USA Costa Oeste, por nuestra cuenta, increíble viaje. ✏️ Blogs de USA

Emprendimos el viaje de madrugada pues nuestro avión salía de Barajas rumbo a Londres a las 7 de la mañana. Con tiempo facturamos e hicimos tiempo en el aeropuerto de Madrid hasta que llegó la hora.

Llegamos a Heathrow a tiempo pero el avión hacia Los Ángeles salía a las 10 así que teniendo en cuenta que había que cambiar de terminal, fuimos corriendo hasta llegar a la puerta de embarque. Había dos colas separadas, para hombres y mujeres para el registro de seguridad. Impresionante, cachean absolutamente a todo el mundo de modo que se retrasó más de una hora la salida del avión. Me tocó esperar un buen rato a mis chicos.

Una vez acomodados en el avión, nos preparamos para un largo vuelo de 11 horas, que no se hizo excesivamente pesado. Íbamos muy ilusionados y aprovechamos para repasar diarios de viaje, guía y todo tipo de planes para nuestro viaje. Comimos algo y vimos alguna película que nos amenizó la jornada. Cuando aterrizamos en Los Ángeles nos dirigimos a la cola de inmigración, bastante larga y esperamos a que nos atendiera un amable policía. Pasamos los cuatro juntos y sin problema, ni preguntas raras ni nada. La verdad es que yo siempre que he ido a EEUU he topado con oficiales de inmigración muy agradables.

Una vez salimos del aeropuerto fuimos al alquiler de coches en el bus gratuito que hay a la salida de la terminal. La compañía que nos había tocado era Dollar y el coche inicialmente reservado era un Jeep Liberty o similar, por 300 euros durante los 9 días. Casualmente, no quedaba ese modelo pero nos ofrecieron otro "mucho mejor" por "muy poquito suplemento". No teníamos elección así que lo cogimos, fue un acierto porque era un Jeep Grand Cherokee, era inmenso, muy cómodo y con un gran maletero, lo cual nos vino fenomenal para almacenar todas nuestras maletas. A pesar de que yo inicialmente protesté, al final fue un gran cambio. Sobre el tema de ealquiler, es cierto que tiene las mejores tarifas pero es muy importante tener en cuenta que el seguro que incluye es el más básico y al final si acabas contratando la cobertura completa te sube el precio bastante, pero no se puede escatimar en este asunto.

Con el GPS llegamos hasta nuestro hotel: Omni Hotel Los Ángeles. Un hotel fantástico, bonito y espectacular, todo enorme (muy del estilo "americano"), y situado en una zona muy céntrica pero precisamente por eso prácticamente desierta durante el fin de semana. De todos modos no tuvimos problema alguno puesto que teníamos el coche. Creo sinceramente que para visitar Los Ángeles es imprescindible el coche. Las distancias son enormes y allí no hay cultura de "paseos". Una cosa a tener en cuenta son los precios de los parkings, son carísimos, los aparcamientos de hoteles, zonas turísticas, etc, pero bueno, al final hay que pasar por el aro.

Creo que todos íbamos con la idea de que Los Ángeles es una ciudad fea, y lo cierto es que creo que al ir con esta idea preconcebida nos gustó mucho más de lo esperado. Estábamos bastante cansados del viaje pero aún así nos acercamos hasta Hollywood, en coche claro. Fuimos al Paseo de la Fama, es muy curioso, estar allí, después de haberlo visto tantísimas veces en la tele, el teatro Kodak, el teatro chino, etc. Lo primero que vimos fue el teatro El Capitán, así como las huellas de todos los actores en el suelo. Digamos que es la zona más turística y hay mucha gente disfrazada, artistas callejeros y todo tipo de personajes de películas que te invitan a fotografiarte con ellos por una pequeña propina. Nos hicimos unas fotos con Batman y Joker bien chulas. Hay también un Madam Tussauds (el clásico museo de cera) con algunas figuras como la de Marylin o Lobezno muy bien conseguidas. Tomamos una hamburguesa en Johnny Rocket's, un diner clásico americano, muy rica y todo muy típico. Se ubica en un centro comercial muy grande situado al lado del Kodak, con fuentes y esculturas enormes. Como siempre todo a lo grande. Salimos a dar una vuelta alejándonos un pelín del meollo y se nota que es una zona muy decadente, hay muchos mendigos y gente sin techo. No era tarde pero el ambiente no era nada agradable en cuanto te alejabas de lo más turístico. Enseguida nos marchamos al hotel puesto que estábamos agotados de toda la jornada.

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No teníamos desayuno en el hotel así que salimos con el coche y paramos en iHop, es una cadena de comida rápida, y muchos locales están abiertos 24 horas. Nos pusimos ciegos a base de huevos revueltos con todo tipo de aditamentos.

Para nuestro segundo día teníamos mucho que ver, empezamos por Universal Studios, otro sitio que a mí personalmente a priori no me entusiasmaba. Pues salí encantada, de hecho, me quedé con ganas de ver más cositas. Es un sitio muy especial, encuentras a todos los personajes de dibujos, películas, un montón de atracciones. Lo primero que hay que hacer es el tour que además puede hacerse en español. Nosotros por impacientes lo hicimos en inglés (je je). Te subes en un trenecito y te cuentan un poco la historia del Parque y enseguida empiezas a ver los decorados de un montón de películas. Es espectacular, algo que yo nunca había visto antes, muy curioso. Desde entonces, cada vez que veo una película me acuerdo de esta visita. La mejor parte del tour sin duda es la de los efectos especiales, pero mejor no desvelar nada para los futuros visitantes. 100% recomendable, no os lo perdáis. Por el Parque están muchos personajes caminando con los que te puedes hacer fotos y hay muchas atracciones. Nosotros visitamos Waterworld, La Momia, y también entramos en algún espectáculo interesante, hay muchos shows y cada poco tiempo. Eso sí, estos son todos en inglés (creo).

Después cogimos de nuevo el coche para dar una vuelta por la zona de Beverly Hills y ver las espectaculares casas, el barrio y la zona de compras súper lujosa de Rodeo Drive, llena de cochazos impresionantes. Es un clásico visitar la esquina del hotel Pretty Woman, el Regent Beverly Wilshire Hotel. Es una zona muy bonita y además resulta conocida por todos gracias a las innumerables películas allí rodadas. Merece la pena sin duda.

Luego nos marchamos rumbo a Santa Mónica, hacía un día muy bueno y la playa estaba repleta de gente. Aquí comimos en uno de los restaurantes del muelle: Rusty's Surf Ranch. Había mucha gente de hecho tuvimos que apuntarnos, dar una vuelta y regresar. La comida era típica, hamburguesa, ensalada césar, pollo frito, etc, pero estaba todo rico y el sitio muy animado, con decoración surfera y tal. Anduvimos por el muelle hasta el final y seguimos ruta en dirección a Malibú.

La playa de Malibú me pareció espectacular, unas villas preciosas, esto por no hablar de las casas que hay por las colinas, palacios auténticos. Me quedé con ganas de visitar la Getty Villa, que es una mansión ubicada en lo alto de una de las colinas, ahora es un centro cultural/ museo que debe ser precioso, pero lo cierto es que no me enteré de esto hasta que pasamos por allí, de modo que será para la próxima visita. Después de dar un paseo por la playa comenzamos el retorno hacía Los Ángeles pero con la última parada de la jornada, prevista en Venice Beach. Probablemente es uno de los sitios más sorprendentes. Es un área playera donde el 90% de los viandantes son de raza negra, se venden derivados de la marihuana por doquier y las tiendas son todas de artículos festivos. Hay zonas de patinaje, baloncesto, todo muy curioso e interesante. Como iba a anochecer en seguida dimos un pequeño paseo y de vuelta al hotel, eso si, después de haber pagado un riñón por un parking público como de costumbre. Para más inri a la vuelta empezamos a oír ruidos raros en el coche……y nos asustamos un poco, pero afortunadamente fue simplemente alguna manaza que había tocado el botón del cambio manual al automático.

Esa noche fuimos a Sunset Boulevard, ya habíamos pasado brevemente la noche anterior, y nos paramos a cenar en un restaurante italiano llamado Alfredo’s. Nada del otro mundo, pero la pasta estaba rica y era lo que queríamos. Nos recogimos pronto pues al día siguiente nos marchábamos hacía Las Vegas.

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Nuestra ruta era directa a Las Vegas por las grandes carreteras americanas. Espectaculares camiones y enormes coches nos acompañan todo el camino. Paramos a desayunar en Dennis, un clásico de comida rápida donde tomamos los consabidos huevos revueltos y sus correspondientes avatares. El camino se nos hizo corto y ameno, mucho antes de llegar se van viendo algunos hoteles con casino por la carretera.

La llegada a la ciudad del pecado es impresionante, y creo que por la noche debe serlo mucho más. El hotel elegido, reservado a través de smartervegas a muy buen precio, era el Mandalay Bay. Realmente fue casualidad que nuestra estancia no coincidiera con un fin de semana puesto que desconocíamos el tema de los precios cuando empezamos a planear el viaje. Como habíamos cogido una oferta de “upgrade gratuito” nos dieron dos suites en la zona The Hotel at Mandalay Bay que es la parte más lujosa del complejo. Había un poco de cola para el registro pero tampoco era excesiva. La habitación era impresionante, enorme, con un salón, una habitación con cama kilométrica, un baño con ducha de mampara, una bañera espectacular, y dos televisiones. En total cuatro televisiones en nuestra fantástica suite.

Sin duda puedo decir que Las Vegas es uno de los sitios que más me ha impresionado en mi vida. Me encanta. Estoy deseando volver. Es un sitio increíble, mágico, gigantesco, nunca pensé que me fuera a gustar tanto. Es una mezcla de cosas horteras pero espectaculares. Nunca te cansas de ver cosas, tiendas, restaurantes, espectáculos, es realmente un sitio fabuloso. Un dato a tener en cuenta, de los 20 hoteles más grandes del mundo, 17 están en Las Vegas. Impresionante.

Los hoteles de Las Vegas son temáticos, por ejemplo Luxor está inspirado en Egipto, Excalibur en los caballeros medievales, el Caesar’s Palace en los templos romanos, etc. Muy interesantes son el New York, New York, el Paris Las Vegas, el clásico Bellagio y sus fuentes, o el Planet Hollywood. Cada uno tiene algo especial y la oferta de todo tipo de diversiones es interminable. Nuestro hotel está situado al principio del Strip (el bulevar principal de Las Vegas) y está conectado con un monorraíl gratuito a los hoteles colindantes, Luxor y Excalibur. Es muy útil para dar una vuelta y acercarse a la zona más céntrica del Strip. Nosotros fuimos andando a todas partes y aunque es cierto que el Mandalay está al principio, creo que es una distancia razonable para caminar a todos los hoteles del Strip.

Tras instalarnos en el hotel, salimos a dar una vuelta y llegamos hasta el restaurante de Harley Davidson. Nuevamente repetimos con la comida típica, y el sitio está chulo, posteriormente leí que venía recomendado en guías y foros, aunque nosotros llegamos por casualidad. Salimos y regresamos al hotel para descansar un poco. Pudimos admirar los grandes hoteles y a los chicos les asaltaron los muchachos que reparten publicidad de las señoritas “de compañía”, agitando los panfletos y repartiendo a todos los que pasan por allí. Aparentemente la prostitución está prohibida y las chicas solamente van al hotel a hacerte un striptease pero supongo que la cosa no terminará ahí. Después de comer seguimos caminando hasta llegar al hotel Wynn.


Por el camino nos paramos para informarnos sobre las excursiones al Gran Cañón. Nuestro plan inicial era ir en coche desde Los Ángeles en el camino a Las Vegas, pero lo descartamos por la distancia sobre la marcha así que no teníamos nada planeado. Nos informamos de algunas excursiones in situ pero no nos terminaron de convencer, así que decidimos llamar por teléfono directamente a Papillon para gestionar la reserva. Elegimos “Grand Canyon de Luxe”, que combina la avioneta con el tour terrestre, en autobús por el parque, con un pequeño almuerzo. Como era para el día siguiente, solo era posible hacer la excursión a primera hora, de modo que nos iban a recoger en el hotel a las 5 de la mañana. Dado que teníamos que madrugar bastante nos fuimos pronto a dormir, aunque algunos aprovecharon para jugar unos números a la ruleta. Esa noche cenamos en el hotel, en el restaurante China Grill, que es un oriental fashion y elegante. Nos gustó mucho y además el camarero nos aconsejó muy bien. Cada hotel tiene infinidad de restaurantes, creo que haría falta media vida para poder recorrerse todos los de Las Vegas.

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