Praga, Viena y Budapest en 1 semana: Diciembre de luces e historia ✏️ Blogs de Europa EsteViaje con bajo presupuesto por 3 increíbles capitales en las que disfrutamos del ambiente navideño, su interesante historia y una deliciosa gastronomíaAutor: MarinaW Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (4 Votos) Índice del Diario: Praga, Viena y Budapest en 1 semana: Diciembre de luces e historia
Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
Etapas 1 a 3, total 9
El viaje invernal de 2017 no podía ser otro que la ruta Praga – Viena – Budapest. Ya nos rondó la cabeza en año pasado y terminamos decidiéndonos por Nueva York así que este año estaba claro, aunque confieso que increíblemente (o no) nos sentimos muy tentados a repetir en La Gran Manzana. Como el año anterior, pensamos también en una ruta por Bélgica y Holanda, pero echando números, la ruta por el centro de Europa salía más económica y nos resultaba también más atractiva. Y cumplió.
Fue un viaje que ya tenía más o menos diseñado y aunque fui “monitoreando” los vuelos desde verano, no fue hasta un algo más de un par de semanas antes cuando finalmente pude hacer las reservas y a pesar de esta celeridad, me quedó un viaje muy apañado. VUELOS Viajamos a mediados de diciembre, justo la semana después del puente, de sábado a sábado. Desde que empecé a seguir los vuelos hasta que pude comprarlos, el precio subió entre 30-40€ en total; esa fue la multa que tuvimos que pagar por tan poca antelación y aún así nos salieron a un precio bastante decente teniendo en cuenta que desde Madrid no suelen ser unos de los destinos más económicos. Probé todas las combinaciones posibles con Praga, Viena, Budapest e incluso Bratislava y lo más ecoómico resultó ser entrar por Praga y salir por Budapest: - MADRID – PRAGA: 61,19 €/persona (con Ryanair y sin maleta facturada) - BUDAPEST – MADRID: 74,40 €/ persona (Iberia, incluido 10% de descuento por ser socio de Iberia Joven y menor de 30) Total vuelos: 135,19 €/persona HOTELES En estos casos no nos importa escoger alojamientos con baño compartido para ahorrar unos euros y lo cierto es que la diferencia se nota, sobre todo reservando con tan poca antelación. Procuramos siempre, eso sí, que se trate de un cuarto de baño normal y con pestillo, no de duchas comunes. En Praga escogimos el Flora House dos noches por un total de 60€ (+5€ por llegada antes de las 15:00). Es un alojamiento nuevo, sencillo, cómodo, limpio y muy cuco, además de bien situados. Resultamos además ser los únicos hueéspedes así que teníamos el baño para nosotros solos. En Viena era todo carísimo. Optamos por salir del centro y alojarnos en una zona animada u bien comunicada como son los alrededores de Westbahnhof, concretamente en el hotel Do Step Inn. Dos noches nos costaron 73,77€. La habitación era muy pequeña y sencilla y el baño,privado y en el pasillo. Teníamos metro, tren y un centro comercial justo al lado así que la elección resultó perfecta. En Budapest nos alojamos en un hotel de características similares, el Walking Bed Budapest Downtown. De nuevo parecíamos estar solos en todo el piso, pero por la noche había un huésped que no nos gustó nada, nos quejamos y nos cambiaron al edificio contiguo. Tres noches fueron 47,50€. Total hoteles: 93,14€/ persona AUTOBUS Sondeé la opción de tren y autobús para movernos entre las ciudades y para aquellas alturas, ambos habían subido bastante de precio así que la opción más económica fue el autobús… que por cierto son la mar de cómodos. Praga – Viena: 15€/ persona Viena – Budapest (con pequeña escala en Bratislava): 16,50€/ persona Total autobuses: 31,50€/ persona TOTAL PRESUPUESTO INICIAL: 259,83€/ persona Etapas 1 a 3, total 9
El día empezó muy muy pronto. Llegamos a la puerta de embarque a las 4:45, una hora y cuarto antes del vuelo, y ya la cola era kilométrica, así que asumimos que nuestras maletas irían en bodega y nos sentamos hasta que llegó la hora. El despegue fue movido, pero resto del vuelo, fenomenal.
Al llegar a Praga, recogimos las maletas, cambiamos 50€ en el mismo aeropuerto. El cambio estaba a 1€= 21.64K. Justo al salir al hall de llegadas, vimos la oficina de transporte y después de esperar una pequeña cola compramos el abono transporte para las próximas 24 horas en las que íbamos a visitar las zonas más alejadas del centro para aprovecharlo. El precio fue de 110K cada uno. Así, justo al salir de la terminar, cogimos el autobús 119 que nos dejaría al principio de la línea de metro. Desde allí, tardamos 10 minutos en llegar a la parada más cercana al hotel, Flora. El portero automático de nuestro edificio estaba conectado al móvil del casero, así que cuando llegamos nos dijo que estaba de camino y tuvimos que esperar un rato, pero la temperatura, era agradable. La zona nos pareció acomodada y tranquila y la habitación nos encantó… Además sólo teníamos que compartir el baño con otra habitación más que encima estaba vacía. Dejamos el equipaje y nos dirigimos en metro hacia la estación de Malostranská, la más cercana a la zona del Castillo de Praga. Allí, cogimos el histórico tranvía 22 hasta la misma puerta del recinto. Las primeras impresiones de la ciudad fueron buenísimas: El transporte funcionaba fenomenal y los edificios parecían todos sacados de un cuento. ¿La parte mala? Las colas. Simplemente para acceder a la zona del castillo, que es gratuita, tuvimos que esperar más de media hora para atravesar un control y arco de seguridad. En esa zona además daba la sombra y el frío era helador… Llevando vaqueros y mallas térmicas. Suerte que el abrigo y el gorro hicieron bien su función. El recinto está abierto hasta las 10 pero para entrar al interior de los edificios es necesario adquirir la entrada específica de los mismos o un circuito combinado en taquilla. Nosotros teníamos claro que queríamos hacer el Tour B, que incluía la Catedral de San Vito, la Capilla de San Jorge , el Antiguo Palacio Real y el Callejón del Oro y cuesta 250k/ persona (Intenté colar el Carnet Joven como estudiante pero no hubo suerte, piden el Internacional). Es posible acceder a los dos primeros sin pagar, pero no se podrá pasar de los últimos bancos. Bajo mi punto de vista, merece la pena pagar y poder pasearse por el interior… la Catedral de San Vito es una de la mejores que hemos visto jamás y resultó un gran anticipo de todas las que nos esperaban a lo largo del viaje. Después de otra larga cola, al menos rápida, accedimos y disfrutamos tranquilamente del interior. Hay varios monarcas enterrados en ella pero sin duda lo que más me impresionó es la tumba de San Juan Nepomuceno. De ahí pasamos a la Capilla de San Jorge, la parte más descafeinada de la visita bajo nuestro punto de vista… pero después de haber salido de ver la Catedral… cualquier cosa iba a quedar a la altura del betún. Visitamos también el antiguo Palacio Real. Las estancias eran diáfanas, pero nos gustó la parte superior, cuyas paredes estaban decoradas con una infinidad de escudos de armas. Para finalizar, pasamos por el Callejón del Oro, al que se accede pasando la entrada por unos tornos. Esta colorida calle es famosa por haber sido habitada por orfebres, y según la leyenda, hasta por alquimistas que intentaron transformar el hierro el oro e incluso la piedra filosofal. También es conocida por albergar una de las casas en las que residió Kakfa. El exterior nos gustó pero el hecho de que estuviera tan concurrida y fuera imposible sacar una foto decente, deslució un poco la visita. A cambio nos resarcimos visitando el interior de las casas, donde se exponían interesantes armaduras, armas y objetos de tortura. Terminamos la visita saliendo con una impresionante panorámica de la ciudad desde uno de los miradores del castillo, donde además dimos cuenta de un par de bocadillos de tortilla española que nos habíamos traído de casa para desayunar y que aún estaban intactos. En ese momento, comenzó a nevar y Praga continuó convirtiéndose en el escenario idílico. Bajamos andando para seguir conocienco el barrio de Malá Strana, pasando por las casas de los distintos gremios, a cada cual más bonita. En el camino, no paraba de repetir que Praga era, sin duda, la ciudad más elegante en la que había estado. No había un solo edificio que no me pareciera pintoresco. Llegamos así a la Iglesia de San Nicolás, por cuya entrada pagamos 70K cada uno. De nuevo, su interior nos dejó con la boca abierta. Al salir, fotografiamos la columna de la peste y fuimos andando a la Iglesia de la Victoria, hogar del famosísimo Niño Jesús de Praga. Cuenta la leyenda que a él deben acudir quienes estén buscando un embarazo y no lo encuentren. La estatua es muy pequeña y aunque no deje de ser un niño Jesús más, creo que merece la pena pasarse para conocerlo. Cuando terminanos la visita ya era noche cerrada y sólo pasaban unos minutos de las 4 de la tarde. Fuimos andando a la Isla de Kampa y allí visitamos la escultura de los bebés gigantes, el muro de John Lennon y el Molino del Gran Prior. La verdad es que comparándolo con el resto de la ciudad que llevábamos conocida, esta parte nos resultó algo sosa. Si para entonces aún había luz, teníamos pensado usar el abono transporte para subir en funicular al Monte Petrin y admirar las vistas de la ciudad, pero entre que ya era de noche, estaba cayendo agua nieve y ya habíamos tenido una buena panorámica desde el Castillo, abortamos misión. Cruzamos el abarrotadísimo Puente de Carlos, que a mi me maravilló cada vez que lo atravesé y llegamos a la Plaza Vieja. La primera impresión fue fabulosa: Las altas agujas de la catedral de Ntra. Sra. de Tyn, las fachadas iluminadas y el imponente árbol de navidad. De nuevo, metidos en un cuento. Aunque aún era pronto para los estándares españoles, decidimos ir a cenar para retirarnos pronto y descansar de aquel día tan largo. El sitio elegido fue el restaurante Mlejnice y no pudimos haber elegido mejor (aunque lo llevábamos estudiado de casa). Se trata de un sitio típico de ambiente medieval y platos tradicionales aptos para todo tipo de comensales. Viendo las raciones de las mesas vecinas sabíamos que íbamos a salir muy satisfechos al menos en cuanto a cantidad… así que nos decidimos por un típico goulash de ternera en una enorme hogaza de pan y una ración de patatas al horno con champiñones, brócoli y queso Edam. Además, regamos la cena con una cerveza Pilsner y una sidra de frutas. Fue una cena deliciosa y contudente que nos vino genial para entrar en calor. El precio fue de 466K (unos 18€ al cambio), así que genial. El postre lo teníamos claro: volvimos a la Plaza de la Ciudad Vieja y disfrutamos del delicioso dulce típico de la República Checa, el trdelník o pastel de chimenea, una pasa que se enrolla en un molde y se hace a fuego para después espolvoerearla con azúcar y canela. Nosotros pedimos uno relleno de chocolate (80K) y, aunque fue un poco incómodo de comer, acabamos relamiéndonos. Paseamos por los puestos del mercadillo navideño y pusimos hacernos nuestra foto con el precioso árbol de navidad. La verdad es que el ambiente era de ensueño y es un recuerdo muy bonito que me llevaré siempre. Antes de marcharnos, se nos antojó un chocolate caliente que compartimos y…. ha sido el mejor de mi vida.. ¡Qué sabor! ¡Qué cremosidad! Parecía chocolate con leche derretido… Por 60K, nos fuimos con un sabor de boca genial. A las 21:00 ya estábamos de nuevo en el hotel y tras una reparadora ducha caliente, descansamos de un día de lo más completo y satisfactorio. Gastos del día para 2 personas: - Abono transporte 24h: 220K - Entradas Castillo de Praga (Circuito B): 500K - Entradas a Iglesia de San Nicolás: 140K - Cena en Mjlejnice: 466K - Trdelnik y chocolate: 140K Total: 1016K (43€) Etapas 1 a 3, total 9
Dormimos fenomenal y recuperamos las horas de sueño perdidas las noche anterior. La habitación era de lo más acogedora y cómoda, y se notaba la calefacción, que se agredecía mucho con el frío que hacía fuera. Nos pusimos en marcha y pasamos por una tienda de barrio a comprar algo de desayuno (nueces, plátano, queso y té) por 110K. Es algo que hacemos habitualmente cuanto estamos de viaje, sobre todo en Europa, y así ahorramos tiempo y dinero.
Como teníamos el abono de 24 horas aún vigente, tomamos el tranvía nº 6 cerca del hotel y nos dirigimos a la Casa Danzante, que está algo más alejada del centro. A medida que nos íbamos acercando al río, los edificios iban recuperando la arquitectura y los colores que nos enamoraron el día anterior. La zona donde está la casa danzante es preciosa: El contraste con los edificios de alrededor, el río, los puentes…. Una maravilla. Eso sí, hacía un frío helador aunque brillara el sol. Nos hicimos unas cuantas fotos y antes de que nos caducara el bono, tomamos el metro hacia el centro. Una vez allí, cambiamos algo más de dinero y nos cobraron un 30% de comisión, una locura. Comparamos en varias casas y él chico no nos “debió” entender cuando le preguntamos por la comisión antes del cambio…. En fin, un momento bastante desagradable porque acabamos discutiendo con él. Menos mal que sólo cambiamos un billete de 50€. Unos minutos antes de que dieran las 10:00 entrábamos en la Plaza de la Ciudad Vieja para situarnos frente al reloj y poder ver el desfile de sus 12 Apóstoles a la hora en punto. Sabía que la zona estaba en obras, pero a pesar de que las lonas y andamios afeaban un poco la estampa, el reloj en sí estaba despejado y pudimos disfrutar de esa curiosa representación. Para entonces, ya había bastante gente en la zona, pero nada comparable a la marabunta de horas más tarde. Fuimos después a la Catederal de Nuestra Señora de Tyn, no fue fácil encontrar la entrada porque no es el portón que puedes esperar de una catedral como esa. Se entra por la Plaza, justo por un pasadizo que hay en el edificio color amarillo que hay delante de la Catedral. Supuestamente abre a las 10:00 todos los días y la entrada es gratuita, pero en ese momento se estaba oficiando una misa hasta las 10:30, según rezaba un cartel. Decidimos entrar y esperar al fondo de la nave a que terminara la cremonia, pero dieron las 11:00 hasta que lo hizo y después no se nos permitió acceder más allá de las rejas del fondo, así que nos conformamos con esas vistas. No terminamos de entender la razón de esto… Quizá fue porque era domingo y además de Adviento. Con ese pequeño chasco nos fuimos a la Iglesia de San Nicolás. No hay que confundirla con la del mismo nombre en el Barrio de Malostranská, ésta está en la misma Plaza de la Ciduad Vieja. Justo estaban abriendo y pudimos verla prácticamente sólos… Nos gustó, pero lo cierto es que las que habíamos visto antes ponían el listón altísimo. Desde allí, fuimo pasamos andando por la casa de Kafka (U Radice, 5) y llegamos andando hacia la Torre de la Pólvora. Decidimos no subir porque habíamos leído que no era impressindible y realmente lo que nos intenresaba era la torre en sí. Andando también, llegamos al Barrio Judío, al que íbamos a dedicar el resto de la mañana. La Primera Parada fue la Sinagoga Española, en cuya taquilla compramos la entrada para el Museo Judío, que nos permitiría ver las sinagogas más importantes (exceptuando la Viejo-Nueva) y el cementerio. Por primera vez en el viaje, conseguí que me aceptaran el carnet joven y así ahorrarme unas coronas. Nos costaron 240K y 330K respectivamente. El interior nos gustó muchísimo… No tiene nada que ver con las catedrales, pero desde luego de todas las que vimos fue de largo la más bonita. El nombre viene por una decoración de aires moriscos que recordaba a nuestra Alhambra. Pasamos después a sinagoga Pinkasova, muy cerca andando. El interior es mucho más sobrio pero tiene la particularidad de tener escritos en sus muros los nombres de más de 70.000 judíos asesinados en República Checa a manos de los nazis, además de una estremecedora colección de dibujos realizados por niños que estuvieron en el campo de Concentración de Tezerin. Junto a esta sinagoga está uno de los monumentos que más ganas tenía de visitar: El Cementerio Judío. Tengo la extraña manía de entrar a los camposantos que me encuentro cuando estoy de viaje, me parece algo super curioso, así que estaba deseando ver uno de los más famosos del mundo y no me defraudó. La primera tumba data de 1439 y a día de hoy es imposible estimar cuantos cuerpos reposan en él, pero se cree que alrededor de 100.000, aunque realmente “sólo” hay 12.000 tumbas visibles. Es espeluznante e interesante a partes iguales. Después de recorrer todos sus caminos, pasamos a la sinagoga Klaus, con un interior algo más ornamentado que el de la anterior y una gran colección de textos hebreos como principal atractivo. Al salir, pasamos junto a la Sinagoga Viejo-Nueva, que decidimos no visitar. No entraba en el ticket combinado y aunque es la más antigua de Europa aún en funcionamiento, tras ver el interior en internet no pensamos que tuviera nada especialmente significativo. Así, nos dirigimos a la última de la ruta: la sinagoga Maiselova. Allí pudimos disfrutar de una colección de objetos judíos y de un pequeños descanso en sus bancos. El hambre ya se hacía notar y pensamos en visitar una de las típicas cervecerías que llevábamos anotadas. Como la más famosa y antigua de Praga, U Fleku, estaba bastante retirada (por la zona de la Casa Danzante), fuimos a otra de las que teníamos anotadas: U Kunstatu. Fue un fracaso. Cierto que la variedad de cervezas es enorme, pero el local nos pareción vacío e impersonal… además las opciones de comida era limitadísimas y caras. Ya que estábamos allí, pedimos un queso macerado de sabor bastante original, una cerveza afrutada y una lager. Todo nos costó 210K. Como nos quedamos silvando, dedicimos que el mejor plan era pasear de nuevo por el mercadillo de la Plaza de la Ciudad Vieja y comer cosas típicas en los puestos navideños…. Y menos mal. En uno pedimos Utopenec, una especie de perrito de butifarra especiada (80K) y en otro, un langós (60K), que es una especie de pizzeta hecha de masa de tipo churros, con salsa de tomate, ajo y queso por encima. Entonces sí que nos quedamos satisfechos. El plan para la tarde era visitar la famosa biblioteca del Clementium pero por lo visto estaba cerrada indefinidmente por disputas legales y no o había visto avisado en ninguna parte antes de planificar la visita…. ¡Qué lastima! Cruzamos una vez más el abarrotadísimo Puente de Carlos, del que es imposible sacar una foto sin gente, pero lo volví a disfrutar mucho y más teniendo en cuenta que de nuevo empezaba a nevar… una estancia preciosa…. Pero hacía mucho frío así que decidimos refugiarnos en el McDonald’s, tomarnos unos cafés (49K) y entrar en calor mientras se cargaban de nuevo las cámaras. De nuevo tuvimos que juntar la merienda con la cena, prácticamente. Volvimos a cruzar el Puente de noche hacia la Ciudad Vieja y antes de empezar el tanteo de sitios para cenar, compramos unos souvenirs por la zona. La idea era probar el codillo del restaurante Ferdinanda, pero cerramos los domingos. La opción B era el restaurante medieval Krcma y como ofertaba cenar “estilo Juego de Tronos”, estaba todo reservado… ¡Qué fastidio! Lo que teníamos claro es que queríamos cenar codillo y trans un par de vueltas más nos decidimos por uo que tenía buena pinta:Hoy el codillo no nos lo quitaba nadie así que pedimos uno y una enorme sopa de pollo y una pinta de medio litro de cerveza (suficiente para ambos por que nos hincha mucho), todo para compartir. El codillo, espectacular: enorme, crujiente por fuera y tierno por dentro. Además venía acompañado de una ración de ensalada de col. La sopa muy buena y reconfirtante también. Además, todo nos costó tan solo 486K, así que salimos muy contentos con la elección. Antes de volver al hotel, pasamos por el mercadillo navideño de la Plaza de Wenceslao, ya bastante vacío a esas horas, pero en ningún caso con tanto encanto como el de la Plaza Vieja. Por primera vez en el día, comprmos un billete de metro sencillo por 24K cada uno. Es la opción más barara, porque tiene una validez de tan sólo 30 minutos en los que peudes recorrer 5 estaciones, cosa que en nuestro caso se cumplía. Y así, satisfechos con todo lo que habíamos visto, nos despedíamos de Praga con la idea clarísima de volver en el futuro. Gastos del día para 2 personas: - Desayuno en super: 110K - Entradas al Museo Judío (Estudiante + Adulto): 580K - Cervezas y aperitivo: 210K - Comida en Mercadillo: 140K - Cafés: 49K - Souvenirs: 120K - Cena: 486K - Metro: 48K Total: 1695K (69€) Etapas 1 a 3, total 9
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (4 Votos)
Últimos comentarios al diario Praga, Viena y Budapest en 1 semana: Diciembre de luces e historia
Total comentarios: 5 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados En SOLITARIO por Rumanía, Hungría, Eslovaquia & Chequia
Viaje de verano 2014 por algunos países del Este europeo que aún...
⭐ Puntos 4.90 (42 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 597
Viena - Bratislava - Praga
9 días de viaje por estas tres capitales del centro de Europa, trasladándonos en tren, a finales de agosto de 2018
⭐ Puntos 5.00 (4 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 229
POLONIA, ESLOVAQUIA Y HUNGRÍA
Un recorrido de 25 días por esos tres países
⭐ Puntos 4.75 (4 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 151
Polonia y Capitales Bálticas
Viaje de 15 dias por varias ciudades de Polonia y las capitales de las tres republicas exrusas de Lituania, Letonia y Estonia, en el verano del 2011.
⭐ Puntos 5.00 (16 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 143
Praga y Budapest con niños - Junio 2017
Nuestro viaje por Praga y Budapest con dos pequeños de 7 y 9 años en junio de 2017
⭐ Puntos 5.00 (3 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 134
Galería de Fotos
|