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Nos despedimos bien temprano de nuestras anfitrionas por tres días y caminamos hacia el aeropuerto, atravesando la pista de aterrizaje, que la cierran sobre una hora antes de que lleguen las avionetas. Acortas mucho , pero debes preguntar a la gente, pues el Google Maps te manda por otro lado.

Hoy ya si hace buen día. Pero nosotros debemos continuar la aventura. Corn Island nos ha gustado, pero no tanto como Ometepe. El tiempo ha sido un fastidio, pero también es verdad, que nosotros no somos tanto de playa y estar sin hacer nada. Así que nuestro próximo destino, la colonial ciudad de León, ciudad del poeta Rubén Darío,promete. Allí nos espera el descenso del Cerro Negro.

Nos toca de nuevo la avioneta pequeña. Esta vez, es una capitana la que pilota, y lo hace realmente bien. Una vez en el Aeropuerto Internacional Augusto Sandino de Managua, cruzas la autovía y paras un bus que te lleve a Managua. Esta vez, debes de ir a la Terminal de Trasportes UCA, que es de donde salen las van que te llevan a León. Esas Vans salen cuando se llenan, van sobre 12/15 personas. Las llaman los intermortales, pues registran el mayor porcentaje de accidentes mortales en Nicaragua.

Sin ningún contratiempo, en una hora y media, estamos en León. Eso sí, 70 Córdobas el viaje, bien apretaditos y sin aire acondicionado. Te dejan en un mercado bien grande al aire libre, un poco a las afueras, así que toca pedir un taxi hasta al centro o caminar, como siempre, elegimos la segunda opción.

Esta vez toca el Hostal Fachente. Por 22 dolares la noche , habitación doble con baño privado y desayuno, woww, vamos de lujo,que tenemos dos camas !!
Preguntamos por la excursión al Volcán Cerro Negro. Esa excursión consiste en bajar sobre una tabla de surf, bueno, en un cacho madera con una cuerda en plan manillar, por la ladera de un volcán, a toda hostia cuesta abajo. Me parece que es el único lugar del mundo, donde puedes vivir este tipo de experiencia.

Nos pide lo mismo que ya había yo investigado en Internet, 35 dólares. Decidimos salir a comer algo por ahí, preguntar precios en otros lados, Mario cortarse el pelo a lo Nica y empezar a conocer la bulliciosa ciudad. Allí se respira mucho ambiente político. Puedes ver muchas cosas referentes al FSLN, el partido político que manda en Nicaragua. En León, empezó la revolución que hizo que cayera la dictadura de Somoza. Allí, el Sandinismo, se respira en cada calle .

Pintura
Al final reservamos para el día siguiente, en un hostal de mochileros jovencitos y con ganas de mucha fiesta, Bigfoot, muy famoso entre la gente joven. Nos pedían lo mismo, 35 con camiseta,el equipo de seguridad, cena en un poblado local....pero entraba también bus party, que no veáis el flipe que fue eso.
Ya con eso amarrado, nos perdemos por las calles de la ciudad, que a mí me gustó mucho.

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Mario no es de iglesias y tampoco es que sea muy católico,bueno,nada. Así que a primera hora de la mañana, yo me voy a visitar la famosa Catedral de León ( la única del mundo en la que puedes caminar por todo su tejado) y él se va mientras tanto al gimnasio.

La verdad que es una pasada caminar entre sus cúpulas blancas. Las vistas de la ciudad desde allí, impresionantes. Obligatorio ir descalzo, así que allí estoy el primero, abren a las 8;00, pues no quiero imaginarme lo que tiene que ser andar allí arriba, a las 12 del mediodía con el sol dando de lleno. La entrada son 4 dólares y la visita en teoría es solo por 45 minutos allí arriba. La Catedral por dentro, la puedes visitar por libre. Los sótanos y tumbas, también son de pago y eso no lo hice.
Ya juntos, nos vamos a ver el curioso Museo de Mitos y Leyendas. La entrada solo vale 50 Córdobas y éramos los únicos allí, así que tuvimos un guía local para nosotros solos. Está de pm, conoces las historias más truculentas de los más famosos personajes de terror de Nicaragua. Tienen réplicas hechas a tamaño natural, de cada uno de ellos/as, en cada una de las celdas. Encima el museo, está dentro de lo que fue la cárcel 21, un centro de tortura del régimen Somocista. También tienen representaciones de las torturas que vivieron los presos Sandinistas.
Allí conocemos al primer español de todo el viaje, un muchacho que está de voluntariado y que curiosamente, va a hacer el descenso del volcán, con la misma gente que nosotros.

La hora de reunión para ir al volcán es a las 13:00, así que comemos el plato más barato que comí en todo Nicaragua, 1 dólar y bien lleno que iba el plato combinado, café y zumbando para el macro hostal de mochileros, Bigfoot, que es donde se hospedaba el español.

Madre del Amor Hermoso!! Estábamos apuntados 46 personas. Tenías que apuntar el nombre y tu edad en una pizarra. Que viejo me sentí cuando vi la fila y ninguno pasaba de los 25 años...bueno, al menos me queda un mes para cumplir los 50 y pude poner 49.

Nos dan una mochila con un mono amarillo y unas gafas protectoras, además de nuestra camiseta de regalo. Nos explican como va el tema, en inglés, pues los únicos tres de habla hispana éramos nosotros y nos suben a todos a un chicken bus.
Mecaguen la puta!!! Eso era la fiesta del siglo! La música a todo volumen, la gente dando saltos y golpes al techo y las paredes del bus, y los animadores, venga a subir bebidas para el camino de vuelta . Así, después de una hora de viaje, llegamos a las faldas del impresionante Cerro Negro.
Allí había más empresas , pero se veía de largo, que la que partía el bacalao era la Bigfoot. Los animadores/guías lo hacían genial,y el ambiente de cachondeo era constante. Encima eso era una puta torre de Babel.
La subida es bastante jodida para gente que no esté un poco en forma. A pesar de ser todos jóvenes, varias chicas se quedaban atrás, pues debes subir con la mochila y la tabla para deslizarte. Después de algo más de una hora, ya estábamos arriba del todo. Joder que subidón me estaba dando....
El tema es que te dejas deslizar por las faldas del volcán. Una cuerda hace como de volante jaja y tus propios pies, son los frenos. El descenso dura algo más de tres minutos, y alcanzas la velocidad que tú quieras, eso sí, si no controlas, vas rodando ladera abajo.
Lo normal es ir a 30 kms/hora. Yo bajé a 34 y Mario a 38. Pero un bestia rubio, bajo a 88 kms/ hora!! La ultima parte bajo rodando y la cara la tenía bastante jodida. Abajo, uno de los guías, está con un medidor de velocidad, tipo radar de los de aquí.
La verdad lo pasamos increíble. Cuando ya se tiró todo el mundo, estaba anocheciendo , y la puesta de sol estaba preciosa.

Nos suben otra vez al bus/disco y eso fue ya el no va más. Luces de neón por todos lados, la música, al doble de volumen que antes, botellas de bebida por todos lados, la gente como loca, golpeando el bus al compás de las canciones. Encima íbamos por un camino con baches, lo que hacía que te cayera la bebida por todos lados. Mecaguen la puta, en esos momentos yo tenía 20 años y me bebía todo lo que me pasaban.
Llegamos totalmente de noche a un poblado, en el que cenamos en plan hoguera con los lugareños, otro momento para no olvidar de esa gran excursión. Y de nuevo al bus y más alcohol barato, allí se podía fumar, se podía saltar, todo, menos quedarse sentado en tu asiento.
Cuando llegamos al hostal del Bigfoot, no quise ni mirar cómo estaba el bus. Encima en cuanto pasas al hostal, la fiesta sigue con un montón de gente encima de la barra del bar , la música a tope y un ambiente super fiestero, que es el que quiere promocionar esa firma.
Nos vamos a nuestro hostal a ducharnos y salir de fiesta, ya que es sábado y encima es nuestra última noche en Nicaragua. Nos lo pasamos de pm, yendo a varios sitios y sobre todo en uno, enorme, lleno de locales bailando salsa, cumbias, etc.
Ya muy cansados, sobre las 2:00, nos vamos al hostal, pues a las 6:00 de la mañana, sale nuestro bus de Nicabus, 14 horas de viaje, con destino de nuevo a San José, Costa Rica...pero esa ya es otra historia.

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