![]() ![]() Corea del Sur: Del K-Pop a las montañas de Jeju. ✏️ Blogs of Korea (south)
Dos semanas incluyendo la isla de Jeju, Seul, Jeonju, Gyeongju, Yangdong y Hahoe.Author: Daniorte Input Date: ⭐ Points: 5 (15 Votes) Index for Blog: Corea del Sur: Del K-Pop a las montañas de Jeju.
01: Preparación
02: Día 1: Seul I
03: Dia 2: Seul II
04: Día 3: Jeju Oeste
05: Día 4: Jeju. Monte Hallasan.
06: Día 5: Jeju Este
07: Día 6: Jeju Sur
08: Día 7: Suwon y Jeonju
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Journeys 7 to 9, Total 15
Último desayuno en nuestra terraza con vistas. La cestita nos la tenían preparada a las 8 y, como ayer, cereales con mandarinas y dulces. Qué gusto de alojamiento, y por 75 euros la noche me parece regalado.
Hemos recogido todo y nos hemos dirigido al primer punto de la ruta. Hoy vemos la zona sur y los principales atractivos los tenemos cerquita. Lo primero ha sido la cascada de Cheonjiyeon. Hemos llegado nada más abrir y hemos podido visitarla sin apenas gente, una pareja de coreanos y nosotros. Se va andando por un paseo fluvial lleno de patos, peces y garzas, decorado con los abuelitos de Jeju. Es que lo hacen todo al detalle. Tras diez minutos se llega a una catarata que nuevamente me recuerda a las de Islandia por la pared basáltica. Una cascada bien bonita que cae sobre un lago lleno de patos mandarines, que al tratarse de Corea son naturales de aquí y no introducidos. La catarata es bonita, pero los patos son un alucine, los colores que tienen. Además, asustadizos: en cuanto te acercas se van volando en bandadas. Al rato de estar ha llegado un bus y a tope de coreanos posando. Una cosa que tienen es que, para echarse las fotos, son la muerte a pellizcos. Si son tres coreanos, se tienen que echar todas las combinaciones posibles de fotos entre ellos, minimo 7 combinaciones con 4 fotos por combinación, y todo con su felicidad contagiosa y sus poses. Imagina cuando son mas coreanos, exponencial. De la cascada hemos ido a una zona de acantilados que se encuentra al lado, que se llama Oedolgae, un camino gratuito que empieza por un huerto de mandarinos y termina costeando por formaciones rocosas hasta el pináculo famoso que sirve de atractivo. Un paseo agradable con sus pajarillos y su relax, todo entablado y cuidado. De los acantilados hemos tirado para el templo de Yakcheonsa. Es el templo budista más grande de corea del sur y, aunque es moderno (1986), está construido siguiendo el arte tradicional y es muy bonito. El templo principal tiene dos pisos de altura y dentro se encuentran unas estatuas de Buda doradas flanqueadas por dragones. Se puede recorrer libremente todo y no parece ser muy turístico. A la salida del templo principal, una mujercita súper entrañable nos ha querido hacer de guía en inglés. Nos ha metido una chapa épica. La mujer nos hablaba con tanta pasión que como para despacharla. Después del explicote nos ha pedido echarnos una foto con ella y nos ha invitado a visitar el templecito de al lado, previa chapa sobre el templo. Allá que hemos ido y hemos abierto la puerta para entrar. Al rato vemos a la mujercita venir corriendo y resulta que nunca se debe abrir la puerta central del templo, que siempre es por el lado. Veinte minutos de explicación y no nos dice eso? Yo a la mujer le he dicho sorry 10 veces y me ha faltado arrodillarme como en las series, pero la mujer un amor, eso sí. Nueva chapa sobre el templo y su tradición. Yo imagino que al vernos guiris ha aprovechado para entrenar su ingles con nosotros sin ser consciente que nuestro ingles es limitadillo. Con la tontería hemos echado una hora larga por el templo. Del templo, y tras despedirnos de nuestra mujer entrañable, hemos ido a una nueva zona de acantilados donde el atractivo son las columnas basálticas que se forman. Aquí hemos comido unos pinchitos y una especie de perrito con azúcar junto con una sopa de pescado cortesía de la casa. Al lado de los acantilados hemos ido a otras cataratas que, increíblemente, se llaman igual que las anteriores: Cheonjeyeon. Estas cascadas son tres y aquí hay que andar y subir y bajar bastantes escaleras. Al ser la hora de comer está tranquilo de gente y el entorno es precioso, con su templo budista y un puente asiático gigante incluido. Muy bonitas. De la cascada tocaba el punto fuerte del día: Hello Kitty Island. Yo que trabajo con adolescentes, la Hello Kitty la tengo hasta en la sopa. Cuando vi que en Jeju había un museo gigante íntegro de Hello Kitty, había que ir. Dudo que estas frikadas las pueda encontrar en Europa. El museo está claramente enfocado a niños, pero es una explosión de estímulos "cute" tan brutal que se disfruta hasta por adultos. Es como el paraíso de cualquier amante de Hello Kitty: una pequeña zona dedicada a museo y luego habitaciones tematizadas de mil maneras con los amigos de Hello Kitty, todo salpicado de niños coreanos saliendo locos y alguna pareja de adolescentes... como nosotros. Tiene hasta su cafetería y sala recreativa. Es una frikada, pero que nos quiten lo bailao. De Hello Kitty hemos pasado por una especie de templo que hay a la naturaleza llamado Bangju Church. Es un templo hecho por un arquitecto coreano famoso y es como un sitio espiritual que aúna a todas las religiones y se centra en la luz y el agua. Está curioso de ver, y el edificio en sí es bien bonito. Finalizada la visita del templo, tocaba ir hasta Jeju porque para hoy había comprado dos entradas para el teatro en Jeju. Todos los días hacen una actuación que se llama Nanta. Se hace tanto en Seúl como en Jeju y es una especie de espectáculo de humor, música y acrobacias. Se hace en el teatro que lleva el nombre de la obra: teatro Nanta. Todo enfocado a la obra, y es que se ve que es la más longeva de Corea. Nos pillamos dos sitios en primera fila. El teatro estaba bastante lleno y nosotros los únicos occidentales. Cuando nos han visto en taquilla, sin yo decirle mi nombre nos han dado las entradas, así que estaba claro que éramos los únicos guiris o, al menos, con nombres en alfabeto latino. La actuación ha estado genial. Una hora y media donde cinco actores hacen una especie de actuación musical ambientada en una cocina en la que deben preparar un banquete de bodas. Todo con un toque de humor muy coreano que te meas de risa de lo sobreactuado. Además, con sus acrobacias y la interacción con el público. 30 euros nos ha costado, caro pero merece la pena, nos ha gustado y es objetivamente gracioso siendo occidentales. Al salir del teatro, ya poco más. Un traficazo importante para llegar hasta el alojamiento, un Airbnb en una especie de edificio que parece una cárcel, pero que por dentro está bien. Nos hemos ido a cenar barbacoa de cerdo a un restaurante cercano y despues nos hemos acercado a unos faros famosos con forma de caballo que sirve de símbolo de la isla. Punto final a Jeju. Jeju nos ha encantado. Tiene un punto de naturaleza muy bonito y, aunque megapreparado para el turismo, en ningún momento hemos visto aglomeraciones ni agobios. Es una isla que tiene tantos atractivos turísticos que la gente se dispersa muchísimo. Hay miles de museos, parajes naturales, playas... Haber venido entre semana y en diciembre también habrá ayudado a no ver mucha gente, pero por contra no hemos podido disfrutar de lo famoso de Jeju, que son las playas. También te digo que las playas, si bien son bonitas, creo que no son lo excepcional de Jeju. La cultura, la montaña, las cataratas, las formaciones rocosas o los bosques me parecen más excepcionales que las playas. Bien metido Jeju en el plan, y 4 días me parecen ideales. Aun si tuviéramos un quinto día, podríamos haberlo rellenado sin problemas, ya que se me han quedado varias cosas de la parte norte por ver. Aquí te puedes tirar una semana fácil. Mañana volvemos para Seúl a continuar el viaje hacia Jeonju. Journeys 7 to 9, Total 15
El avión ha salido de Jeju puntual a las 8:45. Hoy es un día de desplazamiento entre llegar de Jeju a Seul y de Seul a Jeonju. Como es tramo largo paramos antes en Suwon para aprovechar el día.
Hemos llegado en hora a Seúl y recoger el coche ha sido tremendamente sencillo. No había ni gente en la oficina, así que para las 11 ya teníamos nuestro Hyundai Avante, un modelo que yo, al menos en España, no había visto. De Seúl hemos ido hasta Suwon. La salida de Seúl ha sido un poco locura. No es que haya tráfico de ir lento, sino que es denso y constantemente circulas entre muchísimos coches. Lo más desesperante es que la gente no tiene la costumbre de cambiarse de carril. Es decir, si un coche va por la izquierda, de ahí no se mueve aunque vaya lento. Si quieres adelantar, sí o sí tienes que ir zigzagueando, pero tampoco te puedes flipar porque hay un radar cada 500 metros o un semáforo que dura 5 minutos. Es un poco desesperante, pero es factible. Lo que no he terminado de entender es el tema del peaje. Se supone que debe haber de pago manual, pero de repente se abren como 12 carriles y todo está en coreano. No hay ni símbolos que indiquen pago en tarjeta o metálico como en España. Al final me he metido por el que he pillado y me han sonado las alarmas, pero es que no me han dejado más opción. A ver si le pillo el truco, pero de momento me he comido dos. Suwon es una ciudad enorme, pero dentro de esa ciudad hay una pequeña parte amurallada que es lo interesante. Nada más bajar nos han recibido 3 grados de temperatura, el suelo congelado y restos de nieve en las partes en sombra. Al menos con el sol se puede estar, pero hace un frío de pelarse. La visita de Suwon es sencilla: recorrer la muralla y un par de calles en el interior interesantes junto con un palacio. El palacio hemos tenido mala suerte y estaba cerrado, según el cartel por reparaciones tras la nevada de hace una semana y media. Ya es mala suerte, pero bueno, habrá más palacios por ver. Nos hemos metido a comer en un restaurante que hemos visto con buena pinta: arroz con cerdo y arroz con pulpo ultrapicante. Después de comer hemos visitado calles del centro y hemos vuelto para la muralla. Está bonita la visita y el contraste con los edificios es curioso. Hay una parte en la que hay coreanos tirando con arco, volando cometas e incluso jugando a un juego que no he llegado a entender y que es como un minicricket. La muralla te lleva hasta un mercado en el que nos hemos desviado para coger el cauce del río y volver al aparcamiento. Al final hemos echado fácil 4 horas recorriendo la muralla y el interior. Aún se podía subir a una parte de la muralla que está montaña arriba, pero con el frío que hace y viendo que se nos va a hacer de noche de camino a Jeonju, hemos desistido, por mi parte a regañadientes. De Seúl hemos ido a Jeonju, donde haremos dos noches. Son 2 horas y media de conducción coreana: radares, peajes incomprensibles y coches a 60 por la izquierda. Es curioso porque hay un carril bus a la izquierda en la autovía, por donde van los autobuses, pero también se ve a más de un espabilado. Así que, viendo el ritmo de los carriles normales, me he tirado por el carril bus. Yo no sé si está controlado más allá que por el propio civismo coreano, pero es que es el único carril que fluye en condiciones. Si llega una multa, que me la remitan a casa. Hemos llegado a Jeonju a las 19:00. El mismo frío que en Suwon, pero sin nieve. Hemos dejado las cosas en el Airbnb donde nos quedamos y hemos tirado a cenar lo más famoso de Jeonju: el bibimbap. Una especie de poke coreano que está tremendo, con una salsita picante que llaman gochujang y con mil cosas para mezclar. Lo hemos acompañado de su cervecita Cass y makgeolli. El Makgeolli se bebe en tacitas y entra súper suave, aun teniendo más graduación que la cerveza. Cena de diez. Corea gastronómicamente me está encantando. Por la noche nos hemos acercado a ver un poco de la zona del Hanok. Hanok es como se llama a los barrios de casas tradicionales. El de Jeonju es de los únicos que no fueron destruidos en la guerra y se conservan las casas antiguas. Lo curioso es que está todo lleno de comercios de tómbolas. Literalmente, tómbolas de feria tipo pescar patitos, tirar dardos a globos, pelotas de fútbol, etc. Es una mezcla surrealista estar en un barrio tradicional y encontrarte tómbolas, pero en fin, son sus costumbres. Ya tarde, ha empezado a cae aguanieve, y con el frio que hace poco hace falta para que sea nieve, así que para la casa. Mañana tenemos todo el día, sin prisas a dormir. Justo mientras escribo ha arrancado a nevar, a ver si hay suerte y cuaja un poco para que queden los tejados fotogénicos mañana. Journeys 7 to 9, Total 15
Hemos despertado con todos los tejados nevados. Ayer ya nos acostamos nevando y debe haber estado cayendo un poquito toda la noche. Se ha quedado una capa finita que imagino que se irá con el sol, así que mientras aguante, a disfrutarla.
Hemos desayunado tranquilamente en el Airbnb y nos hemos ido para el centro histórico a visitar el palacio, que abre a las 9. En la calle no hay un alma y parece que estemos abriendo nosotros el palacio. El palacio es pequeñito, pero muy bonito. La nieve aguanta en los tejados y, junto a los colores otoñales, las hojas cayendo y el jaleo de los pájaros a primera hora de la mañana, se hace una visita muy bonita. Le falta un estanque para bordarlo. Saliendo del templo ha empezado a llegar ya algo de gente vestida de forma tradicional, pero sigue todo bastante desangelado. Yo creo que aquí la gente no es muy de madrugar porque la mayoría de los comercios abren en torno a las 10-11. Lo bonito es que las calles están llenas de hojas de otoño y los pocos niños que se ven salen locos con las hojas, y la gente loca con las fotos. El otoño le da un punto al escenario. Nos hemos metido en una cafetería bonita dentro de una casa tradicional a tomar un café y un té, y a recuperar un poco de calor. Mientras he visto que se puede hacer una miniruta hasta un templo por la montaña que hay al lado de Jeonju, no mucho desnivel y con varios puntos interesantes. Aqui dejo el TRACK DE LA RUTA que hicimos. Después del té hemos ido haciendo la ruta que empieza subiendo a un parque que hay sobre Jeonju desde el que se ve todo el Hanok, con algunos tejados aún aguantando la nieve. En el parque hay un templo con su correspondiente árbol otoñal, donde la gente posa de mil y una maneras y nosotros no íbamos a ser menos. Parece que sea atrezo de lo perfecto que está. Del parque se baja a lo que llaman "Mural Village", una zona de casas tradicionales en la ladera llena de murales que representan dibujos de manga y anime, así como cantantes y demás. Tiene un paseo bonito y, por momentos, me recuerda a la Comuna 13 de Medellín, pero en microscopico y sin musicote. Atravesando el pueblo llegamos a un pequeño templo budista y desde ahí se va subiendo montaña arriba por un castañar que sirve de cementerio. Es curioso porque la gente está enterrada según la tradición confucianista, independientemente de si son católicos o budistas. Se entierra bajo un montículo de tierra y algunos ponen una piedra con alguna frase bonita, alguna estatua o simplemente el montículo. El paseo por esta parte merece mucho la pena. Se alternan montículos funerarios con bosque y zonas de huerta con vistas a la ciudad de Jeonju. Arriba del todo se llega a un nuevo templo budista muy fotogénico y, finalmente, en la cima hay una cruz junto a una piedra que sirve en honor a un supuesto milagro acaecido ahí, que ha pasado a ser lugar de peregrinaje cristiano. Buena mezcla tienen aquí entre los budistas y los cristianos. De la parte cristiana, la senda vuelve a Jeonju para ir andando junto al río hasta entrar de nuevo al Hanok. Se ha quedado una ruta muy chula que no tenía mirada, de dos horillas largas, mitad paseo mitad rutilla. El paseo por el río lleva hasta una escuela confucionista chulísima con varios árboles de ginkgo centenarios. Sin tener mucha idea de confucianismo, la escuela parece casi como los palacios que hemos visitado: casas tradicionales con patios preciosos. Hemos estado callejeando por el Hanok hasta llegar a un restaurante que tenía muy buena pinta, donde nos hemos comido un plato típico que consiste en carne cruda con sésamo, acompañado de gimbap y una sopa de costillas. Buenísimo. Después de comer hemos echado el rato viendo a la gente pasear con los trajes típicos y nos hemos acercado al alojamiento a descansar un rato. A la tarde hemos vuelto al centro, pasando por la plaza principal. En la plaza principal hay una pequeña manifestación contra el presidente por el autogolpe de estado y varios ancianos jugando a una especie de ajedrez que no termino de saber cuál es. Junto a los ancianos hay una carpa que sirve de memorial a los fallecidos en la estampida de Halloween en Itaewon en 2021. Bastante emotiva la carpa, con las fotos de todos los fallecidos. Callejeando, nos hemos vuelto a meter en una cafetería. Esta vez es una casa tradicional y te sirven el té en unas mesas sentados en el suelo frente al jardín. Los jardines de los Hanok tienen la característica de amontonar un montón de vasijas en una esquina, que sirven de almacenaje de alimentos y que nosotros hemos bautizado como "Kimcheria", yo creo que muchas tienen más un fin decorativo. Sea como fuere, quedan preciosas. De la cafetería hemos dado la quinta vuelta al Hanok y hemos tirado siguiendo el río para el mercado. El mercado ha sido un poco bajón. Imagino que al ser domingo cierra casi todo porque había ambiente cero. Aun así, nos hemos topado con un restaurante que parecía muy local y popular porque estaba hasta arriba, así que viendo que era la hora de cenar, ahí que nos hemos metido. Yo me olía que lo que ahí se comía era una especie de morcilla que llaman sundae. Solo tienen 3 cosas para pedir: sundae en sopa normal, en sopa picante o sundae a solas. Hemos pedido una sopa normal y otra picante. Lo que yo no me esperaba es que la sopa llevara tres trozos de sundae y mil trozos de tripas... Cuando lo he visto me he callado porque Belén, si se lo digo, no se lo come. Yo la he visto marear la sopa y, antes de que preguntara, le he dicho que era tocinillo. Ella se ha comido unos trozos y al rato ha dicho que le daba grimilla. Ha seguido comiendo la sopa mezclándola con arroz y morcilla, esquivando los trozos de tripa. Yo me he comido mi sopa, que al ser picante solo sabe a picante y un remanente de morcilla. Cuando hemos terminado y Belén se ha dado cuenta de que eran tripas, casi vomita la pobre. Menos mal que se ha coscado al final, que si no, ni se come la sopa. Yo me partía el culo viéndola comerse las tripas desde el principio con una cara de mosqueo importante. Ya cenados y de noche hemos vuelto al centro y poquito más. Nos hemos pillado unos dulces para quitarnos el sabor a tripas y nos hemos metido en unos recreativos a echar un Bubble Bobble. Antes de dormir, la foto del día en el fotomatón y a descansar. Se ha quedado un día chulo. Más relajado que en Jeju, pero bien bonito con su rutilla y todo. Jeonju merece la pena bastante. Journeys 7 to 9, Total 15
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