El desayuno muy bueno y abundante y ya nos informó una camarera sevillana que trabajaba en el hotel lo dificil que era llegar al aeropuerto en autobús.
Aprovechamos la cercanía a la playa para echar un vistazo a una playa inglesa. Y la verdad es que estaba estupenda, un muelle con atracciones y restaurantes, una noria y hasta un tiovivo.


Con lo de conducir por la izquierda nos llevamos algunos sustos durante el viaje, pero lo de las carreteras inglesas es de susto permanente. No hay señales de tráfico, y no hay arcén, ni siquiera en las autovías hay arcén. Y las carreteras locales son tan estrechas que no se pueden cruzar dos coches sin que uno se aparte. Y te plantan un semáforo en mitad de una carretera. ¡Y además conducen como locos! Increiblemente tienen menos accidentes que en España...
Además resulta que no son kilómetros, son millas, y las millas parece que no se acaben nunca. Uno tiene en la cabeza los tiempos por recorrido de España, ves 60 millas y resulta que son 90 kilómetros, y entre las millas, las retenciones (claro, si no hay arcen, a mínimo que pase algo se montan unos atascos kilométricos) y las rotondas...es que no llegas nunca...Así que hay que tomarlo con paciencia y debéis ser muy prudentes programando los recorridos. Y aprovechando que ya no hay roaming, todo el día puesto el Google maps en el móvil. No veas lo bien que va el maps en Inglaterra, imprescindible.
Los horarios en Inglaterra son totalmente “ingleses”, las tiendas las abren a las 9 o 9,30, y están abiertas hasta las 5 de la tarde. Se come a las 12 y se cena a las 7. Más vale que os acostumbréis desde el primer momento, aunque lo facilita un poco el que en Inglaterra sea una hora menos.
Este primer día en Inglaterra nos fuimos a Windsor, buscamos el parking que recomiendan en el blog de “donde me lleven mis pasos”, es el parking Alma Road, es un parking descubierto, que hay que pagar por anticipado la estancia, pero es mejor descargar la APP del parking, y entonces simplemente va corriendo el tiempo y pagas cuando recoges el coche. El parking está muy cerca de la calle comercial principal de Windsor (Peascod street) y a 10 minutos del castillo de Windsor. La entrada al castillo cuesta 21 libras y es muy buena idea comprarlas anticipadamente en la web del castillo: https://www.royalcollection.org.uk/visit/windsorcastle así os ahorraréis la cola de una hora que tuvimos que hacer nosotros. Con la entrada está incluida una audioguía que es un auténtico rollazo, y que dejé de usar a los 10 minutos de recorrido por el castillo. La visita vale la pena y no os la perdáis. Especialmente la St. Georges Chapel y los State Apartments.

Con muy poca idea había reservado esa noche en el hotel Crowne Plaza Heythrop Park, que está pasando Oxford. Si ya nos costó llegar a Windsor, llegar al hotel, que estaba 20 millas más allá de Oxford, fue muy cansado, demasiadas millas para el primer día en Inglaterra, y llegamos agotados. El hotel en sí es fabuloso, totalmente recomendable, habitaciones grandes y modernas, con ducha y bañera. El hotel está en un bosque privado tremendamente grande, en donde ya desde la carretera de acceso pudimos ver ciervos y ardillas. El hotel da para estar varios días nada más que paseando por su bosque. El problema es que está lejos de todo y el precio de la cena nos pareció caro, así que nos fuimos a cenar a la población más cercana.
Y a la vuelta nos perdimos...el gps del coche nos metió por unas carreteras tortuosas que no llegaban a ninguna parte. Gracias a que un campesino local bajó de su furgoneta para indicarnos el camino correcto. Tengo que decir que los ingleses son super amables, super educados y super serviciales, y que no entiendo de donde salen los energúmenos borrachos que vemos en Benidorm o en Salou.