del hotel Riu Palace Riviera Maya. Dispone de restaurante, bar y piscina. En el mismo se puede disfrutar de múltiples actividades gratuitas, tales como una prueba de buceo en la piscina, uso de kayak, snorkel, etc.
La playa es pública y el agua está muy limpia y, aunque no tiene corales, se puede ver algún que otro pez. La arena es finísima y es tan blanca que parece nieve, incluso hace daño a la vista al reflejar el sol. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Aunque nosotros no contratamos ninguna, en la playa se ofrecen multitud de actividades tales como flyboard, parasailing, parapente, alquiler de motos acuáticas … Como tampoco queríamos perder todo el día en la playa, a las 12:30 regresamos al hotel para ducharnos y comer tranquilos, antes de acercamos a Playa del Carmen. Nuestra primera parada fue la oficina de correos. Quería mandar algunas de las cartas que ya tenía preparadas y comprar más estampitas. Al llegar vi que solo había 3 personas esperando, por lo que (iluso de mí) creí que en esta ocasión me atenderían rápido. Después de algo más de media hora esperando no puedo más que reafirmarme en mi idea de que el servicio aquí es nefasto. (Y me reservo lo que opino a día de hoy, ya que hace 6 semanas que he enviado las postales y aún no ha llegado a su destinatario ninguna de las cerca de 20 que he enviado). Cuando salimos nos dirigimos hasta el Wal-Mart, donde hicimos algunas compras. Es el primer supermercado que visito de esta conocida cadena y me llamo mucho la atención que venden en su interior motos, armas de fuego y Coca Cola de 3 Litros. ¡Aquí van a lo grande!!. Luego nos acercamos a cambiar algo de dinero. En esta ocasión el tipo de cambio fue más ventajoso que el primer día, ya que nos dieron 21,80 pesos por euro. Por último, hicimos algunas compras antes de regresar al hotel. Aunque parezca mentira, después de 3 días aún no estamos acostumbrados al cambio horario, por lo que una vez más nos vamos temprano para la habitación a descansar. Etapas 7 a 9, total 13
Hoy toca de nuevo excursión con el equipo de Andrés de la Mora. Concretamente vamos a visitar Tulum, Playa Paraíso, Grand Cenote y por último Cobá. El precio de la excursión es de 990 pesos por persona (aproximadamente 47€) e incluye desplazamientos, entradas y comida.
Tras recogernos en el hotel (en esta ocasión puntualmente) partimos hacia la zona arqueológica de Tulum. La cosa no pintaba muy bien en lo que a climatología se refiere, ya que de camino nos cayó una buena trompa de agua. Por suerte a medida que nos acercábamos a nuestro destino despejó y las nubes dieron paso a un sol de justicia. Cuando llegamos era relativamente temprano (08:20), acaban de abrir y aún no había mucha gente, lo que nos permitió disfrutar de la zona sin aglomeraciones. Nuestro guía David nos explicó la historia del lugar, su arquitectura e incluso alguna que otra anécdota de los mayas… Sabía que los historiadores habían criticado el poco rigor histórico de la película Apocalypto, por lo que no me sorprendió al escucharlo de boca de David. Lo que si me sorprendió y consiguió hacerme reír (a mí y al resto del grupo) fue el motivo que argumentó: ¡Apocalypto era poco sangrienta!!!!! A continuación, empezó a explicarnos el porqué de su aseveración y, citando las narraciones de Bernal Diaz del Castillo, nos explicó como se les quitaba el corazón a los enemigos en ofrenda a los dioses, de cómo los desollaban y se cubrían con la piel de los mismos, comían sus carnes … Vamos!, todo un espectáculo dantesco. Sobra decir que lo que estábamos escuchando hizo que se nos borrara a todos la sonrisa de la boca. Alguien preguntó cuántos mayas había actualmente .. no recuerdo cuantos dijo que había entre México y Guatemala, pero sé que eran más de 8 millones, pues después de los cálculos oportunos dijo que había más mayas que catalanes, lo que volvió a robarnos una risa. A continuación, nos dio un tiempo libre para que disfrutáramos de la belleza de las Tulum y de sus vistas espectaculares. Nuestra siguiente parada fue Playa Paraíso, que se encuentra a escasos 1 km de las ruinas y cuyo nombre no puede ser más acertado. Con el contraste del verde de la vegetación, el blanco de su fina arena y las distintas tonalidades de azul del agua pareciera que estábamos en el edén. Mientras David nos vigilaba las cosas disfrutamos como enanos del lugar, y cuando nos cansamos de nadar, hacer snorkel y demás, nos estaban esperando unas bebidas refrescantes que habíamos reservado previamente. Con el bañador puesto nos fuimos a un cenote cercano, concretamente al Grand Cenote. Este, a diferencia del Ik Kil, tiene poca profundidad y su agua es cristalina por lo que se puede disfrutar de los peces y tortugas. Parte del cenote se encuentra bajo una cueva por lo que también se pueden ver murciélagos echando una cabezadita en sus nidos. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Cuando quisimos darnos cuenta ya era hora de comer, así que partimos hacia un restaurante donde pudimos degustar platos tradicionales de la zona de Yucatán, tal como la Sopa de lima (sopa de pollo y tortilla con lima), Cochinita pibil (lechón asado) y pollo ticuleño (Pollo cocido en hoja de plátano). He de decir que todo estaba muy rico, lo cual ya es mucho decir cuando viene de alguien con muchas manías alimenticias. Tal como nos pidió David no hicimos sobremesa, por lo que tan pronto terminamos de comer nos subimos a la furgoneta y partimos para la última etapa de nuestra excursión. Y llegamos al yacimiento arqueológico de Cobá. En la entrada pudimos contratar el servicio de una limusina maya (125 pesos). La verdad es que es toda una experiencia recorrer en uno de estos triciclos los algo más de 2 kms de distancia que existe entre la entrada y la pirámide de Nohoch Mul. Nuestro piloto iba a toda velocidad, sorteando los obstáculos del camino y adelantando a todo el que se pusiera en nuestro camino. Un poco de adrenalina no venía mal … Una vez a los pies de la pirámide, David nos explicó un par de curiosidades sobre ella. Si ya de por sí es imponente, saber antes de subir que era la más alta de la Península de Yucatán con 120 escalones y una altura aproximada de 42 metros no ayudaba. Debo decir que subir se sube bien, ¡el problema es bajar!! Los escalones son tan empinados que cuesta creer que no hubiese nunca un accidente. Cierto es que la cuerda está para algo, pero con tanta gente subiendo y bajando usarla es un engorro, además de que al estar a la altura de los pies no es cómodo usarla. Lo que tal sudé no era normal. Entre el calor, la humedad y el esfuerzo parecía que me había caído a un cenote con la ropa puesta, era una cosa exagerada. Si lo sé me vengo en bañador Una vez que bajamos todos continuamos en nuestras limusinas la visita al yacimiento, pasando por el observatorio astronómico, el campo de juego de la pelota y una estela con inscripciones mayas. Llegado este punto tuvimos que salir pitando ya que empezó una tormenta típica maya y no era plan que nos alcanzara algún rayo. Algunas limusinas tenían sombrillas, pero la nuestra no y, aunque nos mojamos algo, en cierta medida agradecía que no la tuviera ya que atraen los rayos. Ya en la furgoneta emprendimos el camino de regreso. Al llegar al hotel nos duchamos, nos cambiarnos de ropa y fuimos a cenar algo. Una vez más intentamos quedarnos a ver el espectáculo, pero solo fui capaz de aguantar 10 minutos. Es penoso, pero es cierto, eran las 22:00 y la cama me llamaba a gritos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Etapas 7 a 9, total 13
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