6 días (5 noches) recorriendo la Provenza en la segunda quincena del mes de septiembre de 2025 visitando en primer lugar las ciudades históricas de Arlés, Aviñón y Nimes, y en segundo, las poblaciones más emblemáticas del Luberon como Gordes, Roussillón, Lacoste, entre otras. Claro está, este diario es totalmente subjetivo y en él destacaré los aspectos tanto positivos como negativos que hemos podido observar durante este viaje. Espero que sirva de ayuda al lector de este diario, si tiene previsto realizar un viaje por esta parte de la Provenza. Autor:Remonta2018Fecha creación:⭐ Puntos: 5 (2 Votos)
Este es el tercer Diario que subo a la página de viajeros.com. En un principio dudé en publicarlo dado a cantidad de viajeros que hablan de la Provenza, y muy bien por cierto la mayoría, con todo tipo de indicaciones, argumentos históricos y curiosidades. Y me pregunté, ¿y de qué voy a hablar yo?, si ya está todo dicho.
En cada viaje que realizamos de cierta duración claro está, suelo realizar al finalizar el día un resumen en una pequeña libreta de todo aquello que hemos visto, de lo que hemos comido, si ha valido la pena el lugar o por el contrario podríamos habérnoslo ahorrado.
Una vez finalizado el viaje, pasados algunos días, mi mujer me dijo que dónde estaba el resumen que había hecho, que lo quería leer. Le dije dónde y se puso a leerlo en voz alta mientras yo estaba en la cocina preparando algo y escuchando. Al terminar, me dijo que a ella le parecía que estaba bien, que le había gustado y me animó a publicarlo. Yo no soy un profesional de la escritura y me cuesta lo mío plasmar en palabras lo que he visto, pero aun así me animé, la verdad es que no tengo otra cosa mejor que hacer, y aquí me tenéis delante del portátil a ver que sale.
Para empezar, deciros que salimos de Valencia a las 5 de la mañana y no dirigimos por la A-7 hacia el norte, hacia la frontera con Francia. Con alguna parada para tomar café y comer algo llegamos a la Junquera sobre las 10 de la mañana con un día espléndido.
Ya en Francia, a los pocos kilómetros, nos topamos con el peaje de la autopista que nos conducirá a la localidad de Arlés dónde teníamos reservadas tres noches. A unos 15 kilómetros de esta localidad, sobre las 13 horas, paramos en un área de descanso, pasado Nimes (Aire de Caissargues) para comer en plan picnic en una de las numerosas mesas habilitadas para ello. Coincidimos en la misma mesa con un matrimonio francés que iban a pasar sus vacaciones en la Costa Azul y que hablaban un perfeto español. Sacaron su comida, nosotros la nuestra y cada uno a lo suyo. La conversación que mantuvimos versó sobre temas triviales: de dónde sois, adonde vais, sobre la Dana del año pasado. En general de temas de los que puedes en una conversación que tiene un tiempo muy limitado. Pero me llamó la atención un comentario del marido que no nos pasó desapercibido: “la Provenza es muy bonita, pero cuidado que hay muchos mosquitos”.
Nosotros íbamos preparados sin saberlo: repelente y para después de las picaduras. Y tanto que nos hizo falta. Así que la etapa que habíamos preparado para ir a la Camarga la suspendimos y la sustituimos por otra cosa. Allí te pueden freír los mosquitos, cuidado.
Comentarios a parte requiere esta área de servicio. No tiene para repostar, ni cafetería ni nada de eso. Tienen aseos limpios, máquinas expendedoras e incluso un pequeño museo arqueológico. Pero lo que más nos llamó la atención fue la fachada de un teatro en medio del campo compuesta por 10 columnas de estilo jónico, al parecer pertenecientes al Gran Teatro de Nimes y traslada allí, por lo que tengo entendido, por aclamación popular en 1990 tras un incendio declarado en 1952, que respetó esta fachada y las columnas originarias del antiguo teatro romano de Nimes.
Es un placer poder contemplar esta maravilla mientras disfrutas de una pequeña pausa en el camino.
Arlés se encuentra a unos 15 kilómetros de distancia del área de servicio, así que con tranquilidad y siguiendo el GPS nos dirigimos al apartamento que tenemos reservado para tres noches en el barrio de la Roquette: Maison rénoveé avec el loggia Arles-Center, así se llamaba (336 € en total). Apartamento limpio y con todas las comodidades en zona muy tranquila, a 10 minutos del centro caminando. Escogimos este lugar por su fácil acceso y porque parecía que había zonas de aparcamiento suficientes. Pues no, todo de pago en todas partes sin excepción, al menos por esa zona. No obstante, nos las apañamos bien.
Después de sufrir dos tramos de escaleras con la pesada maleta y demás trastos para subir a la habitación (ese fue el único inconveniente que vimos en el apartamento), nos dirigimos al centro de la ciudad, a la plaza de la República a tomar algo. Para nuestra sorpresa Arlés se encontraba en fiestas, la fiesta del arroz, con bandas de música por la calle tocando Paquito el Chocolatero y sacando los toros a la calle. Curioso. No nos podíamos imaginar que por esta zona de Francia hubiera tanta afición taurina con bares, escaparates y tiendas con carteles taurinos. Al día siguiente había corrida. En fin, que no parecía que estuviéramos en Francia.
La tarde la pasamos realizando una primera toma de contacto con la ciudad ya que entraríamos a verla a fondo otro día dedicándole más tiempo. Pero paseando por la zona centro observamos un cartel que rezaba: “Criptopórtico”, preguntamos y nos dijeron que la visita era gratuita (qué raro). Pues sí, se trata de unas galerías subterráneas porticadas que formaron parte en su día del Foro Romano de Arlés construidos en los primeros años del siglo I a.C. Mucha oscuridad, humedad y mal olor. No te pierdes nada si no entras.
Seguimos paseando por la ciudad y aprovechando que eran fiestas nos tomamos un par de cervezas en la barra de una peña festera con la música a toda caña, confundiéndonos con los lugareños.
Como se iba haciendo de noche e iba decayendo la fiesta, al no ver ningún sitio para cenar algo que nos gustara a primera vista, decidimos volver al apartamento y cenar algo de lo que llevábamos, más alguna cosa (tomates, ensalada) que compramos en un supermercado cercano.
Cenamos bien, para poder hacer frente al tramo de escaleras que nos esperaba hasta la habitación. Estábamos reventados, el madrugón de hoy, el viaje, el paseo, en fin, que pronto a la cama. Mañana toca Aviñón y el Puente de la Gard.
Desayunamos pronto y salimos del apartamento. Esta mañana toca Aviñón. Nos interesa ver fundamentalmente el Palacio de los Papas y el famoso Puente de Aviñón. Después de 40 kms. aproximadamente (1 hora en coche) llegamos directamente al Parking du Palais des Papes guiados por el GPS. Ya no nos complicamos la vida, ahorras tiempo y dolores de cabeza, total por 13 euros estuvimos desde las 9 horas de la mañana hasta las 3 de la tarde. Me parece un precio correcto para despreocuparte de buscar aparcamiento y luego recordar en qué lugar has dejado el vehículo.
Sales del Parking y ya te encuentras con el impotente Palacio de los Papas de Avión; por fuera se trata de una fortaleza impresionante.
La historia de los Papas de Aviñón es bien conocida, sólo hay que asomarse a Google para hacerte una idea de lo que ocurrió a principios de siglo XIV para entender los conflictos y divisiones de la Iglesia en aquella época. Por lo que nos toca a nosotros cabe resaltar la figura de un tal Pedro Martínez de Luna, nacido en Illueca (Zaragoza) que en 1394 fue elegido por 20 votos a favor de 21 como Papa de la Iglesia Católica con el nombre de Benedicto XIII. Como no era una Papa que se dejara manipular por el Rey de Francia, fue acosado y perseguido hasta que tuvo que huir en 1403 y refugiarse en su castillo templario de Peñíscola (Castellón) donde murió a los 94 años convencido de ser el verdadero Papa legítimamente elegido en cónclave.
Dicho esto, recomiendo la visita a esta preciosa población costera de Castellón y contemplar las vistas del mar desde el Castillo de quien fue conocido como el Papa Luna.
La visita al Palacio de los Papas de Aviñón cuesta a día de hoy 30 euros. Entra el Palacio, sus jardines y el Puente de Aviñón. Hay otro tipo de tickets, pero nosotros elegimos esta opción.
El interior del Palacio es inmenso y su patio sirve para la celebración de actos culturales en general. Las gradas ocupan la mayor parte del patio que hace que le quite algo de encanto al recinto. Por dentro, muchas salas con exposiciones, explicaciones y muchos turistas. Durante el recorrido vas acompañado de una Tablet interactiva que si la sabes utilizar es bastante valiosa, pero cuesta cogerle el punto, por lo menos a nosotros. Seguimos el recorrido marcado.
Los jardines no dicen mucho la verdad, esperaba otra cosa. Más que jardines son huertos con plantas silvestres de todo tipo, árboles frutales y hortalizas. Eso sí, el espacio no daba para más y con lo que se cultivaba en el jardín daba para proveer de fruta y verdura a los habitantes del palacio.
Pues entre unas cosas y otras se nos hicieron las 12, y habíamos visto poca cosa de la ciudad, así que nos subimos al típico trenecito que te da una vuelta por los lugares más destacados de la ciudad (11 € pax.) y más o menos te haces una idea de lo que hay. Tampoco me pareció nada interesantes el trayecto, todo el rato por calles estrechísimas y con una información a través de los auriculares escueta, aburrida y vacía de interés. Así que dimos la vueltecita, bajamos y como ya era hora de comer (esta gente come pronto) dimos una vuelta alejándonos del Palacio, y en un plaza bastante grande y bonita había un restaurante que empezaba a llenarse de gente del lugar. Además, tenía menú, medio menú, plato único, etc., el lugar se llama Grand Café Baretta, en la plaza de Saint Didier. Menú por 22 euros, bebida aparte, total 58 €. Yo me llevé una decepción con mi plato: 2 chorizos con ensalada. Eso me pasa por no preguntar.
Después de comer nos dirigimos al famoso Puente de Aviñón. Se ve perfectamente desde cualquier parte, pero la entrada tiene la particularidad que te deja pasear por el puente hasta el final, momento en que se corta a mitad del rio Ródano. Parece ser que después de diversas destrucciones y reconstrucciones el arquitecto que lo diseñó dijo que, hasta aquí, que ya no lo reconstruía más y así se quedó. Pues bien, no está mal la visita, pero ya te digo, si te entra en el ticket bien, y si no, puedes contemplarlo perfectamente desde la misma orilla del rio.
Apretaba el calor, y la humedad del lugar se iba haciendo insufrible, así que optamos por ir a por nuestro coche al parking, y una vez abonada la tarifa pusimos camino a otro lugar que estaba en nuestro objetivo: el Puente sobre el rio Gard o Pont du Gard.
El Pont du Gard se encuentra a mitad de camino entre Nimes y Aviñón, a 30 minutos aproximadamente. Se halla geográficamente en plena naturaleza y para poderlo ver en condiciones no hay más remedio que acabar en el parking de turno y pagar el correspondiente ticket, en este caso 9 euros, lo que te permite una vez estacionado, entrar en el paraje y contemplar el puente de cerca. Igual puedes verlo desde lejos, desde algún punto de la carretera o subiendo a algún promontorio, no sé. La cuestión es que la mejor opción en esa, pagar. El puente está a unos minutos del aparcamiento andando (unos 500 metros). Antes pasas por unas instalaciones de servicios con cafetería, aseos, museo y un cine para ver alguna proyección sobre una de las mayores obras de ingeniería romana y mejor conservadas (esto se paga aparte).
Pasadas estas instalaciones continuas un camino de tierra y al girar una curva ya se divisa el acueducto del Siglo I d.C. (también sirvió de puente), y que conducía agua desde la localidad romana de Uzès a Nimes (50 kms de canalizaciones). Mide 49 metros altura y 273 de largo. Es patrimonio Mundial de la Unesco desde 1985. Simplemente es impresionante. Se puede acceder a la parte superior del acueducto y contemplar desde allí las vistas del paraje; ahora, la subida es importante y aconsejo subir con buen calzado, y en días de calor provistos de una botella de agua porque el sol aprieta.
Bueno, después de contemplar esta maravilla emprendemos nuestro regreso a Arlés. Una vez aquí, estacionamos en un parking público cerca del barrio de La Roquette donde tenemos el apartamento, y nos dirigimos por la calle del mismo nombre a la plaza de Paul Doumer. Una placita con mucho encanto, fuera de las principales rutas turísticas. Pillamos una mesa y nos tomamos una cervecita. Había sido un día duro y estábamos cansados. Después de matar un par de mosquitos que andaban merodeando por la terraza, nos fuimos al apartamento a cenar y a descansar. Mañana nos quedamos en Arlés para verla con más detenimiento.
Desayunamos en una pequeña panadería de barrio un café con leche y un croissant que recordaré por ser uno de los peores croissants que me he comido nunca, creo que me vieron venir y me colocaron uno hecho el día anterior. Pero bien, eso no me iba a amargar el día y fuimos directamente a la oficina de turismo. Compramos el ticket de 4 monumentos y 2 museos (15 € por persona). Pues bien, como era temprano y el movimiento turístico aún no había hecho acto de presencia fuimos en primer lugar al Claustro de San Trófimo, junto a la antigua catedral de Arlés cuya fachada da a la plaza de la República.
Es temprano, no hay nadie, es una mañana con un sol reluciente que hace que el Claustro despenda una belleza especial. Hay que aprovechar para hacer las fotos y pararse en cada una de las galerías que lo forman. La construcción se inicia en la segunda mitad del S. XII y durante este período románico se emprenden las obras de las pandas (galerías o corredores) norte y este que finalizarán en el 1220. Después de esta primera fase las obras quedan suspendidas, entre otros motivos, por las calamidades que azotaron europa a finales del S. XIV: la Peste Negra. Finalmente, las obras se reinician para la construcción de los corredores sur y oeste entre los años 1380-1390, ya de estilo gótico.
Dicho esto, la verdad es que pasear por este claustro es una delicia, se puede acceder a una terraza en la parte superior para tener una óptica distinta del lugar.
En una de las salas de exposiciones hay un audiovisual que dura 10 minutos que viene fenomenal para rematar la visita.
La segunda visita es para el Teatro Antiguo de Arlés que no es otro que el Teatro Romano. Quienes hayan visto el teatro romano de Mérida, Sagunto o Tarragona no les va a decir nada. Queda poca cosa de lo que fue, y su uso está más enfocado a la celebración de eventos artísticos.
Sales de este monumento y enseguida te topas con el tercero de los monumentos elegidos: el Anfiteatro. Este mucho mejor conservado que el anterior y testimonio de lo esplendorosa que debió ser la antigua colonia romana de Arelate fundada en el S. II a.C. y cuyo nombre completo era COLONIA IVLIA PATERNA ARELATENSIVM SEXTANORUM, lo que viene a ser ANTIGUA COLONIA JULIANA (Julio César) DE ARLES DE LOS DE LA SEXTA (soldados veteranos de la VI Legión Ferrata).
No sé si lo he dicho anteriormente, pero estoy asombrado de la afición taurina que se respira en esta zona sureste de Francia. Sin ir más lejos el anfiteatro es un coso taurino ovalado que el día anterior estaba cerrado a las visitas turísticas con motivo de estar programada una corrida de toros.
Y en último lugar nos dirigimos a las Termas de Constantino el Grande construidas a principios del S. IV d.C. Pues poca cosa también. Haces el recorrido en veinte minutos o diez si quieres, viendo piedras y ladrillos sin apenas indicaciones que expliquen el funcionamiento de aquello.
Hecha la visita y estando cerca la hora francesa de la comida salimos de las termas para dirigirnos al sitio elegido para comer. Porque aquí tienes que ir pensando donde comer para que no te pille el toro. Como te lo pienses mucho te puedes quedar sin probar bocado ese día. Así que fuimos directamente al Le bar à Thym, en el 62 de la vie de la République. Está muy céntrico así que se llena pronto de trabajadores de la zona y turistas, como no. Llegamos sobre las 12’30 horas, ya ves, pero si quieres comer no queda otra. Más tarde de las 13’30 horas es posible que no te sirvan en muchos sitios. Te sientan en una diminuta mesa y te sacan un cartel con los platos del día a unos precios que no están mal. No hay que dormirse que los platos se van acabando conforme llega el personal. Pedimos Spaghettoni y ensalada de burrata, ½ pichet (jarrita de medio litro de vino, también la hay de 1/4, y por copas), un Ki-cuit chocolat y 2 cafés. Sobre 45 euros, no está mal creo yo. Estuvo bien la verdad.
Los franceses por lo general te ofrecen siempre productos locales y las cartas de vinos suelen ser siempre de la zona.
Como era muy pronto y hacía calor nos fuimos al apartamento a descansar un rato. Luego teníamos pensados pasar la tarde en Nimes.
El resumen de la visita mañanera a Arlés está claro. Yo de los cuatro monumentos prescindiría de dos: el teatro antiguo y las termas de Constantino. No son nada del otro mundo y se pueden ver por fuera perfectamente. En las termas, hay que ir a la calle paralela a la entrada al monumento donde hay una gran verja de hierro desde donde se pueden ver las ruinas y así poder hacerte una idea de lo que fue aquello.
En cuanto a los museos, pues para ser sincero no teníamos tiempo para verlos, priorizamos monumentos a museos, aparte del desgaste que supone estar de pie un buen rato contemplando cuadros de pintores locales que no conocíamos.
A las 15 horas le decimos a Google Maps que nos dirija al Parking Indigo Nimes Arènes (10€) y en 30 minutos estábamos allí. Estacionamos el coche y nos ponemos en marcha para recorrer Nimes y ver lo más destacado. Al salir del aparcamiento lo primero que ves es el fabuloso anfiteatro romano de dos plantas muy bien conservado. Construido en los tiempos del emperador Augusto, hoy se utiliza como coso taurino y para la celebración de eventos musicales y deportivos con capacidad para unas 16.000 personas.
Siguiendo el Boulevard Víctor Hugo, una de las arterias principales de Nimes, se llega a la Maison Carrèe, edificio que formaba parte del antiguo Foro Romano de Nimes y construido en la misma época que el anfiteatro. Ha sido de todo: casa privada, iglesia, museo de bellas artes, sala de exposiciones. También llamada la Casa Cuadrada por motivos obvios.
Continuando por el mismo Boulevard llegamos al Canal de la Fontaine, y si lo seguimos, a poco más de 300 metros nos hallaremos ante los bonitos Jardines de la Fontaine en cuyo interior se encuentra el Templo de Diana, en evidente estado de ruina y algo descuidado. Cruzando los jardines y de vuelta por el Canal volvemos al Boulevard Víctor Hugo y tomaremos el Boulevard Gambetta hasta alcanzar la Iglesia de San Baudilio de Nimes donde a 100 metros se encuentra la Puerta de Augusto, una de las diez puertas que tenia la muralla romana que protegía la ciudad. Como prácticamente habíamos visto lo que más nos interesaba regresamos a la plaza del anfiteatro para tomar algo y nos sentamos en un bar muy taurino a los pies del monumento. Pedimos pastís para dos a un precio muy razonable para estar a los pies del anfiteatro (6 €).
Sobre las 19 horas, y antes de que empezara a oscurecer regresamos a Arlés a pasar nuestra última noche allí. La tarde no daba para más. Todo el día pateando calles invitaba a descansar, y eso hicimos. Mañana más.
Aquí finaliza de alguna manera el viaje a la Provenza que nos ha llevado por tierras de Papas y de intrigas políticas y religiosas que en el S.XIV convulsionaron la vieja Europa, así como la visita de ciudades y monumentos que hicieron de la Galia una de las provincias más importantes del imperio romano; y empieza otra muy distinta con la visita a los pueblos encantadores y otros menos que componen la comarca del Luberon, famosa especialmente por el cultivo de la flor de lavanda y por la estampa que reflejan sus campos en época de máxima floración, aproximadamente a mediados del mes de julio, aunque en este viaje no será posible ver este paisaje tan característico de esta zona de la Provenza por estar recogida la cosecha, pero que aún se puede percibir el aroma a lavanda que desprenden los campos.
El diario está muy bien escrito (a pesar de que dices que no eres un "escritor profesional" --> Tampoco hace falta que lo seas ). Lo que sí he hecho es editar alguna etapa para separar bien los párrafos con dos golpes de la tecla Enter (en vez de uno) y hacer de este modo el texto más agradable al lector (para que no parezca "tocho").
Las fotos: fantásticas.
Muy buen diario de una zona de Francia que no conozco. Muchas gracias por compartir. 5* y un saludo
Francia y sus pueblos-2016/2022VIAJE QUE REALIZO CON MI HIJO EN NUESTRO PROPIO COCHE,CON MUCHAS GANAS,MUCHAS EXPECTATIVAS,MUCHA...⭐ Puntos 4.80 (10 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 270
Hola, creo que es mucho lo que quieres ver, todo depende del ritmo, hay distancias bastante largas, si decides ampliar o cambiar alguna te tus visitas te sugiero Gordes + Abadía de Sénanque, si vas a S. Remy, Glanum es imprescindible, hay dos zonas, sólo visité arco+mausoleo, la zona arqueológica estaba parcialmente cerrada. Conocí Provenza a lo largo de distintos viajes, los pueblos alrededor del macizo de Luberon son muy bellos.
* Rousillon totalmente recomendado, también Les Baux-de-Provence.
Hola, se me habia escapado un Gorges que realmente es Gordes y la Abadia la verdad es que la había descartado en principio ya que en esta época los campos de lavanda ya "han caido"
El plan inicial era sin Aix en Provence, al intentar meterlo me quedaba algo así (al dormir todos los dias en Avignon los dias son intercambiables, habrá que ver que cierra y abre cada dia), pero el dia de Arles me parece muy cargado por eso no sabía si Ganum era "saltable"
Sabado 17 Zaragoza-Narbona, tarde y noche en Narbona
Domingo 18 Salir pronto de Narbona, Nimes , Pont de Gard y... Leer más ...
Bastante equilibradas las rutas, quizá Gordes y Rousillón A. Senanque quedan un poco alejadas. Aix me dejo indiferente, no me gustó después de ver S. Remy, un lugar que tiene mucho encanto es L'isle sur la Sorgue, había mucho ambiente era día de mercado. Buen viaje !!!
Buenos días viajeros, no se si es el hilo correcto para hacer la pregunta y ademas veo que esta bastante desactualizado.
Vamos en agosto en coche propio al sur de Francia, Provenza, costa azul.. Quisiera abarcar como mínimo desde Montpellier hasta Mentón y también algo de interior, sobre unos 10 días. Una de mis primeras dudas es cuantos alojamientos hacer si 2 o 3 bases. En principio he pensado hacer 3 días alrededor de Montpellier, 3 alrededor de Aviñon y 3 alrededor de Niza. Que os parece?
Y por otro lado, como vamos en coche propio no nos importa no pernoctar en las ciudades mas... Leer más ...
chamiceru Moderador de Zona 05-02-2009 Mensajes: 39839