Oder-Neisse (Frontera Alemania -Polonia) en bici ✏️ Blogs de Alemania

Después de desayunar en nuestra maravillosa pensión para ciclistas, emprendemos el camino. Al cabo de 20 kms., llegamos al punto donde el Neisse desemboca en el Oder. Proseguimos el viaje, desviándonos de la orilla del río, para visitar Neuzelle y su abadía del siglo XIII (km.30). A continuación, llegamos a Eisenhüttenstadt (km. 40) o Ciudad del Acero, localidad de marcado aspecto industrial con escaso atractivo turístico y que se encuentra enclavada entre el río Oder y el canal que une los ríos Oder y Spree, en esta ciudad, aprovechamos para comprar comida en un supermercado con la idea de montar un picnic en las orilla del río. El resto del día transcurre paralelo al cauce del Oder entre zonas boscosas hasta nuestra llegada en Frankfurt an der Oder.


Frankfurt an der Oder (58mil habitantes) es una ciudad de carácter estudiantil, siendo la sede de la Viadrina European Universit. En su centro histórico, aparte de los edificios del campus, destaca la Marienkirche con unas bellas vistas desde el puente que lleva al lado polaco. En la otra orilla del Oder se asienta la ciudad de Slubice, que, a pesar de los omipresentes estancos, licorerías y gasolineras, posee un aspecto más cuidado que otras localidades fronterizas polacas.

En esta ocasión nos alojamos en el lado polaco, en Slubice, en el hotel Villa Casino (48eur, habitación doble con baño). Buen hotel, con habitación grande y limpia. Cenamos en el restaurante aledaño, que ofrece platos de calidad a buen precio. Como curiosidad, en el desayuno coincidimos con los miembros de un grupo de rock japonés participantes de un festival que se celebraba en los alrededores y con sus gruppies.

---

Después del desayuno junto a las rockstars niponas, volvemos a la orilla alemana del Oder. Los primeros kms. transcurren dentro de una zona boscosa para, a continuación, retomar el camino a través del dique a orillas del Oder. Nos desviamos a hacer una pequeña parada en el pequeño pueblo de Reitwein (km. 25) y 10 kms. más tarde en Kietz, para, finalmente, llegar a nuestro destino en la pequeña localidad de Kienitz. En esta etapa tuvimos alguún problema con el molesto viento de cara en alguna de las largas rectas a lo largo del dique.


Kienitz (escasos 500 habitantes) se encuentra a orillas del río. Su lugar mas destacable es la Radwegekirche, o iglesia de la ruta ciclista, que se trata de una antigua iglesia reformada y reconvertida en una agradable terraza y centro social, muy curiosa y recomendable.

En Kienitz, nos alojamos en el Vier Jahrenzeiten Gasthaus (65eur, bungalow doble con desayuno). Es un pequeño hotel familiar que ofrece la posibilidad de cenar, eso si, hay que encargarlo todo antes de las 19.30. Muy recomendable y con unos dueños muy amables.

---

Último día de ruta. Pedaleamos junto al río hasta que en el km. 21 nos llama la atención un festival organizado junto a la orilla, a la altura de la localidad de Güstebieser Loose y que celebraba su hermanamiento con la vecina polaca Gozdowize. Allí tenían montados diferentes chiringuitos con cerveza y comidas locales y un escenario donde tomaban la palabra diferentes autoridades locales. Allí nos unimos a la multitud durante un rato y nos tomamos una cerveza y una salchicha. Muy a nuestro pesar, abandonamos los festejos y continuamos con nuestro camino, hasta llegar a Hohenwutzen (km.42) donde, aprovechando que había comenzado a llover, paramos a comer una sopa a cubierto en un restaurante local. Arrancamos de nuevo y hacemos nuestra última pausa, la del café, en Lunow (km. 54) en una agradable pastelería, donde llegamos en medio de un aguacero. Como se hacía tarde y no parecía que despejase, decidimos continuar bajo la lluvia, que, prácticamente, no cesó hasta la llegada Schwedt. A pesar del frío y el agua, el entorno de los últimos kms es muy agradable, la ruta abandona la orilla del rio para seguir la del canal adyacente y adentrarse en el territorio del Parque Nacional del Valle del Bajo Oder.

Schwedt (30mil habitantes), es la última ciudad de nuestro viaje ya que en esta ocasión, por problemas de fechas, no tuvimos tiempo de acabar al ruta Oder-Neisse, así que dejaremos las últimas etapas hasta llegar a orillas del Báltico para una próxima ocasión. A Schwedt llegamos sobre las 20h, y es por ello que nos encontramos con bastante poca animación en la calle y ningún restaurante abierto salvo el de nuestro hotel.

A la mañana siguiente, tomamos el tren de vuelta a Berlín (2h 15min., 12 euros), donde devolvimos las bicis.

---