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Relatos de Angola, Namibia y Santo Tomé

Relatos de Angola, Namibia y Santo Tomé ✏️ Blogs de Africa Africa

Relatos de mis viajes por Angola, Namibia y Santo Tomé
Autor: Juliomad  Fecha creación:  Puntos: 5 (3 Votos)
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Apuntes de Santó Tomé y Principe

Apuntes de Santó Tomé y Principe


apuntes de mi estancia en Santó Tomé
Localización: Santo Tome Santo Tome Fecha creación: 19/07/2019 08:37 Puntos: 0 (0 Votos)
1- Es un país realmente minúsculo. El segundo más pequeño de África solo por delante de las islas Seychelles. Por otra parte Sao Tome y Príncipe es uno de los micros estados más grandes del mundo y si eso no es un oxímoron en toda regla, que me demuestren lo contrario.

2- No, aunque pueda parece lo contrario el gentilicio de los habitantes de Príncipe, no es altezas ni principescos, simplemente son saotomenses como el resto de los habitantes del archipiélago. Eso sí. Siempre puedes comerte un paquete de galletas príncipe en la isla de Príncipe y quedar como un rey. Y es cierto, hay cierta rivalidad entre los habitantes de ambas islas, no sé muy bien cuál es el motivo pero algunos de los habitantes de Sao Tomé se consideran mejores que los de Príncipe a los que consideran vagos que solo viven de la belleza de su isla.

3- Sus gentes son amables, simpáticas y como es costumbre en África y en los pueblos del interior españoles te saludan cuando te cruzas con ellos por los caminos, tampoco es extraño que un desconocido se te acerque y te estreche la mano y se ponga a hablar contigo sin venir a cuento. Además es un país seguro para donde puedes caminar por las calles de la pequeña capital sea la hora que sea sin miedo y sin recelos. Por si fuera poco la vida es tranquila y relajada, nada de prisas las cosas se hacen a su ritmo y cuando llegan. El Sao Tomé way of life se llama leve-leve.


4- Solo haye una cerveza local, que se llama Rosema. Y la curiosidad es que, aparte de que son botellas de medio litro, la botella de color marrón, no tiene etiqueta. Parece ser que el motivo es que como no hay otra cerveza nacional con la que compartir el mercado, no tienen sentido gastarse dinero en publicidad. Pedirla siempre muito, muito fresca y si sois dos, no pedir dos cervezas, sino una y compartirla, cuando se acabe una pedir otra. Así evitaréis que se calienten antes de tiempo. Extraña ver que en los bares y restaurantes de Sao Tomé está permitido fumar. Pocos de los bares tienen aire acondicionado así que hay que estar despierto y colocarse convenientemente bajo los grandes ventiladores que hay en el techo. Otra opción es elegir un restaurante con terraza y sentarse a la sombra para contemplar sus increíbles playas mientras comes. La música que se suele escuchar en los bares es Koduro, Kizomba africano o Forró Brasileño. También te puede sorprender en un momento dado el aire lánguido de un fado.

5- La línea Ecuatorial pasa por el sur de Sao Tomé, concretamente por una islita que se llama isla de Rolas y como esta isla es también es el punto habitado más cercano al meridiano de Greenwich resulta ser que para ellos es el centro del mundo. Por cierto justo frente a la isla de Rolas aún en la isla de Sao Tomé hay un restaurante que se llama Ecuador y que sirven un pescado exquisito. Hay que tener cuidado ya que desde las doce de la mañana hasta más o menos las tres de la tarde el calor es insufrible. Mejor si no es estrictamente necesario evitar estar expuesto al sol, buscar un sitio a la sombra tomarse una Rosema muito fresca a la sombra o refrescarse dándose un baño en el mar.


6- Algunas de las playas más bellas del mundo están en la isla de Príncipe. Playas de arena blanca finísima, de aguas cálidas, transparentes, de un color azul turquesa, que contrasta con el color verde intenso de la jungla que llega hasta el mismo comienzo de la arena. Son playas perfectas para bucear y divertirse viendo multitud de peces. Además las playas tienen el plus añadido de que no hay casi gente, increíblemente es uno de los paises del mundo que menos turistas recibe, con lo cual las puedes disfrutar para ti solo. Eso si hay que tener en cuenta que antes o después, y a veces antes y después, te va a llover.

7- Casi toda la isla de Príncipe es reserva mundial de la Biosfera, así que disfruta de sus selvas intrincadas y sofocantes, por el calor, la humedad, por el verde que lo llena todo, observa los coloridos pájaros que salen volando de cualquier rama a tu paso, admira las flores ¿orquídeas? que crecen en las copas de los árboles o en los troncos caídos. No hay animales salvajes peligrosos salvo alguna cobra negra ¡introducidas para acabar con una plaga de gatos! así que es importante llevar un buen calzado para evitar improbables mordeduras. Si tienes suerte y estas en la playa puedes observar a plena luz del día el imprevisto nacimiento de tortugas, que nada más aflorar a la tierra buscan desesperadamente ir al mar. Aunque está prohibido, aún es posible comprar objetos realizados con el caparazón de las tortugas. No los compres, primero porque para hacer ese objeto han tenido que matar unos animales que están en peligro de extinción y segundo porque al salir de la isla te revisan la mochila o maleta y puedes acabar dando con tus huesos en la cárcel. En este viaje, para que luego digan, aprendimos que el sexo de las tortugas depende del calor de la arena en la que se han incubado los huevos, si es menor de 27º la tortuga será hembra y si es mayor el ejemplar será un macho.

8- En Sao Tomé, haz una excursión al sur de la isla. La carretera salvo en algún pequeño tramo es buena y el trafico es escaso. Disfruta de sus playas, de sus increíbles paisajes, visita la formación rocosa que se llama el Cao Grande. Visita alguna de las Roças, que así se llaman a las plantaciones que dejaron los portugueses cuando abandonaron el país, la mayoría están abandonadas pero se ha recuperado alguna para disfrute de los turistas. Igualmente interesantes son las visitas a las viejas fabricas e ingenios que se utilizaban para tratar el cacao, hubo una vez que este país fue el mayor productor mundial de cacao, y para extraer el aceite de palma. Por supuesto disfruta del chocolate hecho allí. Llega hasta el extremo sur hasta la población de Porto Alegre, realmente unas cuantas chabolas donde la gente, los perros, los cerdos y el pescado puesto a secar comparten la única y polvorienta calle del pueblo. Atraviesa la población con cuidado de no atropellar a nadie, mientras observas las hileras de pescados puestos a secar al sol para poder llegar a la Praia Inhame, donde aparte de poder coger el barquito que lleva a la isla das Rolas, puedes disfrutar de su maravillosa playa, y disfruta de sus paisajes comiendo un riquísimo pescado.

9- En tu excursión hacia el sur de la isla, hay una parada obligatoria. Es lo que llaman la Boca do Inferno. Una formación rocosa al lado del mar y que cuando está subiendo la marea, provoca que el agua se mete entre las piedras y oquedades y debido a la presión que ejercen las olas surjan por los huecos grandes sifones de agua marina que llegan a tener más de 20 metros de altura. Otro motivo de interés es la leyenda que rodea a este sitio. Según cuentan, durante la época colonial allá por alguna década del siglo XIX, había un rico hacendado portugués que vivía en Sao Tomé. Este hombre durante la semana hacia la vida de cualquier hacendado que se preciase, cuidaba de su cacao, perseguía a sus esclavas, castigaba a sus esclavos, montaba a caballo. En fin, nada que le diferenciase de ningún otro caballero portugués de la época. Lo que si le hacía diferente es qué, cuando llegaba el viernes por la tarde, el susodicho, abandonaba su Roça se dirigía a la boca, se introducía en ella y mágicamente aparecía en los salones de su casa Lisboeta. Allí pasaba el fin de semana en compañía de sus amigos, disfrutaba de la sofisticación de la vida lisboeta y el domingo por la tarde hacia el camino inverso apareciendo en las rocas que forma la boca del inferno. Teniendo en cuenta que la duración del vuelo entre Lisboa y Sao Tomé es hoy en día de unas cinco horas, no podemos dejar de admirar la hazaña de tal caballero. Y ya que estamos ahí, no podemos irnos sin comprar un coco a los jóvenes que atienden el puesto que estratégicamente está allí colocado y maravillarnos, a mi por lo menos me parece increíble, de cómo son capaces de, sin cortarse una mano, utilizar el gigantesco machete para abrir el coco por la mitad y sacar una fina lasca de la corteza para así abierto permitirnos beber su leche y con la lasca comer su carne.


10- La ciudad de Sao Tomé es pequeña, realmente pequeña, no más de una decena de calles. Tiene un pequeñísimo centro financiero, donde unos edificios de acero y cristal son la sede de un banco, un gran super y la compañía de teléfonos. En el centro abundan los edificios coloniales realizados en piedra y con balcones de madera, entre ellos destaca un gran edificio que fue la casa del gobernador de la isla y ahora es el palacio de gobierno. Se puede visitar la catedral católica donde los domingos la misa es todo un espectáculo de gente cantando. Visita imprescindible, aparte del pequeño fuerte portugués de San Sebastián, es el centro de Arte Cacau. Una vieja fábrica que en tiempos coloniales servía para arreglar locomotoras de vapor y vagones de los distintos ferrocarriles que unían las roças con los puertos de embarque del cacao y ahora esta reconvertido en un espacio cultural vanguardista lleno de obras de arte realizadas por artistas de Nigeria, el Congo, Angola y Sao Tomé. Como curiosidad decir que uno de los artistas que tienen obra expuesta es además el vigilante de este espacio, con lo cual te da explicaciones de primera mano de sus obras y de lo que quería plasmar en ellas. Además todos los jueves por la noche hay conciertos en vivo y es un lugar perfecto para tomar una copa.
En el extrarradio por llamarlo de alguna forma, lo habitual son las construcciones típicas. Casas levantadas sobre pilotes, como si fueran palafitos, hechas en madera y pintadas de vivos colores.

11- También en la ciudad y si tienes oportunidad no dejes de visitar el mercado municipal. Realmente el mercado son dos edificios separados por una calle y unas casas: el mercado viejo y el nuevo. El más interesante es el viejo, un feo y decadente edificio de dos plantas donde se compra y se vende todo lo que la naturaleza es capaz de ofrecer y el ser humano es capaz de comer. Además funciona sea la hora del día que sea, pasamos un día a las 5 de la mañana y vimos que ya había gente comprando o vendiendo mercancías. También hay gente que no tiene casa y vive allí por seguridad o vendedores que para no perder su lugar de venta no se mueven del sitio. Por el día es pura África, un hervidero de gente que se para en los puestos, que regatea, que ríe, que charla, que pasea, que sube o baja de las motos, de los taxis de color amarillo, o de las combis también amarillas. Hay huevos, carne de cerdo, de pollo, de cordero, pescado fresco o salado, hierbas de cualquier tipo, frutas tropicales de todos los tamaños y colores, mariscos y un montón más de alimentos de formas y colores exóticos. ¿Qué serian esos productos de tamaño algo superior al de un huevo y color morado y amarillo? ¿Quizás un fruto?. ¿Serían moluscos sin valvas lo que vendían unas mujeres algo mas allá y que flotaban en agua llenando cubos, barreños y baldes? O como sabrán esas hierbas de formas extrañas que tienen toda la pinta de hierbas aromáticas pero ¿quién sabe, a lo mejor son hierbas medicinales? Eso sí, si no aguantas los olores fuertes o persistentes, o te da algo de cosa ver a un perro comiéndose un hígado crudo en medio del mercado, mejor abstente de ir


12- Fuera del viejo mercado, rodeándolo y en la calle que lleva al mercado nuevo, hay un mundo inexplorado de gigantescas montañas de camisetas de todos los colores, Una selva de camisas y de pantalones, de calzoncillos y bragas. Un rio de calzado que tiene una segunda oportunidad. Un bosque de gafas de sol y bolsos. Como no fijarse en uno de los puestos que vende chanclas, todas ellas llevan impresas en la parte superior, la parte que roza con la planta del pie, los colores, el triangulo y la estrella de la estelada. La pregunta surge sola, ¿cómo habrán llegado esas miles de chanclas a ese perdido puestecillo de este remoto país?

13- La gastronomía como no podía ser de otra forma, tiene mucha influencia portuguesa, y aunque en cierto modo está limitada a peixes, frango y porco - peces, pollo y cerdo- no por ello es menos rica. No te desanimes, siempre puedes empezar con unos petiscos, aperitivos a base de mariscos y seguir con un plato de peixe grelhado. Los pescados, normalmente atún, caballa, emperador o barracuda son fresquísimos y los suelen hacer a la parilla con lo que suelen estar riquísimos. Suelen ir acompañados de verduras y arroz. También tienen Calulu, un plato angolano consistente en un guiso en que se mezcla pescado seco con pescado fresco, espinacas, okras, tomate y cebolla y que bien hecho es una autentica delicia, también claro no dejes de probar las frutas.Las hay de todos los colores y formas inimaginables coconas, bananas, piñas, mangos, cocos, simplemente riquísimas. Si eres aventurero y tienes un estomago acostumbrado y que no sufre, acércate a alguno de los puestos callejeros y pide que te sirvan algo de vino casero de palma fermentado. Dulce y a la vez ligeramente agrio que venden en botes de cristal que debes devolver una vez te has bebido su contenido. Por otro lado si quieres un menú sofisticado debes viajar un par de horas hacia el sur a otra antigua hacienda, la Roça de Sao Joao de Angolares, que se ha convertido en templo gastronómico gracias a su propietario, el cocinero Joao Carlos Silva, que la ha rehabilitado con un toque bohemio. Aquí lo mejor es dejarse sorprender por su menú degustación, de platos pequeños y deliciosos.

14- La moneda local es el Dobra. 24,5 Dobras equivalen a 1 €. Recientemente me da la impresión que ha debido haber una reordenación monetaria que hace que mucha gente aún te diga al preguntar un precio su valor antiguo en lugar de su valor nuevo. Así te pueden pedir 80000 Dobras, cuando realmente su coste son 80 Dobras. Otra consecuencia es que no hay monedas, o por lo menos yo no vi ninguna. Todo son billetes, el más pequeño es de 5 Dobras, el más grande que paso por mis manos de 200 Dobras. No conviene cambiar mucho dinero de golpe, ya que la vida no es muy cara y además taxis, hoteles, coches y excursiones que alquiles te van a cobrar en Euros, mientras que restaurantes y puestos de la calle solo admiten Dobras. el uso de tarjetas de crédito es anecdótico por no decir inexistente, solo se utiliza efectivo. Una cerveza nacional, la Rosema, en un bar te puede costar menos de 1 € mientras que en hotel puede llegar a costarte 4 €.

15- Miscelanea: Suele haber apagones de luz durante el día, afortunadamente no suelen durar más allá de unos minutos. La mayoría de los hoteles tiene generadores con lo cual para el turista es imperceptible. Los baños de los restaurantes están bastante limpios, y las caipiriñas que suelen costar entre 3 y 5 €, o quizás por ello mismo, no son gran cosa. En los pueblitos del interior, las mujeres suelen aprovechar el asfalto de la carretera para poner sus ropas recién lavadas a secar. Los niños se divierten con grandes juguetes hechos en madera y que son bicis y coches de competición. El agua embotellada viene toda de Portugal. La mayoría de los pueblos por los que cruza la carretera no son más que una sola calle con tres o cuatro casa hechas en madera o chapa, con una peluquería y un local donde se vende gasolina. Todos sin excepción tienen zonas para separar la basura orgánica de la que no lo es. El aeropuerto de Príncipe, no es más que una caseta en medio de la pista, donde recoges tu equipaje a pie de pista cuando lo bajan del avión ucraniano que une ambas islas en un vuelo de treinta minutos, y donde una mujer policía te toma la temperatura poniéndote un aparato en tu frente. Por supuesto un poco de portuñol, te abre todas las puertas.

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N'dalatando II (Sudores de África)

N'dalatando II (Sudores de África)


Excursión a la colina de N'dalantando
Localización: Angola Angola Fecha creación: 31/07/2019 08:58 Puntos: 0 (0 Votos)
Siempre existe un momento, en el que lo que parecía una idea estupenda se transforma en una idea no tan buena o por decirlo claramente en una mierda de idea. Justo en ese instante me encontraba yo, parado, sudando, muerto de calor, intentando recuperar el resuello en una cuesta interminable y con una pendiente inhumana frente a mí. ¿En qué momento me pareció una buena idea subir hasta la cima de esta colina, bajo el sol abrasador del mediodía Africano?¿por qué no compre más agua cuando pude? y sobretodo ¿por qué no me doy la vuelta , bajo a casa, me ducho y me voy a esperar a A. a nuestra roulotte de siempre? pero ya que hemos llegado hasta aquí… una vez que me recupere un poco, vuelvo a emprender la marcha, animado pero despacio, atacando las interminables cuestas con parones cada quince o veinte metros.

Pero vayamos al principio de esta pequeña aventura.

La verdad es que una pequeña, tirando a pequeñísima, ciudad del interior de Angola por muy capital de provincia que sea y por muy exótico y aventurero que suene, no tiene muchos divertimentos que ofrecer y N’Dalatando no es una excepción. La única diversión en la ciudad, se produce los fines de semana, y se resumen en un concierto de Koduro, música que vuelve locos a todo angolano sea hombre o mujer menor de cuarenta años, ofrecido por alguno de los grupos locales, y quizás posteriormente la visita a una de las dos discotecas que hay en la ciudad. Sé que no parece mucho y realmente no lo es. Si además a eso le sumamos, que el Koduro está bien pero después de cuatro canciones acaba haciéndose cansado y que, ir a las discotecas, que queréis que os diga, pues se me pasó la época, da como resultado un horizonte muy poco apetecible.

Y la verdad es que tras 20 días de estancia ya no me quedaban muchas actividades lúdicas que realizar antes de caer en el puro aburrimiento. Ya conocía la ciudad y sus recovecos casi como un nativo. Había caminado, evitando ser atropellado por alguno de los vehículos que circulaban por la carretera, los tres kilómetros que separan la ciudad del centro biológico de Quilombo, una especie de parque de la naturaleza, y donde según dice la leyenda el actual y sempiterno presidente angolano Joao Do Santos vivió durante la guerra civil que sufrió el país en el palacio construido por el antiguo gobernador portugués de la provincia y que actualmente esta reconstrucción, y disfrutado de sus bosques tropicales, pájaros cantarines, flores desconocidas, pequeños mamíferos como puercoespines, avistado esquivos monos, de cantarines riachuelos y caminos intrincados. Aquí debo reconocer que el miedo, pese a los carteles que avisaban de que la zona estaba totalmente desminada, a que aún existiesen algunas minas enterradas sin desactivar y especialmente a que se activasen por mi pie, me hizo no salirme, pese a mis ganas de perderme por el interior del intrincado bosque, de los caminos y senderos señalizados.

Había cogido los autobuses colectivos que unían la ciudad con las poblaciones cercanas, y visitado algunas de ellas, me había apuntado a alguna visita de trabajo que A. y sus compañeros habían organizado a poblaciones y ciudades lejanas, me había hecho mas o menos amigo de los camareros de los dos bares que solía frecuentar. Había vagabundeado por los diversos barrios de la ciudad y ya era conocido por niños a la salida de los colegios que me habían bautizado como Branco Maluco mientras se reían. Había visitada la moderna estación de ferrocarril de la ciudad y el sueño de viajar en tren se había esfumado al conocer la frecuencia de paso de los “comboies”, Un tren de ida con destino final en la capital de los diamantes angolanos Bengela que pasaba el lunes y otro de regreso desde Bengela a Luanda que pasaba el viernes. Eso si a cambio de mi desilusión, había disfrutado del inmenso hall de la estación y descansado en unos de sus decenas de bancos blancos todos vacios, salvo un par de ellos ocupados por un par de personas que parecían vivir allí, disfrutando de su aire acondicionado, y observando a través de la gran cristalera que ocupa uno de los lateral la triste imagen de un par de maquinas de ferrocarril, todo herrumbre y desidia que estaban varadas en la playa de vías de la estación y preguntándome cuanto tiempo llevarían en ese lamentable estado.

Tampoco mi "trabajo" como voluntario, enseñando nociones de ofimática básica a los trabajadores locales de una ONG, me absorbía tanto tiempo: únicamente tres horas diarias dos días a la semana, y como digo no era algo que ni remotamente pudiésemos catalogar como difícil o complejo, así que mis días en la pequeña ciudad angolana transcurrían muy lentamente. Y claro al final, acabe fijándome en ella, siempre presente, desafiante en su presencia. Al asomarme a la terraza de la casa me la encontraba allí elegante frente a mí, al pasear por la calle me bastaba con mirar a mi izquierda y levantar un poco la vista para verla. Por la noche, en la oscuridad, las luces de las casitas que se levantaban a sus pies, perfilaban su forma. Es una colina grande, las mas alta de las que rodean la ciudad y de tierra roja, como es toda la tierra por aquí, un rojo que se acentúa en época seca como en la que estábamos, un rojo solo roto aquí y allí por las pinceladas verdes de los arbustos. En la cima de la colina, unas antenas repetidoras, y es allí a aquellas antenas donde me propuse subir.


Durante un par de días me dedique a preguntar sobre la colina a todo el mundo, a los compañeros angoleños de la oficina, a las personas que nos protegían la casa, al camarero que me servia una cerveza EKA bien fría, en definitiva con todo aquel con el que tenía algo de confianza le pedía opinión. ¿Se podía subir hasta allí arriba sin problemas?, ¿había algún camino? y ante su respuesta afirmativa, me decidí. Pregunte igualmente por donde se llegaba a la base de la colina y me indicaron que era por una calle que yo ya conocía, pues la había recorrido en su primer tramo. Después de dos cervezas y tras pensarlo un poco lo decidí. Seria al día siguiente, así no me daría tiempo a arrepentirme, me levantaría temprano, y subiría hasta la cima, esa noche antes de dormir deje la mochila preparada, básicamente consistió en meter dentro una botella de agua y la cámara de fotos.

Roulotte: pequeños recintos, normalmente una desvencijada caravana, o unos bloques de cemento que hacen las veces de bar en los pueblos y ciudades de Angola
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N'dalatando III (Sudores de África)

N'dalatando III (Sudores de África)


II parte de la excursión a la colina de N'dalatando
Localización: Africa Africa Fecha creación: 01/08/2019 07:53 Puntos: 0 (0 Votos)
Es la primera vez que madrugo desde hace casi tres semanas. Son las cinco y media de la mañana y la luz del sol entra ya por la ventana. Me levanto a la vez que A., ella se prepara para ir a la oficina, yo para mi aventura. De pie en la cocina desayunamos un vaso de leche sudafricana y unas galletas portuguesas, en un momento dado, me mira y se ríe, me desea buena suerte. Al poco nos despedimos, ella se sube en la camioneta que la lleva a la oficina y yo comienzo a andar por la calle. A esas horas, aunque temprano, el sol ya luce alto en el horizonte, apunta que será un día caluroso. Ando por la ciudad a buen paso, cruzo la carretera general que como siempre es atravesada por gigantescos camiones y poco después las vías del tren, por un paso de peatones, pendiente de no morir atropellado por algunas de las grandes y relucientes camionetas que a toda velocidad circulan por la ciudad o por alguna de las cientos de motocicletas que hacen de taxi. Según me alejo del centro de la ciudad la densidad de gente con la que me cruzo va descendiendo. Igualmente el camino deja de estar asfaltado y se convierte en una pista de tierra. Decenas de pequeñas peluquerías con nombres como “el emperador del corte” ofrecen sus servicios a los transeúntes, tiendas sin nombre que exponen sus coloridos vestidos y camisas en medio de la calle, comercios regidos por mauritanos donde se venden refrescos y alimentos, se extienden a ambos lados de la calle. Paso por detrás de lo que alguna vez será la piscina cubierta de la ciudad, y que de lejos guarda cierto parecido con el Partenón, imagino yo que esto último es debido a la globalización y llego a un pequeño mercado al aire libre.

Me desvío del camino y paseo un rato entre los diversos puestecillos, por llamarlos de alguna manera, del mercado. Al lado del señor que vende desde pilas eléctricas a cubos de plástico, se encuentra la zona de las pescaderas. No se cual es el motivo pero todas los puestos de pescado son atendidos por mujeres. Son puestos sencillos, una sabana que en algún momento fue blanca, tendida directamente en el suelo de tierra con el pescado tirado encima puesto a secar al sol. Si ya el aspecto del pescado no es muy apetecible su olor definitivamente echa para atrás. Ni siquiera tienen moscas y las moscas están por todos lados. Un poco más allá, cerca de los vendedores de cubos de plástico, un peluquero hace su trabajo al aire libre. Justo enfrente de la zona de las pescaderas, están aparcados el par de decenas de taxis que llevan a las diversas ciudades y pueblos de la provincia. Al verme los conductores, se acercan y empiezan a gritarme los nombres de ciudades y pueblos a los que me pueden llevar, Colungo Alto, Bengela, Lambaca, Samba Caju para a continuación decirme los precios. De vez en cuando alguno de los taxis, ya repleto de gente, arranca hacia su destino, levantando una polvareda detrás de el, que acaba inundando todo el mercado, pescados incluidos. Me despido de los taxistas y vuelvo a mi camino, según avanzo las casas van siendo mas humildes y sencillas, y a la vez desaparece cualquier atisbo, si es que alguna vez lo hubo, de planificación urbana, a mi derecha las casas, humildes chozas de barro de una sola pieza y con techo de calamina con un pequeño patio delantero donde algunas gallinas picotean el suelo, se arremolinan al lado de lo que alguna vez debió ser un riachuelo y ahora es un charco de agua de un color grisáceo amarillo de lo más extraño.

Llego al final del camino, frente a mí se abre una gran explanada. Justo en uno de los laterales del descampado se alzan los altos muros de la fábrica de agua embotellada, la misma marca que la que llevo en mi mochila. Un poco a la derecha, en un contraste de esos que de vez en cuando te ofrece la vida, está el pequeño pozo que unido a una bomba proporciona algo de agua potable a la población, y es la mayoría, que no puede pagar el precio de una botella al agua embotellada. Cinco o seis jóvenes están haciendo cola esperando su turno para llenar sus botellas y barrenos de agua. Entre la fábrica y el pozo se abre un camino bastante ancho que me debe llevar hasta la cima. Esto marca, el comienzo de mi verdadera excursión

Al principio el camino está bien, muy bien incluso. Es una pista de tierra apisonada, sin demasiada pendiente. Mientras avanzo pienso en que será un paseo agradable pese a que el sol y solo son las 8 de la mañana calienta de lo lindo y que empiezo a sudar bajo mi gorra Tras un giro el camino se empina terriblemente y la pista antes lisa y compacta, se llena de rodaduras y cárcavas, la tierra se desmiga en piedrecitas que se escurren bajo mis botas, producto todo ello de las lluvias ya lejanas en el tiempo. El sol calienta cada vez más y la rala vegetación compuesta de arbustos bajos, no proporciona ninguna protección, me paro un momento a descansar y miro a mí alrededor, multitud de pequeños senderos salen del camino principal en el que me encuentro y se pierden serpenteando hacia el valle, o hacia las otras colinas. N’dalatando se ofrece a mis pies. Es una perspectiva desconocida para mi. No es una ciudad bonita, pero ahora mismo la reconozco como mi hogar. Intento encontrar referencias. Busco la casa donde vivimos y para ello me fijo en el pequeño hospital que está un poco detrás de la casa, me fijo en el campo de futbol, donde juega el Rosa de porcelana el equipo local que milita en la primera división angolana, busco el parque que hay en el centro de la ciudad, el pequeño mercado municipal, al fin busco la oficina aunque no la encuentro ya que descubro que se encuentra detrás de una pequeña colina.

Bebo un poco de agua, y prosigo el camino, sigo ascendiendo cada vez mas despacio y con mas esfuerzo. El camino es una sucesión de curvas seguidas de empinadas cuestas, que acaban en otra curva que da paso a otra cuesta. El firme esta cada vez mas deteriorado, la arenilla se escurre bajo mis botas y creo que incluso un todo terreno tendría dificultad en hacer el trayecto, debido a las profundas grietas de la pista. Es aquí donde los pensamientos que indicaba al principio me asaltan. Me paro, resoplo y vuelvo a caminar. Sigo subiendo despacio. Abajo, al pie de la colina, en un sendero lateral veo a un hombre avanzar acompañado de un perro. Al poco le veo aparecer unos metros por detrás de mí.. Empiezo a comprender, los senderos son mas sencillos para subir que el camino principal, que solo usan los todoterreno y los blancos tontos como yo. El hombre me alcanza. Le observo, es un hombre de mediana edad, humildemente vestido, de su hombro cuelga una escopeta y en su mano izquierda lleva el omnipresente machete. El perro se me acerca, me olisquea, y sigue a sus cosas.

- Bom dia - le digo
- Bom dia
- Hace calor, ¿certo?
- Si- me dice-muito. Muito calor
- ¿Au Mato? – le pregunto, adivinando que es un campesino.
- Sim, au mato y da caça- me dice mientras palpa con su mano la escopeta

Asiento con la cabeza, y durante unos metros seguimos avanzando juntos en silencio.

En el siguiente recodo, se para .
- Meu campo- me dice – señalando con su machete un punto indeterminado de una colina que se haya enfrente nuestro.
- Chau y bom dia, - me dice, mientras él y su perro toman otro sendero que sale del camino principal.

Me paro y les veo alejarse camino de su terreno. Por mi parte prosigo mi penoso ascender, mis pasos son lentos, bebo pequeños sorbos de agua, tengo la camiseta completamente empapada por el sudor, pero hay un lado bueno las moscas al principio molestas han desaparecido. Alzo la vista y veo que tras un par de cuestas más, se encuentra el final de mi tortura. Por fin veo las antenas de la estación. Con amino redoblado, subo los últimos tramos, al fin llego a la valla metálica que rodea el conjunto de antenas y repetidores. Me siento en una gran piedra frente a la puerta metálica que da acceso al recinto y tomo un trago de agua. A mis pies diviso completamente N’Dalatando. Veo como se extiende destartalada y sin orden por todo el valle. Saco la cámara de la mochila y hago algunas fotos.
Me siento de nuevo para descansar un rato más antes de empezar el descenso.

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Total comentarios: 3  Visualizar todos los comentarios
Imagen: Yennefer  Yennefer  09/07/2019 18:00   📚 Diarios de Yennefer
Buen comienzo para el relato de tus viajes por aquí y por allá. Espero poder seguir leyendo. Saludos.
Imagen: Agus1973  Agus1973  03/08/2019 07:22   📚 Diarios de Agus1973
He disfrutado leyendo tus impresiones del continente africano. Gracias por compartir.
Imagen: Juliomad  juliomad  06/08/2019 07:45   📚 Diarios de juliomad
Gracias por los comentarios. Me alegro de que os gusten
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Deviajevoy
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Super Expert
Super Expert
16-11-2007
Mensajes: 407

Fecha: Vie Mar 14, 2025 01:25 pm    Título: Re: ¿Qué país de África elegir?

Hola forer@s!

¿Dónde encontráis en qué mes se recomienda viajar a cada país y que acompañe el tiempo? Con google hay demasiada información y no muy clara muchas veces con el tema lluvias.

Estoy buscando mi primer viaje a África y descarto Botswana y Tanzania por los precios que he encontrado (viajo sola y el suplemento individual es terrorífico). Creo que optaré por Kenia sin playas, Namibia o Sudáfrica. ¿Para el típico viaje con todo organizado, cuál recomendaríais si puedo coger 2 semanas en noviembre, enero, febrero o marzo?

Muchas gracias de antemano!
leviatan
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Indiana Jones
Indiana Jones
28-04-2007
Mensajes: 1319

Fecha: Vie Mar 14, 2025 02:47 pm    Título: Re: ¿Qué país de África elegir?

El tiempo es muy diferente en cada pais yo lo miro la ap de micro sof tiene el tiempo con estadisticas y te orientas
Deviajevoy
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Super Expert
Super Expert
16-11-2007
Mensajes: 407

Fecha: Dom Mar 16, 2025 05:51 am    Título: Re: ¿Qué país de África elegir?

Gracias. Me refería a que si no he entendido mal, noviembre es un buen mes para ir a Namibia pero no para Kenia. Para esta última..e parece que es enero y marzo.

Pero puedo haberlo entendido mal. Acabo de empezar a informarme.


Cualquier opinión es bienvenida!



venecia1
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Moderador Viajes
Moderador Viajes
26-04-2009
Mensajes: 13615

Fecha: Mar Abr 01, 2025 12:45 am    Título: Re: ¿Qué país de África elegir?

Mensaje trasladado a Viajar a Namibia por Libre o con Agencia Local.
Saludos.
Javilon88
Imagen: Javilon88
New Traveller
New Traveller
19-01-2017
Mensajes: 5

Fecha: Lun Abr 14, 2025 08:55 am    Título: Re: ¿Qué país de África elegir?

Hola Luli,

Viajas este año finalmente? que conseguiste? alguna agencia que recomiendes?
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