Sur de Inglaterra, los Costwolds y la campiña inglesa. ✏️ Blogs de Reino Unido

Lo confieso: volar me daba pánico, ya no, ahora es sólo miedo, puede parecer poco, pero a mi me parece mucho.
Hacía siete años que no cogía un avión, el último viaje en el que subí a un avión fué a Pisa, y en realidad los dos vuelos no fueron nada del otro mundo, ni se movió mucho, ni pasó nada especial, lo único es que tanto a la ida como a la vuelta iba con retraso y el piloto iba rápido. Aún me acuerdo que miré por la ventanilla y dije: mira si ahí abajo está Pisa! Y en eso que el avión bajó en picado a tomar tierra...
El pánico me venía de antes, de los muchos, muchísimos vuelos que había tomado en mi vida, casi todos por trabajo, no se porque pasó, quizá por acumulación...
El caso es que en estos siete años casi todos los viajes han sido cruceros, y como no cogía el avión, el destino casi siempre era el mismo: Italia. Y estoy de Italia...hasta el "berretto", y después de lo del Aquarius ya era una cuestión de principios lo de no ir a Italia.
Diréis que también está Portugal ahi cerca, sí, y también lo he visitado muchísimo.
Así que se imponía tragar saliva, y buscar un viaje distinto.
Buscando en la web de Kayak vi un vuelo barato en las fechas que buscaba, era al aeropuerto de Bournemouth, y era la primera vez en mi vida que oía hablar de ese aeropuerto. De Alicante a Bournemouth con asientos reservados y una maleta de 20kg me salía por 370€ para tres personas. Muy barato para ser en Agosto. Coincide que mi mujer es muy aficionada a Agatha Christie y justo por esa zona del sur de Inglaterra es por donde suceden muchos de los casos de Miss Marple y de Poirot, ahí es donde se encuentra lo más puro de la campiña inglesa. Así que me puse a buscar información y encontré un maravilloso blog de un viaje justo por esa zona: http://www.dondemellevenmispasos.com/2017/01/sur-de-inglaterra-ruta-preparativos-y.html y me he basado en ese blog para programar casi todo el viaje.

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Vivo en Valencia y para mi Alicante está ahí al lado, el caso es que tres personas llegar al aeropuerto de Alicante desde Valencia lo más fácil es con el coche, y dejar el coche en el aeropuerto en el parking de larga estancia cuesta 30€ de lunes a domingo, lo único es que hay que reservar y pagar el parking anticipadamente desde la página web de Aena: https://parking.aena.es/reservas/web/obtenerPrecio.ac
Cuando llegas al parking vas directamente a la caseta de la oficina y les enseñas la reserva y ya te dan directamente el ticket de salida para el domingo.
El vuelo salía a las 21'30 y era con Ryanair. Algunos días antes me avisaron de Ryanair que ya no se podía subir al avión con las maletas, así que acudimos al cheking a facturar la maleta de 20kg y de paso se quedaron con las otras tres maletas que llevábamos. Mejor para embarcar y para todo. Lo mismo pasó con el vuelo de vuelta. Para el vuelo me equipé convenientemente de un Tranquimazin y dos Biodraminas que me tomé momentos antes de embarcar. Porque el ataque de pánico había empezado varios días antes del vuelo, toda la semana de antes la pasé con Deanxit. El vuelo salió a la hora en punto y no se si por la medicación o porque el piloto hizo un vuelo realmente muy bueno, con ascensos y descensos muy suaves, pero el caso es que después de la carrera de despegue me tranquilicé realmente y tuve un vuelo muy tranquilo.
El plan era alquilar un coche en Inglaterra y con lo de conducir por la izquierda vi que recomendaban un coche con el cambio automático (Lo cual recomiendo yo también), pero los coches con cambio automático solamente los tenían en el aeropuerto, y a las horas que llegábamos (el vuelo dura dos horas y media) ya estaba cerrada la oficina de alquiler de coches del aeropuerto, así que había que llegar al hotel en taxi y al día siguiente por la mañana volver al aeropuerto a por el coche.
Había buscado un hotel en la ciudad de Bournemouth, el hotel Capital. Mirando en Google Maps parecía que la ciudad estaba cerca del aeropuerto, y está cerca, pero no tanto, casi media hora en taxi, 22€ costó la carrera y 20€ al día siguiente para volver al aeropuerto, porque la ciudad está casi incomunicada con el aeropuerto, e ir en autobús era una odisea. Casi que la próxima vez buscaré un hotel más cercano al aeropuerto, aunque esté en medio de la nada.
El hotel Capital resultó ser el más flojo de todo el viaje, con la única ventaja de estar muy cerca de la playa y muy cerca de restaurantes. Ya en este hotel nos encontramos con lo que es típico en todos los hoteles ingleses, un calentador de agua y una bandeja con te, nescafé, leche y galletas, que nos vino muy bien, porque no habíamos cenado, aunque tampoco teníamos hambre porque habíamos comido durante el vuelo una estupendas empanadillas que había hecho mi mujer.

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El desayuno muy bueno y abundante y ya nos informó una camarera sevillana que trabajaba en el hotel lo dificil que era llegar al aeropuerto en autobús.
Aprovechamos la cercanía a la playa para echar un vistazo a una playa inglesa. Y la verdad es que estaba estupenda, un muelle con atracciones y restaurantes, una noria y hasta un tiovivo.
Una vez en la oficina de Europcar nos llevamos la agradable sorpresa del coche que nos dieron, nada menos que un Golf nuevecito y con GPS gratis! Y nada más darnos el coche mi hija se abalanzó a conducirlo entusiasmada, para mi secreto alivio, ya que yo lo de conducir por la izquierda no lo acababa de ver claro...
Con lo de conducir por la izquierda nos llevamos algunos sustos durante el viaje, pero lo de las carreteras inglesas es de susto permanente. No hay señales de tráfico, y no hay arcén, ni siquiera en las autovías hay arcén. Y las carreteras locales son tan estrechas que no se pueden cruzar dos coches sin que uno se aparte. Y te plantan un semáforo en mitad de una carretera. ¡Y además conducen como locos! Increiblemente tienen menos accidentes que en España...
Además resulta que no son kilómetros, son millas, y las millas parece que no se acaben nunca. Uno tiene en la cabeza los tiempos por recorrido de España, ves 60 millas y resulta que son 90 kilómetros, y entre las millas, las retenciones (claro, si no hay arcen, a mínimo que pase algo se montan unos atascos kilométricos) y las rotondas...es que no llegas nunca...Así que hay que tomarlo con paciencia y debéis ser muy prudentes programando los recorridos. Y aprovechando que ya no hay roaming, todo el día puesto el Google maps en el móvil. No veas lo bien que va el maps en Inglaterra, imprescindible.
Los horarios en Inglaterra son totalmente “ingleses”, las tiendas las abren a las 9 o 9,30, y están abiertas hasta las 5 de la tarde. Se come a las 12 y se cena a las 7. Más vale que os acostumbréis desde el primer momento, aunque lo facilita un poco el que en Inglaterra sea una hora menos.
Este primer día en Inglaterra nos fuimos a Windsor, buscamos el parking que recomiendan en el blog de “donde me lleven mis pasos”, es el parking Alma Road, es un parking descubierto, que hay que pagar por anticipado la estancia, pero es mejor descargar la APP del parking, y entonces simplemente va corriendo el tiempo y pagas cuando recoges el coche. El parking está muy cerca de la calle comercial principal de Windsor (Peascod street) y a 10 minutos del castillo de Windsor. La entrada al castillo cuesta 21 libras y es muy buena idea comprarlas anticipadamente en la web del castillo: https://www.royalcollection.org.uk/visit/windsorcastle así os ahorraréis la cola de una hora que tuvimos que hacer nosotros. Con la entrada está incluida una audioguía que es un auténtico rollazo, y que dejé de usar a los 10 minutos de recorrido por el castillo. La visita vale la pena y no os la perdáis. Especialmente la St. Georges Chapel y los State Apartments.
Como llegamos a Windsor a las 11'30 de la mañana nos fuimos directamente a comer y de allí al castillo. En Peascod Street hay restaurantes de todo tipo y precio. La visita al castillo nos dejó agotados, así que a la salida tuvimos que recuperar fuerzas con un típico te y unos cafés.
Con muy poca idea había reservado esa noche en el hotel Crowne Plaza Heythrop Park, que está pasando Oxford. Si ya nos costó llegar a Windsor, llegar al hotel, que estaba 20 millas más allá de Oxford, fue muy cansado, demasiadas millas para el primer día en Inglaterra, y llegamos agotados. El hotel en sí es fabuloso, totalmente recomendable, habitaciones grandes y modernas, con ducha y bañera. El hotel está en un bosque privado tremendamente grande, en donde ya desde la carretera de acceso pudimos ver ciervos y ardillas. El hotel da para estar varios días nada más que paseando por su bosque. El problema es que está lejos de todo y el precio de la cena nos pareció caro, así que nos fuimos a cenar a la población más cercana.
Y a la vuelta nos perdimos...el gps del coche nos metió por unas carreteras tortuosas que no llegaban a ninguna parte. Gracias a que un campesino local bajó de su furgoneta para indicarnos el camino correcto. Tengo que decir que los ingleses son super amables, super educados y super serviciales, y que no entiendo de donde salen los energúmenos borrachos que vemos en Benidorm o en Salou.

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