![]() ![]() Viajar a Grecia en tiempos revueltos. ✏️ Blogs de Grecia
Relato de un viaje a Grecia (Atenas, Peloponeso, Delfos, Meteora y varias islas) que se desarrolló de una manera muy diferente a la que habíamos planificado en un principio al coincidir con las huelgas y las protestas de los griegos por los recortes y el rescate de 2011. Un viaje que parecía gafado, pero del que guardo un estupendo recuerdo. Espero que pese a los años transcurridos pueda ser de utilidad porque los escenarios son de los que no pasan de moda.Autor: Artemisa23 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Índice del Diario: Viajar a Grecia en tiempos revueltos.
01: Preparativos de un viaje a Grecia que parecía gafado.
02: Atenas (I): Acrópolis, Museo, Ágora griega, Templo Zeus Olímpico...
03: Canal de Corinto, Teatro de Epidauro, Tumba de Agamenón y Micenas.
04: Olimpia, Patras, Lepanto y llegada a Delfos.
05: Delfos, Monumento Batalla Termópilas y Kalambaka en Meteora.
06: Meteora: su sorprendente paisaje y sus monasterios.
07: Atenas (II): Museo Arqueológico, Monastiraki, Filopapo, Likabetos...
08: Crucero por las Islas Griegas: Mikonos.
09: Crucero por las Islas Griegas: Kusadasi y Éfeso (Turquía).
10: Crucero por las Islas Griegas: Patmos.
11: Crucero por las Islas Griegas: Rodas.
12: Crucero por las Islas Griegas: Palacio de Cnosos en Creta.
13: Crucero por las Islas Griegas; Santorini, la postal del Egeo.
14: Atenas (III): Fin del viaje y conclusiones.
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Etapas 13 a 14, total 14
![]() Crucero por las Islas Griegas; Santorini, la postal del Egeo.Y llegamos a la última etapa del crucero por las Islas Griegas: Santorini, una isla especial en muchos aspectos. Es diferente a todas las demás, quizás por la manera en que se formó, por una enorme erupción volcánica que hundió la mitad de su superficie. Pero Santorini es más para ver que para contar. Y, definitivamente, afrontábamos la última escala de nuestro crucero, que nos llevaría a otra de las islas griegas más famosas y visitadas: Santorini (Tera o Thera). Tal como nos habían recomendado, después de comer fuimos a la cubierta más alta del barco para contemplar la llegada a este pequeño grupo de islas, perteneciente a las Cicladas, que cuentan con una población de unos 15.000 habitantes censados ya que si contásemos los forasteros serían unos cuantos miles más, pues actualmente se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes a nivel mundial. No en vano se podría decir que es "la postal del Egeo", porque casi todo el mundo reconoce el rosario de casas blancas con puertas de colores colgadas del acantilado, sus molinos, los azules intensos del mar y del cielo de fondo y sus doradas puestas de sol. Y es que, seamos sincer@s: ¿quien no ha deseado hacerse una foto ahí, al menos una vez?
![]() ![]() ![]() Realmente resultó espectacular ver al crucero abrirse paso entre las afiladas rocas que parecían emerger de un mar tranquilo de color turquesa, coronadas por una hilera de casas blancas de Fira, que de no ser por el clima caluroso, podían tomarse por nieve cubriendo las colinas.
![]() La verdad es que resulta muy bonita la llegada a Santorini en barco.
![]() ![]() Antiguamente, la isla se llamaba Thera, igual que su ciudad principal. Según se dice, el nombre de Santorini deriva de Santa Irene, como la bautizaron los mercaderes venecianos de la Edad Media. Sin embargo, hay otra teoría que afirma que fueron los francos quienes le dieron el nombre de Santorini. Cuando volvió a ser griega, oficialmente recuperó su primitiva denominación, Thera, pero entre los extranjeros sigue utilizándose mayoritariamente la de Santorini.
![]() Se piensa que en la antigüedad, formaba parte de la civilización minoica o, al menos, tenía grandes lazos comerciales con los cretenses. Tal como la conocemos ahora, la isla surgió de una gigantesca erupción volcánica que tuvo lugar entre los años 1628 y 1627 a.C. y que, según afirman muchos estudios, fue la mayor de la historia que ha sido documentada, del mismo tipo que la tan famosa de Krakatoa (Indionesia) en 1883. Como consecuencia de las explosiones, la tierra se hundió bajo el volcán produciendo una enorme caldera que quedó sumergida, con lo cual perdió buena parte de su superficie. Se aprecia muy bien en las fotos aéreas, ya que de ser casi circular quedó en forma de media luna.
Así se ve Santorini desde el aire, según GoogleMaps. ![]() Casi todo lo existente con anterioridad quedó destruido y tendrían que pasar casi 3.500 años hasta que se descubrieron unas ruinas en 1866, aunque las excavaciones arqueológicas no se comenzaron hasta 1967, cuando salieron a la luz algunos antiguos tesoros anteriores a la explosión, en el yacimiento de Akrotiri, como los frescos de los "niños-boxeadores" que pueden contemplarse en el Museo Arqueológico de Atenas.
Foto que tomé en el Museo Arqueológico de Atenas.
![]() Posteriormente a la erupción, parece que los primeros visitantes que se aventuraron por allí fueron los fenicios y, según la mitología, Cadmos, hijo del rey de Tiro, fundó en la isla una colonia (Kallisti) durante el viaje que emprendió para rescatar a su hermana Europa, que había sido raptada por el dios Zeus. Después llegaron los dorios, que le dieron el nombre de su jefe, Thera. Por aquí anduvieron egipcios, romanos, bizantinos, otomanos, venecianos... hasta que en 1830 pasó a formar parte del estado independiente de Grecia.
Los colores del acantilado sobre la caldera.
![]() Vista de Fira al atardecer.
![]() La erupción fue de tal magnitud que provocó un enorme maremoto en todo el Mediterráneo Oriental, posiblemente tuvo que ver con el fin de la civilización minoica de Creta y el fenómeno se notó en lugares tan distantes como China, e incluso en Canadá se han encontrado vestigios de aquel evento. Naturalmente, no faltó quien lo relacionó con el mito de la ciudad perdida de la Atlántida. Sin embargo, no fue ése el único desastre natural que tuvo que sufrir la isla, situada en una zona sísmica de especial relevancia, y durante el siglo XX padeció fuertes seísmos, como el ocurrido en 1956, que produjo una gran devastación, sobre todo en Oia, la emigración de muchos de sus habitantes y una gran crisis económica. Por fortuna para sus gentes, el desarrollo turístico fue muy rápido a partir de 1970 y la isla, nuevamente, renació de sus cenizas hasta convertirse en uno de los destinos más visitados de las costas mediterráneas en la actualidad.
![]() ![]() ![]() Volviendo a nuestro viaje, lo que en principio iba a ser una estancia de tres días, se había transformado en una escala de una tarde, así que no había tiempo para entretenerse en demasiadas consideraciones. Me hubiera gustado hacer alguna caminata o alguna excursión por la zona del volcán, pero entonces no hubiéramos podido visitar Fira, que corona la caldera, ni Oia (Oya), otra de las joyas de la isla; así que las preferencias estaban claras. No podíamos prescindir de nuestras "postales" (al menos yo, claro
![]() ![]() ![]() El primer punto a solucionar era el del desembarco, que tendríamos que hacer en botes, ya que los cruceros no pueden amarrar en el puerto, al menos los más grandes o, por lo menos, ni el nuestro ni otros que estaban por alli lo hicieron. La cuestión se presentaba complicada porque queríamos aprovechar el tiempo de la mejor manera posible, así que, por una vez, decidimos aceptar el transporte en autobús de la naviera, lo que nos permitiría desembarcar antes. No fue demasiado caro porque no cogimos la excursión organizada por la isla, sino simplemente el transporte. Lo que nos ofrecieron fue llevarnos en bote hasta el puerto de Athinos; allí nos esperaba un autobús que nos trasladaría a Oia, donde podríamos estar a nuestro aire el tiempo que quisiéramos. Cada media hora saldría un autobús desde Oia para llevar a quienes quisieran a Fira; desde allí, cada cual bajaría por su cuenta al viejo puerto de Fira para montar en los botes rumbo al crucero, antes de la hora de "todos a bordo", por supuesto. Creo recordar que nos cobraron 15 euros por persona.
Recorrido por el que nos llevó el autobús sacado de GoogleMaps.
![]() Otras posibilidades eran coger los autobuses públicos (un lío con cientos de cruceristas llegando a la vez), ir en taxi (más de lo mismo), coger el teleférico desde el puerto de Fira Skala o subir desde aquí (hasta donde habría que llegar primero), andando o en burro por un camino empedrado que serpentea por la montaña, lo cual no resulta aconsejable ni por lo empinado ni por el tráfico de burros que puede llegar a resultar peligroso para la integridad física de las personas a pie. Luego se podía llegar a Oia en autobús, en taxi o alquilando una moto. Un tanto complicado dada la cantidad de personas que éramos y la duración de la escala (en realidad toda la tarde, pero el tiempo se hace muy corto realmente). Como he mencionado, el no complicarnos la vida y la rapidez en llegar arriba fue lo que nos hizo decidirnos.
![]() En el bote, rumbo al puerto de Athinos. ![]() Desde el puerto de Athinos, subimos en autobús por una vertiginosa carretera que trepaba dando vueltas y revueltas por la montaña, ofreciendo unas bonitas vistas.
Carretera en zig-zag por la que subimos desde Athinos y vistas. Se ven los barcos que iban y venían desde el crucero para llevarnos a tierra.
![]() ![]() Después fuimos por una carretera que corre al otro lado de la isla, mostrando playas y unos parajes también áridos, pero diferentes a los acantilados volcánicos, de color negro de la zona de la caldera.
La zona de la isla que normalmente no se ve en las fotos.
![]() Espectacular vista de Fira y los sorprendentes colores del acantilado sobre la caldera.
![]() La puesta de sol desde Fira es fabulosa (al menos eso habíamos oído decir), pero se ve mejor desde Oia, así que aprovechamos el autobús, que recogía a la gente según iba terminando de visitar Fira, y fuimos hasta allí. Apenas son cinco minutos en coche.
![]() OIA. Ubicada sobre el lateral empinado de la caldera, tuvo que ser reconstruida tras un devastador terremoto que sufrió a mediados del siglo XX. Algunas casas están excavadas en la roca y es un placer (caluroso) recorrer sus callejuelas, subiendo y bajando, que se asoman al mar de aguas de un azul indefinible, mostrando sus casas blancas y sus emblemáticos molinos.
![]() ![]() Se encuentra a 11 kilómetros de Fira, la capital de Santorini. Y es como te la describen las guías: una sucesión de casas blancas de aspecto un tanto árabe, con iglesias de cúpulas bizantinas azules colgadas de un acantilado volcánico negro veteado con los más asombrosos colores, que emerge sobre un lecho de impresionantes aguas profundamente azules, y un cielo brillante y despejado. Todo lo que se cuenta es cierto y asomarse a la caldera en cada recodo que forman las casas, dispuestas en escalera sobre la ladera de la montaña resulta fascinante.
![]() ![]() Lo que no resulta tan fascinante es el sol abrasador, el horrible calor, la cantidad ingente de personas que se apiñan en sus callejuelas y los precios exagerados que cobran en cualquier bar por un café, un helado o una simple botella de agua fría.
![]() Iglesias de Oia.
![]() ![]() ![]() Tiendas.
![]() Claro que estas postales… todo lo valen (bueno, casi
![]() ![]() ![]() ![]() No tenía nada más que hacer, no había historia que consultar, ni monumentos para describir, solamente quería pasear y asomarme al acantilado, descubriendo un panorama distinto en cada rincón
![]() ![]() El atardecer es larguísimo en Santorini, el sol parece que se rezaga mucho más allí que en otros lugares. No digo que la puesta de sol sea la más bonita que he visto, porque no es verdad, creo que se exagera con esto, o quizás es que los atardeceres que más me gustan coinciden cuando hay nubes que se tiñen de colores, y aquella tarde no había ni una pequeña brizna de algodón en el cielo; pero también es cierto que los colores dorados que adquieren las casas blancas sobre el acantilado son difíciles de igualar.
Fira.
![]() ![]() Para muestra algunos botones, aunque las fotos (mucho menos las mías con la cámara que tenía entonces) no lo cuentan tal como era. Pero si alguna vez vuelvo a Santorini (creo que volveré para pasear por los rincones y recorrer la tierra volcánica, no en plan playero) tengo muy claro que no será en verano por el exceso de gente y el calor.
![]() ![]() Decidimos bajar a pie por el camino empedrado por el que suben los burros. Por fortuna, a esa hora apenas nos cruzamos con un par de reatas. Y, de verdad, no lo recomiendo cuando suben a montones. Los pobres animales van a toda mecha, como quien conduce por una carretera que se sabe de memoria y no cambian de “carril” aunque esté ocupado. Ojo, que puede ser peligroso, igual que la cantidad de “cacas” que hay por el camino. Y no sólo por mancharse sino por resbalar.
Camino empedrado por donde suben los burros.
![]() ![]() El dorado atardecer sobre Fira desde el bote que nos llevaba al crucero. ![]() Desde el barco, seguimos contemplando la inacabable puesta de sol.
![]() ![]() Lamentablemente, nuestras vacaciones sí que se estaban acabando. ¡Qué poco nos quedaba ya! Esa noche sería la última de nuestro crucero.
![]() Etapas 13 a 14, total 14
![]() Atenas (III): Fin del viaje y conclusiones.Nuestra última mañana en Atenas la dedicamos a pasear por Plaka y Monastiraki, a visitar unas iglesias y poco más. Dejo un pequeño resumen y mis conclusiones, teniendo en cuenta que han pasado seis años desde que estuvimos allí. Un viaje que, pese a todo, me encantó. Me lo pasé francamente bien. Y lo crucero tuvo su aquél...
DÍA 11 EN GRECIA. FIN DEL VIAJE.
ATENAS (TERCER DÍA). Amanecimos ya en el Puerto del Pireo y después de desayunar en el barco, hicimos las maletas y las dejamos en la puerta del camarote para que se las llevaran los maleteros. Dimos una propina a nuestra camarera, que nos había tratado muy bien, y comprobamos la cuenta de lo que habíamos consumido en el barco, que nos pasarían con cargo a la tarjeta de crédito.
Regreso al Puerto del Pireo.
![]() Desembarcamos y un autobús nos estaba esperando con nuestro equipaje para llevarnos a un hotel del centro, cerca de la Plaza de Omonia, hasta que llegara el momento de ir al aeropuerto. Eran las 11:00 aproximadamente y teníamos hasta las 14:30, ya que nuestro vuelo salía en torno a las 16:00 horas hacia Madrid.
Recorriendo la zona comercial.
![]() Nos dedicamos a recorrer tranquilamente el centro de Atenas e hicimos unas compras cerca de la Catedral ortodoxa (Mitropoli), de la segunda mitad del siglo XIX, cuyo interior visitamos. No tengo fotos del exterior porque creo recordar que había obras y las grúas estropeaban las vistas. También estuvimos en otras pequeñas iglesias bizantinas que se encuentran por los alrededores. Al lado derecho de la catedral, no nos olvidamos de visitar la preciosa Panagia Gorgoepikoos , una minúscula iglesia del siglo XII construida en mármol, que mezcla elementos clásicos y bizantinos. Mide solamente 12 metros de ancho por 7,5 metros de largo y, dicen, que era en proporción a las dimensiones de la Atenas de aquellos tiempos. Dentro no pudimos hacer fotos, pero en el exterior hay un grupo de relieves muy interesantes, de varias épocas, con animales alegóricos, los meses del año, etc.
Frente de la Iglesia y detalles de los relieves.
![]() ![]() Aunque no se ve muy bien, el dintel con los meses del año data del siglo IV a.C. En el siglo XII se añadió la cruz.
![]() También nos acercamos a ver la llamada Linterna de Lisicrates, que está en la Plaza de su nombre, al este de Plaka, desde donde se llega cómodamente andando. Es un curioso monumento erigido en el año 334 a.C. para honrar a los ganadores de los concursos de recitales y coros que se celebraban en el Teatro de Dionisos. El, digamos, patrocinador del equipo ganador (corego), que disponía de caudales suficientes, levantaba un monumento conmemorativo. Este es el único de este tipo que se conserva en la ciudad y tiene columnas con capiteles corintios. Es muy curioso y, si hay tiempo, merece la pena acercarse a verlo.
![]() Ese día, aunque en la Plaza Sintagma seguían manteniéndose las sentadas, los manifestantes habían disminuido mucho y la vida de la ciudad parecía haber retomado su punto normal. El tráfico volvía a ser caótico en el centro de Atenas y los mercados estaban abiertos y en plena ebullición, si bien se notaba cierta crispación, con la gente caminando muy deprisa y hablando muy alto, lo cual no es extraño en Grecia ni mucho menos; pero sí que advertimos algunos “cambios de impresiones” un tanto tensos entre la gente. De todos modos, creo que la mayor parte de los atenienses, aun con los recortes que les iban a complicar y mucho su existencia, estaban aliviados de permanecer en la Unión Europea. Por lo menos, de momento parecía que había desaparecido la preocupante incertidumbre de días atrás.
Tomamos unos batidos muy ricos en una terraza y, prácticamente, allí terminó la historia de nuestro viaje a Grecia en tiempos revueltos, que empezó con tantos altibajos y que, al final, había resultado bastante bien. Con sus luces y sus sombras, nos había gustado Grecia, bueno, más que gustarnos, lo cierto es que habíamos disfrutado bastante y, sobre todo, lo habíamos pasado muy bien, mucho mejor de lo que esperábamos.
Los batidos muy ricos. Con el calor que hacía, te los tomabas casi en un par de tragos.
![]() CONCLUSIONES: ATENAS. Es una ciudad complicada, sobre todo a la hora de aconsejar visitarla más o menos minuciosamente. Según las preferencias de cada uno, puede gustar o no. No voy a decir que la puedes llegar a odiar (tiene un tráfico bastante caótico, mucho ruido y frenesí de idas y vueltas, la gente habla muy alto y algunos vendedores pueden ponerse pesados, aunque los griegos por regla general son muy atentos y hospitalarios), pero sí que habrá personas que tengan más que suficiente con un día de visita (incluso menos). El calor puede resultar agobiante y eso que fuimos a finales de junio/primeros de julio. Estuvimos casi tres días completos y no nos sobró: la ciudad me gustó incluso en su caos porque el hecho de encontrar lugares arqueológicos de miles de años en cualquier esquina, a mis ojos, siempre supone un voto a favor. Pero también es cierto que no es una ciudad bonita al uso, está muy extendida y sus edificios (dejando aparte la zona del siglo XIX, que ya he mencionado) no tienen una arquitectura notable. Dista mucho de otras ciudades europeas, por las que gusta pasear simplemente contemplando sus calles y sus edificios, pero las vistas desde sus colinas, tienen mucho encanto, sobre todo hacia la Acrópolis.
IMPRESCINDIBLE EN ATENAS: Nada nuevo, lo que dice todo el mundo. La Acrópolis y su entorno, el Museo de la Acrópolis, el Ágora Antigua, el Templo de Zeus Olímpico, la zona de Plaka y el entorno de la Plaza de Monastiraki, con sus zonas arqueológicas y las vistas hacia la Acrópolis. Si gustan los museos, el Museo Arqueológico Nacional es muy recomendable.
Me quedé con las ganas de ir hasta el Cabo Sunion para ver la puesta de sol, pero fue materialmente imposible cuadrarlo en el itinerario. Lo tenía planeado con los vuelos iniciales, cuando llegábamos a medio día y nos íbamos ya por la noche, pero con los horarios finales no pudo ser. Esperemos que el atardecer romántico nos cuadre la proxima vez.
PELOPONESO, DELFOS Y METEORA. Por los motivos que he contado al principio, lo hicimos tipo tour, pero creo que lo mejor hubiera sido utilizar un coche de alquiler pese a que algunas carreteras no son muy buenas y que los griegos conducen… a su modo. En mi opinión, resulta imprescindible el Teatro de Epidauro, la Tumba de Agamenón (Tesoro de Atreo), Micenas (Puerta de los Leones), Delfos y Meteora. Olimpia también me gustó mucho, pero comprendo que es una opinión particular.
Si vuelvo a Grecia (aparte de lo de Creta y Rodas que ya he mencionado), creo que haría el recorrido de Meteora a pie, visitaría tranquilamente el sur del Peloponeso, Salónica y el norte de Grecia, aunque de momento, no sería un destino prioritario para mi.
El tour que hicimos fue muy interesante porque estaba bien planificado, era poca gente y la guía fue excepcional. Los hoteles eran supuestamente de cuatro estrellas, pero tres les hubieran quedado justitas en España, aunque dos de ellos tenían piscina y las habitaciones eran cómodas, aunque pequeñas. Las vistas del de Delfos y el de Kalambaka eran estupendas. Las cenas, normales, tipo bufet. Sólo hicimos una comida en restaurante de carretera, las otras tres en Delfos, Patras y Kalambaka (aquí almorzamos en un restaurante familiar con una comida típica griega exquisita). El menú costaba 12 euros, con ensalada, entrante, plato principal, postre, agua y vino. Lo demás, aparte.
CRUCERO POR LAS ISLAS GRIEGAS. Era la primera vez que íbamos a un crucero en el mar (soló habíamos hecho dos en Egipto, por el Nilo y el lago Naser) y mis impresiones las he puesto en la etapa de la primera jornada a bordo. Me divertí mucho en el crucero, pero creo que fue porque apenas pisé el barco ya que estuvimos más fuera que dentro con tantas excursiones: ¡seis islas en cuatro días! Sí que me quedó claro que, aunque me gusta navegar y disfruté mucho de los paseos en cubierta, la vida de crucerista no se encuentra entre mis preferencias, lo que no quiere decir que no haga algún otro crucero en el futuro. En cuanto a las islas, todos los lugares que visitamos son, evidentemente, muy bonitos y atractivos para el turismo; pero a la hora de plantear unas vacaciones de varios días, la cosa cambia. Me gustaría pasar unos diez días en Creta y, quizás, cuatro o cinco en Rodas; en Santorini, solo volvería un par de días y totalmente fuera de temporada. Éfeso me encantó, pero es una visita tal cual y se encuentra en Turquía, y Patmos, bonita también, pero para ir solamente si pilla de paso. Mikonos me gustó para estar una jornada, nada más. Lo que más sentí fue no poder ir a Delos, que seguramente es lo más interesante allí.
He visto que Louis Cruise ya no promociona este crucero, ignoro si lo hace alguna otra naviera.
Ofrecer más datos prácticos, me parece un tanto arriesgado a estas alturas, cuando han pasado casi seis años, pero por lo que vi entonces me pareció que la vida en Atenas es asequible, aunque no barata; en el Peloponeso, se puede sobrevivir con buenos precios. Delfos y Meteora son más caros, pero también asequibles. El turismo es las islas resulta muy caro, sobre todo en verano. Y las entradas a los monumentos no son nada baratas. Como habéis visto por los tickets que he ido poniendo, una entrada solía costar 6 euros (8 euros si eran combinadas), 2 ó 3 euros los monasterios de Meteora y la entrada combinada a la Acrópolis está ahora por los 30 euros (me he quedado sorprendida al verlo).
![]() La comida y la bebida, muy rica y abundante en general. En cuanto a precios, hubo de todo, pero se podía almorzar bastante bien entre 15 y 17 euros por persona. Los menús, en torno a los 12 euros. El total del viaje, en aquellas fechas (más barato en alguna cosa, pero creo que más caro en general de lo que saldría ahora) nos costó unos 1.300 euros por persona.
Y aquí pongo fin a mi diario. Espero que os haya gustado o que, por lo menos, sea de alguna utilidad a algún viajero porque el tiempo no importa demasiado en muchos lugares turísticos de Grecia, que llevan más de dos mil años esperando y recibiendo visitas. ¡Muchas gracias por leerme!
![]() Me despido de Atenas con la puesta de sol en la Colina de Licabetos. ![]() Notas: todas las fotos son mías, excepto los mapas de Google. Para contar algunas cosillas sobre cada sitio he consultado Wikipedia, la Guía de Grecia de El País Aguilar y varias páginas de turismo griego en internet. Etapas 13 a 14, total 14
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