15 días en República Dominicana ✏️ Blogs de Dominicana Rep.

Cuando acabamos la visita fuimos hacia Pedernales. Hay que tener cuidado con la gasolina, pues aunque solo son 70 Km, hay que tener en cuenta que no hay ninguna gasolinera en el trayecto.

Allí teníamos reservadas dos habitaciones en el Hotel Pedernales Italia, un hotel sencillo, limpio, con desayuno incluido y muy buen precio. Como su nombre indica, lo dirigen una pareja de italianos que nos explicaron sus experiencias como europeos en la República Dominicana. Destacaban la dificultad para encontrar en aquella zona productos como mozzarella, vinos de calidad, etc, y que para encontrarlos debían ir hasta Baní, a unos 40 km de Santo Domingo. Estuvimos conversando un buen rato sobre el “ritmo caribeño” y como esto afectaba a la hora de encontrar trabajadores comprometidos o de lo que podían tardar para que te hicieran una reparación en el hotel.

En Pedernales cenamos en el restaurante King Crab, que tenía buena pinta y una carta apetecible. Pero nos encontramos con otra anécdota, que deja de serlo cuando te sucede muchas veces, pues muchos productos de la carta no los tienen y debes pedir varias veces hasta que aciertas en qué les queda. Esto nos pasó en varios restaurantes en todo el país, excepto con el pica pollo que está en todas partes.

Por la mañana, después de desayunar y conversar un buen rato con los italianos, fuimos al mercado binacional. Llegamos a la frontera con Haití, que está en la Carretera a Anses-A-Pitres, una travesía de la avenida Duarte, que es la calle más importante del municipio. Aparcamos, pagamos unos pesos para que nos “guardaran” el coche y entramos al recinto del mercado. Allí se vende de todo, desde ron a las más diversas telas y ropas. No tardamos mucho en salir de allí, pues hacía mucho calor, estaba atestado de gente y llamábamos demasiado la atención.


El mercado es como una especie de rastro en el que se pueden encontrar productos de fundaciones, ONG's, cosas viejas, etc. Es curioso ver la gente como pasa la frontera. Incluso hay una parte de la valla que está rajada y la gente pasa por allí sin ningún control. Nosotros no entramos a Haití, aunque se puede hacer. Muchos turistas pasan por el hecho de que les sellen el pasaporte.


Volvimos al hotel a recoger las maletas e ir en dirección a Bahía de las Águilas. El amigo italiano del hotel nos recomendó ir al restaurante Doña Charo, que está unos metros antes de la entrada al parque Jaragua. El precio de Doña Charo es precio de Pedernales, mientras que el precio de algún otro que hay por allí es precio Bávaro (palabras textuales del italiano). Para hacerse una idea, nos costó la comida de los cinco y la excursión a Bahía de las Águilas 5000 pesos, unos 90 euros.

Bahía de la Águilas es espectacular. Quizá la zona de la arena no tiene nada de particular, es decir no tiene palmeras ni vegetación exuberante, pero lo que es el agua es increíble. El azul es muy intenso y tiene un color espectacular. No busquéis peces porque no encontraréis. Quizás en otras zonas de la bahía sí que habrá, pero a donde nos llevan a los turistas se ven muy pocos. Nosotros, a excepción de una estrella de mar, vimos muy poca fauna marina.




Al cabo de dos horas, tal y como habíamos pactado, vinieron a recogernos y fuimos a comer. Comimos en restaurante Doña Charo, donde estuvimos tranquilamente un buen rato. Al acabar nos dirigimos al hotel Playa Azul de Barahona. El recorrido hasta Barahona es de unas dos horas.

---

El hotel Playazul, que también está regentado por un italiano, es bonito, tiene buenas vistas y tiene el desayuno incluido. En definitiva, está bastante bien, al menos para lo que suelen ser los hoteles por aquella zona.


Por la mañana nos fuimos a ver el Lago Enriquillo. Hay poca información sobre Lago Enriquillo. Encontré información de un viajero en una web, pero de aquella información a la actualidad ha habido cambios, sobre todo por las lluvias que hicieron que el lago tenga el doble de volumen de agua que hace unos años. Aquí os dejo el link: sersantanadominicana.blogspot.com/ ...uillo.html

Nosotros salimos de Barahona en dirección Neyba. Yo iba leyendo la descripción de la web que cito anteriormente. Primero buscaba los arrecifes de Postrer Río, pero pasamos varios quilómetros el pueblo y éstos no aparecían. Al cerro Las Caritas decidimos no subir, pues ya habíamos visto petroglifos anteriormente y, además, hacía bastante calor. Seguimos hasta la entrada del lago. Allí nos informaron de las diferentes visitas, había una de quince minutos, otra de veinticinco y la última de cuarenta y cinco.

Eran las 12 del mediodía y la temperatura marca 36ºC. El chico que manejaba la barca nos dijo que la barca llevaba hasta diez personas y que había cinco dominicanos que estaban contratando el viaje de veinticinco minutos, que si queríamos nos podíamos sumar a ellos y así pagar la mitad (el total de la barca creo recordar que eran 3800 pesos).

No entiendo por qué las barcas no llevan techo, pues el calor era demoledor. La vuelta que hicimos constaba de visita a los manglares, ver los cocodrilos, los diferentes tipos de aves y pasar por delante de la azufrada, que era una piscina privada con agua azufrada, pero que hoy día no existe por la crecida de caudal del lago. A la entrada del recinto del lago podréis observar muchas iguanas muy domesticadas, pues esperan a que los turistas les echen comida.



Después de ver el Lago Enriquillo seguimos haciendo la vuelta al lago. Llegamos a Las Barías, que está a unos 2 km de la entrada de Lago enriquillo, y fuimos a comer a un chiringuito al lado del balneario. Para seguir con la costumbre comimos pica pollo. Después de comer intentamos darnos un baño en la piscina, pero yo fui incapaz. El agua estaba helada.


Dijimos de ir al balneario de Boca de Cachón, que nos habían dicho que el agua estaba más caliente. Era cierto, allí podías bañarte sin que se te parase el corazón. Nos refrescamos y estuvimos un rato jugando con un niño del pueblo.


Esos días, fin de semana del 15 de agosto, eran días festivos en República Dominicana y todos los balnearios estaban bastante atestados de gente. Tiene su parte positiva, ya que te deja ver la manera en que viven los dominicanos. Nos llamaba la atención que la mayoría se bañan vestidos, sobre todo las mujeres que lo hacen con camiseta y pantalón. También vimos que son grandes consumidores de ron, aunque no vimos a nadie borracho. Y otra cosa, que ya he comentado anteriormente, es que se tira todo al suelo, aunque tampoco hay posibilidad de echar los desperdicios a un contenedor u otro lugar habilitado para ello. Supongo que después debe haber algún servicio de limpieza.

Una vez refrescados seguimos con la ruta. Pasamos por Jimaní, pero no paramos pues ya había acabado el mercado binacional y tampoco hay nada interesante que ver allí. Seguimos el viaje y pasamos por algunos parajes interesantes. A la derecha quedan las montañas de la sierra de Baoruco y debajo, entre la carretera y las montañas, hay grandes extensiones que poco tiene que ver con lo que nos imaginamos que es el Caribe.


Antes de llegar a Duvergé hay un pueblo llamado Vengan a Ver, donde está el balneario La Zurza. Este balneario es bastante grande y además hay una piscina pequeña para los niños. Solo nos paramos a verlo, pues ya habíamos visto bastantes balnearios.

Llegamos a Barahona y fuimos a cambiar dinero. Es recomendable ir a las casas de cambio, que dan un cambio algo mejor que los bancos. Hay una llamada Caribe que está en las ciudades más importantes del país. Siempre hay colas de gente.

Barahona es un municipio con todos los servicios necesarios. No tiene nada interesante que ver, pero en sus alrededores hay playas y es la entrada a la península de Pedernales. Podríamos decir que es la última gran población hasta la frontera de Haití.

---

Al día siguiente volvíamos hacia Santo Domingo, pero antes hicimos un par de visitas. La primera fue a Polo Magnético. El lugar concreto está señalado con una línea en el suelo. Yo no le encontré mucha gracia, pues no me daba la impresión que hubiese la subida que se dice que produce esta ilusión óptica. Sin embargo sí que hay otras personas a las que les parece que sí, que hay dicha subida cuando en realidad estás en bajada. Dejo un enlace con una explicación bastante clara de esta ilusión: es.wikipedia.org/ ...vitacional

A pesar de todo, hice la fricada de dejar el coche en punto muerto para ver si "subía en la bajada". Ya digo que a mi no me parecía que sucediera, pero a otras personas que había allí decían que sí.

Después de Polo Magnético, como aún era pronto, pensamos en ir a las dunas de Baní. La entrada a las dunas cuesta 100 pesos y está antes de llegar al pueblo, el cual está al final de la carretera. Son varias dunas bastante extensas que llegan hasta la playa. No son el desierto del Sáhara, pero son interesantes de ver. A la entrada hay una caseta sobre una pequeña colina desde donde se tiene una buena perspectiva del lugar. En el pueblo hay algunos restaurantes que hacen pescado y están bastante bien.



Llegamos a Santo Domingo sobre las 6 de la tarde. Nos alojamos en el hotel Class Colonial, un hotel sin demasiadas pretensiones, pero agradable, bien de precio y muy bien situado. Además, puedes utilizar la cocina y hay una zona de estar bastante agradable. Tienen bar donde hacen mojitos, gin tonics, etc.

Fuimos a cenar por la zona de Plaza España. Estaba muy concurrida, pues había conciertos y había mucha gente cenando y tomando copas. La verdad es que el ambiente era muy agradable. Cenamos en un Restaurante-Bar llamado Lumbers, donde cenamos muy bien. Yo comí una hamburguesa que en vez de pan llevaba mofongo, y estaba muy buena. Después tomamos unos mojitos en la calle para disfrutar más del ambiente callejero.



Al día siguiente fuimos a hacer compras por las calles adyacentes a la calle del Conde. Si queréis comprar recuerdos, esta calle es un buen lugar. Según me dijo una amiga, el mejor lugar para comprar souvenirs es el Mercado Modelo, que está saliendo unas decenas de metros de Zona Colonial. Lástima que nosotros ya habíamos comprado lo que necesitábamos. Normalmente hay que regatear, pues los precios que te dan son algo elevados.

Una vez acabamos, fuimos a comer con unos amigos que viven en Santo Domingo. Nos llevaron a comer a un restaurante en la zona del malecón. Pensábamos que sería caro, pero la verdad es que el precio no variaba mucho de otros restaurantes de la Zona Colonial. De camino a los Tres Ojos pasamos por el faro Colón, una estructura gigante de hormigón donde no paramos.

El parque de los Tres Ojos tiene una zona de paseo a la entrada, pero lo que es interesante son los lagos que hay bajando unas escaleras en un gran agujero. Al llegar abajo hay unos caminos señalizados que te llevan de un lago a otro. Además puedes coger una barca que te lleva hasta la otra orilla de uno de los lagos. En este link hay información y fotos sobre el lugar: www.fotoescapada.com/ ...tres-ojos/ .




A la mañana siguiente, después de una vuelta por Calle del Conde, pedimos un taxi para ir al aeropuerto. El taxista nos pidió 1100 pesos. Nos despedíamos de República Dominicana, y con muy buen sabor de boca!

---