![]() ![]() CENTROAMERICA desde adentro ✏️ Blogs de America Central
Evidentemente todo viaje nace de una pregunta sin respuesta y en esta ocasión emprendí la búsqueda durante 25 días en un vasto recorrido de 5.000 km. que lo abarcan casi todo: arenas blancas, aguas verdes, misteriosos cenotes, ruinas precolombinas, exuberantes selvas, áreas de naturaleza en su estado más puro, un sinfín de volcanes y disparejos acentos de gente maravillosa que habita los países de la cintura de América.Autor: DANIEL76ARG Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (4 Votos) Índice del Diario: CENTROAMERICA desde adentro
Total comentarios: 6 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 9, total 12
08/04/11 - “Oaxaca sabe acariciar los sentidos…” más tarde llegaría a esa conclusión, pero a las 10 A.M., cuando llegué a la tierra del mezcal, tenía el estómago revuelto a causa del serpenteante camino. La única manera de llegar por tierra es aguantar la exageración de curvas y contracurvas, necesarias para atravesar las intrincadas sierras del sur mexicano que esconden a esta ciudad.
Había leído que es el estado mexicano con mayor diversidad de grupos indígenas (16 en total) y mientras caminaba al centro de la ciudad, lo observé en la variedad de estampados que adornan las blusas de las vendedoras, los cuales las identifican al pueblo al que pertenecen. Desde 1987 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ostentando entre otros, un gran tesoro arquitectónico. Me dirigí al hotel Rivera del Angel, a la altura 518 de la calle Mina, porque desde allí salen las combis hacia las ruinas de Monte Albán cada par de horas ($40-U$S 4 i/v) A pesar que este sitio arqueológico se encuentra a 10 km., se tarda media hora en llegar porque hay que subir unas montañas bastantes secas, como las propias ruinas. El sol pega duro y el termómetro del transporte declaraba 39º. El complejo de ruinas de lo que fue la antigua capital zapoteca se puede recorrer en 2 horas, cuenta con un comedor y una tienda de recuerdos con bastantes libros. Dentro de las ruinas hay descendientes de indígenas de la zona que venden reproducciones muy bien hechas de antigüedades, de hecho están como rotas o envejecidas; son baratas y es un recuerdo poco común. Advierto para el que ha visitado primero alguna ruina maya, puede que estas le parezcan pequeñas y sin esplendor, pero hay que entender que se trata de otra cultura. Luego de las 2 PM continué recorriendo, la que a mi parecer es, una de las ciudades más bellas e interesantes del país. Para descubrir su esencia hay que hacerlo a paso tranquilo, disfrutando de colores, sabores y tradiciones. Me fui al mercado para lograr una foto importante: los chapulines, insecto autóctono del hemisferio norte, frito en sal y chile. Cerca de la entrada se amontona sobre una mesa varias bandejas de diferentes especies; impresionan a primera vista, pero la curiosidad puede más a la hora de probar este típico aperitivo oaxaqueño. Al recorrer los pasadizos de la feria descubrí muchos sitios ideales para comer sabroso y barato, solo hay que tener especial cautela con las salsas: el término “poco picante” no es lo mismo para un mexicano que para un argentino. Aproveché su momento de descanso y entablé conversación con la vendedora tomando nota de la receta del mole: mezcla de 6 variedades de chile, almendras, ajonjolí, tomates, pasas, ajo, canela, anís, pimienta, cilantro, pan, tortilla, azúcar, sal y una buena cantidad de chocolate… una receta que define la cocina del país: de contrastes, compleja y refinada, exigente de tiempo y de paciencia. La raíz indígena y los aportes de España y Francia explican la excelente comida de México. Esta sabia combinación nace de la fusión entre los alimentos que consumían los aborígenes de las culturas prehispánicas -como maíz, chiles, frijoles y cacao- con el ganado, el arroz, el trigo y la cebolla que introdujeron los españoles y los lácteos de Francia. Emprendo el camino al hotel, unas 15 cuadras. A causa del malestar que traía esta mañana, me hospedé en el primer sitio que vi. El Hotel California está a metros de la terminal y ofrece más de lo que un simple viajero necesita. 09/04/11 - Muy temprano desocupé la habitación y me regresé al centro aspirando el melancólico aire colonial que le dan sus catedrales, sus antiguos edificios y sus callejuelas empedradas. Mi vista se nubló cuando el silencio de la mañana fue interrumpido por unas notas desafinadas que escapaban del acordeón de un invidente. Cerré mis ojos y viajé por el tiempo reviviendo la experiencia: cuando mi padre estaba en este mundo e intentaba inútilmente improvisar algo melodioso para el oído con un instrumento similar. A esa hora lo único que estaba por abrir era el mercado. Contemplé desde cerca el despliegue de cada puesto: carnes, pescados, tubérculos, frutas, verduras, granos, plantas, flores y panificados. Compré puñados de chile, ese ají picante infaltable de la comida mexicana del que se cultivan más de 60 variedades. Noté que la piel de quién los manipula a diario sufre quemazón por el alto contenido alcalino. En tantas vueltas quedé hipnotizado por el cacao, cuyo delicioso aroma impregna el ambiente al atravesar las puertas de las fábricas de chocolate. Y de aquí en adelante me perdí por ver todo lo que ofrece esta ciudad inabarcable, prodigiosa en artes e historia, cosmopolita y turística, llena de tiendas, restaurantes, bares con música, galerías de arte y diversidad cultural. Apenas 6 días y ya había caído en la cuenta que México es colosal, imposible de ser comentado con éxito, porque es un destino que es cientos de destinos a la vez. Esa noche tomé por última vez un bus A.D.O. rumbo a Tapachula ($496 - U$S 50) Dios mediante despertaría en la frontera con Guatemala a media mañana para continuar el trayecto. Etapas 7 a 9, total 12
11/04/11 - Llegué a Tapachula a las 9:30 AM, acto seguido aboné los U$S 20 del boleto en el servicio de hora 12 con destino a Guatemala por la empresa Galgo (transgalgosinter.com.gt) También se puede ir en Tica Bus y en Línea Dorada. Al descender del bus en la frontera de Talismán, un torbellino de cambistas, taxistas y falsos tramitadores acosan con diferentes historias para lograr arrancarte el pasaporte. En el lado mexicano, además de sellar la salida, se quedan con la tarjeta de migración mexicana y “solamente a mí” el rudo oficial me cobró U$S 20 por “impuesto al turista” señalándome un pequeño e improvisado cartel. Más tarde un lugareño que presenció el incidente me informó que fui timado. Luego hay que cruzar un puente y caminar un poco más, siempre con la inseparable docena de fastidiosos que mencioné anteriormente, hasta llegar a las oficinas de ingreso a Guatemala. Aquí me cobraron un impuesto de ingreso de U$S 2, tampoco te dan comprobante alguno que lo justifique. Unos metros más y está la oficina de Galgo con el bus esperando, la puerta abierta y sin vigilancia. En ese entonces se encontraba un ebrio oportunista “recorriendo” los asientos y tras dar un rápido aviso a los descuidados choferes, fue increpado a devolver las pertenencias y bajar, ostentando la típica resistencia de borracho.
El topónimo Guahitemala significa “lugar entre los árboles” y eso es lo que pude ver apenas crucé la frontera: árboles de Chico Zapote, cuya savia se extrae para elaborar goma de mascar. Todavía un 40% del país está aún cubierto de bosque. Galgo llegó a las 6:30 PM y me hospedé a 4 cuadras de su terminal, en el Hotel Colonial (120 Quetzales - U$S 15) Por advertencia del conserje, fui rápidamente a comprar comida a 100 m., sobre la 6ta. Avenida. El panorama es de mucha inseguridad a esa hora, ya de noche. Me quedé con la duda de cómo serán las otras zonas, ya que dicen que la zona 1, junto con la zona 10, son las más “tranquilas”. Se recomienda salir con poco dinero y sin objetos llamativos. En Antigua todo cambia y es especial para recorrerla a pié. El quetzal, nombre de una bella ave que aparece en su escudo, es la moneda oficial de Guatemala. 12/04/11 – Me había decidido por ese hospedaje porque, según Guía Azul, estaba cerca de la salida de los buses que van a Antigua, pero desde hace un tiempo han mudado las terminales de salida. Actualmente salen desde El Trébol, Cementerio y Rosseult. Un taxi me llevó a la más segura, la que está frente al cementerio, por 40 Q-U$S 5, que es lo normal, pero siempre hay que acordar el precio por adelantado porque los taxis no tienen tarifadores. Desde allí el boleto a Antigua cuesta 9 Q-U$S 1,10 Los camiones son una de las señas de identidad de Guatemala; se tratan de los Blue Bird amarillos de las escuelas estadounidenses que los han repintados con suma creatividad. En el interior nunca faltan estampitas o leyendas eróticas o religiosas, según la moralidad de cada cual. La forma de cobrar el viaje me pareció irracional, pues en vez de pagar a medida que se entra, se espera a que el autobús esté lleno a más no poder, entonces el cobrador comienza su peregrinación de punta a punta para que le abonen el trayecto. Con mis sentidos bien abiertos, me puse a observar la vida cotidiana en este viaje de 45 minutos. Bajo una música animada, podrán aparecer vendedores de bolsas con agua de coco, gelatinas de colores, extrañas cremas, o vitaminas de dudoso efecto. Los asientos son para 2 personas, pero durante el trayecto han de adaptarse 3 personas con sus respectivos bultos. Con tanto contacto físico, es fácil conversar con nativos. En uno de los tramos aprendí que los “ladinos” son los aborígenes “transculturizados”, es decir, que han abandonado su vestimenta y costumbres originales y se han mudado de sus pueblos a los suburbios de la capital, y que el término “chapines” abarca a todo guatemalteco, pero en especial a los capitalinos. Mientras que la capital de Guatemala está dividida por 21 zonas según la forma de un espiral, Antigua se urbanizó siguiendo un modelo cuadriculado. Debo confesar que es una de las ciudades más bellas de América. Fue capital del Reino de Guatemala entre los años 1543 - 1776, luego que devastadores sismos obligaron trasladar la capital a la actual ciudad de Guatemala. Caminé hasta la plaza central, donde turistas de todo el mundo y pobladores mestizos e indígenas se unen en una colorida comunión de rostros y lenguas. Si así es un día común ¡debe ser un deleite durante Semana Santa! ocasión en la que el fervor religioso alcanza su apogeo, desplegando complejas procesiones preparadas de antemano. Me perdí entre las callecitas empedradas, recuerdo que pasé por el Arco de Santa Catalina, que es uno de los monumentos más inconfundibles y emblemático de Antigua. Su función original era unir las dos alas del convento que existía allí, evitando que las monjas tuvieran que pasar por la calle. 13/04/11 - Decidí regresar a Antigua… hay tantos rinconcitos en esta ciudad edificada entre los volcanes Agua, Fuego y Acatengo. No por nada fue una de las soberanas flores que se abrían en el amanecer hispanoamericano. Aún hoy se siente su estirpe de grandeza en las construcciones imperiales. Recuerdo haber leído sobre los terremotos, inundaciones y pestes que asolaron a Antigua, pero sus pobladores la hicieron resurgir y seguramente hoy es el destino más visitado de Guatemala. El riguroso respeto por los ritos ancestrales puede resultar extraño y hasta inaccesible a los ojos de los extranjeros; fui a un mercado y me encontré con Maximón, una deidad indígena que durante la ocupación disfrazaron de San Simón. Una talla de madera de tamaño casi natural sentada, traje, chambergo y un cigarro encendido en la boca. Suele estar cubierto por pañuelos y corbatas multicolores. Es costumbre hacerlo rotar por los hogares de los fieles. Tiene fama de adúltero y vividor, por eso se lo consulta por problemas de alcohol, dinero y mujeres, y hasta para solicitar venganza. También desde aquí se puede contratar una excursión cuya experiencia no vivirán dos veces en su vida: una caminata entre ríos de lava por la ladera del volcán activo Pacaya, oyendo rocas quebrarse por la presión del magma. No lo hice porque la lava está fría, pero cuando hay erupciones es imperdonable no ir. Pero esta sinfonía perfecta no se agota en Antigua… en cualquier punto del país los guatemaltecos conservan con orgullo un claro sentido de pertenencia a ese pasado: en la selva del norte guatemalteco, Tikal, corazón de las ruinas mayas sobreviven vestigios de esta civilización refinada. Se puede palpar el sincretismo religioso en Panajachel, a orillas del lago Atitlán o sentir toda la expresión del mercado de Chichicastenango. El día siguiente continué mi viaje hasta El Salvador a las 5 A.M. por Tica Bus. Etapas 7 a 9, total 12
14/04/11 - Además de Tica Bus, hay otras empresas que unen Guatemala camino a Panamá, por ejemplo Pullman Tur y King Quality. En la frontera de salida de Guatemala no me cobraron el famoso “impuesto al turista”, sólo me sellaron el pasaporte. Veinte minutos más tarde, a las 8:30 AM ingresé al país más pequeño de América Central. En esta frontera no hay que bajar del bus, ya que suben los oficiales salvadoreños de migración acompañados por un par de militares, los cuales revisan los bolsos exclusivamente a los “peruanos y mexicanos”. No sellan el pasaporte y tampoco te cobran impuesto, pero sí hay que llenar una tarjeta de migración, la cual quedará en esta oficina fronteriza.
A las 11 AM llegué a San Salvador. La empresa Tica Bus cuenta con hoteles propios en sus terminales. En este país tiene dos: Hotel San Benito, que me pareció de mal aspecto y por eso decidí continuar hasta la próxima terminal, la del Hotel San Carlos... este último es, sin lugar a dudas… mucho peor. Aquí la moneda de curso legal es el dólar, así que pagué los 13 dólares, dejé mis pertenencias en el cuarto Nº14, un recinto de 2 x 3 metros cuya puerta no ofrecía nada de seguridad y pregunté al guardia por un lugar para almorzar: “Ahí, en la esquina”, me dijo, señalando con un arma larga que parecía la extensión de su brazo. Camino los 30 metros y sólo veo rejas, chapas oxidadas que hacen de pared, una fogata… no me atrevo a entrar. Vuelvo sobre mis pasos a preguntar de nuevo y me confirma que es el lugar indicado, asintiendo con la cabeza. Una mujer robusta atiende con pocos modales, pone en un plato generoso un poco de cada cosa preparada (bifes, huevo revuelto, arroz, frijoles y una pupusa) y me ordena seguirla hasta el fondo, a unas mesitas con sillas tamaño jardín de infantes. Me cobra 2 dólares, deja una gaseosa y se aleja. Mientras devoraba estas cosas simples hechas por buenas manos, fui mirando alrededor y conociendo a los demás integrantes de la familia: el abuelo y dos niñitas, supongo serán sus nietas. Ellas jugaban con un gato, el cual huía cuando tenía oportunidad, y en cada escabullida asustaba a unos gallos sueltos que subían a mi mesa. Lamenté no traer mi cámara, pues perdí imágenes muy originales. Salgo dispuesto a recorrer y entonces veo que enfrente hay una funeraria y al lado una fábrica de ataúdes. A pesar que es el mediodía no circula gente. Noté también que las paredes de todo el sector están pintadas con simbología de las maras. Recurro nuevamente al guardia y con sus indicaciones me voy a la plaza central, que dista unas 7 cuadras. Para eso debo atravesar un ajetreado mercado callejero en el cual me detuve a averiguar los nombres de algunas frutas desconocidas para mí, a la vez que intenté conversar sobre la actualidad de este país. La vendedora me dijo que un gran porcentaje de familias vive de las remesas mensuales que les envían desde el exterior algún pariente. Pasé delante de un suntuoso edificio que resultó ser el Teatro Nacional y rodeé la plaza central. La altura y tez blanca me delata como forastero o quizá a esta altura tenía algo de paranoia y suponía que todos me observan. Unos minutos más tarde me cruzo con 3 policías muy nerviosos, cada uno con su respectiva pistola en mano, indudablemente andan siguiendo a alguien, entonces decido volver al “hotel”. Tomé otro camino en el cual pude ver muchas ventas de autopartes, casas cuya fabricación fue improvisada con diversos materiales, suciedad y negocios totalmente blindados con gruesos barrotes de hierro. Me detuve en un par de kioscos y concluí que estas despiadadas pandillas juveniles denominadas “Maras” son el tema central de conversación. Era un poco más de las 4 PM cuando me encerré en aquel cuartucho. Confieso que no vi un solo miembro de estas maras. 15/04/11 - A las 4 A.M. golpearon con insistencia mi puerta y allí, en la oscuridad, y con la sensación de inseguridad del día anterior, pensé las peores cosas en apenas 20 segundos. Sin embargo, se trataba de una práctica común en los hoteles de Tica Bus: pasan a despertarte 1 hora antes de la salida, puesto que requieren presentarse con una antelación de 45 minutos para confirmar la lista de pasajeros y despachar equipajes. Salimos a las 5 A.M. y a eso de las 9 A.M. el bus se detiene en una estación de servicio ESSO (gasolinería) a desayunar. Disculpen que vuelva a repetir, pero para nosotros, los habitantes del cono sur, es toda una novedad desayunar con arroz, frijoles, pupusas, café, huevos revueltos con jamón, té frío, etc. Luego pasó el copiloto a recoger U$S 18 para “impuestos al turista que no es de Centro América” y U$S 2 para los que residen en algún país de Centro América, también retiran los pasaportes. En la frontera de El Salvador con Honduras hay que bajarse al pié del bus y luego esperar al oficial de migración que, situado en la puerta, comienza a entregar los pasaportes gritando los nombres, a medida que se va subiendo. Cuando este termina, suben los policías de narcóticos y adivinen qué... revisan únicamente los equipajes de “peruanos y mexicanos” A la 1:30 PM llegamos a la frontera de Honduras con Nicaragua, donde se repite el mismo procedimiento: esperamos al lado del bus al oficial que gritará nuestros nombres (o algo parecido) y entonces podremos subir al bus. A metros está el ingreso a Nicaragua, aquí te hacen bajar todo el equipaje, caminar 100 metros hasta un recinto y esperar por más de una hora para que luego te miren a la cara y te digan “Ya está” ¡Es una pérdida de tiempo si no van a revisar el equipaje! El chofer está esperando con los pasaportes en mano al subir al bus. Salimos a las 3 PM y llegamos a las 7 PM al Hotel Tica Bus de Nicaragua. En esta terminal moderna, limpia y bien atendida hay dos clases de habitaciones: sin aire acondicionado ni Tv por 320 Córdobas Nicaragüenses (o U$S 14) y con ambas cosas por U$S 29; los baños están frente a las habitaciones y son de uso común. 16/04/11 - A las 6 A.M. salimos de Managua rumbo a San José de Costa Rica. Es recomendable respetar eso de presentarse 45 minutos antes, en mi caso, a las 5:20 A.M. ya había realizado todo el papelerío previo, así que pude desayunar en la cafetería de esta terminal, leer un diario y entrar en un profundo diálogo con, Sthepy, una simpática mexicana que se quedaba por unos días allí. Me quedó muy buena impresión de Nicaragua, al menos no se ven tantas rejas, ni guardias. Es poco común ver un grafitti marero. Noté que los pobladores de este país son mayormente delgados y altos. Las 9 A.M. llegamos a la frontera Nicaragua - Costa Rica. Hay que presentar formularios de aduana y migración, junto con U$S 3 de impuesto y armarse de paciencia, pues la cosa está muy mal organizada y demoran casi 3 horas para devolver los pasaportes sellados. El chofer advirtió que estemos atentos y cerca del bus, porque cuando le entregaran los pasaportes no esperaría a quienes no escuchen el llamado de partida. Y así fue, se quedó una pareja que por suerte se dio cuenta rápidamente y subió metros más adelante, en la parada de la oficina de entrada a Costa Rica. Aquí hay que presentar otra planilla de migración, la cual te dan los choferes del bus, te sellan el pasaporte en un trámite personal Y TE PIDEN BOLETO DE SALIDA. Fumigan el bus en una especie de lavadero de autos y luego “revisan el equipaje” todo esto demoró hora y media. Hay un lugar para comprar comida y es recomendable hacerlo, ya que se trata del único lugar donde podremos hacerlo. A las 2 PM salimos de aquí y en pocos minutos estuvimos detenidos nuevamente por un corte de ruta provocado por una protesta de maestros. Llegamos a San José a las 7 PM. Caminé 3 cuadras hasta el Hotel Mesón del Angel, y pagué 22480 colones costarricenses (aprox. 45 U$S) Para los días posteriores encontré un hotel por U$S 20 a 1 cuadra más adelante. Las terminales de buses San Carlos y Caribeños están cerca y la zona es segura para caminar. Etapas 7 a 9, total 12
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (4 Votos)
![]() Total comentarios: 6 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |