Viajar a Disneyland Paris era una asignatura pendiente. Cuando mi hija mayor (ahora tiene 17 años) era pequeña, soñaba con el día en que pudiera llevarla a conocer a todos sus personajes y princesas favoritas de Disney, pero ese sueño no se pudo hacer realidad.
La vida da muchas vueltas, y en 2020 por fin pudimos poner fecha a ese viaje tan esperado. Para entonces la familia había aumentado, en 2015 volvimos a ser papás, y pensamos que era el momento ideal para que nuestra peque de 4 años pudiera vivir aquello que su hermana se perdió siendo una niña. Sobra decir que no sé a quién le hacía más ilusión, si a la mayor o a la pequeña (¡¡o a la madre!!). Así que pasadas las navidades de 2019 y después de hacer números, decidimos que las vacaciones de verano de 2020 serían en Disneyland Paris.
Reservamos todo (vuelos, traslados, hotel, entradas, espectáculos, comidas con personajes y princesas…) en una agencia de Viajes El Corte Inglés. Después de valorar un par de presupuestos de otras agencias y de barajar si hacerlo por nuestra cuenta, eran los que nos daban mejor precio y, además, la tranquilidad de tener el respaldo de una agencia de renombre y con muy buena crítica.
La fecha ya la teníamos decidida, justo viajaríamos durante la semana de la fiesta mayor de nuestra ciudad, cuando las niñas ya habían acabado el colegio y por probabilidades podríamos tener mejor tiempo. Así quedó fijado el viaje del 07 al 11 de julio. Todo esto fue a finales de febrero, el Covid ya estaba en todas las tertulias e informativos, pero quién iba a pensar lo que pasaría 15 días después…
Pues sí, lo que todos ya sabemos y jamás olvidaremos: nos confinaron durante semanas, cerró prácticamente todo, se prohibió viajar, y como a miles de personas, se nos quedaron las vacaciones en el tintero. A principios de mayo nos cancelaron el viaje y nos devolvieron el dinero (excepto el de los vuelos y los seguros, que nos hicieron un bono para que pudiéramos utilizarlo una vez todo volviera a la normalidad).
Disney abrió a mediados de julio, pero en qué condiciones. Ya para entonces habíamos decidido dejar el viaje para 2021, pensando que en un año todo habría pasado. Pero acabó 2020 y el nuevo año nos recibió también de muy mala manera, muchos contagios, muchos confinamientos, malas previsiones de cara a poder viajar… Disney seguía abierto pero con restricciones, mascarillas, distancias de seguridad, encuentros con princesas y personajes cancelados y muchos espectáculos anulados. Pensamos que gastarnos tal cantidad de dinero para no poder disfrutar 100% de lo que nos podía ofrecer el parque y todo lo que lo rodea, no nos merecía la pena. Y volvimos a posponerlo para 2022. ¡Por suerte los bonos tenían caducidad larga!
Ya en septiembre, y aprovechando que poquito a poco parecía que todo iba volviendo a su cauce, decidimos arriesgarnos y volver a hacer planes. Regresamos a la misma agencia, con la misma chica que nos atendió la primera vez (durante 2 años siempre estuvimos en contacto, se ha portado de maravilla en todo momento, es una gran profesional) y volvimos a reservarlo todo para las mismas fechas que en 2020: coincidiendo con el fin de las clases, el principio del verano y la fiesta mayor de nuestra ciudad. Si todo iba bien, del 05 al 09 de julio por fin podríamos visitar y vivir el sueño de Disneyland Paris.
Así quedó la reserva:
-Salida el 05/07 con Vueling, Barcelona-Orly, a las 6:40h.
-Estancia en el Hotel Newport Bay Club, en habitación doble superior cerca del lago.
-Entradas para toda la estancia a los 2 parques (Disney y Studios).
-Regreso el 09/07 con Vueling Orly-Barcelona, a las 21:50h.
-Traslados y seguros
Una vez reservado todo, nos tocó dejar pasar unos cuantos meses hasta poder retomar el tema. Habíamos reservado hotel + MP ya que en aquel momento no había tarifas aún para pensión completa, y no se podían reservar comidas con personajes ya que seguían canceladas; tampoco espectáculos. Así que una vez empezaron a acabar las restricciones en Francia, y Disney fue ampliando la oferta, pudimos coger la Pensión Completa (en nuestro caso optamos por la Plus). Nos incluía desayuno + comida + cena. Comida y cena podían ser en restaurantes con reserva, que era lo que nos interesaba para no andar haciendo colas ni comiendo comida rápida todos los días. Más adelante (un par de meses antes) a través de la app pude hacer todas las reservas. Aunque en nuestro plan de comidas no venían incluidas, reservé también la comida con princesas en Auberge de Cendrillion y la cena con personajes en Plaza Gardens (en ambos casos tendríamos que pagar un suplemento extra).
También compramos, en cuanto abrieron el calendario, las entradas para ver el espectáculo THE LION KING: RHYTHMS OF THE PRIDE LAND. En varios foros leí que para poder entrar había que hacer cola con mucha antelación, y si llegabas tarde no era seguro que pudieras entrar; que siendo titular de una tarjeta Mastercard podías retirar entradas gratis en un punto determinado del parque (una cantidad limitada que se acaba en un visto y no visto); así que quisimos asegurarnos el tanto y poder ir con la calma sabiendo que llegaríamos y podríamos verlo.
Estas fueron todas las reservas que hice a través de la app:
-Comida en Captain’s Jack 05/07 a las 14:15h
-Cena en Cape Cod 05/07 a las 20:30h
-Comida con princesas en Auberge de Cendrillion 06/07 a las 14:15h
-Cena en La Grange à Billy Bob’s 06/07 a las 20:15h
-Comida en Captain’s Jack 07/07 a las 13:30h
-Espectáculo The Lion King: Rithms of the Pride Lands 07/07 a las 16:50h
-Cena con personajes en Plaza Gardens 07/07 a las 20:00h
-Comida en Plaza Gardens 08/07 a las 14:15h
-Cena en Downtown 08/07 a las 21:00h
-Comida en Bistrot Chez Rémy 09/07 a las 13:15h
Al respecto os diré que en cuanto pude vincular la reserva en la app, durante un par de semanas estuve conectándome como 3-4 veces al día en distintos horarios. Solían abrir las agendas de los restaurantes por la noche, o por lo menos yo noté que era el momento del día más sencillo para encontrar disponibilidad. El restaurante que más me costó reservar fue Downtown. Había leído que en ese restaurante solo se podía reservar llamando por teléfono, pero pude hacerlo a través de la app sin problema, como el resto de restaurantes. También decir que al principio me dediqué a reservar en los restaurantes y horarios disponibles que iba encontrando y más nos convenían. Luego fui ajustando horarios y haciendo cambios según iban abriendo las agendas o quedando horarios libres. Al final conseguí coger los sitios donde queríamos comer o cenar (según recomendaciones y también en base a los planes que llevábamos para cada día). Suerte de esto, porque un mes antes de viajar prácticamente no quedaba nada disponible en ninguno de esos restaurantes.
Y con todo más o menos “atado”, quince días antes del viaje fuimos a hacer el último pago y recoger toda la documentación. Ya solo nos quedaba esperar que los astros se alinearan y todo saliera bien para poder (por fin) volar a Paris.