Capitales Balticas Empress 7 a 14 agosto 2010 ✏️ Blogs de Europa Norte

La cosa empieza bien, desde la llegada a Barajas tuvimos asistentes de Pullmantur que nos ayudaron con el check-in. El avión sale puntual y en el aire ya nos dan impresos para que solicitemos las excursiones. Es lo único que te dan porque cualquier comida o bebida hay que pagarla.
Ya en tierra al salir del avión hay que dirigirse rapidito hacia la salida donde te esperan los empleados de pullmantur, marcándote la ruta hacia los autobuses. No hay perdida, pero NO QUEDARSE PARADOS NADA MAS BAJAR DEL AVIÓN, como hacen muchos esperando que estén ahí para recogerles. Hay que dirigirse siguiendo las indicaciones de “exit” y “recogida de equipaje” aunque ya sabéis que NO HAY QUE RECOGER LAS MALETAS”. Tampoco os paréis en los primeros aseos, hay varios a lo largo del pasillo de salida.
Según se van llenando los autobuses salen para el barco (en este trayecto hacia el bus también te ofrecen excursiones en acento argentino), así que cuanto antes los toméis, antes podréis llegar a la recepción. Te esperan en una carpa (allí también hay zumos, agua y aseos) para hacer el embarque en orden de llegada. Nosotros no tuvimos que esperar demasiado, son bastante agiles.

Una vez a bordo ¡a comer al buffet Panorama! Era ya las 16:30 (aterrizamos a las 14:30) así que queremos visitar la ciudad (ya la conocíamos) sin complicarnos con el transporte por lo que tomamos un taxi (somos 4). Fueron 15 € desde el barco al famoso muelle de Nyhavn en Christianborg, pagados con tarjeta.
Caminamos por zonas peatonales hasta la plaza del ayuntamiento y el Tívoli, y luego regresamos “turisteando” y haciendo compras hasta la zona de Amalienborg donde cogemos otro taxi de vuelta al barco (10€ por que estamos más próximos), también con tarjeta.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Nos esperan las maletas en la puerta del camarote, pero falta una. ¡Ya llegará (cruzamos los dedos)!, de momento nos unimos a la única excursión de Pullmantur que es gratis y que tenemos muy a mano: ¡una visita guiada por el barco!. Bueno, no esperamos que nos enseñen la sala de máquinas, simplemente queremos hacernos una idea de dónde está cada cosa. No lleva Belén, de animación y nos va mostrando las distintas cubiertas y explicando para lo que suelen usar cada una. Y una vez terminada y habiendo situados los puntos en los que podemos “calmar la sed” vamos a la piscina a probar los mojitos.
Estamos en ello cuando por megafonía se anuncia un retraso porque aún faltan maletas por llegar. Total, que en lugar de a la 20, el empress sale del puerto a las 21:30, pero eso sí, cada uno con su equipaje completo.

Cenamos en el buffet a nuestro aire, nos tomamos unos tornados viendo el espectáculo en el salón Broadway (hoy estamos todos allí y apenas hay sitio, pero ya se encargan de aclarar que esto es sólo el primer día), echamos un ojo al dutty free donde el tabaco es el producto estrella, AUNQUE SOLO SE PUEDE FUMAR EN CUBIERTAS EXTERIORES y tampoco en todas las zonas de ellas. Nos cogemos la botella de agua en cualquiera de los bares y después de eso a dormir, que el día ha sido muuuuuy largo.

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Hoy desayunamos en el salón Miramar. Una parte es buffet y los platos calientes tienes que pedirlos a tu camarero. Ellos te asignan mesa (compartida) en la que haya hueco, y que no tiene nada que ver con la de la cena.
No andamos muy sobrados de tiempo porque a la 10:00 se anuncia el simulacro. ¡Ya veréis que organización! Y si hace airecillo en cubierta coged alguna chaquetita, porque el nuestro nos llevó unos buenos 20 minutos. Tampoco hay que olvidar la cámara. (Hablando de cámara, uno de los canales de TV es la cámara que el barco tiene situada en proa, con lo que en cualquier momento puedes ver como navegamos).
Nos vamos a las clases de baile (las de tango las dan la pareja que luego actúa por las noches, unos verdaderos profesionales), pero toca comer pronto puesto que en teoría a las 13:30 llegamos Gdynia con excursión contratada hasta las 6 de la tarde. Ya estamos en los postres cuando de nuevo por megafonía se anuncia que debido al retraso con que salimos ayer, la llegada se retrasa hasta las 15:15. ¡Mejor, así nos da para tomarnos un capuchino en el salón Embarcadero!

Cuando por fin atracamos, no dirigimos a la cubierta 2 donde se hace el desembarco que ya está abierto aunque no hay casi nadie por allí. El controlador no pregunta muy amablemente si tenemos excursión contratada (o séase con ellos, porque primero salen los de Pullmantur) y con la misma amabilidad le decimos que sí, y que nos está esperando abajo. Nos dice que debemos ir al salón Rendez-vous para hacer el desembarco con las personas que no tienen excursión contratada (los "oficiales" están en el salón Broadway), pero entre que el operador nos ha registrado ya las tarjetas de salida, y que a él le reclaman porque por otro lado sube alguien, aprovechamos para bajar sin más contemplaciones. Esto lo podéis hacer siempre que no hayan empezado a bajar los de la excursión oficial, en el barco no pueden marcarte un turno de desembarco.
Total, que ya nos está esperando nuestra guía polaca, con la que después de hacer las presentaciones, pasamos un agradable rato charlando mientras termina de formarse nuestro grupo (unas 18 o 20 personas).
NOTA: Nosotros hemos contratado las excursiones a través de las direcciones que nos han facilitado en el foro, sin formar grupo previo por lo que en cada caso nos tocaban unos compañeros de aventuras, salvo en SPB en que al ser dos días, repetimos con las mismas familias y con las que por fortuna encajamos bastante bien. Como nos aconsejaron en el propio foro, ninguno somos antisociales, pero está claro, que cada uno tenemos unas compañías preferentes así que hay que tener cuidado en el grupo en el que te apuntas. En uno de ellos, nos tocó con niños muy pequeños y como es lógico, los chiquitines lloriqueaban cansados sin ningún interés por lo que se mostraba. Menos mal que solo era una parte de la excursión. Luego doy detalles a ese respecto. No entro en la descripción de los monumentos o palacios que se visitan, para ello ya hay en el foro enlaces a documentos que yo no podría superar.

La visita viene a ser lo que en Pullmantur llaman “Gdansk y la catedral de Oliwa” pero además nos incluyen visita al monumento por los caídos en los astilleros y pagando bastante menos. Está muy bien organizado, a pesar de que pillamos bastante atasco porque era domingo por la tarde y llevábamos la ruta de los que volvían de la playa. Nos resultó muy agradable todo lo que vimos y tuvimos suerte de que estuviese cubierto sin llegar a llover, porque así no pasamos calor. Sí nos valió la pena ver el interior de la catedral, pero creo que es un error ir comparando lo que te muestran con cosas que se conocen de otros viajes, cada cosa hay que verla en su contexto.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Hoy todo va con retraso acumulado, así que llegamos al barco a la 21:15 pero nos dicen que a pesar de que nuestro turno de cena es el primero (a las 20 h) podemos pasar a cenar directamente (sin tener que cambiar al pantalón largo). Como cada vez que entras al barco y al restaurante, te desinfectan las manos (¡con un gel de esos en seco!) nos vamos para allá sin escalas en el camarote. Nos asignaron la mesa y conocimos a nuestro camarero, que era un crack y un enrollao. Nos lo hizo pasar muy bien todas las noches. Eso sí, LA CENA EN EL MIRAMAR, que es a la carta ES MINIMALISTA: los platos muy bien presentados, pero poca cantidad. Por supuesto que puedes pedir más si te quedas con ganas, pero a veces la espera no vale la pena.
En general la calidad de la comida es pobre, aunque no te quedas con hambre porque hay cantidades sobradas. Mención aparte para la pastelería que es muy buena.
La opción de primer turno de cena no es solo para los que tiene niños pequeños. No era nuestro caso ni el de otras mesas alrededor, simplemente nos gusta cenar pronto y tener luego tiempo para asentar la cena. Por supuesto que nadie nos ponía mala cara por llegar antes o después. Luis, nuestro camarero nos indicaba el reloj y siempre nos hacía una broma al respecto, ¡impensable que ningún empleado ni compañero de mesa te marque si debes llegar 5 o 10 minutos antes a la mesa!
Después de la cena, al espectáculo de M. Jackson, que nos pareció muy bien llevado, y a tomar el cóctel de turno. Bueno, los cócteles, porque yo que apenas bebo, podía tomar dos seguidos sin notarlo, y es que el alcohol es muy, muy flojito. No hay que hacerse el nuevo en este tema porque en un TI suele ser lo habitual.
Nos hacemos un binguito antes de que comience la fiesta hippy en la que nos reímos un montón. ¡Y ya son las 12:45! ¡qué rápido!. La fiesta sigue un rato más en la discoteca (acceso sólo para mayores de 18), pero pensando en el día que nos espera a la mañana siguiente nos retiramos a nuestros aposentos.

Debo decir que el camarote (cubierta 4 exterior) es muy limpio y confortable, y nuestro camarero súper amable y servicial, estaba pendiente de todos los detalles. Tenemos gel, champú, secador, toallas, tendedero, papel, tissus.. ¿Qué más necesitamos? Lo cepillos y la pasta de dientes ya los traigo yo. El espacio es más que suficiente, también es verdad que yo soy una talla S quizá el de la XL se sienta un poco agobiado…

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En el diario de abordo nos indican QUE EN TIERRA ES UNA HORA MAS QUE LA QUE TENEMOS NOSOTROS pero que no es necesario que cambiemos la hora. Las instrucciones de Fabio con quien contratamos la excursión, eran muy claras, y en cuanto desembarcamos, a las 8, tenemos a Pedro esperando en el lugar de la cita con varios autobuses preparados. (Hoy no ha habido ningún problema a la hora de bajar a tierra). Nuestra guía es Renata.

Hay un pequeño lio a la hora de cobrar con un grupo numeroso que van juntos y tenían algo más de reducción, pero como la parte que les toca pagar por cabeza incluyen decimales, redondeando (van a dejar la diferencia como propinas) les sale lo mismo que hemos pagado nosotros (30 € adultos y 24 estudiantes).
En Klaipeda nos dan a cada uno un papelín escrito en Lituano por si tenemos la mala suerte de perdernos, entregárselo a cualquier paisano para que pueda llamar a nuestro guía. (¿Les habrá pasado alguna vez?..)

No sé si hay algo que visitar en la ciudad porque nos llevan directamente a la tienda de ámbar (no importa mucho porque en ese momento llueve y así hacemos algo de tiempo mientras escampa) y a la plaza anexa donde hay un mercado artesanal (¡ y un grupo de Pullmantur!). Media hora después volvemos al bus y visitamos la colina de Las Brujas , que ahora sí, resulta ser un paseo interesante y muy agradable. El ferry son poco más de 10 minutos y la subida por la colina se hace sin enterarte mientras vas oyendo las leyendas y haciendo fotos. Antes de darte cuenta estás descendiendo. De verdad que es solo un paseo.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

A las 12 estamos de vuelta en el Empress. Nos hacen una foto de grupo, que Fabio ya nos ha hecho llegar, y Renata nos pide que os recomendemos a todos los del foro la excursión con ellos. Yo lo hago desde aquí y no me llevo comisión je, je.

Aprovechamos antes de comer para ver y degustar la exquisiteces de los cocineros-artesanos del barco . De todas formas, hoy toca el cocido buffet (muy bueno) pero aún hay tiempo para eso y la peña llena la cubierta de piscina con sus cervecitas, sus gazpachitos y sus tapitas improvisadas del buffet.
Levamos anclas y ¡ale! a por la sopa y los garbanzos al salón Miramar, ¡¿pero qué es esto?! Todo el mundo parece borracho de cómo se tambalean, y te dan ganas de esconderte debajo de la mesa cada vez que pasa alguien a tu lado con un cuenco de sopa, porque no sabes si tendrá un buen sentido del equilibrio, y es que parece que el Báltico se ha puesto un poco bravo. ..¿un poco solo?, bueno, en mi caso tengo que dejar a medias el postre porque mi marido se ha puesto súbitamente pálido y parece que se va a desplomar de un momento a otro. Menos mal que el camarote está cerca y llega a tiempo para no montar el numerito en el pasillo.
Al rato también llega mi hijo, con una bolsa de papel en la mano, (vacía, por fortuna) ¡las han empezado a distribuir por todos los rincones!.
Los dejo a los dos acostados y mecidos por el mar y voy a entretenerme con las actividades de animación. Mi gozo en un pozo. Las están suspendiendo porque con los vaivenes algunas son impracticables.
Voy a buscar a mi otro hijo, que estará con el grupo de los mayores haciendo cosas. Si, ahí está: lleva dos horas sentado sin atreverse a levantarse y parece que cuando me ve aparecer soy su salvación para llegar al camarote.
En vista del éxito opto por pedir en recepción unas pastillas para el mareo a ver si con ello mi familia se asienta un poco.
Lo consigo a medias, porque ha llegado la hora del cóctel con el capitán y sólo uno está dispuesto a acompañarme e incluso a vestirse “de gala”. Yo la gala la he apañado con un vestidito de cóctel negro, un chal mono y unos complementos a juego, y el personal se presenta con todo tipo de atuendos desde trajes largos a sencillos combinados de falda y blusa. Veo también el inevitable vaquero con americana y corbata.

Nos bombardean a fotos antes de poder entrar al cóctel, que a mi parecer con todo lo que tenemos a disposición para comer y beber en el barco, no vale la pena ni estar pendiente de que se te acerque el camarero con la bandeja ni mucho menos perseguirle tú a él. Así que nos retiramos rápido a ver si los otros se han recuperado y quieren venir a cenar.
Nada, siguen en estado catatónico. Y eso mismo les debe pasar a la mitad del pasaje porque el comedor esta medio vacío, y lo mismo ocurre a la hora de ir a ver el espectáculo. Me entra la duda de si esa deserción se debe al mareo o a las pocas ganas que ha tenido el personal de engalanarse para la ocasión.
En vista del éxito, lo mejor hoy es irse a dormir “pronto”. ¡Dulces sueños!

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